Ya han pasado 2 años, estos días de verano hacen que recuerde aquella mirada nostálgica que tenías, todavía no he podido conceder mi deseo, pero estoy dando mi mejor esfuerzo, ya he pasado a ser una Kamuro; este es un día especial ya que dicen que vendrá un gran Oiran, mis oneesan mayores dicen que estará buscando alguien para entrenar y poder ser como el.
Espero que llegue pronto, para que pueda ver el baile que he practicado, aunque no soy tan bueno. Han todavía me queda tiempo para practicar, pero por mientras me han dicho que debo de ir a la habitación de Lirio y limpiar para que pueda hospedarse alguien ahí. Tal vez sea un cliente.
Me acerque a la habitación, deslicé la puerta y pude ver que era una habitación completamente blanca, los pequeños objetos resaltaban; no parecía sucia, en realidad estaba muy ordenada, baje las cosas para limpiar y pude ver como algo brillaba, confundido fui hacia lo que brillaba, lo tapaba un poco un juguete, era un espejo; un espejo muy lindo tenían pequeñas rosas a lados y tenían incrustadas unas piedras rojas adentro de cada una. Me parecía tan frágil, vi fijamente el espejo y pude ver el color de mis ojos parece que se habían hecho más claros. En el instante, sentí un gran escalofrió en mi espalda al ver una figura blanca atrás de mí, parecía un fantasma, en ese momento sentí tanto miedo, tanto que deseaba que esa figura fuera una de mis oneesan, no me importaba que me golpearan, ¡tan solo que al menos esa cosa fuera humana! Se acercó lentamente, yo solo puede mirar a través de pequeños espejo de mano.
Solo puede grita- ¡No te me acerques, Yuki-onna!- De repente solo se escuchó una risita, y pasaba más tiempo y se convirtió en una risa más fuerte. Se acercó más y la luz ayudo al ver su cara más detalla y su esbelta figura, su piel blanca que no tenía que usar maquillaje, cabello castaño muy largo y lacio. Su cara era tan hermosa, se veía tan elegante un kimono blanco y sus ojos un color tornasol morado, se puede decir que era la segunda persona más hermosa que había visto. Me miró fijamente y me dijo
-Acércate más, quiero ver tu cara.- Me acerco a su cara, me miraba fijamente a los ojos, se alejó un momento, me sonrió, -Quítate la ropa, voy a checarte.- Al escuchar eso, me sonroje tan rápido. Pero un Kamuro siempre debe obedecer las órdenes que les asigna. Con un poco de vergüenza y miedo, me empecé a desatar mi Obi con mis manos nerviosas, pude sentir como mi yukata se iba deslizando hacia abajo a mis codos, dejando ver mi pecho delgado, al instante sentí como las manos cálidas de mi oneesan iban tocando mi pecho; por tanto nerviosismo no pude hacer más que fijar mi vista hacia otra parte, lo único que sabía es que tal vez quería ver si todavía era “puro”. Los labios de mi onessan iban rozando mi pecho y de pronto sentí como mi onessan… ¿Me ponía su oreja en mi pecho?, confundido le mire a los ojos, y se despegó de mi me dijo; -Parece que no comes bien, te llevare conmigo.-
Todo esto era tan extraño, le pregunte como se llama y porque quiera sacarme de este lugar. Mi oneesan me dijo –Me llamo Hyuga Neji, y se puede decir que quiero pagar una deuda a alguien.-
En ese momento sabía que me iban a vender a alguien y me alejaría de mi destino… o ¿tal vez ya estoy mas cerca?.
Estas noches de verano me hacen recordar aquel amor nostálgico que te tengo