CAPITULO II
EL FUEGO EN MI INTERIOR
Los hermosos ojos acaramelados de Minho se volvieron como un plato, un negro y oscuro plato. La impresión fue tan grande que la su boca quedo abierta, bastante pronunciada cerrándola de a momentos, mientras procesaba todo. Kyung Soo estaba en shock, nunca imagino ver a su amado desnudo, peor aún, en la casa de su mejor amigo. Lo que hace un momento era libido creciente se transformó en algo que solo sentía cuando discutía fuertemente con Kai: un dolor agonizante como mil cuchillos a la vez entrando en su corazón.
Con una voz aguda y fría como un témpano de hielo, Flaming carisma dice:
- ¿¡Qué demonios haces TÚ aquí!? Y… ASI!? E-estas con Minnie? – alcanza tartamudear un poco pasando los dedos por su negro cabello- JODER! Responde
- No me grites anfibio asqueroso ¡Tú que haces con Kyung Soo!?
- No te hagas el santo negro. Anda mírate. Estas Desnudo. – La vos gélida y amenazante de Minho era aterradora, a tal punto que erizo la morena piel de Kai.
- ¡M-I-E-R-D-A! – Kai contempla su desnudez, tan tersa e iluminada por el rubor de hace unos momentos.
- ¡Lee Taemin! ¡Sal! – Grita fuertemente Minho.
Kai se limita a correr y cubrir su desnudez. Lo primero que encuentra
CAPITULO II
EL FUEGO EN MI INTERIOR
Los hermosos ojos acaramelados de Minho se volvieron como un plato, un negro y oscuro plato. La impresión fue tan grande que la su boca quedo abierta, bastante pronunciada cerrándola de a momentos, mientras procesaba todo. Kyung Soo estaba en shock, nunca imagino ver a su amado desnudo, peor aún, en la casa de su mejor amigo. Lo que hace un momento era libido creciente se transformó en algo que solo sentía cuando discutía fuertemente con Kai: un dolor agonizante como mil cuchillos a la vez entrando en su corazón.
Con una voz aguda y fría como un témpano de hielo, Flaming carisma dice:
- ¿¡Qué demonios haces TÚ aquí!? Y… ASI!? E-estas con Minnie? – alcanza tartamudear un poco pasando los dedos por su negro cabello- JODER! Responde
- No me grites anfibio asqueroso ¡Tú que haces con Kyung Soo!?
- No te hagas el santo negro. Anda mírate. Estas Desnudo. – La vos gélida y amenazante de Minho era aterradora, a tal punto que erizo la morena piel de Kai.
- ¡M-I-E-R-D-A! – Kai contempla su desnudez, tan tersa e iluminada por el rubor de hace unos momentos.
- ¡Lee Taemin! ¡Sal! – Grita fuertemente Minho.
Kai se limita a correr y cubrir su desnudez. Lo primero que encuentra es el pijama de Taemin. Se la coloca con la torpeza provocada por sus nervios y ni se inmuta que un tímido Minnie yace en el suelo con sus delgadas manos en la cara, sollozando angustiado. Solo una almohada de terciopelo negro cubría lo que fue una prominente erección. Kai vuelve a la entrada y observa a un aparente calmado Minho y a su amado con los ojos llorosos.
- Anda Kai, porque Lee Taemin no sale. Esto es asunto de todos.
- No está en condición y no creo que se anime a salir- Agrega Jong In con la voz más seria que poseía.
- ¡Valla el pijama de Tae! Maldita sea, ustedes desde cuando… ¿No e-eran los mejores amigos? - Le sorprendía, porque esa era la impresión que le habían dado durante tanto tiempo. ‘¿Desde cuándo?’
- Lo somos, nada ha cambiado y no hemos hecho nada que ustedes no hayan hecho ya, ¿verdad? – dice con el tono más desafiante que pudo dar. No era una persona conflictiva pero el momento lo ameritaba, no se quería dejar.
D.O empieza a llorar, sus grandes ojos estaban desbordados en lágrimas. Un mar de llantos. Esto derritió el corazón congelado de los guerreros. Minho se acerca rápidamente a él y con su camisa negra en la más suave tela seca ágilmente sus lágrimas.
- Cálmate, ya llamo para que te recojan y te lleven a casa. Quiero que descanses y hablamos luego. ¿Entiendes?
-Yo-o… si… Entiendo… No… esto no… (Sollozos)
- Shhh… pequeño. Shhh…
Kai se limitaba a observar y a morder sus carnudos labios. Entro corriendo y saco su camisa sin nada más que eso, salió como un rayo tras su amado Kyung Soo.
- ¡Espera! Necesitamos hablar Soo.
- He oído eso antes y no creo que sea el momento adecuado – le dice fríamente entre ligeros lloriqueos-
- Igual, Vamos para el mismo lado. – Diciendo esto con cierto cinismo, sonríe tenuemente.
Un Kai, sin zapatos y con el pijama de su amante que le quedaba corta y su camisa aún más arrugada y desalineada, desaparece junto a D.O en el ascensor.
Minho solo se quedaba viendo mientras se marchaban. Era hora de hablar. En serio. El dolor que sentía no se podía explicar, simplemente odiaba aquel sentimiento, aún más fuerte en ese instante que su amor hacia Taemin.
Su espalda reposaba sobre la pared al lado del lumbral de la puerta de entrada, que estaba entre abierta. Lentamente y con un suspiro acompañando a su movimiento, se movió para ingresar al hogar SHINee.
Entro cogiendo ligeramente la manija plateada, de paso cerrando la puerta, para así quedar en la privacidad de su hogar. Visualizo lentamente su entorno, todo parecía estar en orden, excepto por la alfombra medio encogida y el mínimo calor que se sentía. Esa punzada de sintió de nuevo, aquel dolor inexplicable de un ‘no sé qué’. No veía a Taemin, “Tal vez entro a su cuarto” pensó.
No lograba ignorar el calor de la habitación y el crudo olor a ‘sexo’. Olía a Taemin, a su esencia… su aroma. Los recuerdos le inundaron su mente, y así como rápido llegaron, los disolvió pensando en lo que sucedía. No quería, pero le dolía. Y finalmente espantando los recuerdos, dice con un tono de voz altivo.
- Taemin; ahora si no podemos dejar de hablar. Desde cuando… - se le ahogaba la voz, aparecía un nudo en su perfilada garganta y no podría seguir de momento, pero se motivó por la necesidad de saber el “porque”. - Con voz firme , termino:
- Desde cuando estas con Kai. ¿Dónde estás? , joder Taemin no te hagas de rogar y ¡SAL!
Con su alargada y esbelta figura, camino hacia el cuarto del maknae. Estaba abierto, podía ir visualizando su enorme cama, muy bien tendida y el edredón gris perlado, gigantescas almohadas negras y en medio de ellas… el pequeño león de peluche twomin. Un regalo de sus fans que tenía grabado en sus ropas pequeños y tiernos letreros rosas que decían “TWOMIN IS REAL”.
No podía ignorar tantos recuerdos juntos, aun así siguió con lo que estaba dispuesto a hablar. Taemin no estaba en el cuarto, no lo podía visualizar a su pequeño ahí. “Tal vez está en el cuarto de baño.” Cuando entro, cerró la puerta con llave. “Es bueno tener copia.” Y sonrió. Taemin si estaba en el baño, se oía la regadera, tal vez se sumió en sus pensamientos. Flaming se acercó a la puerta al oír ligeros sollozos, que se confundían con la regadera. Esto le preocupaba. Sabía que las depresiones de Taemin eran tenaces y duraderas, se hacia el fuerte pero no lo era.
- Toc toc – Minho golpea con fuerza y la regadera deja de sonar.
- Taemin, ¿Estas bien?
Minnie aclarando su voz contesta:
- ¡Minho! Tu-u… que haces… en mi cuarto.
- Eso es lo de menos. Sal del cuarto de baño y hablemos un poco. Como adultos. Ya no somos aquellos chiquillos de hace un tiempo. Ya no.
- Está bien.
La actitud de Taemin le sorprendió a Minho. Él siempre se hacia el difícil, se hacía de rogar. Siempre orgulloso, pero hoy era diferente. Nunca había accedido tan fácil, solía ser infantil.
Flaming Carisma, como si estuviese modelando para una revista de moda, camino hacia la amplia cama. Se sentó desabrochando su camisa negra a la vez, suspirando. De repente Tae abrió la puerta del cuarto de baño e hizo que el suspiro de hace un momento se intensificara dejando a este, sin un ápice de aire en los pulmones.
Su delicada figura tallada por ángeles y aquella piel blanca tan suave como la más pura seda, eran la debilidad de cualquier mortal. Vio el rubor de sus mejillas, el tono rosa de sus labios y el rojo en sus definidos ojos, decía que había llorado. ¿Cómo no saberlo? Si durante todo este tiempo de conocerse lo apoyo y animo en sus momentos más difíciles o cuando hablaba con su madre, simplemente cuando estaba triste y acongojado por cualquier cosa, hasta por no sacar bien una coreografía.
- ¿Cómo te encuentras? – agrega Minho rompiendo aquel silencio incomodo-
- Muy bien – dice el maknae fríamente.
- Como si no te conociera baby. Anda, relájate un poco y deja ese bendito orgullo.
Y así, con pucheros involuntarios, Taemin se dirige a su vestidor. Rápidamente se coloca una sudadera blanca bajo la húmeda toalla con la que cubría su desnudes, después una camisa polo negra con estampado abstracto en tonos azules verdosos con un poco de gris. Tirando su toalla al cesto, prosigue.
- No es un buen momento, a pesar de que vivamos juntos, necesito mi espacio. –Dice finalmente Taemin en un tono más juguetón al ver la puerta cerrada y con llave. tono de siempre.
- Sí que lo es, y vamos a empezar AHORA. –Le responde Minho con cierto tono mandón.
- Está BIEN. Y no me subas el tono. Ya sabes cómo eso me pone.
- Bien, al grano. Primero; Porque Kai y desde cuándo- aparece de nuevo ese incomodo nudo en la garganta-
- Kai… él es mi mejor amigo y … solo paso, ambos estábamos al inicio ebrios … mal , no estábamos pensando con claridad… es reciente. Pero no soy el único ¿eh? Con KYUNG SOO! Desde cuando te gusta esa pasiva. – El pequeño Minnie no disimula los celos e intensifica aquellos pucheros que eran la debilidad de muchos.
- Creo que puedo decir lo mismo que tu… - dice sarcásticamente – la diferencia es que él y yo no llevábamos años de amistad.
- Nunca habíamos hecho algo- alza su ceja mirándole fijamente sin bajar la guardia- Paso y ya. –
- Cállate. No justifiquemos nada, ¿sí? Ambos estábamos separados y sabemos que no somos unos santos dignos de venerar. Los dos tenemos necesidades y lo hicimos con el consentimiento de que ninguno se enteraría, y menos de esta manera. Arrepentirse ahora no tiene escrúpulos.
- Pues es cierto. No quería que nadie supiera y no creo que tú quisieras que alguien supiera lo de D.O. por cierto, como es que tú y Kyung Soo…
Hablaban como lo que eran, unos viejos amantes, antiguos amigos llenos de confianza y sin ponerse a discutir por cosas que se supone superarían. Como siempre lo habían hecho.
- Lo normal, empezamos a hablar de ustedes cuando nos vimos la primera vez por fuera del ámbito laboral, y siempre solía ser así, llorábamos… ya tu sabes… nos entendimos. Salíamos a comer en los ratos libres y por fin un día consumido por el deseo carnal, porque así fue… todo lo acumulado se desato en un beso muy… bueno así. Y pues ahí inicio todo. Sabíamos que estaba mal y nunca supusimos que ustedes… bueno eso. Por cierto ustedes fueron muy evidentes hoy. – al sensual Minho le dolía en el alma lo que decía, pero no quería expresarse de mala gana conociendo a Minnie.
- Odio imaginármelo. No quiero odiar a Kyung Soo lo aprecio mucho pero… tengo celos.
Taemin se ruborizo y se tapó rápidamente la boca y agacho su mirada, apenado por lo que dijo hace unos momentos. Flaming solo se limitaba a sonreír, una pequeña sonrisa que indicaba complacencia. Le confundía esta situación.
- ¿Celos? Nunca espere oír eso de ti, Taeminnie.
Con un océano de confusiones y sensaciones en su cabeza, por impulso de lo que sentía en ese instante se lanza de manera salvaje y deseosa a su amor. Yendo hacia el con el descaro y libido que corría por su cuerpo, no se limitó… se dejó llevar por la excitación del momento.
Hace mucho que no devoraba esa preciosa boca. Su amado solo se correspondía y dejaban guiar por la necesidad de estar juntos. La llama que se suponía se había extinguido entre ellos, volvió a surgir como un inmenso incendio en sus interiores. Ellos ardían, el beso; aquel beso decía más que mil palabras y muchísimo más que mil acciones. Solo querían ser ellos en ese instante. Ellos y nadie más.
Sus bocas estaban ligadas por un laso celestial, los definidos labios de Taemin con los de su hermoso amante ardían necesitados uno del otro. La lengua filosa del maknae entra a jugar con la de su amado, llega un momento en que le apetece más y le da una pequeña succión que hace a Minho moverse. El flameante Choi solo pensaba en que no era lo correcto y menos el momento pero la necesidad de tenerlo de nuevo era muy grande, quería los viejos tiempos. Lo quería a EL. Algo crecía en su entrepierna.
Cuando al fin sus bocas humedecidas y rosas se separaron, Minnie mordió el labio inferior de la carnuda boca de Flamig, muy lentamente soltándola con una sensualidad provocadora, diciendo al unísono por fin, entre jadeos:
- ‘Te amo’ -
EPILOGO DEL CAPITULO
Taemin solo pensaba en él. En ese momento su mente lo dijo pero su boca no lo pronuncio:
-“Cariño, soy un gilipollas, pero un gilipollas que te quiere.”
es el pijama de Taemin. Se la coloca con la torpeza provocada por sus nervios y ni se inmuta que un tímido Minnie yace en el suelo con sus delgadas manos en la cara, sollozando angustiado. Solo una almohada de terciopelo negro cubría lo que fue una prominente erección. Kai vuelve a la entrada y observa a un aparente calmado Minho y a su amado con los ojos llorosos.
- Anda Kai, porque Lee Taemin no sale. Esto es asunto de todos.
- No está en condición y no creo que se anime a salir- Agrega Jong Jin con la voz más seria que poseía.
- ¡Valla el pijama de Tae! Maldita sea, ustedes desde cuando… ¿No e-eran los mejores amigos? - Le sorprendía, porque esa era la impresión que le habían dado durante tanto tiempo. ‘¿Desde cuándo?’
- Lo somos, nada ha cambiado y no hemos hecho nada que ustedes no hayan hecho ya, ¿verdad? – dice con el tono más desafiante que pudo dar. No era una persona conflictiva pero el momento lo ameritaba, no se quería dejar.
D.O empieza a llorar, sus grandes ojos estaban desbordados en lágrimas. Un mar de llantos. Esto derritió el corazón congelado de los guerreros. Minho se acerca rápidamente a él y con su camisa negra en la más suave tela seca ágilmente sus lágrimas.
- Cálmate, ya llamo para que te recojan y te lleven a casa. Quiero que descanses y hablamos luego. ¿Entiendes?
-Yo-o… si… Entiendo… No… esto no… (Sollozos)
- Shhh… pequeño. Shhh…
Kai se limitaba a observar y a morder sus carnudos labios. Entro corriendo y saco su camisa sin nada más que eso, salió como un rayo tras su amado Kyung Soo.
- ¡Espera! Necesitamos hablar Soo.
- He oído eso antes y no creo que sea el momento adecuado – le dice fríamente entre ligeros lloriqueos-
- Igual, Vamos para el mismo lado. – Diciendo esto con cierto cinismo, sonríe tenuemente.
Un Kai, sin zapatos y con el pijama de su amante que le quedaba corta y su camisa aún más arrugada y desalineada, desaparece junto a D.O en el ascensor.
Minho solo se quedaba viendo mientras se marchaban. Era hora de hablar. En serio. El dolor que sentía no se podía explicar, simplemente odiaba aquel sentimiento, aún más fuerte en ese instante que su amor hacia Taemin.
Su espalda reposaba sobre la pared al lado del lumbral de la puerta de entrada, que estaba entre abierta. Lentamente y con un suspiro acompañando a su movimiento, se movió para ingresar al hogar SHINee.
Entro cogiendo ligeramente la manija plateada, de paso cerrando la puerta, para así quedar en la privacidad de su hogar. Visualizo lentamente su entorno, todo parecía estar en orden, excepto por la alfombra medio encogida y el mínimo calor que se sentía. Esa punzada de sintió de nuevo, aquel dolor inexplicable de un ‘no sé qué’. No veía a Taemin, “Tal vez entro a su cuarto” pensó.
No lograba ignorar el calor de la habitación y el crudo olor a ‘sexo’. Olía a Taemin, a su esencia… su aroma. Los recuerdos le inundaron su mente, y así como rápido llegaron, los disolvió pensando en lo que sucedía. No quería, pero le dolía. Y finalmente espantando los recuerdos, dice con un tono de voz altivo.
- Taemin; ahora si no podemos dejar de hablar. Desde cuando… - se le ahogaba la voz, aparecía un nudo en su perfilada garganta y no podría seguir de momento, pero se motivó por la necesidad de saber el “porque”. - Con voz firme , termino:
- Desde cuando estas con Kai. ¿Dónde estás? , joder Taemin no te hagas de rogar y ¡SAL!
Con su alargada y esbelta figura, camino hacia el cuarto del maknae. Estaba abierto, podía ir visualizando su enorme cama, muy bien tendida y el edredón gris perlado, gigantescas almohadas negras y en medio de ellas… el pequeño león de peluche twomin. Un regalo de sus fans que tenía grabado en sus ropas pequeños y tiernos letreros rosas que decían “TWOMIN IS REAL”.
No podía ignorar tantos recuerdos juntos, aun así siguió con lo que estaba dispuesto a hablar. Taemin no estaba en el cuarto, no lo podía visualizar a su pequeño ahí. “Tal vez está en el cuarto de baño.” Cuando entro, cerró la puerta con llave. “Es bueno tener copia.” Y sonrió. Taemin si estaba en el baño, se oía la regadera, tal vez se sumió en sus pensamientos. Flaming se acercó a la puerta al oír ligeros sollozos, que se confundían con la regadera. Esto le preocupaba. Sabía que las depresiones de Taemin eran tenaces y duraderas, se hacia el fuerte pero no lo era.
- Toc toc – Minho golpea con fuerza y la regadera deja de sonar.
- Taemin, ¿Estas bien?
Minnie aclarando su voz contesta:
- ¡Minho! Tu-u… que haces… en mi cuarto.
- Eso es lo de menos. Sal del cuarto de baño y hablemos un poco. Como adultos. Ya no somos aquellos chiquillos de hace un tiempo. Ya no.
- Está bien.
La actitud de Taemin le sorprendió a Minho. Él siempre se hacia el difícil, se hacía de rogar. Siempre orgulloso, pero hoy era diferente. Nunca había accedido tan fácil, solía ser infantil.
Flaming Carisma, como si estuviese modelando para una revista de moda, camino hacia la amplia cama. Se sentó desabrochando su camisa negra a la vez, suspirando. De repente Tae abrió la puerta del cuarto de baño e hizo que el suspiro de hace un momento se intensificara dejando a este, sin un ápice de aire en los pulmones.
Su delicada figura tallada por ángeles y aquella piel blanca tan suave como la más pura seda, eran la debilidad de cualquier mortal. Vio el rubor de sus mejillas, el tono rosa de sus labios y el rojo en sus definidos ojos, decía que había llorado. ¿Cómo no saberlo? Si durante todo este tiempo de conocerse lo apoyo y animo en sus momentos más difíciles o cuando hablaba con su madre, simplemente cuando estaba triste y acongojado por cualquier cosa, hasta por no sacar bien una coreografía.
- ¿Cómo te encuentras? – agrega Minho rompiendo aquel silencio incomodo-
- Muy bien – dice el maknae fríamente.
- Como si no te conociera baby. Anda, relájate un poco y deja ese bendito orgullo.
Y así, con pucheros involuntarios, Taemin se dirige a su vestidor. Rápidamente se coloca una sudadera blanca bajo la húmeda toalla con la que cubría su desnudes, después una camisa polo negra con estampado abstracto en tonos azules verdosos con un poco de gris. Tirando su toalla al cesto, prosigue.
- No es un buen momento, a pesar de que vivamos juntos, necesito mi espacio. –Dice finalmente Taemin en un tono más juguetón al ver la puerta cerrada y con llave. tono de siempre.
- Sí que lo es, y vamos a empezar AHORA. –Le responde Minho con cierto tono mandón.
- Está BIEN. Y no me subas el tono. Ya sabes cómo eso me pone.
- Bien, al grano. Primero; Porque Kai y desde cuándo- aparece de nuevo ese incomodo nudo en la garganta-
- Kai… él es mi mejor amigo y … solo paso, ambos estábamos al inicio ebrios … mal , no estábamos pensando con claridad… es reciente. Pero no soy el único ¿eh? Con KYUNG SOO! Desde cuando te gusta esa pasiva. – El pequeño Minnie no disimula los celos e intensifica aquellos pucheros que eran la debilidad de muchos.
- Creo que puedo decir lo mismo que tu… - dice sarcásticamente – la diferencia es que él y yo no llevábamos años de amistad.
- Nunca habíamos hecho algo- alza su ceja mirándole fijamente sin bajar la guardia- Paso y ya. –
- Cállate. No justifiquemos nada, ¿sí? Ambos estábamos separados y sabemos que no somos unos santos dignos de venerar. Los dos tenemos necesidades y lo hicimos con el consentimiento de que ninguno se enteraría, y menos de esta manera. Arrepentirse ahora no tiene escrúpulos.
- Pues es cierto. No quería que nadie supiera y no creo que tú quisieras que alguien supiera lo de D.O. por cierto, como es que tú y Kyung Soo…
Hablaban como lo que eran, unos viejos amantes, antiguos amigos llenos de confianza y sin ponerse a discutir por cosas que se supone superarían. Como siempre lo habían hecho.
- Lo normal, empezamos a hablar de ustedes cuando nos vimos la primera vez por fuera del ámbito laboral, y siempre solía ser así, llorábamos… ya tu sabes… nos entendimos. Salíamos a comer en los ratos libres y por fin un día consumido por el deseo carnal, porque así fue… todo lo acumulado se desato en un beso muy… bueno así. Y pues ahí inicio todo. Sabíamos que estaba mal y nunca supusimos que ustedes… bueno eso. Por cierto ustedes fueron muy evidentes hoy. – al sensual Minho le dolía en el alma lo que decía, pero no quería expresarse de mala gana conociendo a Minnie.
- Odio imaginármelo. No quiero odiar a Kyung Soo lo aprecio mucho pero… tengo celos.
Taemin se ruborizo y se tapó rápidamente la boca y agacho su mirada, apenado por lo que dijo hace unos momentos. Flaming solo se limitaba a sonreír, una pequeña sonrisa que indicaba complacencia. Le confundía esta situación.
- ¿Celos? Nunca espere oír eso de ti, Taeminnie.
Con un océano de confusiones y sensaciones en su cabeza, por impulso de lo que sentía en ese instante se lanza de manera salvaje y deseosa a su amor. Yendo hacia el con el descaro y libido que corría por su cuerpo, no se limitó… se dejó llevar por la excitación del momento.
Hace mucho que no devoraba esa preciosa boca. Su amado solo se correspondía y dejaban guiar por la necesidad de estar juntos. La llama que se suponía se había extinguido entre ellos, volvió a surgir como un inmenso incendio en sus interiores. Ellos ardían, el beso; aquel beso decía más que mil palabras y muchísimo más que mil acciones. Solo querían ser ellos en ese instante. Ellos y nadie más.
Sus bocas estaban ligadas por un laso celestial, los definidos labios de Taemin con los de su hermoso amante ardían necesitados uno del otro. La lengua filosa del maknae entra a jugar con la de su amado, llega un momento en que le apetece más y le da una pequeña succión que hace a Minho moverse. El flameante Choi solo pensaba en que no era lo correcto y menos el momento pero la necesidad de tenerlo de nuevo era muy grande, quería los viejos tiempos. Lo quería a EL. Algo crecía en su entrepierna.
Cuando al fin sus bocas humedecidas y rosas se separaron, Minnie mordió el labio inferior de la carnuda boca de Flamig, muy lentamente soltándola con una sensualidad provocadora, diciendo al unísono por fin, entre jadeos:
- ‘Te amo’ -
EPILOGO DEL CAPITULO
Taemin solo pensaba en él. En ese momento su mente lo dijo pero su boca no lo pronuncio:
-“Cariño, soy un gilipollas, pero un gilipollas que te quiere.”