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The Extra, The Class 3-3 por kpoploveever

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Notas del capitulo:

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6:43 de la tarde, 9 de Junio del 2008

 

El cielo seguía nublado y algo oscuro, la luz llegaba, no era mucha pero peor es nada. La mínima iluminación daba al gran edificio color gris, con la ventana ovalada mostrando esa muñeca con el velo, con el letrero de madera a un lado con la leyenda escrita con dorado “El Circo de Ojos Grises de Daisha en Crepúsculo”. Ronald estaba ahí en frente de esa tienda de muñecas, razonando si era buena idea entrar ahí de nuevo. Lo admitía, ese lugar le daba algo de miedo, pero probablemente las respuestas a todo las encontraría ahí, pues presentía que encontraría a ese chico de cabellos negros ahí dentro.

 

Su mirada gacha y cubierta por la gorra azul estaba leyendo el nombre de la tienda escrita en la madera una y otra vez, pensando mucho en tan poco tiempo, pero su vista se eleva, al sentir como alguien pasa a su lado. Al darse cuenta, ve a una mujer, algo rara, pues llevaba una blusa celeste simple, pero con la parte del hombro derecho amarilla con rayas negras, y del izquierdo con puntos negros, una falda brillante color azul y con borde amarillo, un gran listón púrpura alrededor de la cintura, con una especie de jaula de barrotes negros encima de la falda, pantis lilas hasta la rodilla, y zapatos de tacón negros altos. No quería ser grosero, pero se veía muy rara, sobre todo por el cabello, color rosa, con una corona de rosas de muchos colores y mechones azules al lado izquierdo cargando un gran bolso rojo brillante. La mujer pasa al lado de Ronald, quien obvio no puede quitarle la mirada de encima por tremendo espectáculo, la mujer también el da una ojeada al chico, haciendo notar su ojo delineado de negro y con sombra violeta, antes de desaparecer por las escaleras al lado de la tienda que parecía llevaban al piso sobre la tienda.

 

Ronald al perder a la peculiar mujer de su vista, decide entrar a la tienda. La campanita detrás de la puerta suena al abrir la pieza, el chico al pasar, vuelve a escuchar esa palabra. “Bienvenido” saluda la misma anciana, “oh, es raro ver a un chico de tu edad aquí” Ronald se acerca al escritorio de la señora, “ ¿eres un cliente?, o tal vez…”.

 

-          Hola- saluda pues sabía que se repetiría la misma conversación.

 

-          ¿Eres un estudiante de secundaria?, en ese caso, te daré el pase a la mitad de precio-

 

-          Gracias- saca el dinero requerido poniéndolo en frente de la anciana.

 

-          Por favor toma tu tiempo mirando alrededor, no tengo otros clientes- repite el mismo diálogo de la última vez.

 

Ronald prefiere ignorarlo, aunque no ignora la muñeca detrás de la anciana, parecía nueva, no la había visto ahí antes. Era de piel gris al igual que todas, vestida de arlequín, pero sin sonreír, y con una máscara en los ojos color dorada, parecía estar viendo a la anciana, o quizás a él.

 

Siguiendo el mismo camino Ronald baja por las escaleras hasta el sótano y estudio debajo de la tienda, otra vez echando el vistazo a las muñecas a medio hacer que decoraban el lugar junto al desorden. Hasta llegar al frente de ese muñeco, en el ataúd. Estaba claro, es muñeco sin dudas que se parecía a Danny, era curioso. En medio de ese pensamiento, le sobresalta el sonido de algo, e realidad, la sensación de que alguien más estaba ahí, le sobresalta, sin embargo no le sorprende, pues ya esperaba encontrarse a esa persona ahí. Ve como detrás de la pared con cortina donde se apoyaba la muñeca, sale el niño peli negro, mostrando de nuevo su piel pálida, cabellos negros largos casi hasta los hombros ahora, y su parche en el ojo, raramente tenía su uniforme escolar de nuevo, nunca le veía con otra cosa que no fuera eso. Danny al salir por completo, se detiene en frente de Ronald, mirándole desde abajo, puesto que era menor tanto en edad como en altura, siendo casi tres cuartos de cabeza más bajo que Ronald.

 

-          Has venido aquí de nuevo… ¿y ahora qué te trae por aquí hoy?- pregunta sin dejar de verle.

 

-          Amm, solo estaba de paso a mi casa desde el hospital, y pasé por aquí… ¿y tú? ¿no vas a la escuela?-

 

-          Solo voy cuando se me da la gana- a Ronald eso no le sonó muy correcto -¿te encuentras bien?- pregunta al haber escuchado la palabra “hospital”.

 

-          No es nada de qué preocuparse, me estoy recuperando…pero, ¿cómo está la clase desde el accidente?-

 

-          …todos están aterrorizados- esa respuesta le pone nervioso.

 

-          ¿Por qué?-

 

-          Ellos piensan que ya empezó-

 

-          ¿Empezó?- Danny deja de mirar a Ronald y le da la espalda, viendo unas muñecas mal armadas en una repisa de metal.

 

-          En el fondo, es posible que la mitad lo creyeran…pero ahora…a pesar de lo que te han dicho…no creo que ellos lo creyeran- voltea nuevamente –pero al parecer todo es verdad…yo diría que es un cien por ciento muy probable…y que ya ha comenzado…es por eso que…- agacha la mirada -¿aún no lo sabes?-

 

-          …- Ronald no contesta, y esto confirma la respuesta a la pregunta de Danny.

 

-          Es mejor así…es mejor que nunca lo sepas…aunque…-

 

-          Solo dime- le interrumpe, sin ser grosero, pero decisivo –dime lo que pasó en la clase 3- exige cansado.

 

-          …¿vas a volver a la escuela?-

 

-          Si, mañana-

 

-          …entonces es mejor que yo no aparezca- y diciendo esto, se empieza a alejar caminando, solo deteniéndose al lado del ataúd, junto al muñeco, diciendo –ten cuidado- y continua sus pasos.

 

-          Oye Dan…-

 

Y el ruido de una muñeca cayendo desde su estante y golpeándose contra el suelo le roba la atención, voltea viendo en el suelo la muñeca con vestido rosa y bolados blancos en los bordes, de piel gris cabello negro y ojos verdes tirada en el suelo, Ronald le ve apenas unos segundos, y al regresar la mirada, Danny ya había desaparecido, teniendo solo su copia hecha muñeco en el ataúd en frente suyo.

 

 

 

 

 

9:27 de la noche, 9 de Junio del 2008

 

La noche ya había llegado hace más de una hora y media, afuera se escuchaba el sonido de los grillos, cantando como siempre, o eso era lo que hacían creer, sin embargo, ahora habían menos, muchos menos que antes, y seguían huyendo, al igual que las luciérnagas, que ya no estaban presentes en el ambiente, ahora los campos y bosques estaban oscuros Empher, posiblemente, por algo que asustó a esas pequeñas criaturas.

 

En la sala de la vivienda Daniels, el gran aparato de aire acondicionado estaba funcionando, refrescando el ambiente de la habitación, aunque a esas horas de la noche ya no hacía falta. La puerta del cuarto se abre, mostrando a Ronald que acababa de salir de la ducha, teniendo el pelo algo mojado, con una toalla alrededor del cuello y vistiendo su pijama de camisa y pantalón celestes y estando descalzo porque era regla de la casa. Al entrar lo primero que ve es a su tía Jessica profundamente dormida en el sillón largo sin sus lentes, mientras que en el sillón unitario reposaba su madre, también más que perdida en sueños recostando su cabeza en su propia mano. “¿Por qué? ¿Por qué?” escucha, elevando la vista hasta encontrarse la jaulita con Chip hablando “¿Por qué?”

 

-          Si eso es lo que quiero saber- responde al ave.

 

“¿Por qué? ¡Buenos días! ¡Chip!” acercándose mira a su tía y a su madre, lucían bastante tranquilas, y agotadas, su madre Nicolette hasta tenía algunos papeles entre manos, seguramente de las clases que dictaba, mientras su tía también tenía algunos documentos sobre la mesa, entendía su cansancio. “¡Buenos días!” toma el control del aire acondicionado de la mesa de centro, elevándolo para apuntar a la máquina y apagarla.

 

-          ¿Ronald?- escucha la voz de su madre, quien se levanta del sillón dando un bostezo -¿Cómo estás hijo?- pregunta amable mientras camina hasta la cocina sin prender la luz-

 

-          Bien mamá, ¿la tía Jessica está bien?- pregunta siguiéndole el paso.

 

-          Oh, cuando llegó me dijo que le dolía la cabeza, le ha estado pasando mucho últimamente, debe ser muy molesto para la pobre- sirve un vaso de agua y saca unas pastillas.

 

-          A lo mejor sea por el cansancio- Nicolette mete las pastillas en el agua y empiezan a burbujear como esas medicinas típicas para el dolor.

 

-          Sí es posible- toma el vaso acercándose a la mesa –la pobre ha estado trabajando mucho recientemente, le daré esto cuando se despierte- coloca el vaso con medicina en la mesa y se sienta –sin dudas que el que empezara a trabajar desde marzo la ha estado abrumando mucho, ni siquiera me permite llamarla Jessica en el trabajo, siempre quiere que le diga Jessie hasta que llegue a la casa-

 

-          Sí- se sienta en frente estando ambos a oscuras en la cocina solo iluminados por la luz de la sala –a mí también me dijo lo mismo…amm…mamá, ¿puedo preguntarte algo?-

 

-          Claro que sí hijo, ¿que necesitas?-

 

-          Quería saber, ¿en qué clase iban tú y la tía Jessica cuando estaban en noveno grado?- la mujer pone cara de duda.

 

-          ¿En el noveno grado?, pues…no estoy muy segura, pero creo que en la clase 3-

 

-          ¿Clase 3?- se sorprende un poco –y…en ese entonces, ¿tú habías escuchado sobre que la clase 3…estaba maldita?-

 

-          Amm no recuerdo muy bien eso, fue hace 36 años mi hijo, tú madre ya no recuerda mucho, pero si recuerdo que…no sé pero…tú tía…era algo…asustadiza en el noveno grado…nunca supe por qué, cuando le pregunto siempre me dice que no se acuerda, probablemente sea cierto, ninguna de las dos recordamos todo al pie de la letra-

 

-          Ah bueno- así que la tía Jessica tenía miedo de algo, que raro.

 

-          Pero ahora  que me acuerdo…- llama la atención de su hijo –creo que había un rumor, sobre como tú dices, sobre una maldición-

 

-          ¿En serio?-

 

-          Si mal no recuerdo claro, en fin, vas a la escuela mañana ¿verdad?, ¿recuerdas los consejos que te dio Jessica antes de ir a Empher del Norte?-

 

-          Si-

 

-          Bueno, ella me dijo que te recordara de seguir la regla número tres, y la cuatro- dice recordando.

 

-          Sip me acuerdo, la número tres es respetar las reglas de clase-

 

-          Ah está bien, pues si te lo dijo tú tía debes cumplirlo ¿sí?-

 

-          Si está bien-

 

Al decir esto último, ambos continúan con una conversación normal, hablando sobre la escuela y los exámenes, como el de medicina se acercaba la madre obvio se ofreció a ayudar a su hijo con eso, antes de que escucharan unos cuantos quejidos, provenientes de la tía de Ronald desde la sala, la madre al instante toma el vaso y se apresura a entrar a la sala a atender a su hermana, Ronald también se levanta para acompañar. Nicolette le da el vaso con medicina a Jessica, diciéndole que lo tomara mientras iba por algo de agua y una toalla para ponerle en la frente, puesto que la mujer tenía algo de fiebre, Ronald se queda sentado a un lado verificando que su tía bebiera la medicina.

 

-          ¿Te encuentras bien?- pregunta una vez acaba el vaso.

 

-          Ah, si no te preocupes, es solo un poco de fiebre- responde débil.

 

-          Bien…- sabía que no era el momento para preguntar, pero no podía contenerse –tía…¿tú me dijiste que debo respetar las reglas de clase ¿verdad?- esta coloca su mano en la frente por el fastidio de su cabeza.

 

-          Sí, eso es…ah…uhm…-

 

-          La tercera cosa que yo necesitaba saber- completa el chico.

 

-          Oh…sí…es…uh…siempre respetar las reglas de clase…lo que significa…- habla sin abrir sus ojos y bastante decaída.

 

-          ¿Segura que estás bien?- no estaba muy seguro de eso.

 

-          En verdad estoy agotada, discúlpame sobrinito, yo no te puedo ayudar mucho…- sonríe débilmente a Ronald.

 

-          ¿Por qué?- “¿Por qué?” hablan Ronald y Chip al mismo tiempo, causando que la mujer golpeara la mesa de centro con sus manos, fastidiada.

 

-          ¡Ya detente!- se queja asustando un poco a Ronald –owww no puedo soportar a ese pájaro gritando “¿por qué? ¿por qué?” todo el bendito día- se queja con las manos en su cabeza y negando.

 

-          Oh, ¿ese Chip otra vez?- dice entrando la madre con la toalla con agua para su hermana, notando como esta se quejaba del pájaro –ese pajarraco es un parlanchín, me sorprende como mis papás pueden dormir con él-

 

Dice mientras hace que Jessica se recueste en el sofá para colocarle la toalla en la frente, Ronald todavía estaba confundido, mira al pájaro. Chip solo volteaba su cabecita cada segundo, mirando para acá, luego para allá, hasta que de repente, mira con sus ojos de canica negros a Ronald, y se mantiene ahí, viendo al chico sin decir o hacer más, pasados unos cuantos segundos, Chip ladea su cabeza curioso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

8:37 de la mañana, 10 de Junio del 2008

 

Una mañana de clima templado, día martes de la segunda semana de junio, en la pizarra de la clase número tres del noveno grado estaba escrita la fecha, mientras poco a poco los estudiantes empezaban a llegar, sentándose en sus pupitres, y todos, algo preocupados.

 

Patrick: Jimmy usó la escalera del lado oeste, ¿verdad?- habla el chico de cabello largo y collar con el símbolo de la paz.

 

Este estaba sentado en su pupitre, hablando con Felix, Antonio, Ayden, Keith y Sunny, también habían incluido a Bobbie pero el de cabello anaranjados claros hace rato ya que se había dormido sobre su escritorio.

 

Ayden: ¿Por qué el la habrá usado?- habla el rubio cruzado de brazos de pie junto a Antonio, quien mueve sus manos hablando, Ayden traduce.

 

Antonio: “La escalera más cercana era la del este, ¿por qué habrá ido por la más lejana?”-

 

Felix: Debió haber tenido una razón- habla preocupado desde su asiento, Sunny quien estaba de pie a un lado con Keith se acomoda la falda angustiado.

 

Sunny: Pues…Ian me dijo que vió…- todos ven al mencionado.

 

Keith: ¿Ian McKnight?, ugh ese chico me da escalofríos- menciona viéndole, Ian había llegado esa semana con un nuevo corte, que consistía en una cresta de pelo negro lacia hacia un lado mientras que la otra mitad de su cabeza la tenía rapada.

 

Felix: ¿Qué vió?- Sunny se agacha, indicándole a sus amigos que también lo hicieran.

 

Sunny: Cuando Ronald…- susurra.

 

En la entrada de la escuela, Ronald recién llegaba, sacando su cambio de calzado de su casillero antes de encaminarse al aula.

 

Patrick: Mmm…es extraño-

 

Los seis se ponen a pensar. Mientras en unas carpetas más adelante, conversaban otro grupo, Luciano, Marlon, Ian y Connor, siendo el último el más relajado y el único de pie con la mano en la cadera y su lata de fijador en la mano por si acaso. Los tres miraban el pupitre vació de la primera fila, donde debería estar Jimmy. Aunque no fueran los más sentimentales, en verdad sentían mal por no volver a ver al niño más dulce de la clase.

 

Marlon: Sinceramente, pensaba que no iba a suceder este año- habla primero recostándose en su asiento preocupado.

 

Luciano: Mmm… ¿y Dimitri?-

 

Connor: ¿Tú que crees?, el pobre perdió a su noviecito luego de un año de tener una linda relación, se fue al baño a llorar- responde el peli naranja.

 

Luciano: Eres un idiota-

 

Ian: Bueno, hay dos posibilidades- habla el peli negro ganándose la atención de los tres –o está sucediendo este año, o la muerte de Jimmy fue solo una coincidencia…si es lo primero, pues al parecer comenzó en Mayo-

 

Luciano: Como el jefe de las contramedidas no puedo confiar en la ilusión, además, podría ser una coincidencia con Jimmy, pero su madre murió también-

 

Ian: ¿Por qué rompió las reglas?-

 

Marlon: ¿Por qué pusieron a un nuevo estudiante en la clase 3 de todos modos?-

 

Connor: Es conveniente para la escuela, el nuevo director obvio no va a creer a la primera la situación de esta clase-

 

Marlon: ¿No deberíamos decirles?-

 

Ian: Es posible que hayan pensado que era lo mejor para evitarlo-

 

Marlon: …- suelta un suspiro –incluso los profesores no quieren tener nada que ver con esto-

 

Luciano: Agh…y todo porque yo estuve ausente por unos días- se queja el rubio –si yo le hubiera advertido de antemano, esto no habría sucedido- dice hasta que siente una mano en su hombro, elevando la vista y encontrándose al pelirrojo.

 

Brandon: …lo hecho, hecho está- el rubio recuesta su cabeza en el brazo del chico

 

Ian: La pregunta que interesa es, ¿qué diablos hacemos ahora?-

 

Marlon: Y, ¿Cómo haremos para que lo sepa?-

 

Ian: Va a ser muy difícil que se lo expliquemos ahora-

 

Luciano: Y podría ser peligroso-

 

Connor: Bueno pues desde un principio pudimos haberle dicho antes de que toda la clase se jodiera, buen trabajo Luci- le rocía el fijador en el pelo del rubio para luego alejarse molesto, afortunadamente Brandon pudo taparle el rostro a tiempo.

 

Brandon: Tranquilo- se agacha y le besa la mejilla, no pudiendo evitar que Marlon pusiera una cara de molestia ante esto, Brandon al notarlo simplemente le ignora.

 

Ian: Como sea, hay que tener cuidado de no quedar atrapados en nuestra propia trampa-

 

Luciano: Mmm…- pone su mano en su mentón pensando –esto es muy parecido a la situación de esta clase hace dos años- mira a Ian -¿eso significa que necesitamos nuevas contramedidas?-

 

Pero tanto la conversación de estos como la de los demás se ve interrumpida, cuando la puerta se abre, dejando pasar a Ronald quien la cierra detrás suyo, pero al voltear, se encuentra con las miradas de todos, incluso con la de Bobbie quien milagrosamente había despertado, pero literalmente, todos le veían. Ronald extrañado camina hasta su pupitre, y al hacerlo sus compañeros desarman sus grupitos volviendo a sus sillas y viendo al frente o a sus propias mesas, siendo ahora Ronald el único de pie en el salón.

 

En la azotea, vacía, los montones de cuervos que antes se posaban ahí ya no se aparecían, en cambio, solamente había uno, parado encima de la caseta con las escaleras que llevaban a ese lugar tan sombrío a pesar de estar al aire libre. El cuervo de plumas negras y orbes diminutos oscuros se queda quieto, por unos largos segundos, luego volteando hacia donde ese “algo” estaba mirándole.

 

 

 

 

10:33 de la tarde, 10 de Junio del 2008

 

Era la hora de descanso y de almuerzo, la mayoría comía en el aula como siempre. Elliot, Jerry, Spike y Finn comían juntos entre risa y risa, Xavier seguía siendo acosado por Curtis y Trevor en su carpeta, Ayden y Antonio hablando entretenidos, Zack solo dibujando algo en ese libro de pasta negro, Marlon hablando con Matthew, luego Connor, Sunny y Keith conversando mientras Nelson estaba justo detrás de Keith, eleva su mano para llamar su atención, pero el miedo le gana y la retira, volviendo a leer su libro.

 

Ronald recién acababa de terminar su comida, cerrando la pequeña caja de plástico con su tapa, viendo sin poder evitarlo el pupitre vacío del peli rosado, Jimmy ahora tampoco estaba, y al mirar atrás, Danny tampoco. Unas palabras llegan a sus oídos, volteando a ver a Patrick, Connor y Brandon, “eso es lo que he oído” escucha decir al pelirrojo, “¿en serio?” dice el de cabellos largos marrones, pero si nota la mirada de Ronald, los otros dos Brandon y Connor también, instantáneamente los tres desvían las miradas, hacia cualquier parte menos a Ronald.

 

El chico saca su gorra azul de su mochila, dirigiéndose a la puerta del salón, de paso ve como ese chico Gibson, que aunque tenía catorce años parecía de dieciséis, teniendo ese curioso cabello de color celeste oscuro. Él le daba de comer tiernamente a Oliver, el de peinado en forma de coco de cabellos color púrpura, quien era muy pequeño, tal vez Gibson le ganaba por cabeza y media, y eso era bastante. El menor sonreía cada vez que recibía un bocado en su boquita, riendo infantilmente, Gibson sonreía ante esto, y pues Ronald también ante tal escena. Pero Gibson nota a este, colocando un rostro serio y amenazante, Ronald ante esto, prefiere alejarse.

 

Saliendo al pasillo toma su celular marcando un número mientras caminaba por el pasillo. En frente suyo, esos gemelos de pelo naranja, no le extrañó verlos tomados de las manos con exactamente las mismas sonrisas el mismo andar y totalmente iguales, pero estos al notarle, Luck pone rostro asustadizo, y Look uno amenazante también, jalando del brazo a su hermano para apartarlo del camino de Ronald y pasar a su lado rápidamente. Ronald no entendía eso, y más cuando vio a Taylor y Emmet también viniendo desde adelante, quienes al verle, Taylor coloca su brazo para evitar que el rubio de lentes avance, mirando serio a Ronald, tomando la muñeca del más bajo y bajando por las escaleras para no encontrarse con el de cabellos marrones.

 

Ronald cansado de eso, decide solo quedarse de pie mirando por una de las ventanas, marcando un número en su celular y llamando, y por fin luego de intentarlo toda una semana, contestan.

 

-          ¿Hola?- habla Jerome.

 

-          ¿Dónde estás?-

 

-          Eh…-

 

-          Qué ¿en dónde estás?-

 

-          Este…en un lugar…como sea no me busques-

 

Dos minutos después, Ronald estaba en frente de un Jerome sonriendo nervioso, y detrás a Luciano cruzado de brazos y a Yuushin con su mano en la cara por la torpeza del peli azul.

 

Ronald: He estado tratando de llamarte toda la semana, pero nunca respondiste-

 

Jerome: Lo siento jeje fue un mal momento y esas cosas…por otra parte, estabas enfermo- Ronald se le acerca y el peli azul retrocede.

 

Ronald: Me prometiste que me dirías todo en junio, mencionaste “el primer año” también, ¿qué pasó?- Jerome suspira pesadamente.

 

Jerome: Espera, Ronald…si, yo hice la promesa…lo hice, pero…-

 

Luciano: La situación ha cambiado- se adelanta el rubio.

 

Jerome: Ah sí, la situación ha cambiado- dice usando el mismo tono serio, aunque le sala más gracioso que serio.

 

Luciano: Por lo general le toca a la cabeza de contramedidas para manejar estas cosas-

 

Yuushin: Pero las cosas se complicaron debido a que este hombre actuó por su cuenta- menciona el peli gris viendo a Jerome quien se avergüenza.

 

Luciano: Es por eso que…-

 

Ronald: ¿Quiere fingir que nunca hizo esa promesa?- completa algo molesto.

 

Luciano: Si, como un favor a mí-

 

Yuushin: No, para toda la clase- corrige.

 

Ronald: …- toma una bocanada de aire, y luego la suelta decepcionado, había esperado hasta este mes para que le contaran y resulta que no lo harán, estaba harto de no saber –bien, pero…- mira a Yuushin -dijiste que es peligroso meterse con cosas que no existen, ¿Qué quieres decir con eso?-

 

El chico de vendas en las manos se sobresalta, pues se supone que nunca debió decir algo tan revelador como eso, avergonzándose ante esto, “parece que no soy el único que metió la pata” dice burlón Jerome hacia Yuushin, antes de que Luciano le diera un golpe con el codo “no es momento para eso” le dice molesto.

 

Pasada esa escenita algo inmadura, Ronald escucha su celular sonar, metiendo la mano en su bolsillo derecho para sacarlo, leyendo la pantalla antes de contestar, “Llamada Entrante, Suzie Dendes”

 

Luciano: ¿En que estabas pensando?-

 

Yuushin: Bueno…yo…- intenta excusarse mientras Jerome se aguanta la risa.

 

Ronald contesta la llamada, colocando su celular en su oído para hablar.

 

-          ¿Hola?-

 

-          Ronald, ¿están en la hora del almuerzo en este momento?, ¿tienes tiempo para hablar?- pregunta la rubia desde el otro lado de la línea.

 

-          Claro, ¿qué pasa?-

 

-          Quería consultarte algo-

 

-          ¿Consultar?-

 

-          Si, acerca del chico del que me hablaste ayer, Danny Clarkson, realmente existe?- a Ronald obvio le extraña esa pregunta.

 

-          Si, si lo es-

 

-          ¿Está cerca?, ¿por qué?, ¿dónde está ahora?-

 

-          Él no vino a la escuela hoy-

 

-          Ah, entonces no está allí-

 

-          ¿Por qué quieres saber?-

 

En el hospital, Suzie estaba en la alta azotea, acababa de terminar de colgar algunas sábanas en los tendedores de ahí arriba, estaba sola, unas rejas rodeaban todo, y algunas bancas en hilera frente a la gran vista que te daba esa altura también estaban presentes sobre el cemento. La chica llevaba de nuevo su uniforme de enfermera, sosteniendo su celular contra su oído mientras hablaba, con el viento haciendo volar sus cabellos largos y rubios con esas tiras naranjas brillantes, además de un poco de su falda blanca. En esos momentos se sentía algo curiosa también con respecto a Danny, luego de la noche anterior.

 

-          Hablé con mi hermanito Jeffrey ayer, él se niega a hablar sobre el incidente de hace 36 años, o el accidente de la semana pasada, pero cuando le pregunté acerca de Danny, su actitud cambió repentinamente, dijo cosas como:

 

“Jeffrey: ¿De qué estás hablando? ¡no hay ningún chico como ese en nuestra clase!- grita asustado, habiendo colgado la llamada con Harley pocos segundos antes, viendo a su hermana mayor con ansiedad y desesperación, se notaba su respiración agitada.”

 

-          Él se mantuvo firme-

 

-          Pero eso es una mentira…- Ronald estaba totalmente seguro, que Danny si existía.

 

-          Fue en serio…y él no tiene ninguna razón para mentir-

 

-          ¡Danny Clarkson existe!- al decir ese nombre, llama la atención de los otros tres que tenía a sus espaldas.

 

-          ¿Qué?- pregunta la rubia al no haber oído bien, puesto que las puertas del ascensor al que había llamado se habían abierto y esta entró haciendo sonar sus tacones blancos contra el suelo metálico.

 

-          ¿Me oyes?- escucha preguntar a Ronald.

 

-          Sí, es que acabo de entrar al ascensor- le explica Suzie –tengo que volver al trabajo- la rubia presiona el botón de la quinta planta que era el área de niños y jóvenes en la que trabajaba.

 

-          Ah, eso explica la estática-

 

-          Pero esto es…- iba a seguir hablando sobre Danny.

 

Y ese algo, enfurece, esa presencia atraviesa los techos y paredes, hasta llegar a la maquinaria del elevador, y la rodea, desapareciendo. La máquina que sostenía los cables para subir y bajar el cubículo del elevador empieza a sacar chispas, al principio solo unas cuantas, pero pronto salen ráfagas de chispas eléctricas.

 

El ascensor tiembla, con Suzie habiendo dejado de hablar por el celular asustándose por escuchar esos sonidos fuertes arriba suyo, sabía que algo andaba mal.

 

Y de repente, la rueda con los cables que estaban bajando el cubículo del elevador, se rompe, saliéndose de su lugar, y soltando los cables. El cubículo deja de ser sostenido y empieza a desplomarse en caída libre por el ducto desde el piso más alto.

 

Suzie: ¡Ahh! ¿¡QUÉ!?-

 

Grita desesperada la mujer con el ascensor temblando y las luces parpadeando, del movimiento suelta el celular que choca contra el piso “¡Suzie ¿puedes oírme?!” se escucha la voz de Ronald “¡¿qué está pasando?!” Suzie aterrada mira el techo del cubículo notando como esas luces se apagaban y se encendían y sintiendo que ya nada le estaba sosteniendo, estaba cayendo.

 

La maquinaria estaba hecha pedazos, los cables se azotaban soltando chispas, los engranajes y el metal chirreaban y temblaban.

 

Con sus ojos azules mira como las luces que marcaban los pisos cambiaban sin control rápidamente.

 

Suzie mira esto horrorizada, pasmada, abriendo enormemente sus ojos, con la boca abierta, sin querer creer, que se acercaba a su fin.

 

 

 

En medio del silencio del pasillo del primer piso, se escucha el enorme y terrible estruendo del ascensor impactando contra el suelo, las puertas salen volando de su sitio estrellándose en la pared de enfrente y una gran nube de humo y polvo cubre todo mientras las luces parpadeaban sin parar.

 

Y dentro, Suzie no soporta la gravedad, siendo tirada y azotada contra el suelo de metal frío, su hermoso rostro impacta intensamente dejando salir una gran fuente de sangre, rompiéndose el rostro y la cabeza al instante, y por si fuera poco, de tal fuerza con que el cubículo cayó, el techo y paredes se abollan, hasta que finalmente, el techo de metal la aplasta por completo.

 

Y todo se vuelve oscuro para ella.

 

 

 

 

Ronald con su mano temblando aleja el celular de su oído, con un rostro impactado y asustado ve la pantalla, la llamada no se había cortado, pero todo lo que escuchó, fueron terrible sonidos de estática, de cosas estrellarse, de golpes metálicos, y acabando, unos gemidos y alaridos de dolor, y una respiración dificultosa, de la enfermera Dendes.

 

El pasillo de la primera planta del hospital junto al elevador estaba enteramente cubierto por una cortina de polvo y escombros.

 

Ronald sigue escuchando todo, hasta que lo último que distingue, es una especie de grito agudo provenir de Suzie, dejándolo tanto a él como a los otros tres impactados.

 

 

El ascensor estaba destrozado, aplastado como una lata de soda, pero esto era peor, las piezas de metal aún chirreaban, pero estaban dobladas y abolladas junto a los cables, y lo horrible, era que oprimían y aplastaban un cuerpo. Del que ahora solamente era visible, una mano delicada con uñas pintadas de rosa, y cubierta por manchas rojas sobre un gran charco, más bien lago, de sangre.

 

 

“Llamada Finalizada”

Notas finales:

Suzie Dendes (Q.E.P.D) (10 de Junio del 2008)

La siguiente muerta, pronto pondre el siguiente capitulo, el fic se actualizara rapidamente por cierto

gracias por leer, comenten si lo desean

gracias


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