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The Extra, The Class 3-3 por kpoploveever

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Notas del capitulo:

Pues hola a los que siguen este fic, se que lo actualizo muy seguido, es porque ya tengo formada la idea de la historia y pues me gusta escribir este género de suspenso

bueno este capitulo es algo muy corto, solo es de 1900 palabras, pero contiene informacion importante para la historia

seguro recordaran esta escena del anime los que lo han visto claro, por favor no dar spoilers los que ya tienen idea de que pasará

gracias :)

10:23 de la noche, 7 de Mayo del 2008

 

El paisaje conocido vuelve a hacerse presente, frío, callado, aparentando ser solitario pero con mucha gente reposando en muchos de los cuartos incoloros, enteramente blancos, del gran hospital, bajo la noche de penumbra del cielo de Empher, casi ninguna luz salía de esas ventanas, solo se apreciaba la oscuridad de las habitaciones y pasillos, pero se podían ver algunas luces blancas muy pero muy opacas, producto de los focos fluorescentes del interior. El olor a medicina se sentía en todo el aire en los pisos superiores, la angustia, trabajo y dolor se habían puesto a dormir, dándole paso a la dichosa calma, teniendo un respiro para en la mañana volver al típico horario traicionero de entre la vida y la muerte. Más que todo la última, el viento soplaba, de improvisto, como si fueran almas que se aparecían y se iban al instante, era tétrico pensar en eso y caminar por las calles hundidas en soledad, y estar junto al edificio blanco donde más de una vida había sido perdido no ayudaba.

 

En la sala principal del enorme edificio, o sea la sala de espera del hospital, con piso que reflejaba todo lo que pasaba por encima, las sillas y sillones largos y cómodos de azul pálido, las paredes blancas con toques de celeste, algunos muebles con de madera con revistas y catálogos, maquinas despachadoras de bocados, de bebidas, posters para relajar el ambiente algo helado de ese lugar, todo estaba en oscuridad, completa oscuridad, exceptuando las luces que provenían de las maquinas activas las 24 horas. El ducto del elevador, alto, profundo, oscuro, con paredes de hierro y vigas de metal, con los cables y maquinaria necesarios para el funcionamiento, se podía escuchar un extraño eco provenir de la nada, y los cables fuertemente ajustados y firmes, empiezan a moverse, siendo seguidos por como una estructura cúbica de metal se eleva, las luces del elevador indican, piso 2…piso 3…piso 4…piso 5, deteniéndose en este último, abriéndose y dando paso a la luz blanca de su interior. La persona que sale del ascensor camina hasta la pequeña recepción de esa planta, dándose cuenta que la luz provenía de su interior, y como había previsto, ella seguía ahí.

 

Dentro de la oficina sentada en una silla de oficina con ruedas, estaba Suzie, vistiendo su uniforme de trabajo llevando el cabello rubio brillante suelto, con dos tiras de cabello teñidas de naranjas que caían a cada lado de su rostro, llevaba su blusa blanca con cierre, falda de largo medio pegada sin ser atrevida, pantis blancas cubriendo sus piernas, y sus tacones y tiara también color blancos, con su abrigo azul colocado en el respaldar de la silla. La rubia de piel blanca y ojos azules estaba muy concentrada mientras firmaba y ordenaba algunos papeles con datos e información de sus pacientes y del hospital en sí, al menos del área en la que trabajaba. Ella permanecía tranquila, tarareando una pequeña melodía con una sonrisa en su rostro, hasta que la silueta de cierta personita le llama la atención fuera de la ventana de la oficina, elevando su rostro para distinguir mejor quien era, sorprendiéndose un poco al notarle.

 

-          ¡Ronald!- exclama al ver al peli marrón con su chaqueta y su gorra azul favorita puesta, él le sonreía amistosamente.

 

El área de comedor del piso 5 se enciende, no todas las luces, solamente las que permitían ver una de las mesas y la barra de comida y bebida. “Lo siento, estamos inundados durante el día” dice la señorita sonriente estando en frente de una máquina de todo tipo de bebidas, “¿está bien que yo esté aquí?” pregunta Ronald algo temeroso de meter en problemas a la chica rubia que tanto empezó a apreciar desde que entró a ese hospital, estaba sentado en una de las mesas que la luz que Suzie había encendido podía cubrir, “no te preocupes pequeño” dice relajada dándole al chico un vaso con chocolate caliente de la máquina, con tremendo frío que hacía a esas horas de la noche le caería muy bien, mientras que ella tenía uno de café para mantenerse despierta por el resto de la jornada nocturna de trabajo del hospital, Ronald le agradece con un gracias y una sonrisa a la chica. Suzie deja su vaso de café en la misma mesa, acomodando su falda y sentándose en frente del chico, apoyando los codos, uniendo sus manos y viendo alegre a Ronald, uno de sus pacientes más recientes y queridos, empezando a hablar del tema que ambos casi siempre tocaban cuando Suzie cuidaba del chico.

 

-          Y entonces, ¿Qué has estado leyendo en estos días?-

 

-          Pues algunos de los autores que me recomendaste antes de que me dieran de alta- la rubia de ojos azules se cruza de brazos recostándose en la silla cerrando los ojos pero sin dejar de sonreír.

 

-          Mmm que bien jeje, si tan solo pudiera llegar a que mis compañeras de trabajo leyeran más que solo listas de pacientes y cheques de pago jajaja- ríe dulce con su voz aguda, contagiando un poco a Ronald, pero al terminar caya y mira al chico seria –pero eso no es a lo que viniste a hablar ¿cierto?-

 

-          Amm pues no, hay algo que quería preguntarte- menciona.

 

 

Pov’s Ronald

 

Supongo que ya conocerán un poco a Suzie, su apellido es Dendes y tienen 22 años, ella fue mi enfermera cuando entre al hospital luego de que me colapsara un pulmón, no suena divertido cierto?, por lo menos pude llegar a conocerla, ella siempre me trató con mucho cariño y delicadeza, casi podría decir que exageraba un poco, cosas simples que yo podía hacer por mi cuenta ella las hacía, ir por un libro, comer, beber, incluso leer, había días en los que me sentía literalmente como si estuviera cien por ciento apagado y sin energías más que para respirar y pensar, y pues ella entraba al cuarto, me abrazaba con dulzura, y tomaba el libro que dejaba el día anterior encima de la mesita de al lado, y me lo leía lentamente, haciendo pausas para asegurarse de que le entendía, y para revisar que me encontrara estable, casi como si fuera mi mamá en ese hospital, usualmente también me llevaba a caminar por el hospital, claro que yo debía tener un apoyo conmigo para evitar caer por el debilitamiento, ella siempre se ofrecía como mi apoyo, se preocupaba bastante por mí, hablaba conmigo, reía conmigo, me acompañaba en las noches en las que el dolor era tan fuerte que no podía ni pegar los párpados, pero siempre lograba dormir por suerte, en parte gracias a ella, no me dejaba solo en mi estadía en ese cuarto blanco, casi nunca en realidad, lejos de fastidiarme, le agradecía mucho tanta atención que ni merezco, fue una gran persona conmigo, siempre le tendré cariño y estaré conmovido por todo lo que hizo por mí, cuidarme y hacerme compañía, y eso que solo debía hacer lo primero, cuidarme, pero es tan buena persona que me acompañaba, de entre tantas enfermeras y enfermeros que hay aquí, sin dudas ella es la mejor y más amorosa y fue una gran suerte tenerla como mi enfermera en un momento tan difícil y doloroso. Pero aunque le debo mucho ahora otra vez necesito que ella me ayude.

 

-          Sabes si… ¿un chico murió aquí en el hospital el lunes pasado?- pregunta, tomando algo desprevenida a la rubia.

 

-          ¿El lunes pasado?, en ese entonces tú estabas aquí, ¿verdad?, ¿por qué preguntas?- pregunta curiosa.

 

-          Pasó algo que hizo que me lo preguntara- Suzie coloca su mano en su mentón, pensando.

 

-          Tengo la sensación de que estás preguntando por una razón-

 

El largo ducto con vigas y piezas metálicas colgando estaba algo oscuro, mientras el interior del ascensor estaba vacío, pero con la luz opaca alumbrando, “Amm no hubo muertes en los pacientes que estaban a mi cargo” en los botones del elevador, estaba brillando el que decía, S2, o sea, segundo sótano, “está bien, cambiando de tema, entonces…” en los marcadores, la luz cambiaba conforme el elevador descendía, marcando S1, primer sótano, y luego S2, deteniéndose en este último, “¿viste a un chico, que llevaba un uniforme escolar en alguna sala ese día?” “¿Un chico, otra vez?” dice la enfermera, mientras las puertas del ascensor, se abrían, en el segundo sótano del hospital “tenía una chaqueta negra, cabello algo alrgo…” el pasillo del sótano es únicamente iluminado por la luz blanca del elevador, “y un parche en el ojo izquierdo…” dice lo último, e inevitablemente su cuerpo tiembla al recordar al niño, suerte que no fue notado por la rubia, quien al escuchar lo último deja de beber su café mirando curiosa a Ronald.

 

-          ¿Un parche en el ojo?, entonces, ¿un paciente con oftalmología?- piensa dejando su vaso de café en la mesa y mirando a un lado, hasta que algo se le viene a la mente -¡espera!-

 

-          ¿La viste?- se entusiasma.

 

-          No, sin embargo, un chico que falleció…- pone su dedo en sus labios pensando, y chocando su dedo de su mano con uñas pintadas de rosado contra la mesa de madera con su celular a un lado, buscando en sus recuerdos, hasta que da con uno –podría haber uno- Ronald se sobresalta abriendo los ojos de par en par.

 

-          ¿En serio?-

 

-          Es posible…creo que era un chico de todos modos, oí decir a alguien que un paciente joven falleció hace no mucho-

 

-          ¿Sabes el nombre del chico?- Suzie mira a todos lados, para asegurarse de que no haya nadie cerca que pueda oírlos, se acerca sobre la mesa hacia Ronald colocando su mano junto a su boca y susurrando.

 

-          ¿Quieres averiguarlo por ti mismo?- pregunta sonriendo algo traviesa.

 

-          ¿Puedo?- Suzie regresa su posición normal sonriéndole dulcemente.

 

-          Claro, yo podría preguntar por ahí- toma su celular de la mesa –si averiguo algo te llamo al celular- Ronald ríe un poco ante esto.

 

-          Sé que ya te lo he preguntado pero, ¿está bien para ti hacer esto?- dice preocupándose un poco de poner en riesgo el trabajo de la chica más bondadosa que conocía.

 

“Vamos a decir que estabas preocupado por un compañero de clase, parece que tienes una buena razón para querer saberlo” se alegra, bueno más que antes “pero a cambio, tendrás que decirme esa razón algún día” demanda amablemente elevando su dedo “¿está bien, señor amante del terror?” le dice juguetona al chico, mientras, el elevador abierto en el segundo sótano, permanecía con su luz en el pasillo, y estaba vacío, o quien sea que haya bajado ya se había ido, o al parecer, nadie estaba ahí en primer lugar, y de pronto, las puertas se cierran, dejando el pasillo del sótano completamente oscuro otra vez.

 

Mientras afuera, entre las tinieblas y la escasa luminosidad, si mirabas muy atentamente, de forma detenida y precisa, hacia ese hospital sumergido en sombras a lo lejos, puedes notar, como una especie de sombra, aura, viento, o como uno quiera llamarlo, salía de las ventanas de la quinta planta del gran edificio blanco, y además de eso, por un segundo, se apreciaba una extraña luz por una de las pantallas de vidrio, parpadeando rápidamente, tanto que en ese mísero segundo ya había cambiado su patrón unas tres veces, una luz blanca y opaca, fría y sin sentimiento, como el aura de cierto niño peli negro, pero lo que era obvio,, es que esa luz provenía del elevador.

Notas finales:

Y pues eso es todo, aqui agregamos a Suzie Dendes, la enfermera de Ronald, a los personajes del fic que son bastante importantes, espero les haya agradado y les haya parecido algo interesante a pesar de ser corto, el siguiente capi ya sera mas largo

gracias por leer :) y manden review si lo desean :)


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