La noche era realmente fría. El pelinegro maldecía por lo bajo el no haberse abrigado adecuadamente antes de salir de casa, pero no era porque él haya querido salir así (aunque sinceramente dudaba que ese lugar alguna vez fuera su casa)... Ahora entendía por qué siempre había sentido ese aire de desprecio de su padre para él, aunque nuevamente no era su culpa... Loki no había pedido ser adoptado ni nada por el estilo.
Los coches pasaban a toda velocidad sobre el asfalto, el camino por donde iba era en verdad estrecho y algo en el fondo de su ser deseaba que algún auto lo arrollara. Alzaba su pulgar en señal de "Ray", con algo de suerte un psicópata lo recogería, lo violaría y luego tiraría su cuerpo sin vida en algún terreno baldío; el pelinegro realmente lo deseaba.
Un coche se orilló prendiendo las intermitentes y Loki entendió la señal acercándose a la ventana del copiloto.
-A dónde vas, bonito
-A donde quieras llevarme... Guapo-dijo el pelinegro con una pícara sonrisa.
-Al paraíso... Si me lo permites...-contestó el rubio con una mueca igual de insinuante.
Loki río de manera sensual y socarrona.
-El paraíso no está aquí...
-Pero sí en mi cama...-contrarrestó Thor de una manera muy segura que hizo vibrar a Loki.
Azul y verde chocaron; el rubio suplicaba con su mirada de cachorro que el contrario subiera al auto mientras el de ojos verdes examinaba, buscando indicios de lastima o alguna otra porquería que el odiara. Mordiéndose los labios subió al coche de manera rápida y ágil. Soltó un pequeño suspiro, el ambiente del carro era acogedor; con un clima tibio y el suave olor a manzana. Loki se relajó recostando su cabeza hacia un lado mientras acariciaba con sus dedos el cuero del asiento, un sentimiento de tranquilidad le abrazó las entrañas. Era agradable pero dolía, y mucho.
-Cómo me encontraste...
Cuestionó Loki mientras miraba por la ventana. El rubio tardó unos minutos en responder; el ambiente de pronto se había vuelto pesado.
-Tengo un radar que me dice dónde encontrar a mi hermano...
-No soy tu hermano.
Thor soltó un sonoro suspiro, había dicho aquello con fines de relajar las cosas pero solo había conseguido lo contrario.
-Déjame bajarme.
El rubio ignoro la petición del menor y siguió conduciendo. No estaba seguro hacia donde se dirigían pero algo sí tenía claro: no dejaría solo a ese quisquilloso hombre.
-Quiero bajarme, Thor-dijo Loki un poco más exaltado.
-Hermano...
-¡No soy tu maldito hermano!-grito Loki ya desesperado.
El corazón de Loki latía como loco, sus ojos se estaban nublando y ahora como se arrepentía de haber subido a ese auto. Thor suspiro una vez más, apretó el volante entre sus fuertes manos; tantas ganas tenia de volantear y detenerse en algún lugar para abrazar a su "hermano"; abrazarlo y no dejarlo ir.
Thor sabía por lo que estaba pasando su Loki; que tu padre prácticamente te quitara el apellido porque no eras su verdadero hijo y además de que no pudieras reclamar parte de la empresa que tanto anhelabas; descubrir que tu vida había sido casi una total mentira debía ser una humillación total. Definitivamente la muerte de Frigga solo había dejado corazones rotos y despechados, Thor comprendía parte del dolor de Loki, pues Frigga era su madre y sabía que había amado a Loki como si fuera su verdadero hijo.
Un nuevo silencio se posó entre los dos hombres, Loki respiraba pesado; con orgullo, intentando tragarse todo, fingir que no le importaba y sonreír.
El rubio logro relajarse y sonrió con melancolía.
-…Y no sabes cuánto me alegra...-dijo Thor con cierto aire de alivio.
Loki lo volteo a ver con enfado, sintió terribles ganas de borrar esa sonrisita estúpida que bailaba en los labios de su no hermano, a golpes.
-Eres un maldito estúpido...-dijo Loki antes de soltarse a llorar.
Lloraba como un maldito niño que se acaba de levantar de una pesadilla y que necesita a sus padres. Se sentía humillado; más enojado que triste con unos enfermos sentimientos de alivio.
***
Unas horas más tarde Loki había podido por fin controlar sus sollozos dejando el carro nuevamente en silencio.
A petición del pelinegro Thor se había detenido en un 24hrs a comprar agua y algunas chucherías; Loki lo había hecho con fines de poder escapar pero se sentía mentalmente agotado como para divagar por ahí, decidiéndose por quedarse a dormitar en el cómodo asiento de cuero que tanto conocía, ya después se libraría de su no hermano.
Cuando Thor regresó al auto casi se atraganta al encontrar a un muy vulnerable Loki dormido, sonriendo con dulzura encendió el auto dirigiéndose ahora hacia un motel cercano.
***
Loki se estiro como un gato perezoso mientras se negaba a abrir los ojos, sintió las mullidas sábanas bajo su cuerpo y por un momento creyó que todo había sido un mal sueño, pero su ilusión se rompió cuando era claro que la cama en donde descansaba no era suya ni mucho menos de Thor.
Abrió sus ojos encontrándose al rubio acostado en un sillón que le parecía ridículamente pequeño en proporción al cuerpo que descansaba ahí. Siempre le había gustado esa masa de músculos que tenía por hermano. Desde que contaba con uso de razón había deseado lamer cada curva que se encontraba en aquel tostado ser y en sus fantasías más locas había hecho "la rusa" en los músculos de Thor. Ahora que sabía que no era su hermano, se sentía aliviado porque ese monumento al sexo no fuera de su familia.
El rubio se removió incómodo en el sillón fingiendo dormir pero para Thor siempre había sido imposible fingir ante Loki, sobre todo porque este era un amo en eso de las mentiras.
-¿Desde cuándo lo sabías?-dijo el menor con seguridad de que Thor lo escuchaba.
El mayor se incorporó para sentarse de manera decente en el sofá.
-Puede que sea un idiota, Loki... -meditó un poco sus palabras antes de continuar- ...pero no soy un enfermo,
Loki se dio media vuelta haciéndose un ovillo en la cama dándole la espalda a Thor. No diría nada, solo escucharía.
-Esto sonará mal pero... Nunca sentí esa compenetración fraternal contigo... Dios santo Loki- exclamo Thor levantándose del sillón mientras metía sus manos en los bolsillos de su costoso pantalón- no soportaba que me miraras desnudo... Cuando éramos pequeños no importaba pero... Después... Era raro...
Thor suspiró esperando alguna reacción del menor, pero este no dijo nada.
-Estoy seguro que ningún hermano mío me la pondría tan dura-confesó Thor en una avergonzada risa...-No es como si nunca te haya querido o algo así... No entiendas mal- río nervioso- tu mejor que nadie sabes la historia del hermano protector- finalizó el rubio con una sincera sonrisa.
Loki sonrió con lágrimas en los ojos, ese estúpido rubio jamás media sus palabras.
Ninguno de los dos se dio cuenta en que momento habían llegado al sillón, ni mucho menos en que momento ambos pantalones había desaparecido junto a respectivos bóxer’s.
Loki se había levantado tan rápido de la cama con intenciones de huir que Thor apenas y había reaccionado, abrazándolo e impidiendo su escape.
El menor se encontraba sentado en los muslos del rubio mientras este masturbaba su pene de forma lenta y exquisita. A Loki siempre le había gustado de manera ruda y pasional, por eso se volvía loco cuando Thor llevaba al límite su paciencia.
El de ojos verdes quería correrse, sentía el orgasmo inundar sus sentidos, pero el rubio no lo permitiría, no aun. Detenido su labor cargó él es esbelto cuerpo hasta la cama donde lo depósito con sutileza, Loki sentía que en cualquier momento se pondría a llorar, a pesar de los años que llevaba junto al rubio como pareja, no podía acostumbrarse a este trato tan delicado que le daba Thor cuando entraba en su momento cursi.
El más grande preparo con total calma al de ojos verdes, introduciendo primero un dedo, luego dos, hasta a completar tres que se removían dentro del hombre que gemía con aprobación.
Poco le faltaba a Loki para empezar a gemir en suplica pero al parecer alguna divinidad había escuchado sus pensamientos, pues Thor enterraba su orgullosa erección en su ansiosa cavidad. Las embestidas eran lentas y con amor, como los besos que depositaba Thor en el blanco cuello del menor, no había prisa en el acto, pero Loki estaba al límite, no podía aguantar ni un segundo más. Se corrió; se corrió gimiendo el nombre de su no hermano, maldiciéndole, susurrándole cuanto lo quería. Él rubio lo imitó segundos después, de igual forma mientras le gruñía cuanto lo amaba...
Thor y Loki se amaron hasta el amanecer, entre gimoteos y lágrimas de placer. Ninguno de los dos se preocupó por el sol que se asomaba, anunciado el nuevo día. A ninguno de los dos les importó el futuro, pues era hora de dormir.