8:00 de la mañana, 6 de Mayo del 2008.
La pacífica y silenciosa ciudad de Empher ya tenía a su juventud despierta, la gran escuela de Empher del Norte, el sol a penas se asomaba por el cielo nublado, no era un día muy alegre, tampoco depresivo, simple, nada más que eso, en el interior de la edificación, no se escuchaba mucha habla provenir de los alumnos, parecía ser que tenían bien controlados a los adolescentes de ese lugar, o era eso, o las paredes era lo suficientemente aislantes para hacer callar al sonido, el lugar se sentía algo inhóspito a decir verdad, aunque para cualquier lugar que vieras, todo se veía en perfectas y óptimas condiciones, una extraña sensación de incomodidad se manifestaba, en especial por ese largo pasillo por el que se escuchaban los pasos de algunas personas, con dirección a una de las aulas donde ocuparían sus puestos en ese día miércoles, aunque ninguna de las cuatro tenía una sonrisa o siquiera parecía animada, ni siquiera el más joven, quien mantenía la misma mirada seria y sin mucha emoción de empezar la escuela luego de haberse perdido un mes.
Ronald iba detrás, al lado de su madre, Nicolette Daniels, quien vestía un saco y falda grises, lentes de marco, el cabello atado y un bolso con sus cosas para enseñar, ya que había sido contratada de docente, la mujer tenía una mano puesta sobre el hombro de su hijo, como transmitiéndole fuerzas positivas, no era la primera vez que se cambiaban de escuela, pero era más que claro que a él no le fascinaba la idea de ser un alumno tranquilo, Ronald llevaba el uniforme de la escuela, igual al de esos tres chicos que había conocido hace no mucho, camisa blanca con corbata negra combinando con un pantalón, un saco con el logo de la escuela y zapatos del mismo color noche. En frente de ambos estaban los que serían sus dos profesores, estando a un lado su ya conocida tía y hermana de su progenitora, Jessica Daniels, de la misma altura que la señora, ojos castaños, pero no llevaba el cabello castaño como de la familia, sino que lo tenía de un rubio brillante muy distintivo, usaba el mismo atuendo formal que Nicolette, y finalmente, el hombre algo más adulto al lado, de compostura firme, delgado, piel clara, el cabello negro cortado y bien peinado, ojos cafés bajo los lentes cuadrados, y usando una camisa blanca, corbata a rayas celestes y blancas, y un pantalón de vestir gris. Sin duda no era la forma más entusiasta de iniciar.
“Espero que seas capaz de llevarte bien con todos” habla el hombre, quien era el más alto de los cuatro, con una voz inexpresiva mientras caminaban a pasos mecánicos “si tienes algún problema, por favor no dudes en hablar conmigo” Ronald desearía que esas palabras sonaran reales, porque por la voz que ponía el señor no parecía tener un tono amable ni por esfuerzo, rueda los ojos algo fastidiado pero sin dejar notar lo extrañado que estaba por ese tipo, “también puedes hablar con la señorita Jessie, la segunda tutora de aula, por supuesto” no estaba muy acostumbrado a llamar a su propia tía por su nombre, siempre le decía “tía” o “tía Jess”.
- Sí señor, gracias-
Responde educadamente al notar la mirada de ambas mujeres sobre él esperando una buena respuesta de su parte, sonriendo ante su buena educación, algo fingida, pero al fin y al cabo buena educación. Su tía ríe un poco por lo bajo antes de hablarle.
- Esperamos que te vaya bien-
Ronald no entendía bien ese juego de como que ella ni lo conociera, tratándole como si fuera otro alumno más y ya, pero se la tenía que aguantar por ahora. “Bueno aquí me despido cariño, que te valla muy bien en tu primer día” habla la madre con palabras de corazón, acercándose y dándole un sonoro beso en la mejilla a su hijo, antes de retirarse por las escaleras al primer piso donde enseñaría a partir de ahora, dejándolo solo con su tía Jessica, o más bien con la señorita Jessie, y el que sería su profesor. Ronald en todo el tiempo que estuvo siguiéndoles hasta su aula, que por alguna rara razón se le hizo interminable, notó algo raro en cada aula que podía ver a través de las ventanas internas, parecía que todas estaban únicamente compuestas por varones, sin ver una sola chica a la vista, no recordaba que esa escuela fuera solo para chicos, si su madre y tía estudiaron ahí, le resultaría raro que le hayan prohibido la entrada a las mujeres.
- Amm profe…- recuerda que no sabía el nombre del señor.
- Kingsley, mi nombre es Kingsley Jewels joven, pero llámeme solo Profesor King- le dice el hombre, King, o sea Rey?, presumido, eso pensaba.
- Profe King, creí que esta era una escuela para chicos y chicas, por qué…- su pregunta es respondida siquiera antes de poder acabarla.
- Las edificaciones están separadas en dos secciones, las chicas están ubicadas en la escuela al otro lado de la ciudad, en la escuela del sur de Empher, recientemente construida para separar a los alumnos, para evitar…problemas…así que esta escuela, Empher del Norte, es solo para varones-
- Ah…está bien gracias- le parecía algo raro eso, si recordaba haber visto otra escuela al otro lado de la ciudad por la ventana del hospital en el que estuvo, pero esa escuela se veía más pequeña y menos vistosa que esta, le parecía muy injusto.
“Aquí es” escucha la voz femenina, y detiene el paso frente a las puertas dobles y corredizas de un aula, a juzgar por las sombras que provocaban la luz de las ventanas hacia el exterior del aula contra las ventanas internas, parecía haber algún alboroto, el profesor es el que toma la manija y corre la puerta para proceder a entrar, siendo recibido primeramente por una nube de innumerables voces, no alborotadas pero si muy entreveradas, siendo luego seguido por Jessie, y finalmente por Ronald, quien en verdad se queda quieto milímetros antes de cruzar el umbral de la puerta, como pensando en algo, o tal vez el hecho de saber que no podría ser como es en realidad le estaba dando esa típica timidez de primer día de clases, “vamos entra” le dice Jessie con una sonrisa de confianza, finalmente entrando con la frase “que tan malo puede ser” metida y siendo repetida en su mente de manera constante, pero siendo casi inmediatamente derrumbada al ver el panorama, el salón en sí era como cualquier otro, algo rectangular, a cada lado ventanas que daban al interior y exterior, dos pares de puertas corredizas al frente y al final de la pared, la pizarra en frente, hasta atrás el mural con distintos papeles y los horarios, pequeños casilleros para las cosas de todos, y las luces fluorescentes en forma de tubos en el techo, pero lo que realmente le llamaba la atención, eran los peculiares chicos, que estaban entre las seis columnas con seis filas de carpetas.
Con la gran atmósfera llena de conversación y palabrería, analizó a cada chico que se encontraba rápidamente, llevándose una muy extraña impresión, entre algunos que más le llamaron la atención, era un rubio que parecía estar meditando, un chico considerablemente más alto que el resto abrazando a uno bastante pequeño, había otro que tenía rasgos afeminados, otro hasta tenía un violín entre manos mientras hablaba, otros estaban solos, como un pelinegro de exterior amenazante a un lado, así como algunos grupos que hablaban amistosamente entre sí, un niño hasta comía encima de su carpeta, unos gemelos peli naranjas también estaban presentes, un chico viéndose en un espejo, otro que tenía un gorro blanco, como ese de finn el humano, y también pudo ver a dos de esos tres chicos que le habían visitado, pero no podía ver a ese otro chico rubio, Luciano, no le dio mucha importancia, también recordó que se supone que un chico más había ido, pero solo sabía que se llamaba Ian, pero eran muchos chicos como para distinguirlo, todos se veían muy especiales a su manera, obvio también esos dos que ya había conocido, quienes, al igual que todo el resto, no dudaron en dedicarle la típica mirada al chico o chica nuevo, haciéndole incomodar de sobremanera ante todos esos pares de ojos. Era extraño.
Con todos ya sentados en sus respectivos sitios, Ronald estaba en frente de toda la clase, con el profesor King y la señorita Jessie a cada lado presentando al nuevo compañero que se integraría a la clase, atrás en la pizarra estaba escrito su nombre y apellido, y claro su edad, que era igual a la del resto, aunque muchos parecieran mayores, y otros mucho pero mucho menores, las miradas hacia Ronald no eran agresivas, pero tampoco…alegres, parecían indiferentes, concentradas en el nuevo chico, pero con muy poca aura de buena bienvenida en ese momento, Ronald quiso intentar taparse un poco el rostro con su gorra, pero le habían dicho que no debía de usarla estando bajo techo de la escuela, quejándose internamente, algo dudoso mira a su tía, quien asiente, y sin tartamudear se presenta.
- Me mudé aquí por el trabajo de mi padre, estoy viviendo con mis abuelos, mi madre, y…mi tía Jessica- mira a la señorita Jessie, quien parece no molestarse por nombrarla –y, bueno…es un placer conocerlos- silencio total, hasta que el profesor retoma la palabra.
- Clase, denle una buena bienvenida a nuestro nuevo compañero, ayúdense mutuamente y trabajen duro juntos, así todos podrán graduarse en buen estado el próximo marzo- su voz como siempre hasta ahora, era mecánica y sin nada que demostrar –joven Daniels, puede tomar asiento allí- señala el único asiento libre del salón.
- Si señor- responde amable dirigiéndose al pupitre indicado.
Segunda columna del salón, en el tercer asiento de esta, estando detrás de un chico de cabello curiosamente azul, delante de uno de pelo morado y rasgos aniñados, y entre dos chicos, uno bastante extraño de cabello medio marrón y el otro cabello negro en corte escolar, no era la gran cosa, pero justo antes de tomar asiento y dejar su mochila color azul en la carpeta, nota con la mirada algo muy familiar, al fondo, en la esquina más alejada en la sexta columna y última fila, con la cabeza y vista posada en la ventana y toda la concentración en la misma, estaba él, ese niño, con ese parche blanco quirúrgico cubriendo su ojo izquierdo, lo recordaba muy bien, cuántas veces conocías a un tan extraño niño, con un parche en uno de sus ojos, que parecía siempre estar triste, y que poseía un aura algo espectral?, era Danny, a diferencia del resto, su carpeta estaba muy descuidada, las patas de las sillas y de la mesa estaban oxidadas, la madera arañada y vieja, y con varias imperfecciones, que para ese niño no significaban nada.
Ronald se le queda viendo durante unos largos segundos, sin quitar sus ojos de ese pequeño, daba miedo, de cierta forma, no se iba a quedar así como si nada, sin saber aunque sea algo de ese niño, pero tal vez en otro momento.
10:30 de la mañana, fin de la tercera hora, inicio del primer descanso de 15 minutos.
Literalmente, como la mitad del aula estaba alrededor de Ronald, extrañamente, esa actitud indiferente y sin importancia se había convertido en una inmensa curiosidad por conocer al nuevo integrante de la clase, Ronald aunque no le gustaba mucho ser el centro de atención en situaciones como esa, trataba de colocar su mejor cara ante los chicos que le preguntaban diversas cosas.
Brandon Palmer (Columna 5, asiento 4): ¿Te estás recuperando?- le pregunta un chico de cabellos rojos.
Ronald Daniels (Columna 2, asiento 3): Sí, me siento mejor gracias-
Keith Hitchcook (Columna 2, asiento 4): Oh oh ¿y qué tal todo allá en Australia?- pregunta ese chico de rasgos algo afeminados y cabellos color violetas largos con ojos azules, su piel era blanca, llevaba un collar con una piedra azul brillante, un par de aretes celestes, y hasta llevaba algo de delineador fino alrededor de sus ojos.
Ronald: Amm pues no es tan diferente de aquí- responde.
Keith: Pero suena lindo vivir allá, en lugares pequeños como Empher casi no hay nada que hacer-
Yuushin Lee (Columna 4, asiento 3): Eso es cierto- completa esta vez un chico con cabello color blanco, con rayos grises oscuros y ojos plata, tenía un curita en la nariz, una cicatriz en la frente, y además ambas manos las tenía cubiertas por vendas exceptuando los dedos –nada interesante sucede aquí-
Describiendo y conociendo un poco más al resto, unidos también con el grupo pero a una distancia y solo manteniendo sonrisas amables, estaban otros dos chicos. Harley Marquez (Columna 5, asiento 2), de tez blanca, cabello castaño algo largo, con una pequeña coleta detrás de la cabeza, ojos cafés, apariencia delicada, pero no en el sentido afeminado, sino delicado de la salud, por su piel pálida y las ojeras notables bajo sus ojos, él era el chico que Ronald vió sostener el violín al entrar, obvio tenía una afición por la música clásica, no se veía mala persona.
Otro estaba al lado de él, Jeffrey Dendes (Columna 1, asiento 5), de cabellos marrones oscuros, en un revoltijo de pelo, lo formal era lo último que tendría solo por verle, sus ojos eran más despejados, grandes y cafés, su piel era clara, además mantenía una sonrisa de agrado, de brazos cruzados y junto, y curiosamente bastante cerca de Harley, con unos ojos de dulzura, enviándole miradas que pasaban desapercibidas por el otro.
Ronald: Bueno, también hay desventajas de vivir por esos lugares-
En uno de los asientos hasta atrás, estaba otro, Zack Bell (Columna 2, asiento 6), tez pálida, ojos azules, combinando una facha abrumadora, sumando a sus cabellos en puntas hacia abajo, tenía varias de esas puntas teñidas de azul, y un mechón de un color rojo sangre, tapando casi sus dos ojos delineados de negro y su rostro más que serio, estaba recostado encima de su carpeta, aburrido y teniendo una mirada desinteresada y de pocos amigos hacia Ronald.
Ronald: Siempre hay bastante ruido y es imposible encontrar algo de paz a veces, supongo que uno podría parecer de esa manera, si has vivido allí claro-
Brandon: ¿Tú crees?-
Ian McKnight (Columna 6, asiento 3), cabello oscuro negro, recortado parte del cerquillo para hacer sus ojos grises visibles a los demás, el chico se distinguía, ya que en vez de usar camisa blanca, tenía una negra, el verlo no te daba sensación de acercarte, pero tampoco de alejarte, algo neutral, este tenía un cuaderno abierto, con el dibujo de una persona a medio hacer, ya que jugaba con el lápiz en la mano, mientras que por alguna extraña razón, no dejaba de ver al chico nuevo, se le hacía muy…interesante, aunque el que en verdad le daba esos golpes al corazón, era alguien más.
Keith: Me gustaría vivir cerca de Sidney, seguro es más bello-
Ronald: Aunque a mí me gusta más aquí, es mucho más tranquilo-
Adelante en dos carpetas continuas, dos chicos de estatura baja, no paraban de jugar entre ellos con las manos, dando palmadas, a veces tomándose de ellas mientras hablaban de cualquier cosa, y disfrutando de la compañía del otro, curioso, era como si uno de esos se estuviera viendo al espejo, Look Freud (Columna 5, asiento 1) y Luck Freud (Columna 6, asiento 1),los pequeños gemelos de la clase, el primer mencionado era el de la carpeta izquierda, con ojos algo serios, pero una sonrisa cálida, manteniendo un perfil bajo pero agradable, mientras que el segundo de la carpeta derecha, tenía el rostro más elevado, sonriendo muy pero muy feliz, hasta dando saltitos sobre su asiento y no paraba de hablar, teniendo a su hermano como compañía y mejor amigo, ambos eran de cabellos color naranjas, Look con el pelo hacia la izquierda y Luck a la derecha, y los dos, con unos tiernos ojos brillantes ámbar.
Ronald: Y estás rodeado de naturaleza, siempre me ha gustado eso-
Jerome Faulkner (Columna 2, asiento 2): Bueno esa opinión es una que solo escucharás de alguien que ha vivido en lo urbano jaja- el que habló era resaltante, por ser el único de la clase en tener el cabello de un color azul, ojos del mismo color, y también el único que vestía una casaca deportiva encima de la camisa de uniforme.
Dimitri Sears (Columna 2, asiento 1): He oído que tú padre es un investigador de antigüedades-
Patrick Parham (Columna 4, asiento 6): ¿Está en una investigación en un país extranjero ahora?- se une otro más a la conversación, este tenía un aspecto muy curioso, su cabello era color marrón claro, largo y un poco ondulado que le llegaba hasta los hombros, sus ojos eran calmados color cafés, y además de llevar el uniforme escolar, también tenía un collar de cuerda en el cuello con el símbolo de la paz dorado, al igual que la bandana en su frente y muñeca derecha multicolores, era hippie claro, pero no era un problema para el resto.
Ronald: ¿Cómo lo sabes?-
Siguiendo con la lista, otros dos chicos, sentado uno adelante del otro, estaban conversando normalmente, con varias sonrisas y risas intercambiadas entre ambos, el que estaba adelante, Trevor Ross (Columna 1, asiento 3), tenía el cabello singularmente morado purpúrea, tenía la camisa algo desarreglada, el cuello de la misma igual, y su pantalón tenía algunas manchas de tierra, descuidado, lo primero que se te venía a la mente al verle, el chico le decía quién sabe qué cosas a su amigo que tenía detrás, haciéndole carcajear. Xavier Winston (Columna 1, asiento 4), su pelo, rubio, estando en varias puntas tanto hacia arriba como hacia abajo, su saco escolar lo tenía amarrado en la cintura, usaba shorts largos, un collar de colores en el cuello, y al ver sus ojos verdes y curiosos, daba a entender que su personalidad, iba por el borde de la locura.
Dimitri: Todo el mundo aquí lo sabe-
Brandon: El profe King nos dijo-
Lejos de la conversación habían otros estudiantes, Marlon Mantony (Columna 2, asiento 5), el chico era evidentemente, el más fuerte de la clase, razón?, no llevaba el saco puesto, y tenía las mangas de la camisa arremangadas para presumir la bien formada musculatura en sus brazos, tampoco era para exagerar como lo hacía, pero debían admitir que tenía buen físico, su pelo era color naranja, y era casi el único que lo tenía corto, teniendo algunas puntas y patillas, el chico sonreía mientras hablaba de pie, con un chico que permanecía sentado, y que al verle la cara en realidad estaba aburrido y harto de escuchar al charlatán que tenía al lado, Matthew Anderson (Columna 6, asiento 2), maldecía a cada segundo al peli naranja que no le dejaba en paz, él era de pelo negro, ni corto ni largo, normal, sus ojos extrañamente, eran únicamente negros, apenas notándose la iris, lo que le daba pinta macabro y de pocos amigos, la única razón por la que Marlon le hablaba, era porque Matthew también tenía cierta musculatura, no tanta pero si era fuerte, pero se desharía de ella si a cambio ese tonto le dejara de hablar.
Ronald: Oh, ¿él lo hizo? ¿y acerca de mi vieja escuela, también?-
Jimmy Carpenter (Columna 3, asiento 1): Casi todos lo saben, la señorita Jessie habló con nosotros también- dice el más pequeño que se une al grupo a conocer mejor al chico nuevo, uno de los tres que le habían visitado, su tez era exageradamente clara, el cabello rosado corto, sus ojitos eran color avellana, y a diferencia de ellos, este llevaba un short en lugar de pantalón, dejando ver sus piernitas delgadas, al parecer ese chico siempre tenía esa sonrisa de inocencia en el rostro, y más en ese momento mientras veía a Ronald con curiosidad.
Ronald: Ya veo-
Mientras, un chico de estatura muy alta, de hecho la más grande de todos en el aula, se acercaba con posición firme, y transmitiendo un aura superior y fuerte, Gibson Torrence (Columna 4, asiento 6), él llevaba el uniforme correctamente puesto, su cabello color celeste en un corte moderno tipo flama caído, ojos violetas muy desafiantes, y aunque llevara hasta el saco puesto, se notaba su cuerpo formado, pero su actitud y presencia colosal no concordaban con la acción que estaba por hacer, acercándose sin decir nada, hasta la carpeta de uno de los niños más pequeños del aula, un poco más bajo que Jimmy.
Oliver Stone (Columna 5, asiento 5), el niño estaba muy distraído y concentrado en pintar un libro para colorear, como esos que le dan a los niños, no parecía para nada que tuviera catorce años y contando, su cabello estaba recortado en forma de coco, de color púrpura, y de ojos del mismo color del enorme chico, azules, quien por cierto, llamó su atención al acercársele, el niño eleva la mirad apara encontrarse con la de Gibson, quien seguidamente, eleva su puño…y le entrega a Oliver una cajita de jugo de manzana, Oliver sonríe tomando la cajita, mientras una pequeña sonrisa también aparece en Gibson, sentándose detrás del niño, para que este al poner la pajilla correctamente en la cajita, volteara a verle, y depositara un besito en la frente del chico peli celeste.
Yuushin: Es una pena que la señorita Jessie no sea nuestra maestra, es bastante hermosa ¿no? Jeje-
Al decir esto un chico que estaba también en el grupo asiente, Felix Malinowski (Columna 3, asiento 3), cabello algo largo y grisáceo, ojos violetas grandes y amables, cuerpo delgado, esbelto, y el uniforme bien puesto, de tez muy clara, y por supuesto se veía dulce, no había mucho que decir solo por su imagen, ya que era bastante tímido, pero a juzgar por los tantos papeles con bocetos y dibujos en estos hechos a lápiz y carbón, podríamos decir que tenía una afición por el arte.
Connor Christan (Columna 1, asiento 6), el mencionado se sentaba en el último asiento de la primera fila, lo que lo hacía resaltar, fácil, su exageradamente arreglado cabello peli naranja, en peinado tipo flama hacia arriba en una especie de curva, sus ojos celestes hacían juego con la piel blanca, y el chico estaba concentrado, en su reflejo en su celular, estando muy ocupad en su propio mundo, y aunque a él mismo no le importara, no era el chico más sociable, cuando el que más le importa es él mismo.
Ronald: Bueno, eh…-
Brandon: ¿Oh? ¿Las chicas no son lo que te gustan Ronald?-
Nelson Dix (Columna 3, asiento 6), este era otro de esos chicos, que necesitaban mucha ayuda para socializar, el chico no era ni muy bajo, ni muy alto, su pelo era color negro, en un corte escolar y muy bien peinado, su tez pálida y sus anteojos de marco, le daban esa apariencia indefensa y tímida, no dejando ver sus ojos verdes claros. Este estaba sentado tranquilamente en su carpeta, solo, teniendo una mirada muy retraída, y concentrada en leer el libro que tenía abierto entre manos, aunque en barias ocasiones, su vista se escapaba de las páginas, para ver como ese chico nuevo había podido hablar con Keith en tan poco tiempo, y como él aún no se atrevía a dirigirle ni media palabra, ese niño peli violeta le sacaba muchos suspiros.
Ronald: No es eso-
Jerome: Entonces, ¿te gustan los chicos? Jajaja-
Delante de casi todos, estaba una pareja de chicos más, Ayden Paceful (Columna 1, asiento 2), el chico tenía el cabello rubio claro y largo hasta los hombros y el cuello, además le cubría uno de sus ojos avellanas, que en realidad mantenía cerrados, pues él estaba encima de su propio pupitre, con las piernas cruzadas y sentado en posición típica de meditación, formando círculos con sus dedos, y respirando tranquilo y relajado, se veía totalmente hermoso de esa forma, él no llevaba el saco de la escuela, mostrando solo su camisa blanca y su cuerpo delgado, no era muy común lo que hacía, pero se ganaba la mirada de alguien.
Antonio Del Río (Columna 1, Asiento 1), este era el que tenía los ojos puestos en su amigo rubio, Ayden, admirando la belleza natural del chico, aunque sonara cursi, pero así era para él, este chico era diferente, pero no de mala manera, era el único de toda la clase, y probablemente de la escuela, que tenía su piel de tez oscura, tampoco tanto, pero no era blanca, sus ojos eran cafés, su cabello negro corto estaba cubierto por un gorro de lana gris y verde, sosteniendo una lapicera en su mano, habiéndose detenido en hacer sus tareas para ver al rubio entrar en paz, le gustaba eso, Ayden termina por abrir los ojos al sentir la mirada de su amigo, conectándolas, y finalmente, sonriéndose, aunque él no era el único con la mirada posada en el rubio, Ian no dejaba de verle, de una manera algo frustrada
Jimmy: Eso es lindo- dice de la nada, mientras Dimitri al mismo tiempo elevaba una mano y la colocaba sobre los cabellos del niño con ternura.
Ronald: ¿Qué?-
Otro chico en la clase que tenía aspecto…no malo, sino que algo perverso, en especial por su mirada, Curtis Horton (Columna 6, asiento 5), su rostro y tez eran blancos, pero sus ojos y su cabello que por cierto le tapaba mucho la frente y los ojos, era color gris, siempre tenía la cabeza gacha por lo que se veía, él estaba sentado en su lugar, hasta que de un segundo a otro se levanta, caminando y acercándose al anteriormente mencionado, Xavier, y junto a ese otro chico Trevor empiezan a hablarle, el del medio siempre ríe algo travieso, por las cosas que le decían esos dos, no daban una imagen muy común, tanto Curtis como Trevor peleaban por la atención del rubio algo fuera de sí, pero a este no le molestaba en absoluto.
Keith: No te preocupes por eso, te gusten o no…-
Dimitri: Aquí no discriminamos por eso, es nuestra regla gracias a Ian, el chico que está por allá-
Otro del que no hay mucho que decir, pero no sería justo dejar de lado, era Bobbie Sleepson (Columna 4, asiento 2), cabello naranja mucho más oscuro que otros, no muy largo, normal, su uniforme no estaba tan bien arreglado, y se debía en parte a lo que estaba haciendo, pues estaba profundamente dormido en su pupitre sobre sus propios brazos cruzados, hasta un hilito de saliva se le salía de la comisura de los labios y manchaba el pupitre, si fuera una caricatura una burbujita le saldría de la nariz.
Ronald: Amm ¿bueno?-
Esa regla no le sorprendía tanto, algunos de sus compañeros se veían…no raros, diferentes, y no eran molestados ni nada, pero era algo exagerado y permisivo, ejemplo, Sunny Summers (Columna 4, asiento 4), porque él, simple, era el único, no solo del aula, sino de toda la escuela, que usaba uniforme femenino, su camisa blanca, era una blusa, su pantalón negro, era en cambio una falda corta pero igual negra, zapatos de chica con poco tacón, medias largas que cubrían hasta la rodilla, y combinado a su piel blanca, su rostro delicado, ojos azules, y cabellera rubia brillante hasta la cintura y una bincha que formaba un cerquillo, le hacían ver como una chica bastante linda, pero claro, en realidad si era un varón, él estaba con las piernas cruzadas tecleando su celular con una sonrisa despreocupada, hasta que este chico Keith, retirándose del grupo alrededor de Ronald se acerca diciéndole algo, a lo que Sunny asiente y se levanta con una sonrisa siguiéndole, seguramente a almorzar juntos antes de acabar el receso.
Brandon: ¿Y en qué país está tu padre ahora?-
Ronald: Egipto-
Otro niño del aula, Jerry Peeks (Columna 3, asiento 4), su cabello era pelirrojo, pero muy colorido y brillante, tez blanca, con su saco algo abierto, y por demás, una sonrisa alegre, pero también tenía algo de único, era algo rellenito, no gordo, pero tampoco delgado como el resto, tenía ojos verdes, arriba de sus mofletes regordetes, con comida dentro, en su pupitre, había como una docena de paquetitos de golosinas abiertos, y todavía quedaban algunos por abrir en su lonchera bastante llena, o a su madre le encantaba tenerlo gordito, o a él le gustaba comer demasiado, o quizás ambas.
Detrás de Jerry otro estudiante que permanecía en su asiento, Spike Stuart (Columna 3, asiento 5), de pelo curioso color verde claro, y en algunas partes y mechones más oscuro, sus ojos eran grandes y vistosos, tampoco para exagerar pero si lo eran, color violetas oscuros y brillantes, el chico no eran tan alto, vestía el uniforme bien, aunque su saco estaba arremangado ya que le quedaba algo grande, y tenía puesto un collar de cadena dorado, con una piedra roja y brillante en forma de corazón, él estaba escribiendo en un cuaderno con una sonrisita.
Ronald: Él ha estado allí alrededor de un año en esta primavera-
Yuushin: Vaya Egipto ¿eh? Apuesto a que hace mucho calor allí-
Emmet Clears (Columna 4, asiento 5), el mencionado, era de cabello rubio claro, algo opaco, cortado en forma de coco, dándole aire chistoso pero infantil, de estatura baja, sus ojos eran grandes e inocentes de color celestes, no tenía una sonrisa en la cara, sino que formaba un circulito con sus labios, como curioseando, en lugar de llevar shorts o pantalón, tenía un overol negro con shorts encima de la camisa blanca pequeña, además, unos enormes lentes circulares, nerd no sería la palabra para describirlo, aunque algo cercana, el pequeño tenía la mirada curiosa puesta en el que tenía delante, ladeando la cabeza tiernamente sin quitar su expresión.
En frente tenía a otro chico, Taylor Campbell (Columna 4, asiento 4) algo más alto que él, su cabello rojo cálido oscuro largo atado en una cola baja con una liga naranja, ojos celestes claros, labios rosados, y tez clara, usando al igual que Emmet muy correctamente el uniforme, su rostro denotaba una tremenda seriedad madurez a diferencia del más pequeño, al que miraba neutralmente, al menos por pocos segundos, hasta que Taylor sonríe cálidamente, elevando su mano para acariciar suavemente la mejillita del niño rubio, pareciendo como una madre cariñosa para Emmet, quien no sonreía, sino que seguía con su miradita curiosa sin dejar de ver al chico.
Jerome: No sería capaz de soportarlo, no puedo soportar el calor-
Mencionando a otro chico de aspecto curioso, estaba ese niño que Ronald había notado al instante al entrar, porque llevaba en su cabeza un gorro curioso, exactamente igual al de ese personaje de la televisión, Finn el humano, y una gran coincidencia con su nombre, Finn Fletcher (Columna 6, asiento 4), el pequeño chico por los pocos mechones de cabello que salían del gorro, parecía ser rubio, de ojos azules bonitos, piel blanca y lechosa, estatura algo baja, su gorro cubría casi toda su cabeza, dejando nada más a la vista su rostro tierno y el cerquillo rubio, era completamente blanco y con esas pequeñas orejitas de oso encima, y obvio de forma cuadrada, usaba su saco y camisa, pero en vez de pantalón, shorts, medias largas hasta la rodilla, y zapatos negros, balanceándolos de adelante hacia atrás mientras dibujaba en un papel a Jake el perro con crayones.
Dimitri: Ay pues considérate afortunado Jero-
Brandon: Si, no importa cuánto te esfuerces, nunca vas a hacer una investigación ni a tu sótano jajaja-
Jerome: Ja ja que gracioso, estoy consciente de eso- el peli azul luego de decir esto voltea la vista para dirigir su mirada a alguien que recién entraba por la puerta, con un muffin en la mano derecha y un librito de cuentos que sostenía contra su pecho con la mano izquierda, un chico muy especial y el último que falta mencionar de la clase.
Elliot Harper (Columna 3, asiento 2), su pelo era color castaño claro corto, algo rubio también, con una pequeña bincha tipo listón color rosa, su piel era clara, estatura baja, rostro aniñado y aparentaba ser más joven de lo que era, ojos igualmente castaños que se veían como si estuviera cansado o a punto de dormir, pero en verdad así eran sus ojos, usaba también un short al igual que otros pequeños, pero manteniendo el saco y camisa, sus medias hasta debajo de la rodilla eran negras combinando y camuflándose con los zapatos, dejando solo a vista parte de sus piernitas, el niño camina hasta su asiento, que estaba junto al de Jerome, que por cierto aún no dejaba de verlo, sentándose y empezando a leer su librito de cuentos de hadas alegremente, enterneciendo al peli azul.
Ronald sonríe ante la calidez de sus nuevos compañeros, de cualquier forma el punto era adaptarse no?, claro todos eran muy diferentes, pero eso no le importaba, aunque tal vez esa escuela era demasiado permisiva y extraña, pero bueno, la cosa es que los que parecerían ser sus nuevos amigos en esa ciudad y en ese año tan aburrido que debería pasar sin hacer nada divertido, ni siquiera correr, se veían como buenas e interesantes personas, y necesitaría mucho de eso para que el año pasara lo más rápido posible.
Entre las risas y habladurías con el grupo de chicos, Ronald no puede evitar ver nuevamente ese pupitre en la esquina, donde supuestamente había visto sentado a ese niño, Danny Clarkson (Columna 6, asiento 6), pero el niño de ojos avellanas y cabellera negra gótica no estaba ahí, y ahora que podía analiza mejor ese sitio tan alejado, podía apreciar que estaba muy dañado a comparación del resto de carpetas, todas se veían como nuevas y muy firmes, y ese que veía, estaba muy maltratado, más de lo que pensó, oxidado, viejo, decolorado, rasguñado, inclusa la madera de la mesa tenía rajaduras y algunos escritos que no podía llegar a leer a esa distancia, extrañándose.
Su mirada extrañada y su repentina falta de habla y quietud no pasan desapercibidas por los que le rodeaban.
Dimitri: ¿Qué pasa? ¿Pasa algo?- pregunta el de lentes con algo de seriedad.
Ronald: Ah, no nada, ah cierto, acerca de ese otro chico que me visitó, Luciano ¿verdad? ¿Está ausente hoy?-
Dimitri: Ah…pues así parece- pero el de cabello gris no se queda así nada más, sin que Ronald le notara, dirige su mirada demandante hacia Jerome, este se pone algo nervioso, por unos milisegundos, antes de colocar una expresión forzadamente relajada hacia el de pelo marrón.
Jerome: ¡Hey! ¿Por qué no te damos un recorrido por la escuela durante el segundo receso? Es difícil no saber dónde están las cosas ¿verdad?-
A lo lejos del grupito, algunos chicos dedicaban miradas cómplices, y algo curiosas, Ian tenía los ojos achicados, como sospechando algo extraño, Marlon y Matthew estaban igual, pero solo daban ojeadas nada amigables, hasta Antonio, Ayden, Gibson, Curtis y Zack dejaron de lado lo que hacían para prestar un innecesario y súbito apego a lo que decía Ronald.
Ronald: Sí, es una buena idea, gracias-
6 de Mayo del 2008
Escuela Norte de Empher para Varones
Noveno Grado
Tercer Año de Secundaria
Clase: Número 3
Cantidad de Estudiantes: 36
Profesor: Jewels Kingsley
Tutora: Daniels Jessie
Muertes de la clase, hasta ahora: 0…
Muertos: 1…
Y contando…