Una templada mañana de otoño en la aislada ciudad de Empher la luz filtrada entre las nubes iluminaba el gran patio de la escuela del Norte para varones, siendo un camino en redondéela de tierra y pasto, rodeando un centro decorativo de cercas blancas bajas y un pequeño lago artificial de rocas con agua cristalina como un espejo natural, con plantas verdes y flores adornaban su contorno, al igual que los árboles y arbustos frondosos y verdes, algunos algo rojizos por la época, flores y capullos sobresalientes, y varias bancas azules claras de madera regadas para la comodidad, siendo todo incluido en el gran jardín al lado del edificio crema extenso con innumerables ventanas por todas las altas paredes, los salones y pasillos siendo visibles desde el exterior daban de cierta forma un paisaje natural y natural a pesar de lo urbano. Los rosales amarillos, púrpuras, rojos, blancos y rosados danzaban con sus hojas al compás del relajado viento y la brisa fresca algo helada, rozándose unas contra otras delicadamente, mientras que una que otra mariposa o Catarina colorida y curiosa se posaba en los delgados pétalos con rocío cristalino.
Junto a la estructura baja pero larga de madera, con las ventanas verticales rectangulares que dejaban ver la biblioteca oscura dentro de las paredes, en frente de los bellos rosales amarillos con hojas verdosas claras, al lado de un pequeño árbol de largas ramas y una nube de hojas que daban una pequeña penumbra cubriendo casi la mitad de la banca azul del costado, una silueta descansaba sentada a la sombra de la gran planta, vistiendo el uniforme escolar, su saco negro a botones, el cuello blanco de la camisa a la vista, unos shorts cortos oscuros hasta arriba de la rodilla, usando medias negras largas que le cubrían casi todas sus piernas, unos zapatitos de charol negros y su rostro, blanco y pálido, siendo cubierto por la cabellera negra algo larga, su ojo izquierdo seguía siendo cubierto por aquel parche blanco, y su expresión no cambiaba en nada, no significaba absolutamente nada.
- Hola-
Pero la voz de cierto chico, que llevaba una gorra en la cabeza, vistiendo el uniforme, le hace levantar la mirada lentamente, de manera curiosa pero a la vez sin importancia, cosa extraña de entender.
- …¿por qué?… -
Pregunta al aire, o a Ronald mismo, el que estaba de pie se sobresalta un poco, las palabras frías del niño le estremecían en repetidas ocasiones. Danny cierra los ojos, bajando la mirada, apoyando sus manos a cada lado suyo para incorporarse, y quedar completamente en pie, viendo con la mirada seria y el rostro blanco elevado hacia el mayor, separando sus labios.
- ¿Estás de acuerdo con esto?-
- Bueno…-
Antes de poder responder, un fuerte y repentino viendo, casi aural o tal vez espectral por la presencia de tal golpe de aparición, le golpea la cara y el cuerpo, cerrando sus orbes al sentirle, las rosas también son cubiertas, haciendo que varios finos pétalos de flor y hojas delicadas, en un velo amarillo y verde brilloso, cubriendo a ambos chicos, con su aroma, con su remolino de pensamiento infinito y la naturaleza y frescura, el viento de alguna forma no se detenía, daba vueltas, alrededor de ellos volando sus cabellos, con el contacto fino y cortante de las miradas petrificadas en el otro.
- Debes tener cuidado- los pétalos giran alrededor de ellos, junto a las hojas, brillantes, el velo –es posible que…ya hayan comenzado-
La intensidad del viento, y de la danza de esos trozos arrancados van mucho más rápido, las hojas verdes chocan contra el suelo, formando un circulo que les rodea misteriosamente, las mariposas y catarinas, de un segundo para otro poniéndose aterradas, habían huido, lo más lejos que podían, si tenían suficiente fuerza, y la milagrosa suerte de su lado sin ser alcanzadas y trituradas por los gorriones o cuervos, volarían muy pero muy lejos, fuera de Empher.
La luz entraba pacíficamente por la ventana rectangular de la pared, la puerta de madera con vidrios en cuartos decoraba un lado de las repisas con maderos y materiales duros, bajo la pantalla de vidrio antes mencionada estaban los lavatorios, con tres fregaderos, tazas para pinceles, y algunas toallas. Del otro lado, un mueble de madera mucho más fina, con cuatro estatuas muy distintivas encima, parecían ser príncipes romanos, solamente sus cabezas y parte de sus pechos esculpidos e inmortalizados en la piedra blanquecina grisácea, algunas cajas y carpetas de materiales descansaban a su costado, y en los casilleros que incluía el mueble habían cajas con todo tipo de colores, pinturas, cerámicas, papeles y más. No hace falta mencionarlo, pero no hace daño decirlo, el salón de clases de arte.
Jessie: ¿Y que se supone que es?- pregunta la voz femenina de una mujer, la tía de Ronald Jessica, o mejor conocida ahí como señorita Jessie, la segunda tutora de la clase 3 y profesora de artes de la escuela, quien veía algo extrañada la pintura recién hecha de uno de sus alumnos.
Felix: Oh…amm…es una…mariposa- responde el chico de ojos violetas y cabellos grisáceos con una sonrisa tímida.
Jessie: Amm una mariposa?- en la pintura se apreciaba efectivamente la forma de una mariposa, el cuerpo, las grandes alas extendidas, pero el fondo, y los contornos eran como manchas borrosas, con tintes más oscuros y claros entremezclándose, creando una figura abstracta, y algo demoniaca, las alas purpureas tenían como decorativa un gran ojo distorsionado y de pupilas negras y profundas.
Felix: Es “la mirada de la mariposa”-
Jessie: Amm ¿estás seguro que es lo que quieres dibujar?-
Felix: Sip- responde feliz por su trabajo.
Jimmy: ¡A mí me gusta!, es como si esa cosa me estuviera viendo- exclama infantil viendo la pintura del chico con entusiasmo.
Jessie: Ah…- suelta un suspiro –no es igual al objetivo de la clase pero bueno…la próxima guarda este tipo de cosas para el club de arte-
Felix: Jeje si está bien lo siento- ríe un poco.
Jessie: Nah no necesitas disculparte, sigue y termina que está muy interesante- le acaricia el cabello a Felix y se va a ver el avance del resto de la clase.
En ese salón eran en total nueve grandes mesas, cada una para cuatro personas, y ordenadas en filas y columnas de tres mesas, todos sostenían una base de madera con sujetador de metal con el que mantenían la hoja firme y sus bolsos de material acuarela para trabajar, ese día dibujaban objetos contundentes, y en la mesa en la que estaba Felix, con Jimmy al lado y Antonio y Ayden en frente, tenían como tarea retratar una mariposa púrpura enmarcada, claro Felix se había salido del tema pero el resultado no era nada malo. Ronald que estaba en la mesa detrás de la de Felix con Patrick al lado y Jeffrey y Harley en frente, luego de cansarse un poco de tanto cariñito que se hacían esos dos sin disimular, siente curiosidad por Felix, volteándose para hablarle al peli grisáceo con amabilidad.
Ronald: Te gusta mucho el arte ¿cierto?- sonríe al preguntar lo obvio.
Felix: Jeje claro que sí-
Jimmy: Felix si que tiene su estilo único de pintar- sonríe uniéndose a la conversación el peli rosado más pequeño.
Ayden: Yo creo que es hermoso, los ojos en las alas de la mariposa realmente dan el sentido del espejo del alma de la humanidad viendo como el negro de tinieblas en las pupilas revela la desgracia que el mundo he de sufrir cada día- habla esta vez Ayden, de ojos avellana y el cabello brillante lago cubriéndole un ojo, tenía los ojos medio cerrados, con una sonrisa relajada y un aura pacífica notable.
Felix: Pues gracias, que bien que lo entendieras a la perfección-
Ronald: ¿Tú eres Ayden no?- dice para confirmar.
Ayden: Así es- responde sin dejar de pintar suavemente en el papel.
Seguidamente de esto, Ronald ve con una sonrisa al chico al lado del rubio aural, y sip le llamaba así, ya que Ayden denotaba una personalidad muy profunda, y el sobrenombre le quedaba. Pero el muchacho a su lado, era todo lo contrario, no es por ser sonar racista, pero todo lo contrario físicamente, “¿tú eres Antonio cierto?” le pregunta al de piel oscura, el único del grupo que la tenía así, ojos cafés oscuros, cabello negro que sobresalía de su gorro de lana gris, llevaba una sonrisa positiva y un aura alegre a decir verdad. Pero Antonio se la pasa cerca de cinco segundos en los que Ronald le estaba viendo esperando su respuesta, pero no sabía a qué, por lo que simplemente ladeó algo la cabeza conteniendo una risita insonora y viendo algo raro a Ronald extrañándole por esa actitud, “amm…este…Ronald, él no te puede responder” habla Jimmy frotando sus manitos “Antonio no puede hablar, es mudo” completa Ayden, el de cabello marrón mira sorprendido al chico, quien asiente sin quitar su sonrisa, “ah, ya veo, un gusto” le extiende la mano cómo puede, Antonio recibe el gesto de manera amable estrechando la mano del chico, al separarse, dedica una mirada a Ayden, y en menos de un segundo, los dos ríen, aunque solo la del rubio fue oída a duras pena. Se querían mucho.
Ronald: Entonces estás en el club de arte, ¿eh?-
Felix: Sip, bueno recién acabo de iniciar de nuevo este año- remoja su pincel en una vasija con agua.
Jimmy: ¿Estas planeando unirte a algún club?- se emociona.
Ronald: Amm no lo sé-
Felix: ¿Estarías interesado en el club de arte?, es muy divertido te lo aseguro, Ayden y Antonio también están- los dos mencionados asienten –además…alguien muy especial para mí está también en el club- dirige su mirada brillosa a un punto, que Ronald sigue con la vista.
En el punto que veían, Jessie estaba con las manos en las caderas, con su clara belleza resaltada, viendo lo que pintaba ese chico Yuushin con vendas en las manos con algo de desaprobación, “¿Qué se supone que es eso Yuushin?” el chico relajadamente responde que era una maseta con una flor, que era el objeto que tenían en la mesa que compartía con Jerome, Dimitri y Marlon, la boca de Jessie se tuerce “que yo sepa las flores no tienen boca, ni brazos, ni cara” “así es como se ve la flor para mí” y recibe un pequeño golpe en la cabeza que le saca risas a más de uno a su alrededor.
Ronald: Ah, ¿te agrada mucho la señorita Jessie?-
Felix: Ah…- se sonroja, pues no era ella a quien se refería –pues si…claro- Ronald se extraña un poco.
Ronald: Bueno, supongo que sería interesante-
Felix: …-
Jimmy: Amm y ¿qué opinas de la señorita Jessie?- Ronald no sabía cómo responder, le conocía muy bien, era su tía claro, pero según ella no debía llamarla así en la escuela.
Ronald: Amm no sabría cómo responder-
El chico de cabellos marrones ve a su alrededor, inspeccionando un detalle que rondaba y fastidiaba en su cabeza. En su mesa, Harley y Jeffrey hasta ahora jugaban un poco con la pintura acuarela, manchándose los rostros el uno al otro con sus dedos, aunque Harley tocía una que otra vez cuando reía mucho, Patrick pintaba tranquilamente sin una pizca de sentirse incómodo por eso, pero su pintura no era la mejor. Al lado de su mesa, estaban primero Gibson y Oliver, ambos trabajando en la misma pintura, estando Oliver sentado en las piernas del mayor quien le abrazaba con un brazo y con el otro realizaba los trazos sobre el papel, acompañados de las risitas del peli negro pequeño, Taylor y Emmet estaban en silencio, pero sonriéndose de vez en cuando con cariño, Emmet de vez en cuando se sonrojaba demás. Luego Connor, que se aplicaba algo de gel al pelo sin prestarle atención al dibujo a medio hacer que tenía, Spike haciendo un intento porque le saliera bien su trabajo, y los gemelos Look y Luck moviendo sus manos y los pinceles exactamente igual sobre sus hojas de papel, todo normal por ahí. Jimmy y Felix conversando alegremente, Antonio y Ayden, el primero al parecer comunicándose con lenguaje de señas al rubio, quien le entendía a la perfección pues le respondía de manera normal, suerte que Antonio parecía poder leer los labios. Después, Finn, pintando a jake el perro otra vez con emoción, Elliot, pintando un castillo de cuentos medieval, Keith, auto retratándose con ojos y mirada un poco muy egocéntrica, esa chica Sunny, si chica, respetaba el que “él” quisiera ser “ella” por lo tanto debía tratarla como tal, la respetaba, ella era la única que pintaba lo que realmente deberían estar haciendo. Siguiente mesa, Xavier, Curtis y Trevor hablando entre risas mientras hacían el trabajo, por lo que veía, Xavier era centro de atención de esos dos, estaban incomodando a Nelson, quien solo se había sentado ahí para estar cerca de Keith, debajo de la mesa de Felix y Jimmy, estaban Bobbie, dormido sobe el mesón cosa que no era rara, Jerry y Brandon hablando un poco entre ellos, faltando posiblemente Luciano nuevamente, ya que el asiento en frente de Brandon, que Ronald creía era su mejor amigo, estaba vacío. Luego Yuushin, Jerome, Marlon y Dimitri, haciendo el trabajo indicado pero sin dejar de conversar, y finalmente, Matthew, Ian y Zack, los menos…animados juntos en la mesa más alejada de la suya, agradecido en cierto modo, irónicamente, el objeto que debían retratar, era una máscara teatral, representando el drama y la tragedia, pero algo estaba muy claro, solo eran tres, y un asiento estaba vacío, y le estaba cansando eso. Danny…
Ronald: …no está…-
Los chicos caminaban por el piso de madera del pasillo de la pequeña estructura de clases de artes, saliendo en pares o en grupos, o totalmente solos, las ventanas al lado daban pequeñas pantallas de luz desde arriba, un ambiente sereno, pero algo tétrico. Ronald iba junto a Felix, le había caído bien, así que sería bueno empezar a hacer amigos en ese lugar. “Oye…pintar cosas así, como lo que hiciste en la clase…no te hace sentir asustado?...o incomodo?” pregunta Ronald de repente, llamando la atención del de pelo grisáceo, quien ante la interrogante detiene su paso, Ronald igualmente lo hace, Felix ve a través de una de las ventanas, con algo de melancolía, respondiendo.
“Si, pero me siento de la misma forma de todo, pintar me saca esa emoción, a muchos otros también, pero…es por eso que me gusta” usa su mano tocando y rozando el vidrio, o intentando tocar el exterior, o tocando su propio reflejo. “¿Te gusta porque te hace sentir incómodo?” dice Ronald confundido, pero sin ser grosero, acercándose al chico. “No sirve de nada fingir que no puedes ver lo que está pasando…creo que…es lo mismo para todos” se mira a sus propios orbes en el vidrio espejo de marco de madera. El de cabellos marrón si que se extraña con tan rara respuesta, en realidad no sabía si había sido una respuesta o un discurso, algo macabro y deprimente. “Hey Ronald!” le llama una voz animada, antes de sentir un pequeño golpe en su hombro, volteando y encontrándose a ese peli azul que siempre vestía buzo, Jerome, y a su lado Yuushin, ambos sonriendo, “¿estás hablando de la profe Jessie?, déjenme unirme jajaja” dice riendo, aunque no se espera el golpe en su cabeza de parte del chico peli blanco “ya basta de fingir que eres hetero, y uno muy malo por cierto, si Elliot se entera pues tu oportunidad va a ser menos existente de lo que ya es” habla Yuushin cruzándose de brazos y viendo de manera desaprobatoria a Jerome.
Jerome: Bueno tampoco quiero ir por ahí gritando “Hey! Soy bisexual y me gusta Elliot” o sí?-
Yuushin: Pues suena como algo que tú harías- se burla ganándose la molestia infantil del peli azul.
Ronald: Jaja- ríe ante la escena tan peculiar, hasta ese punto el que Jerome fuera bisexual…no le extrañaba, considerando al resto de la clase –por desgracia estamos hablando de algo un poco más oscuro-
Ante esto tanto Jerome como Yuushin cambian sus rostros a unos serios, cosa que Ronald no llegó a notar, ambos se miran entre ellos, y luego le dedican sus miradas a Felix, quien desvía el rostro incómodo.
Jerome: Este…- Yuushin le hace a un lado.
Yuushin: ¿A qué se refieren con…algo más oscuro?-
Ronald: La sensación de inquietud del mundo- solo eso y Yuushin suelta un suspiro, aunque Jerome saca una risa.
Jerome: Jeje ¿y que se supone que significa eso?, parece un diálogo de telenovela-
Ronald: ¿Nunca se han sentido así?-
Yuushin: Pues en verdad sí-
Jerome: Al igual que llegamos al noveno grado, solo para terminar en la maldita clase 3…- se calla de repente.
Tanto Yuushin como Felix se sobresaltan asustándose, Jerome solo se tortura mentalmente de haber mentido la pata en el momento menos indicado. Pero el más confundido era Ronald, quien se queda con los ojos abiertos y una expresión de temor y necesidad se saber el significado real de esa palabra dicha por el peli azul, quien notablemente la dijo sin pensar, maldita, pero por qué querían ocultar esa simple cosa?. “Amm…escucha Ronald…he querido decirte algo desde ayer” habla Jerome acercándose al peli marrón, Yuushin no hace más que quedarse en su sitio, “?no crees que es…mala idea ahora?” exclama Felix levantando su mano como diciéndole alto al peli azul, “bueno, tal vez, pero…”
Ronald: ¿Qué?...- iba a preguntar más, pero algo llama totalmente su atención.
Por la abertura de una puerta semi cerrada, que conducía a la biblioteca de la escuela, podía ver la silueta de alguien, de él, Danny, pareciendo dibujar algo otra vez, su cabello negro largo y el parche blanco eran suficientes para confirmar sus sospechas, se le escapa una respiración de la sorpresa de verle.
Jerome: ¿Qué sucede?-
Ronald: …nada, me tengo que ir- responde empezando avanzar hacia la puerta corrediza, Felix y Jerome se acercan, viendo que, “él”, estaba dentro de ese cuarto, preocupándose.
Yuushin: …- este recién despierta de sus pensamientos, para notar como Ronald entraba a la biblioteca, asustándose -¡hey Ronald!- le intenta detener.
Felix: Eso no es…-
Felix: ¡Espera!-
Y cierra la puerta tras de sí, poniéndole el seguro de metal para prevenir una interrupción, y al hacerlo, regresa toda su atención al niño.
“Hola” le saluda con voz baja pero amable, y por supuesto con su sonrisa confiable de siempre. Danny estaba sentado, solo, en una de las mesas en frente de un librero bajo largo, la ventana detrás de él dejaba entrar luz que le pegaba en la espalda, y resaltaba más su silueta oscura. Por dos segundos máximo, su mano detiene el trazado del lápiz sobre la cartulina, elevando la vista, viendo otra vez al peli marrón, sin decir nada baja la cabeza, y continúa creando las líneas de carbón sin hablar. La biblioteca era extensa para estar en un lugar algo reducido, pero tenía muchos libreros con variedades de temas, algunas mesas con sillas todo de madera para leer, y las luces de neón, estaban averiadas, pues una no dejaba de parpadear, lo que daba a entender que deberían estar encendidas, pero no era así. Ronald se acerca, para estar de pie al lado de Danny, quien para su impresión, fue el primero en hablar esta vez, “¿eso está bien?” pronuncia su voz, confundiendo al mayor, “¿qué cosa?” pregunta sin quitar su sonrisa, “¿no intentaron detenerte?” al menos sabía a qué se refería con eso, “supongo que no pudieron” dice calmado, aunque era algo muy serio sin saberlo. “¿Qué dibujas?” pregunta cuando por fin logra visualizar lo que Danny dibujaba en esa cartulina blanca, apreciando la figura de un chico, desnudo, sentado de lado, una pierna recogida, otra estirada, y ambos brazos sobre la rodilla alzada, y a juzgar por el tipo de cabello del dibujo, era el mismo chico, “¿eres tú cierto?, se parece mucho a ti, ¿no?” le dice alegre, Danny continua con sus trazos, frenando al segundo, volteando lentamente el rostro para ver a Ronald a los ojos, “algo, supongo, al final, voy a dibujarle alas enormes” Ronald asiente “¿un ángel?”, Danny deja de dibujar y deja el cuaderno de cartulinas sobre la mesa, “¿quién sabe?”.
Ronald: Oye, ¿Qué estabas haciendo en la lluvia ayer?- pregunta al recordar haberle visto sin un paraguas y totalmente quieto a merced de tantas lágrimas de vidrio.
Danny: …no me disgusta la lluvia…mi favorita es la de invierno…es como punzadas heladas y suaves en el rostro…antes de que se conviertan en nieve-
Ronald: Ah, está bien… ¿qué te paso en el ojo izquierdo?- la pregunta que ya tenía hace un buen rato en la cabeza, Danny cubre el parche con su mano izquierda –haz estado usando ese parche en el ojo desde que te vi en el hospital- Danny quita su mano y mira a Ronald.
Danny: ¿Quieres saber?-
Ronald: Ah, si no quieres decirme está bien, no te estoy obligando ni nada- le indica intentando no parecer demandante, pero Danny regresa su vista s u cuaderno continuando con su dibujo.
Danny: Entonces no- respuesta corta, fría, pero firme de parte del niño.
“Debes regresar a clases” escucha de repente la voz severa de un hombre, un tipo alto, de unos cuarenta años, quizás menos, quizás más, cabello gris oscuro, casi negro, largo y un poco ondulado, atado en una cola atrás de la cabeza pero igual se notaban mechones a cada lado, ojos de un muy curioso color negro, como los de ese chico Matthew de la clase, usaba una camisa azul, saco marrón, pantalón verde de vestir, y zapatos negros. Además de unos lentes de marco que daban una apariencia estricta. “No te he visto pro aquí antes” habla dirigiéndose a Ronald acomodándose los lentes, “ah este, soy Ronald Daniels, de noveno grado, clase 3, me acaban de transferir” se presenta educadamente ante el hombre, “mmm bueno, yo soy Jonathan, el bibliotecario, puedes venir aquí siempre que quieras, pero tienes que irte, ahora” le dice, o más bien ordena haciendo una seña con su mano como diciendo “fuera”.
Ronald: Si-
El peli marrón le da una última mirada a Danny, pero sin obtener una respuesta de vuelta del niño de cabellos negros y parche blanco en su ojo izquierdo. Todavía con muchas dudas en su cabeza y con la necesidad de seguir al lado del pequeño, se despega de su lado, caminando hasta la puerta de salida, se detiene en el umbral al quitarle el seguro y correrla, para echar un ojo atrás, viendo a Jonathan al lado de Danny, aun viéndole, mientras el niño aún seguía concentrado en su dibujo, cierra la puerta.
9:48 de la noche, 7 de Mayo del 2008.
La casa en la que se quedaban los Daniels, estaba cubierta por la fría noche del jueves, el jardín tenía grillos juguetones y cantores, luciérnagas brillantes revoloteando, que poco a poco se alejaban con el viento, los grillos no se quedaban nada atrás, saltando los arbustos, rocas, y las flores perfectamente arregladas, para salir del jardín por un lado de la casa, alejándose junto a las luciérnagas que formaban figuras brillantes que se alejaban por los cielos, yéndose con el sonido de los pequeños insectos saltadores. Como, si estuvieran huyendo, lo más lejos que pudieran, pero no se quedarían, no en Empher, al menos no por ahora.
-¡Chip!… ¿por qué?- dice la vocecita aguda y chillona del ave, su jaulita estaba en el interior de la casa, no quería que se enfermara el pobre pajarito con tremendo frío que hacía afuera -¡Chip!-
- Jonathan ¿eh?- dice la voz de Jessica, en casa ya no era la señorita Jessie, era la tía Jessica.
La mujer estaba sirviendo algo de vino en un par copas brillantes sobre la pequeña mesa de centro en la sala de la casa estilo japonesa, y con algunos decorados australianos en las paredes, ella estaba junto con Ronald sentados en los sillones mientras hablaban, luego de servir el vino, toma una botella de agua y lo combina para neutralizar un poco el sabor algo amargo y el poco alcohol de la bebida para su sobrino.
- Sip, revisé su nombre en la lista de profesores, pero como no es uno en realidad no pude averiguar su apellido, dice Ronald tomando su copa luego de ser combinada –actuaba como si fuera el dueño de ese lugar- el chico tenía su gorra a un lado, le gustaba tenerla cerca.
- Él da esa impresión, ¿no? Jeje- toma de su copa luego de soltar una risita –el dueño de la biblioteca, según la tele, antisocial, siempre vestido formalmente, le puso a todas las chicas los pelos de punta jajaja, ¿dijo algo?-
- No, no realmente, por cierto mamá a qué hora viene?-
- Mmm pues se quedó unas horas más por trabajo, no creo que llegue más tarde que las diez-
- Ah está bien- bebe de su copa –ah y, ¿esa biblioteca siempre ha estado ahí?, es decir, ¿tú y mamá también habían entrado ahí?-
- Sí, siempre ha estado ahí, pero después de que el nuevo edificio se terminó- bebe un buen trago del vino, terminando con una sonrisa –por cierto Ronald, ¿vas a entrar a algún club?- pregunta con emoción, Ronald bebe un poco más antes de contestar.
- Bueno, en realidad, hoy me invitaron al club de arte-
- ¿Te gusta el arte?-
- Estoy interesado, pero sabes que no soy muy bueno dibujando, soy mejor en deportes pero creo que no se podrá hasta el próximo año- menciona con algo de fastidio por su condición –pero cuando pueda lograr ser arqueólogo como papá, me gustaría poder ver sobre una buena escuela de artes como segunda opción-
- ¿Ah sí?, pues es muy bueno saberlo- sonríe.
- Creo que optaría por tallado y escultura, ¿crees que sea buena idea?-
- Mmm pues creo que como arqueólogo sería increíble, según me contaron soportas muy bien el calor, el frío, sabes moverte en terrenos difíciles, toleras bastante la fatiga y era fuerte y ágil, y como escultor…pues el talento es importante, habría que ver si lo tienes, pero sabes que la habilidad comercial también lo es, sin un poco de suerte no creo que se pueda- dice seria, Ronald suspira pesadamente.
- Bueno supongo-
- Pero sabes que es patético renunciar a algo sin siquiera intentarlo-
- Mmm bueno sí, gracias- sonríe agradecido y sigue bebiendo.
Pov’s Ronald
“!Chip!” escucho decir a ya saben ustedes quien jeje, bien, ahora tengo una posible opción de vida en caso de que el ser arqueólogo causa que en accidente o que me lesione de gravedad, si no estoy con buena salud es obvio que no podré seguir explorando cada rincón peligroso y arriesgado del mundo, no digo que vaya a pasar, pero es mejor lamentar que prevenir cierto?, si llega a pasar, ojala que no, pues me meteré a alguna escuela de artes, tal vez pueda tener un futuro como escultor, y sería gracioso, pues siendo arqueólogo descubriría obras de personas que vivieron hace mucho pero mucho tiempo, y si soy escultor y hago obras decentes, quizás en el futuro otros arqueólogos las encuentren, suena muy soñador eh? jajaja pero no hace daño el imaginar, de hecho creo que sería una de las pocas cosas que podrán tenerme entretenido ahora que no puedo hacer esfuerzo en la vida real, tonta condición, pero ya que, solo tengo que ser paciente, por todo un largo año, agradezco que la tía Jessica esté conmigo, hasta este año no la había visto en mucho tiempo, eso de que la llame Jessie en la escuela y Jessica en casa me confunde un poco, pero es una de sus tantas peculiaridades que la hacen especial, aun así la quiero mucho claro está, y pues también está mi madre y mis abuelos, pero por estos días, mi tía es la que más ha hablado conmigo y la que más me ha aconsejado para la escuela.
Las cosas van y están muy extrañas ahora, todavía tengo mucha curiosidad en saber más de ese Danny, es muy misterioso desde que lo conocí en el hospital, no habla mucho, no socializa, casi nunca lo veo en la escuela, y no escucho que otros chicos o siquiera profesores lo mencionen, es más, creo que en las clases el no hace nada más que mirar por la ventana o dibujar en ese cuaderno que lo he visto llevar muchas veces, y el profe King no le dice nada, me parece algo muy malo para su educación, aunque lo que en realidad me interesa de Danny, es porque esa actitud tan reservada, incluso podría decir macabra, será que asusta a todos y por eso no se le acercan?, mmm pensándolo bien, él es muy pequeño, bajito, y no creo que sea fuerte, honestamente no imagino que alguien de la clase le tenga miedo, al menos la mayoría, será muy difícil averiguar más de él, sobre todo si a duras penas e ciertos momentos lo encuentro escondido por la escuela y si tengo suerte me contesta mis preguntas, él ya me dijo que odia ser interrogado, si quiero saber sobre él y que bueno, que sea mi amigo, o llevarnos bien al menos debo hacerle sentir a gusto conmigo, no suena raro no?, bueno que más da, lo que me importa es averiguar porque toda esta situación tan rara en la escuela. También se me acaba de plantear otra pregunta, por qué Danny lleva ese parche en su ojo?, si es que tiene uno debajo de él, me puedo plantear mil y una cosas sobre la razón por la que lo tiene, igual no sirve de nada solo pensar y no investigar…a es cierto!, él estaba en el mismo hospital que yo, y conozco a una persona que sabe muy bien de cada paciente menor de edad, Suzie, mi enfermera, ella es encargada de los más jóvenes que entran al hospital, seguro sabrá algo de Danny, sería muy raro que olvidara a un niño pálido con un parche en el ojo izquierdo, no podré esperar hasta mañana para averiguar, hoy trabaja hasta tarde, iré a verla antes de que mi madre llegue.