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The Extra, The Class 3-3 por kpoploveever

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Notas del capitulo:

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7:45 de la mañana, 6 de Agosto del 2008 (24 horas antes)

 

Un día nublado, frío, las calles estaban cubiertas de niebla mañanera que dificultaba la visión, no dejaba ver las instalaciones altas, puesto que edificios y casas parecían atravesar el techo de niebla y desaparecían. Especialmente uno de los más grandes de la ciudad de Empher, una gran estructura que contenía oficinas de trabajo encargadas de las exportaciones de ese lugar escondido, los recursos que parecían no acabarse eran llevados con éxito a ciudades y pueblos continuos alejados de Empher, generaba bastantes ingresos, al igual que estar a cargo de la empresa de buses de la ciudad, y del transporte escolar para las dos grandes escuelas de ahí.

 

Dentro de uno de los pisos más altos, cuatro hombres, vestidos formalmente conversaban amistosamente, tomando un descanso de su arduo trabajo, y uno de ellos, era el mismísimo jefe de la empresa, hasta que en medio de la conversación su nombre es mencionado, “señor Stuart por favor venga” pide un hombre algo más gordo y con un traje azul, el mencionado le da la mano a sus compañeros antes de retirarse con el subgerente.

 

-          Bueno señor, otra exitosa semana de ventas, buen trabajo, aquí tiene- le entrega un cheque con una gran suma de dinero, que era su paga, y solo de esa semana.

 

-          Muchas gracias señor-

 

-          Ni lo mencione, se lo merece- se sonríen amistosamente –en fin, necesito los contratos que le mandé a revisar hace algunos días-

 

-          Oh claro, espéreme- regresa hasta su oficina, abriendo el cajón para buscar los papeles, pero no estaban ahí, recordando que aquella mañana antes de salir los había dejado en su casa.

 

-          ¿Los tiene señor Stuart?- pregunta entrando a la oficina también.

 

-          Amm los dejé en mi hogar, no se preocupe ahora mismo iré y se los traeré, no tardaré más de una media hora- dice tomando sus llaves y saliendo.

 

-          De acuerdo pero dese prisa-

 

El hombre de traje café, corbata negra y camisa blanca, con cabellos verdosos y ojos violetas, igual a su pequeño hijo, sale al pasillo llamando el ascensor, al abrirse las puertas entre presionando el botón de la primera planta, no tardó mucho, el edificio tampoco era tan alto, al abrirse nuevamente las puertas en el vestíbulo, sale con su sonrisa de confianza, saludando a la recepcionista y a otros colegas que estaban por ahí, pasando las puertas de vidrio le agradece al guardia y sacando las llaves se sube a su gran auto, y con gran, nos referimos al modelo costoso y lujoso de un fino color plata, que obtuvo gracias al trabajo y al descuento que le dio el jefe de la cadena de empresas de exportación por su buen desempeño como jefe. Pone en marcha el deportivo, sabiendo que las calles en esa ciudad permanecían vacías la mayoría del tiempo, en especial en las mañanas y tardes, acelera lo más que puede para llegar rápido a casa.

 

Conducía con una sonrisa, aunque estaba algo preocupado por su hijo, Spike, ya que desde que su madre falleció hace años, solamente lo tenía a él y a sus tíos, razón por la que trabajaba tan duro para intentar llevarlo a divertirse y a disfrutar de los mejores lugares, el niño siempre aceptaba gustoso por pasar más tiempo al lado de su padre, pero últimamente, ya no quería salir más, se quedaba encerrado en casa, parecía miedoso de casi todo a su alrededor, actividades cotidianas ahora le hacían temblar, y tenía pesadillas en la noche que requirieron de su compañía para poder quedarse dormido. Tendría que averiguar pronto lo que le ocurría, no le gustaba ver a su hijo triste.

 

El camino parecía hacerse extrañamente oscuro, la niebla gris había descendido, y ahora cubría mucho más de la ciudad, agradecía que no hubieran otros vehículos, voltea en una cuadra para llegar más rápido, acercándose a un cruce, y se da con la sorpresa, que una camioneta roja estaba ahí quieta sin moverse. Desesperado por la velocidad a la que iba pisa el freno lo más rápido y fuerte que puede, el auto se oye derrapar, pero lamentablemente solo logra reducir la velocidad. El auto del hombre impacta contra la parte trasera de la camioneta haciendo que avanzara por el tremendo golpe.

 

El hombre se recupera del zarandeo, viendo que su auto expulsaba algo de humo por el sobrecalentamiento. Enojado sale, primero verificando que su carro no se haya abollado en el frente, viendo el gran golpe que tenía, luego incorporándose y dispuesto a confrontar al que sea que manejaba esa camioneta y no que por alguna razón no había avanzado. Al ver por la ventana del conductor de la camioneta roja, ve a una anciana de unos sesenta años, lucía aterrada, “bueno, ¿piensa pagar por el arreglo de mi auto?” pregunta, pero se calla al ver como la señora cambia su expresión a una totalmente triste, casi lloraba, tapando su boca con sus temblorosas manos. El hombre confundido ve a donde la mujer veía, notando como un pequeño niño, con una mancha de sangre en la mejilla, se levantaba viendo algo en el suelo. Confundido se acerca, y ve con horror, el cuerpo de un chico joven, de cabellos grises, piel pálida, el bolso con víveres que traía ahora estaba tirado, y él con una herida abierta y sangrante en la espalda, justo donde había impactado el parachoques de la camioneta, le había roto la espalda matándolo instantáneamente.

 

-          ¿Hermanito?-

 

Dice el niño viendo a su hermano mayor ahí tendido, su mente preguntaba “¿Qué haces durmiendo?, ¿ya vamos a casa?” sin dejar de verlo, a su hermano, Curtis.

 

-          ¡Llamen a emergencias!-

 

Grita otro señor que pasaba acercándose a ver la escena. No sabía que hacer ahora, el pequeño niño le mira con sus ojitos vidriosos, ojitos grises, tan pequeño e inocente, que no sabía que su hermano había muerto, mientras el responsable, era bombardeado con las miradas de muchas personas que ahora se veían, pues la niebla repentinamente se había ido, y con ella una nube oscura y sombría.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2:58 de la tarde, 7 de Agosto del 2008

 

El café Malinowski permanecía abierto, el clima nublado y algo gris era deprimente, lo contrario del interior del lugar. No estaba totalmente lleno pero si había gente, nuevamente, Catherine trabajaba limpiando los vasos del bar, mientras Madelyn revisaba sus mensajes sentada en un banquillo a su lado mascando chicle con desinterés. En la mesa de siempre, se encontraban Ronald, Jerome, Yuushin y Felix, esta vez solo ellos cuatro, el de cabellos marrones solo quería contarles a esos tres, que son a los que más les tenía confianza y sabía que así el rumor no correría y toda la clase no terminaría enterándose.

 

Jerome: ¡¿En el aula?!- claramente no lo pensó muy bien, el peli azul se tapa la boca al instante, verificando que nadie alrededor le haya oído, por suerte todos parecían distraídos –…¿en serio?-

 

Ronald: Fue lo que dijo Andrew-

 

Felix: Entonces se refiere al salón de la clase 3 del edificio viejo-

 

Yuushin: Pero, ¿qué es lo que escondió ahí? y ¿por qué la escondió ahí?- Ronald niega cerrando los ojos, indicando que no tenía idea alguna.

 

Yuushin: Ya veo- se cruza de brazos –al menos sabemos dónde está-

 

Jerome: Bien- dice sacando su celular para avisarle a los demás.

 

Ronald: Espera- le detiene –no quiero decirle a nadie más-

 

Jerome: ¿Por qué no?-

 

Ronald: Pues…si Marlon no hubiera ido a la playa a averiguar más sobre la calamidad, probablemente no habría muerto…- los otros tres agachan la cabeza -…sin embargo, no quiero involucrar ni arriesgar a nadie más, no quiero que más personas mueran…no hay que decirle a Luciano o al comité de contramedidas por el momento, si encontramos algo, entonces podremos pedirles ayuda- Jerome guarda su celular.

 

Jerome: Si tienes razón, no me gustaría ver a Elliot morir-

 

Yuushin: Oye nosotros también existimos- exclama molesto.

 

Felix: Por lo tanto, ¿cuándo vamos al edificio viejo?- pregunta dejando su batido en la mesa junto a la gorra azul de Ronald.

 

Jerome: ¿No podemos ir ahora?-

 

Felix: No puedo, estaré toda la tarde fuera con mi familia-

 

Yuushin: Y yo tengo planes con Austin- dice mencionando a su compañero –pero estaré de regreso en la noche-

 

Felix: Yo también-

 

Ronald: Entonces, ¿Qué tal a las nueve de la noche?-

 

Jerome: ¿No es muy tarde?-

 

Ronald: ¿A las seis?-

 

Felix: Hay algunos clubes a esa hora, los miembros estarán cerca de allí, y desde el segundo piso pusieron barricadas para evitar el acceso al tercero…-

 

Ronald: Entonces… ¿a las siete?-

 

Yuushin: Las prácticas de lucha y gimnasia acabarían a las seis, y cuando salga con Austin tardaremos máximo una hora-

 

Ronald: Entonces…- se estaba hartando un poco –que sea a las ocho- los tres asienten.

 

Jerome: Muy bien-

 

Felix: Me parece bien-

 

Yuushin: Ah, Felix, el club de arte se encuentra en ese edificio ¿no?-

 

Felix: Sí-

 

Yuushin: ¿Algún miembro del club viene durante las vacaciones de verano?-

 

Felix: No, nunca- niega.

 

Jerome: Entonces podremos vernos en la sala del club-

 

Felix: Claro, tengo una llave, y nadie sospechara si yo estoy allí ya que recurro mucho-

 

Ronald: Ah y Jerome, por favor no uses ropa como esa- dice sonriendo nervioso.

 

Jerome: ¿Eh?, ¿por qué no?-

 

Ronald: Sobresales mucho-

 

Era cierto, el de cabello azul llevaba una camiseta celeste fluorescente, una casaca azul con blanco, pantalón de buzo azul oscuro y zapatillas azulinas, era literalmente como un punto azul colorido, “ese es el precio de estar a la moda, además tú también llevas una gorra azul” dice causando las risas de Ronald y Felix, y también causando que le dieran un golpe en la cabeza, ya saben de quien “eres un idiota” Yuushin no era el  más amable con el peli azul.

 

Jerome: ¿Oye Antonio y Ayden no deberían también saberlo?-

 

Ronald: Es mejor que no por ahora-

 

Jerome: ¿Por qué Antonio es negro? Jajaja ¡AU!- un golpe mucho más fuerte de parte de Yuushin.

 

Se quedaron hablando un rato más, hasta que oyen un par de voces chillonas conversar mientras entraban y se sentaban, Ronald las reconoce al instante aunque no tuvieran puesto sus uniformes de porristas, esas eran las dos chicas que había visto con Xavier ayer, según como las oyó no sonaban amables, pero algo debía averiguar.

 

Ronald: ¿Oigan, ustedes las conocen?- pregunta señalando discretamente a ambas rubias, al instante Jerome y Yuushin chistean.

 

Yuushin: Ah sí, la alta de cabello ondulado es Hannah Morrison-

 

Jerome: Y la baja con cola de caballo es Lilly Collings, van a Sur de Empher-

 

Felix: Las dos eran…bueno…novias de Xavier- el de cabellos marrones se sorprende.

 

Le explicaron que Xavier, antes de saber que era homosexual, tuvo a esas dos chicas como novias, habiéndolas engañado a pesar de que estas eran mejores amigas, resulta que solo las utilizó para complacerse, según Jerome, las dos habían perdido la virginidad por el rubio de cabello en puntas, los padres nunca supieron y prefirieron que siguiera así. Pero después descubrieron la verdad, enfrentándose a Xavier quien para entonces su actitud confiada, evasiva y relajada hizo que le tomara muy poca importancia el hecho de haberlas tratado como juguetes, le contaron también que el mismo chicos sabía que tenía una enfermedad, era ninfómano, algo nada común, pero lejos de buscar ayuda o decírselo a su familia, solo optó por complacerse a sí mismo, y su mejor manera fue fingir noviazgos serios solo por sexo a cambio, lamentablemente para Hannah y Lilly, terminaron cayendo en la trampa, pero fue antes de que separaran a todos los jóvenes en Sur y Norte de Empher, las dos se vieron obligadas a separarse, y a los pocos días cuando intentaron ir con Xavier para darle una lección, y lo sabían ya que habían hecho todo un espectáculo en frente de la escuela, el rubio ya había conseguido a Trevor y Curtis como sus esclavos, y le protegían siempre. Ninguno sabía que ahora no eran dos, era solo uno.

 

Yuushin: No estamos seguros si Trevor y Curtis saben que Xavier solo los utiliza por sexo, quizá lo disfrutan y les da igual, o simplemente sienten mucho cariño verdadero por el rubio, tanto que no se dan cuenta de que solo los utiliza-

 

Ronald: Ah…bueno…-

 

Madelyn: Oigan mocosos- escuchan decir a la chica, se les acerca con una mano en la cadera, con la otra sosteniendo una caja contra su cuerpo, aun mascando chicle y viéndoles con molestia –¿me dicen a qué hora se largan?, necesito el espacio para colgar estas baratijas- saca unas guirlandas rojas brillantes de la caja –aish olvídenlo no tengo tiempo para esto- deja de mala gana la caja encima de la mesa de cristal de centro del café, y se regresa al bar.

 

Catherine: Lamento eso- se disculpa acercándose y tomando la caja, quitando el polvo del bello cristal de la mesa –creo que decoraremos una vez que cerremos- menciona y también se retira.

 

Ronald: ¿Decoraciones?, ¿habrá una fiesta o algo así?-

 

Felix: Es el festival de verano de Empher, normalmente siempre se hace durante las vacaciones para que los estudiantes puedan ir, es bastante divertido-

 

Jerome: Lástima que el ocho mismo nos iremos al viaje de estudio, el festival es el diez y para entonces recién estaremos regresando, si es que vivimos- otro golpe.

 

Yuushin: No digas esas cosas, de todas formas aunque pudiéramos ir no creo que los de nuestra clase vayan, sería riesgoso-

 

Ronald: …supongo- dice suspirando.

 

Acabando con ese tema, Ronald preguntó sobre Marlon, ya que apenas y sabía su nombre y apellido, pero no sabía más. Le contaron sobre él, que era uno de los mayores de la clase junto con Gibson y Matthew, irónicamente ninguno de los tres se llevaban bien entre sí. Desde que entró siempre había tenido un muy impresionante físico, muchos decían que siempre le veían en el gimnasio de Empher, o entrenando en el campo de la escuela. No era un chico de muchos amigos, pero llamó la atención de Luciano, en especial ese año, tanto que terminó por hacer que se una al grupo de contramedidas, solo para luego darse cuenta de que la calamidad era real. Se rumoreaba además que tenía un gran interés en el rubio, para su mala suerte Brandon conquistó primero al chico, a pesar de esto Marlon nunca se dio por vencido, hasta aquél fatídico día. Le advirtieron también no acercarse ni a Gibson o Matthew, el primero era un total protector con Oliver, cualquier tipo de movimiento repentino al acercársele terminaría muy mal, y Matthew, pues ese chico simplemente era un total descontrolado, lo hacían enojar y se lamentarían después, aunque últimamente esa imagen se derretía por su repentino acercamiento hacia Connor. Lo que más le dolió de todo eso, fue escuchar que la familia de Marlon, como la de Jerry, Zack, Harley y Jimmy, estaban totalmente destrozadas, inclusive la familia Carpenter, ahora únicamente conformada por el deprimido padre viudo que perdió a su único hijo, luego del entierro, tomo sus cosas y se fue de Empher.

 

Antes de continuar, Ronald recuerda otro detalle.

 

Ronald: Oh cierto- mete su mano al bolsillo para la confusión de los tres chicos, sacando algo dificultosamente aquel libro negro que Jonathan le había dejado llevarse.

 

Jerome: ¿Qué co…?- se sorprende al igual que los otros dos al ver ese objeto que el de cabellos marrones coloca encima de la mesa.

 

Yuushin: ¿De…de dónde lo sacaste?- pregunta impresionado.

 

Ronald: No es importante ahora, pero al leerlo…me di cuenta que Zack me culpa a mí por todo lo que está sucediendo, tal vez muchos más piensen así- dice triste.

 

Felix: Pero ten en claro que nosotros sabemos que no tienes ni pizca de culpa ¿sí?- el chico asiente.

 

Jerome: Woah nunca lo había visto de cerca- toma el libro viendo de todos los ángulos posibles, Yuushin se lo arrebata.

 

Yuushin: No es un juguete- lee las páginas a ojo rápido -¿alguna otra cosa importante de esta cosa?-

 

Ronald: Bueno, en las páginas finales hay algunos nombres, creo que Zack anotaba a los que pensaba que eran la persona muerta, y los tachaba conforme avanzaba el tiempo, al final, solo quedaron dos-

 

Yuushin: ¿Dos?- junto con Jerome y Felix, ven la página indicada –tú y Danny ¿eh?-

 

Ronald: Si…- ve como esos tres se miran, Yuushin cierra el libro cerrando los ojos y devolviéndoselo a Ronald.

 

Yuushin: Imposible que dos personas sean extras, solo puede haber una, y no sé por qué, pero tengo algo que me dice que tú no estás muerto-

 

Felix: Si-

 

Jerome: Igual yo, no te preocupes Ronald, además Zack no era el más…cuerdo que digamos- espera el golpe del peli gris, que nunca llega.

 

Yuushin: No puedo discutir eso-

 

Ronald: … ¿y…qué opinan…de Danny?- los tres se quedan callados, el de cabellos marrones no puede evitar molestarse un poco -¿creen que él es el muerto, cierto?-

 

Jerome: No hay que sacar conclusiones aún-

 

Yuushin: Tiene razón, hasta que tengamos más pistas, no se puede señalar a nadie como el muerto-

 

Estaba de acuerdo con eso, pero no con pensar que Danny podría ser el extra “estoy seguro de que no estoy muerto” recordaba las palabras dichas por el niño de parche blanco, le creía. Si él estaba tan seguro de no ser el extra, le bastaba, su aura podría ser misteriosa, pudo ser siempre alguien muy solitario y misterioso, haber sido elegido como la persona inexistente, para él, eso no significaba nada, no tenía anda que ver con estar muerto, esa era su propia opinión, y quería creerla.

 

 

 

 

 

 

 

 

5:47 de la tarde, mismo día, 7 de Agosto del 2008

 

Ronald se sorprendió del gran rato que pasó con esos chicos, luego del café fueron a dar una vuelta por la ciudad, aunque supieran que era un horrible riesgo, suerte que nada les ocurrió, en ese mes ellos solo sabían de la muerte de Marlon, tenían claro que la calamidad no se lleva solamente un estudiante al mes, pronto algo ocurriría, tener miedo todo el tiempo no era una opción si querían lograr salvar a la clase 3-3 del terrible destino.

 

Llevaba su gorra azul puesta, viendo el camino con las manos en los bolsillos de su chaqueta, el clima seguía algo frío, el cielo era azul grisáceo, un poco triste. Pasa por el lado de muchos locales, el ruido de los pocos autos llegaba a sus oídos, como el sonido de los pasos de la gente caminar, el canto de las aves, era lo único que no podía percibir, era extraño. Al ir al lado de un pequeño café con mesas con sombrilla al aire libre, logra ver a uno de sus compañeros. Keith estaba sentado en una mesa vacía blanca, su cabello violeta y sus ojos azules le resaltaban de buena manera, vestía una camiseta blanca, chaleco celeste y jean azul, todo mientras tenía los ojos pegados en el vaso con hielo, dándole vueltas y vueltas con una cuchara de metal luciendo extremadamente aburrido y harto. Ronald se le acerca curioso, llamando la atención del mismo.

 

-          Hola Keith-

 

-          Ah, hola Ronald- saluda con una sonrisa volviendo a ver el hielo derretido flotar en el vaso de cristal.

 

-          Amm ¿qué haces aquí?,  ¿Sunny no siempre te acompaña?- pregunta tomando asiento.

 

-          Pues sí, también me obliga a aceptar tontas citas con tontos chicos-

 

-          Ah lo siento mejor me voy-

 

-          No no no no me refiero a ti, es que estoy en una…especie de “cita” entre comillas- habla con notorio fastidio.

 

-          ¿Con quién?-

 

-          Nelson- exclama sin emoción.

 

-          ¿Por qué lo dices así?, ¿no te agrada?- pregunta, también por el hecho de que no le parecía correcto criticar a alguien.

 

-          Es que no es para nada mi tipo, es un total cerebrito, su cabello no es tan brillante como el mío, no tenemos gustos en común, casi ni habla, se pone nervioso y callado siempre, y siempre lleva esos feos y horrendos lentes en la cara-

 

-          Este…eso no suena nada lindo, si los usa es porque los necesita-

 

-          Ya sé, pero igual no se ve bien con ellos…-

 

El peli violeta continua hablando, criticando al pobre chico, sin darse cuenta que escuchaba absolutamente toda la conversación, de pie a una distancia de ellos con un vaso de malteada en cada mano, vino sonriente, al fin había podido tomar el valor de pedirle salir a Keith, pero todo se derrumbó al escuchar tales críticas, lo peor para él, es que creía que eran ciertas, voltea viéndose en el reflejo de la vitrina del pequeño local, sus lentes si eran grandes, de marco negro, que sobresalían de su piel excesivamente pálida, eran de forma cuadrada, y las lentes casi parecían grandes espejos en sus ojos. A él tampoco le gustaban. Lanzando un suspiro se acerca a la mesa.

 

-          Oh ahí viene, mejor nos vemos luego, no te vayas a morir del aburrimiento-

 

Ronald asiente, nada conforme, levantándose y retirándose, viendo como Nelson llegaba ocupando su lugar frente a Keith, dejando ambas bebidas encima de la mesa con la mirada triste y cabizbaja, mientras que la del de ojos azules era desinteresada e indiferente.

 

“Como sea”, pensó, ya iban a ser las seis pronto, y sería mejor regresar temprano a casa para empacar y alistar todo lo necesario para el viaje de mañana.

 

 

 

 

 

 

 

 

6:36 de la tarde, mismo día, 7 de Agosto del 2008

 

Lilly: Eres un imbécil-

 

Dice molesta y furiosa con el chico al que le hablaba por el teléfono celular mientras caminaba al lado de su amiga más alta por las calles de Empher, escucha una risa cubierta con sarcasmo de la otra línea, al calmarse le habla.

 

Xavier: Escucha me estoy cansando un poco de que me llamen todos los días solo para culparme del hecho de que se me hayan abierto de piernas-

 

Lilly: ¡Cállate!, si lo hicimos fue porque te queríamos-

 

Xavier: Jajaja por favor, ¿qué no me conocen?-

 

Lilly: Te conocemos, eres un pervertido enfermo maricón que le gusta que se lo follen, das pena ajena-

 

Xavier: Mmm buuu que pena cariñito, pero aquí las idiotas son ustedes, son mejores amigas y ni siquiera se preocuparon por contarle a la otra de su nuevo “novio” jajaja- ríe descarado.

 

Lilly: ¡Eres un…- le quitan el teléfono.

 

Hannah: Lo único que queremos, pequeño degenerado, es una maldita disculpa por lo que nos hiciste-

 

Xavier: Hola Hannita, no suenas como antes ¿sabes?, antes tenían una linda voz chillona que me gemía jajaja-

 

Hannah: Óyeme maldito, si no fuera porque no queremos quedar como completas perras al haberte visto como alguien decente ya te estarías pudriendo en algún manicomio-

 

Xavier: Claro, si tan solo eso fuera posible, ya saben, cerraditas sus boquitas para que sus papis no se enteren de las zorritas que tienen de hijas-

 

Hannah: …no puedo creer que alguna vez te quisimos-

 

Xavier: Oigan ustedes no me querían, solo era un objeto que podían presumir, de cualquier modo ya tengo a otros mejores que ustedes- la otra rubia toma el celular.

 

Lilly: Eres solo un puto-

 

Xavier: Quizás, es mejor que se ustedes jajaja, si me disculpan tengo asuntos más importantes que atender-

 

Lilly: ¿Ah sí?-

 

Xavier: Pues uno de mis juguetitos no me contesta el celular, y pues tengo que lidiar con una tonta calamidad, de la que no debería hablarles ya que podrían morir, así que por eso les cuento-

 

Lilly: Ay si ay si la calamidad uhhh que susto…- un fuerte viento las golpea.

 

La gran ráfaga las empujar, ambas tuvieron que colocar sus manos en sus faldas de porristas para evitar que se les levantaran, sus cabellos volaban con el aire repentino, Hannah cubría su cara con ambas manos, pero de repente al dar un mal paso, se tropieza con una grieta, cayendo contra el barandal que tenían al lado, debajo había una gran caída. Por fortuna, la chica de cabellos rizados logra poner sus manos en el barandal y evitar caer hacia adelante, Lilly, que seguía con una mano en su falda y otra sosteniendo el celular, un viento fuerte y cortante le quita el aparato de la mano, tirándolo al suelo justo en el borde de la caída luego del barandal.

 

El viento zarandeaba todo a su alrededor, incluso los puestos que habían en frente, provocaban que cayeran las cosas, y hacían volar los cables de la gasolinera que había a un lado, incluso unos jarrones de vidrio de un puesto al lado de la carretera caen y se rompen en pedazos. La ráfaga se detiene. Las dos chicas se ven impactadas por lo que acababa de pasar, tenían las bocas abiertas de esa tremenda y extraña ráfaga, se acomodaron el cabello y sus ropas rojas, sin darle importancia a la sombra negra que flotaba con el viento. Lilly busca con la mirada su preciado celular, con cuidado se arrodilla para recogerlo, sin darse cuenta del clavo que salía del tubo del barandal, se estira, y toma el aparato volviéndose a levantar, el filo no le había hecho ni mínimo daño.

 

Hannah: ¿Qué diablos fue eso?-

 

Lilly: No sé…y no me importa- ve que la llamada no se había cortado -¿sigues ahí tarado?-

 

Xavier: ……………….ah que pena, siguen vivas- dice con sorna.

 

Lilly: No tienes por qué hablarnos así, una cosa es faltarnos el respeto- un carro se acercaba –otra es que nos hagas hecho tanto daño- se detiene, voltea para ingresar a la gasolinera –¡pero una que ya se pasa de tono es desearnos la muerte!-

 

Hannah: Ya cuelga y vámonos que no lo soporto- toma el brazo de la más baja para irse, pero esta insiste en seguir hablando con el rubio.

 

Lilly: ¡No, ya estoy harta!- el carro al intentar voltear, pincha sus ruedas con los restos de vidrio de los jarrones que habían caído, reventándose los neumáticos, perdiendo el control.

 

Xavier: Como digas zorrita, ¿no quieres saber más sobre la calamidad?, con suerte morirás mañana- el auto pierde totalmente el control, deslizándose de lado hacia la gasolinera, el conductor abre la puerta y se tira rodando por el suelo.

 

Lilly: Ojalá te atropelle un coche- los trabajadores se alejan al ver el vehículo, que impacta contra uno de los contenedores, sobrenaturalmente, se lo lleva consigo sin hacerlo explotar, pero el horror, era que se dirigía hacia…

 

Lilly: ¡Ojalá te mueras!- su amiga abre enormemente los ojos.

 

Hannah: ¡LILLY!-

 

Una ensordecedora y terrible explosión se oye en todo el alrededor, seguido de la formación de un árbol de humo gris y negro, el vehículo se había deslizado hacia esas dos chicas, que terminaron desaparecidas en la explosión de fuego y piezas de metal. Las personas alrededor se alarman, algunas alejándose por el peligro de una segunda explosión, otras empezaron a llamar a emergencias. El fuego ardía, el vehículo estaba casi totalmente destrozado, el contenedor de gasolina sin embargo, solo había empezado con su masacre, al igual que aquella presencia, que se adentra en las llamas ardientes.

 

Lilly permanecía inmóvil bajo el automóvil, aplastada por el peso, su cuerpo se veía, de la cintura hacia arriba, sus piernas estaban completamente destrozadas, de su boca de finos labios y torso delgado salía sangre a mares, su piel carbonizada con quemaduras rojas abiertas mostraban los músculos internos, incluso los huesos de la chica, boca abajo contra el asfalto, sus ojos seguían abiertos, sus alrededores quemados, los orbes ahora tenían un único y asqueroso color rojizo, su cabello rubio se desprendía de su cabeza, llevándose consigo pedazos de carne.

 

“¡Nhhh! ¡Aghhh!” se escuchan los gemidos de dolor de una chica, al lado del carro, Hannah luchaba para arrastrarse de debajo del metal ardiente, sus manos parecían las de un esqueleto, la mitad de su bello rostro, prácticamente derretido, su cabello antes, la sangre chorreaba de su cabeza, brazos y piernas. Con sus fuerzas, sale por debajo del frente del vehículo, a duras penas se pone de pie, sus piernas tenían quemaduras horribles y dolorosas, pero eso a ella no le importó, intentó correr, gimiendo y gritando a cada paso al sentir que sus piernas se volverían polvo, se alejó unos metros de la escena del infierno, para su desgracia, otra explosión…el tanque de gasolina estalla nuevamente, estaba alojado dentro del auto por el choque, haciendo que las partes de metal salieran volando hacia los lados, incluyendo la tapa del capot delantero, cuál bala sale expulsado por la onda expansiva, Hannah aún corría, hasta que esa pieza termina el trabajo, atravesando su cintura, partiéndola a la mitad ante los gritos de horror de la gente, sus vísceras salieron expulsadas hacia adelante como carne picada, su torso cayo boca arriba como muñeca rota, dando espasmos, botando sangre, y finalmente pereciendo. La presencia desaparece.

 

Xavier: ¿Aww aún sigue molesta la nenita? Jajajaja………¿eh?…………. ¿hola?- el celular se derrite por las llamas.

 

 

 

 

 

 

 

 

7:45 de la tarde, mismo día, 7 de Agosto del 2008

 

Ronald acababa de llegar a casa, abriendo la puerta lentamente y cerrándola de la misma forma, deja se quita la gorra y abrigo sosteniéndolas con el brazo, aquel gato negro con mancha blanca en el ojo se acerca maullando alegre al ver que su dueño favorito había llegado, también le gustaba el niño peli negro, pero él quería toda la atención en la casa, Ronald sí que se la daba, “hola gatito, tal vez debería ir pensando en un nombre para ti” dice divertido alzando al animalito y sobando la naricita del mismo con la suya un par de veces. Deja que siga su camino a cuatro patitas, algo torpes pero útiles. Ronald se dispone a ir a su habitación a hacer su maleta, la haría solo, su madre de seguro seguía en el trabajo y no quería molestar a sus abuelos o a su tía. Pero al pasar por las puertas corredizas de la sala, escucha unos sollozos viniendo de ahí.

 

Preocupado, no duda en abrir las puertas, acabando por ver a su tía, sentada en el sillón sollozando y con sus manos en su rostro, el teléfono descansaba en frente suyo en la mesa. “¡Jessica!” se alarma, tirando abrigo y gorra al otro sillón, sentándose al lado de la mujer.

 

-          ¿Qué ocurre?, ¿qué pasa?- pegunta, se estaba asustando mucho.

 

-          …Ronald…no sé cómo decirte…que…- eso no sonaba nada bien.

 

-          ¿Quién murió?- pegunta directo -¿fue mamá?, ¿los abuelos?, ¡¿quién?!- se desespera.

 

-          No Ronald…ellos están bien…pero…- le mira, quitándose las lágrimas que salían de sus ojos.

 

-          Entonces… ¿qué ocurrió?- Jessica toma una gran bocanada de aire, tranquilizándose, y luego diciéndole.

 

-          No vamos a poder realizar el viaje de estudio…- el de cabellos marrones abre enormemente sus orbes, no podía creer lo que oía.

 

-          ¿Qué?…-

 

-          Lo que oyes Ronald, no podemos irnos mañana, está arruinado…no habrá oportunidad de ir a ese viaje…sino hasta diciembre- se espanta.

 

-          ¿Diciembre? …no…¡no eso es demasiado!-

 

-          ¡Ya lo sé!- exclama dolida –ahora tendremos que esperar tres meses antes de poder irnos, tendremos que evitar morir…tendremos que ocultarnos Ronald- le mira asustada.

 

-          No, tenemos que ayudar a los demás-

 

-          Ronald…sé que esta situación es horrible, pero ahora lo más seguro es quedarse en casa, y no salir más…-

 

-          Jessica, escúchate no estás siendo racional, eso solo nos impedirá hallar más pistas y cosas, tal vez haya algo más que podamos hacer, pero no podemos encerrarnos-

 

-          Hasta Diciembre Ronald…hasta diciembre… ¿tú crees que…podremos evitar más muertes?… ¿por todo lo que queda de Agosto, Setiembre, Octubre y Noviembre?- Ronald no sabía que responder.

 

 

 

9:06 de la noche, mismo día, 7 de Agosto del 2008

 

Tomó un buen rato lograr calmar a su tía, ahora ambos estaban sentados en la mesa del comedor, la luz apagada para no molestar los ojos irritados de Jessica al haber llorado de la frustración, la oportunidad de poder salvarse de la calamidad, ya no era más una oportunidad, esperar tres meses sin contar lo que les quedaba de agosto, sabían que mínimo una persona moriría, y eso era suficiente para angustiarse, aunque fuera solo una, era una vida, una vida humana, ya muchos fueron consumidos.

 

La mujer sostenía con sus manos nerviosas  una taza de té caliente, mientras Ronald le daba una mirada de calma, estando los dos en silencio, era lo mejor por ahora, la noche ya había llegado, y con ella la calma del exterior, su madre había llegado hace una media hora, el de cabellos marrones la llevó al cuarto para que descansara, y luego de asegurarse que sus abuelos dormían, volvió con su tía, esperando a que pudiera hablar coherentemente ahora.

 

-          Bien…creo que estoy mejor- dice Jessica dejando el té en frente suyo y suspirando con los ojos cerrados, Ronald asiente.

 

-          Ahora… ¿podrías explicarme mejor?- pide lo más pasivamente que puede.

 

-          …sí…resulta que no podremos ir al lugar que acordamos, porque la compañía que estaba a cargo de la exportación y transporte para escuelas…está en graves pérdidas económicas ahora…y no pueden enviarnos el ómnibus que usaríamos, y tampoco pueden aprobar el viaje de estudio…porque el jefe que estaba a cargo de eso fue arrestado ayer-

 

-          ¿Qué?- se sorprende.

 

-          …tiene cargos en contra suya por conducir a alta velocidad…y…- se vuelve a tapar la boca.

 

-          ¿Qué ocurrió?-

 

-          Lo siento Ronald, eso ocurrió ayer, un compañero tuyo falleció- se espanta –el auto del hombre impacto contra una camioneta frente a un cruce peatonal, el golpe provocó que la camioneta avanzara, y lamentablemente, el parachoques le quebró la espalda…murió instantáneamente…y en frente de su hermanito- una lágrima se le sale.

 

-          ¿Pero quién era?- pregunta angustiado.

 

-          Curtis Horton, ¿le conoces?-

 

-          Sí…lo conozco… ¿sucedió ayer?-

 

-          Sí, lo peor…es que el hombre que causó su muerte…era el padre de otro de tus compañeros, Spike Stuart-

 

-          No puede ser- también coloca sus manos en su cabeza, ni se había enterado hasta un día después, Empher no era muy grande, le parecía tonto no haberse enteado antes -¿cómo está?-

 

-          …no bien, Spike sé que es un niño muy aplicado, según la maestra- Ronald sabía que la maestra era ella misma, pero era Jessie, no Jessica –tan dulce siempre, nunca hacía nada malo, alegre, incluso después de que su madre muriera hace 18 años…se mantenía con la cabeza en alto-

 

En una casa, en una habitación, una pareja joven, ambos de cabellos verdes, consolaban al pequeño chico de pelo verde y ojos azules, que no brillaban ya, sus tíos intentaban animarle de cualquier forma, pero le era imposible sonreír, su madre ya no estaba con él, y su padre ahora estaba preso, Curtis había muerto, pero su padre no lo había hecho a propósito, lo quería de vuelta en casa, le extrañaba mucho, demasiado.

 

-          Ahora otra desgracia más le ha ocurrido en su vida, no me imagino como debe sentirse ahora-

 

Los tíos le desean las buenas noches a su pequeño sobrino, dándole un beso en la cabeza cada uno, arropando al chico peli verde, cerrando las ventanas para que el aire frío de la madrugada no le enfermara mientras dormía, y saliendo silenciosamente del cuarto, no sin antes darle unas palabras de aliento al sufrido chiquillo, “la vida continua”.

 

-          …debe sentirse horrible… ¿crees que estará bien?- pregunta el chico.

 

-          Ojalá que sí…no quiero que tome el mismo camino que…-

 

-          Kinsgley y Zack- completa.

 

-          Sí…-

 

 

11:50 de la noche, mismo día, 7 de Agosto del 2008

 

“No sé qué hacer, pobre Spike” dice la mujer de cabellos largos a su marido, estando en la cocina  con la luz prendida, hablando de cómo hacer que su sobrino se anime un poco, una tarea muy difícil.

 

El chico mencionado permanecía acostado de lado en su cama, el cuarto solo era iluminado por luz de luna, el sueño no parecía llegar, sería una larga noche, tenía ganas de llorar, pero no serviría de nada, no le cabía duda de que todo eso era culpa de la calamidad, se sentía enojado, muy en el fondo, pero ahora todo lo que llenaba su corazón, era la tristeza.

 

“Tranquila cariño, solo hay que darle tiempo” habla el hombre calmando a la mujer angustiada, “vamos a dormir, mañana será un nuevo día, y de seguro Spike se sentirá al menos un poco más relajado luego de una noche de sueño”, “esperemos que así sea” dice la mujer, quitándose la fina lágrima que caía por su mejilla se encamina hacia su esposo en el umbral de la puerta de la cocina, al dar un simple paso, su zapato de tacón se dobla de improvisto, al ser cubierta con un viento negro que desapareció tan rápido como apareció.

 

“¡Ah!” lanza un grito, su esposo corre y la sostiene de su brazo izquierdo, mientras ella apoya su mano derecha en una de las perillas de la cocina de gas, “¿estás bien?” “sí gracias mi amor, mejor me quito estos” se saca los tacones sosteniéndolos en su mano, “vamos” apaga la luz y ambos salen de la cocina.

 

Arriba, Spike poco a poco empieza a sentir un gran sueño, bosteza, los ojos se le querían cerrar, realmente se sentía cansado.

 

 

La perilla que la mujer había abierto accidentalmente, era para encender la cocina, la cual empezó a expulsar gas de cocina de las hornillas. El gas se elevaba, sin fuego que producir, no se mantenía en su sitio, y al subir al techo, se escabullían en la ventilación.

 

En la pared, de las rejillas de metal, empezó a salir el gas de cocina que se había metido, liberándose en todo aquel cuarto, la recámara del más pequeño de la casa. Spike no podía aguantar el sueño, se sentía perdido, los párpados se le caían, no le pareció algo raro, no hasta que empieza a ver borroso, y un olor nada favorecedor inunda sus fosas nasales. Intenta levantarse, pero ni fuerzas para eso tenía, el gas había entrado hace un buen rato, no mucho, pero el suficiente como para hacer que su cuerpo se desconectara por completo, Spike no tenía fuerzas, mucho pero, no tenía ánimos, ahora solo quería dormir, y soñar que su padre y madre le iban a despertar en las mañanas, soñar, y salir de la pesadilla.

 

Cierra los ojos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“¿Crees que estará bien?”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Ojalá que sí”

Notas finales:

Curtis Horton (Q.E.P.D) (6 de Agosto del 2008)
Lilly Collings (Q.E.P.D) (7 de Agosto del 2008)
Hannah Morrison (Q.E.P.D) (7 de Agosto del 2008)
Spike Stuart (Q.E.P.D) (8 de Agosto del 2008)

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