Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TE AMO por Nikiitah

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, sino a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi, yo solo los utilizo por diversión.

TE AMO

 

Clasificación: No menores de 16 años

 

Autor: Nikiitah

 

Categoría: Saint Seiya

 

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sino a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi, yo solo los utilizo por diversión.

 

Género: Romance, Angustia, Drama

 

Advertencia: Horror

 

Aviso: Si no te gusta el Shounen ai (chico x chico) no leas~

 

Resumen: Camus sufre en silencio al no ser la persona que Milo más ama, sin embargo, una noche luego de una misión que tiene el caballero de escorpio con los gemelos, descubre un secreto cambiará la vida de ambos. (Yaoi) (Camus/Milo)

 

-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-

 

One-Shot

 

Sé que no debí enamorarme, pero lo hice igual, sé que no debí hacerme amigo tuyo. Ya que sabía que acabaría haciéndome daño yo mismo. Pero no pude evitarlo, desde que te vi no pude dejar de pensar en ti, tu bella sonrisa que iluminaba todo mi día y mi mundo, tu largo y sedosos cabellos ondulados que bailaba cada vez que el viento sopla.

 

Todo tú iluminaba mi ser, cuando dedicabas una simple sonrisa, yo me derretía por dentro, a veces me pregunto qué clase de hechizo haz usado en mí ¿Cómo pudiste enamorarme de esa manera?

 

Yo siempre fui considerado el caballero de los hielos, el hombre más frío que carece de sentimientos. Pero tú hiciste que esos que creí no tener, aparezcan. A veces me pregunto ¿Qué te hizo acercarte a mí? ¿Por qué me convertiste en tu mejor amigo? ¿Acaso sientes algo por mí?

 

Cada vez que te miro me hago las mismas preguntas, cuando por fin me armo de valor para contarte lo que siento por ti, de declararte mis sentimientos, todo se derrumba, cada vez que quiero estar contigo a solas, te veo rodeado de todos los caballeros del santuario.

 

Sé muy bien que la mitad del santuario fantasea contigo. Lo sé, cuando te miran caminar puedo notar la mirada lujuriosa que te dedican ¿Acaso no te das cuenta? Tú siempre les sonríes a esos degenerados ¿acaso eres tan despistado?

 

Cada vez que pasa, tengo ganas de meter a todos esos en un ataúd de hielo, pero cada vez que estoy a punto de hacerlo tú siempre logras hacer que me olvide cuando escucho tu melodiosa voz.

 

Sé que hay alguien que te gusta ya que  siempre me lo cuentas. Sé que estás enamorado de esa persona aunque me digas que no crees en el amor. Aunque me lo niegues tu si crees.

 

A veces desearía que me miraras como  algo más que tu amigo, que me veas como alguien a quien podrías amar. TE AMO, y quisiera gritarlo a los cuatro vientos. No me gusta cuando empiezas a coquetearles a  todos los caballeros.

 

Desde el principio siempre te han gustado los géminis, en especial Saga. Sé que lo que sientes por ellos es admiración y cariño, pero a veces me pregunto si para ti ellos sean algo más, tal vez sea uno de ellos la persona que más te gusta.

 

Otra de las personas que te gustaba era Aioros por el inmenso amor que te tenía. Otros eran Shaka y Mu, por su forma pacífica y serena de ser. Tus gustos eran tan parecidos pero a la vez tan diferentes.

 

Hoy es un día muy gris para mí.

 

Te extraño. Por qué tuviste que irte a esa misión con ellos. De seguro uno de ellos ya es tu novio. ¡Esos  gemelos! no sé qué diablos les viste, claro son dos y son idénticos, y son mayores, con más experiencias que yo. ¡Agh! ¡Cómo los odio! Solo porque ellos tienen toda tu atención. Sobre todo Saga. Reitero lo dicho anteriormente, ahora ya sé quién de los dos te gusta, o mejor dicho amas e idolatras.

 

Saga es el único de los dos que llena todos los requisitos de esa persona de quien tanto me hablas, es serio, es mayor que tú, es guapo y encima siempre se ha preocupado por ti, aun cuando durante trece años fue Arles.

 

En comparación conmigo… no le llego ni  por encima de la nariz. Aunque soy unos centímetros más alto que tú…

 

Un nuevo suspiro escapa por mis labios ¿ya cuantos va? De tantos suspiros soltar perdí la cuenta.

 

Mirando por la ventana de mi habitación veo como el cielo se torna gris, una tormenta se acerca. Es gracioso, pareciese que el cielo supiera como me siento en estos momentos. Las primeras gotas caen golpeando el frío pavimento, mientras a los lejos se puede deleitar el sonido de los truenos.

 

Cierro unos segundos mis ojos rememorando cada recuerdo que ambos vivimos. Desde nuestra época de aprendiz hasta ahora.

 

Creí que de nuevo al revivir todo sería más fácil, para los dos. Creía que podía armarme de valor y cruzar aquella línea roja que nos separa, y poder así, por fin algo más que amigos. Pero el destino es muy caprichoso y más obstáculos se presentan en mi camino, haciéndote inalcanzable.

 

Tan lejos pero a la vez tan cerca.

 

Agachó la mirada cubriendo mis ojos con el flequillo. Las lágrimas se acoplan en mis ojos, luchando por ser liberadas, mas yo intento en vano retenerlas.

 

En ese momento el golpeteo de mi puerta se escucha. Es extraño. No recuerdo haber sentido a alguien entrar.

 

Limpiando todo rastro de lágrimas, me miro al espejo y poniendo mi mejor máscara de frialdad me acerco, listo para atacar a quien quiera que se haya escabullido sin mi permiso hasta mis aposentos. Más cuando abro la puerta mis ojos se abren a tal extremo que pareciera que se saldrían de sus cuencas. Ahí estas tú. Con un tenue sonrojo en tus mejillas, y con las lágrimas que salían sin cesar de tus ojos.

 

“Camus…” no esperas respuesta mía y solo te abalanzas a mis brazos. Me rodeas por el cuello y escondes tu rostro a la altura de mi cuello. Yo tardo unos segundos en reaccionar y cuando al fin lo hago, te estrecho entre mis brazos.

 

Puedo sentir como tu corazón ate con fuerza que pareciera que se saldría de tu pecho en cualquier momento. Me preocupas. No sueles llorar, tú, que siempre andas con una sonrisa confiada. Orgulloso y gallardo. Nunca dejando que otros vieran tus debilidades. Digno caballero de escorpio, ahora te muestras ante mí, tu fiel confidente, quien a pesar de sentir este inmenso amor hacia ti, ha jurado su eterna amistad.

 

“Milo…” te separas unos centímetros y me miras con los ojos llenos de un profundo dolor y angustia. Limpio el rastro de lágrimas que salen de aquellos hipnotizantes ojos turquesas. “¿Por qué lloras?”

 

Él se mordió el labio inferior angustiado. Su cuerpo temblaba, parecía que en cualquier momento colapsaría.

 

Agarré su mano y lo llevé junto a mi cama para que se sentara, cuando este apenas se sentó, se abrazó a sí mismo, decidí mejor traerle un vaso de agua. Salí apresurado mientras en mi ente varias preguntas se formulaban en mi cerebro.

 

Desde ayer Milo se veía normal, con su típica sonrisa, e incluso se ensanchó más cuando me comentó con quienes iría de misión.

 

…o.o...o.o… FlashBack…o.o…o.o…

 

Me encontraba en el sillón de mi sala leyendo un antiguo manuscrito que fue hecho hace más de doscientos años por mi antecesor, Degel de Acuario. Donde plasmaba sus sentimientos por el antiguo caballero de Escorpio. Tu antecesor. Kardia de Escorpio. Era interesante la información. Degel había pasado el mismo dolor al saberse enamorado de Kardia y que éste no se daba cuenta hasta antes de la guerra santa.

 

Una sonrisa afloró en mi rostro mientras seguía hojeando cada página.

 

Al final decidí cerrar el libro. Si Degel fue capaz de sincerarse con Kardia yo debía hacer lo mismo contigo.

 

Un cosmo familiar (y muy querido) se acercó a gran velocidad hasta sentarse en mis piernas. Como siempre, te recostaste en mi pecho con una sonrisa satisfecha y ese sonrojo por el maratón que has de haber hecho hasta subir a mi templo.

 

“Creí que estarías entrenando con Aioria.” Susurré en su oído escuchando la suave risa que salía de tus labios.

 

“Le di una paliza. Como siempre.”

 

“Que modestia.” Contesté sarcástico. Te levantaste y te sentaste a mi lado aun sin dejar de lado aquella sonrisa.

 

“Tengo una nueva misión.”

 

Yo solo meneé la cabeza, divertido, con una sola mirada le dije que podía proseguir.

 

“¿Adivina con quién?” no tuve ni tiempo de abrir la boca, puesto que tú ya la habías contestado. “¡Con Saga y Kanon! ¿Puedes creerlo? ¡Por fin tendré una misión con Saga! Sabes que siempre fue mi sueño estar con él en una misión desde que era niño.”

 

No pude contestar, una punzada de dolor atravesó mi corazón al verte tan entusiasmado y feliz que me hizo ver de nuevo al Milo de siete años que me arrastraba por todos lados para ver el entrenamiento del gemelo mayor. Y siempre que te sorprendía espiándolo, este siempre te acariciaba la cabeza con ternura y te regalaba esas hermosas sonrisas que tanto hacían acelerar tu tierno corazón.

 

Para ti Saga siempre fue tu modelo, y el día que se fue para ser Arles, no dejabas de llorar por su partida.

 

Ahora… mirándote de nuevo veo como tus ojos parecen estrellas, solo al pensar en tu misión con él. Mi ánimo se esfuma en segundos, y el valor que reuní para confesarme desaparece. Solo te regalo una sonrisa, que a duras penas puedo seguir poniendo, solo espero que no te des cuenta del dolor que me provoca saber que no soy dueño de tus sonrisas.

 

“Me alegro por ti... aunque también estará Kanon.”

 

“No importa” volviste a sonreír aunque esta vez algo nervioso. “Kanon y yo somos amigos, aprendí a tolerarlo cuando revivimos y claro que fui yo quien le perdonó.”

 

“Según me dijeron fuiste tú el primero en estar en desacuerdo.”

 

“Shhhh si te preguntan fui yo quien lo perdono primero” me guiñaste el ojo mientras soltabas una carcajada, yo también empecé a reírme.

 

Estuvimos hablando más de cuatro horas, y cuando te despediste, era de madrugada. Me quede contemplándote mientras miraba como desaparecías escaleras abajo.

 

Al quedarme solo solté un sollozo al saber que dentro de unas horas ya no estarías conmigo…

 

-:-:-:-:-:-o…o End Flash Back o…o-:-:-:-:-:-:-

 

Volví a la habitación con el vaso de agua y te lo entregué. Tú te lo tomaste todo de golpe, y mientras tratabas de regularizar tu respiración. Una vez que te calmaste me devolviste el vaso. Tus ojos estaban tapados por el flequillo, parecías meditar en cómo sacar el tema y el por qué estabas a estas horas en mi templo.

 

No te presioné. Sabía que me lo dirías cuando estuvieras listo.

 

Pasaron quince minutos y te veías más tranquilo, me hiciste un gesto con la mano para que me sentara a tu lado. Cuando lo hice te abrazaste de nuevo a mi cuello.

 

“Me siento sucio.” Dijiste, no entendía a qué te referías así que continuaste. “¿Recuerdas el día que me raptaron? Cuando tenía siete años… antes de la desaparición de Saga.” Asentí ya no muy seguro de querer escuchar el resto de la conversación. Un mal presentimiento y un extraño dolor en mi pecho que hace mucho no sentía volvieron a aparecer.

 

“¿Milo… estas insinuando… que tú…?” un suave sollozo escapó de sus labios confirmando mis sospechas. “¿Por qué no me dijiste nada? ¿Por qué no le dijiste a Saga o a Aioros, incluso Afrodita, Shura o DeathMask? podían haber descuartizado al maldito que te hizo eso.”

 

Mi habitación empezó a congelarse. Mi cosmo estaba muy descontrolado, si seguía así podía matar a Milo por las bajas temperaturas.

 

Milo que estaba aún abrazado a mí, aferró sus manos a mis brazos.

 

“Camus…”

 

“Lo siento” susurré al ver el temor en sus ojos. “¡Es que no puedo creer que no le hayas dicho antes! Me siento tan… argghh”

 

“Ni yo lo sabía.” El suave murmulló que escapó de sus labios me dejó tenso. Miré a Milo otra vez y vi que luchaba por no dejar salir más lágrimas.

 

“No entiendo…” dije incrédulo al ver que estaba a punto de llorar. “Milo…”

 

“¡Me borraron la memoria! ¿Estás feliz? No recuerdo nada, o mejor dicho no recordaba nada hasta hoy día.” Las lágrimas salían descontroladas por su rostro. Ya no sabía que decir o hacer, mi mente se había quedado en blanco y mi cuerpo no reaccionaba.

 

Miré a mi amigo y amor secreto otra vez.

 

Un humano normal no podría haberle borrado sus recuerdos, a menos que la persona que lo hizo fuera alguien que controla el cosmo. Y en aquel tiempo, los espectros no aparecían, y los generales marinas eran unos mocosos a igual que nosotros, y otros ni nacían. Así que solo me quedaba los del santuario.

 

Tragué grueso cuando dos nombres aparecieron en mi mente, pero era imposible. Los únicos que podían usar el Satán Imperial eran los gemelos y esa era la única técnica que conocía que podía hacer olvidar los recuerdos. Y dudo que Kanon le haya dañado, no lo había visto desde que a Saga lo nombraron como candidato a Patriarca y eso fue unos días antes del secuestro de Milo.

 

Un flash apareció en mi mente.

 

El día que inició la guerra santa contra Hades, me encontraba hablando con Saga, y éste me había dicho que en la última reunión con su hermano fue por un crimen que había cometido y él sin quererlo lo había ayudado, y era ese el motivo que lo encerró en Cabo Sunion. Cuando quise preguntarle que había sido peor que casi asesinar a nuestra diosa el calló de repente.

 

Ahora entendía por qué el de su silencio aquella vez.

 

No necesitaba más información. Ya había resuelto todo el rompecabezas.

 

Me levanté con rapidez ante la mirada asombrada de Milo, que trataba de limpiar sus lágrimas.

 

“Una vez me dijiste que todo ser humano debe llorar, para así poder liberar sus emociones. Ahora Milo, te pido que lo hagas y no trates de ser fuerte ante mí.” Me agaché para quedar frente a él y besé cada lágrima que salía. “Eres una persona que en mi mundo solo existe. Te amo demasiado y no deseo verte triste. Deja a mí ser el hombre que cure todas tus heridas y borren los recuerdos dolorosos con el amor y pasión de los nuevos.”

 

Me levanté y me dirigí hacia la salida, no pude ver su rostro de nuevo, no sabía si seguía llorando o estaba tan sorprendido como yo por mis palabras dichas. Salí de mi templo rumbo a Géminis. No dejaría que el sufrimiento de Milo sea pasado a la ligera.

 

A lo lejos escuché los gritos de Milo, quería que me detuviera pero yo estaba demasiado molesto como para escucharlo. Lo único que deseaba era ver la cara llena de pavor de ese par.

 

Al llegar vi a los dos de brazos cruzados. Sus rostros estaban demacrados, los ojos que antes brillaban parecían muertos. Saga se adelantó ante mí y agachó la mirada.

 

“Sabemos a qué has venido Acuario.” Comenzó a hablar. “Yo, Saga de Géminis acepto cualquier castigo o ataque que tengas preparado para mí.”

 

Kanon no dijo nada pero igual que su hermano agachó la cabeza rendido.

 

“Un castigo no se compara con lo que le hicieron a Milo.” Miré a Saga con desagrado y con la voz más gélida y fría hablé. “Se supone que tú eres a quien Milo admiraba e idolatraba, una persona especial para él ¿Por qué participaste en eso?”

 

Él se mordió el labio inferior y cayó de rodillas.

 

“Lo amo…” su cuerpo empezaba a temblarle y las lágrimas empezaron a salir de su rostro. “Yo fui uno de los santos que fue en su búsqueda. Cuando vi a Kanon lo que hacía con el cuerpo casi inerte de Milo algo dentro de mí despertó. Lo único que vi fue el rostro sonriente de mi pequeño ángel y luego… todo se volvió oscuro.”

 

No dije nada. Solo me mantenía mirándolo con el odio más puro que pude haber sentido en mis veintiún años de vida.

 

Después de un pequeño silencio volvió a hablar.

 

“Ares… el hizo que mi lado oscuro saliera. Sentí coraje al ver a Milo con Kanon que no supe lo que hacía.”

 

Miré al gemelo menor que mantenía su mirada perdida en algún punto del templo. Giró al tiempo que me disponía en acercarme, su mirada vacía me hizo estremecer.

 

“Mátame.” Me susurró. “Le hice daño al único muchacho que me aceptaba por como soy y aun así… no pude controlarme. Merezco morir.”

 

Cerré los ojos y luego de eso, ya tenía a todos los caballeros dorados a mí alrededor, Milo entre ellos. Incluso la diosa Athena y el patriarca estaban presentes, mirando con horror el templo congelado al igual que los cuerpos de ambos gemelos.

 

“Camus ¿Qué significa esto?” escuché la voz del patriarca que no daba crédito a lo que veía.

 

“Saga y Kanon están…” preguntó con temor Mu.

 

“Solo duermen.” Hablé con voz gélida, todos me miraban asombrados incluso Milo se acercó con una mano temblorosa.

 

“Camus…” miré a mi amado escorpión que estaba demasiado asustado e incrédulo y sonreí con ligereza.

 

“Lo hice por ti.” Sin decir nada más me fui. El patriarca y la diosa no me lo perdonarían nunca. Y eso lo tenía muy claro.

 

Lo único que deseaba es que algún día me perdonaras por no haber hecho algo antes pero ya no hay marcha atrás. ¿Estarás decepcionado por mi comportamiento?

 

Antes de terminar mi última maleta siento unos brazos alrededor de mi cintura y un cálido aliento chocar con mi nuca.

 

“Si te vas, yo también.”

 

“Milo…”

 

“Ellos no están molestos, solo decepcionados por tu comportamiento.”

 

“No podía perdonarles…”

 

“Pero yo si lo hice. Si me hubieras escuchado cuando te llamaba lo sabrías.”

 

“¿A qué te refieres?” voltee a mirar a Milo que se veía cansado. Sus ropas estaban húmedas y empezaba a tiritar de frío ¿Cómo no me di cuenta cuando me abrazaba?

 

“He de admitir que admiro a Andrómeda, no sé cómo pudo darle calor a Hyoga sin morirse congelado en el intento.”

 

Agarré una toalla de mi maleta y se lo puse en su cabeza.

 

“No entiendo nada…”

 

“Cuando bajaste al templo de Géminis, te seguí para evitar que hicieras algo que luego te arrepentirías. Lo sé. Yo estaba a punto de matarlos con mis agujas.” Hizo una pausa para luego tomar mi mano y sonreírme tímidamente. “Entonces escuché la conversación entera. Saga y Kanon estaban demasiado arrepentidos por lo que me hicieron que incluso preferirían morir y eso bastó para mí.” Al escuchar eso quise replicar pero fui callado por la mano de Milo que me miraba serio.

 

“No será fácil ahora, pero estuve pensando y llegué a la conclusión que no serviría de nada matarlos, el daño estaba hecho y eso no se podía remediar. Es por eso que ayude a Mu a descongelar a los gemelos. El castigo de ambos es vivir, recordando lo que hicieron, y solo el tiempo decidirá si sus pecados serán perdonados.”

 

Las palabras de Milo me sorprendieron, se veía más maduro de lo que recordaba. Incluso me enamoró aún más.

 

“¿Cómo supiste que aún seguían con vida?”

 

“A pesar de que tu cosmo fue agresivo pude percibir que en el último momento te detuviste y disminuiste.” Me sonrojé al escucharlo soltar una risita. “Shion ya estaba a punto de quedarse calvo cuando se jalaba los cabellos al ver como Mu abrazaba a Kanon aunque esto tampoco le gustó a Shaka.” No entendía que tenía que ver eso con lo otro pero lo dejé pasar. “Por cierto, el patriarca y Athena te quieren ver ahora, recibirás un castigo por lo que le hiciste a ese par. Aunque descuida, yo les conté a ambos por que estabas tan molesto.”

 

“¿Y los gemelos?” pregunté con cierto resentimiento.

 

“Ellos estarán aislados en Cabo Sunion, en realidad esa fue idea de Kanon. Prometiendo que esta vez no iba a escapar. Saga estaba de acuerdo con el castigo. Incluso ambos volvieron a pedirme perdón antes de ser escoltados por los guardias.”

 

“¿En serio?” ante el asentimiento de Milo suspiré cansado. “Mejor iré a ver al patriarca y a nuestra diosa.”

 

Pero antes de irme, la mano de Milo me detuvo. Voltee a mirarlo sin entender lo que pasaba. Sus mejillas estaban teñidas con un suave escarlata.

 

“¿Qué ocurre?” pregunté confundido. Como respuesta sentí los cálidos labios de mi griego sobre los míos.

 

“Gracias por amarme tanto. También te amo.”

 

Diciendo esto se fue con una sonrisa, misma que siempre adornaba sus labios desde que lo conocí.

 

“Te amo, Milo.”

 

 

~o~FIN~o~

Notas finales:

Comentarios de la Autora:

Sinceramente este fic es el más extraño que he hecho. Hace dos años o tal vez tres lo había iniciado y no lo pude terminar, en mi blog había escrito una parte y ahora me he animado a terminarlo. Me encantan los gemelos y es la primera vez que los pongo como los villanos >o< gomen si me salieron muy Ooc XD no estoy acostumbrada a que ellos sean los malos UwU si desean saber de qué rapto se refería Milo me avisan ya que estoy haciendo ese fic (claro que lo estoy haciendo diferente XD a mi idea original Saga: -le da un golpe en la cabeza- ¡Idiota! ¿Por qué me pones como el malo de la historia? Niki: Q.Q –se soba su cabecita- Kanon: Hermano eres a delicadeza en persona u.uU Saga: ¬¬ espero que lo compense haciendo un fic donde soy el héroe y… -Kanon se lo lleva- Niki: -respirando tranquila- uwu)

 

En fin, también pensaba hacer una versión diferente de este fic, pero aún no lo sé, si desean lo puedo ir haciendo =3 bien en fin, gracias por tomarse su tiempo de leer y no olviden dejarme un reviews para saber si les gustó o no. SOLO CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS.

 

Se despide Nikiitah.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).