El verano seguía en su apogeo, sin embargo Julio ya iba en su ultima semana, y por ello se encontraban ese día festejando al cumpleañero de ese 23.
Los cuidadores decoraban un poco mientras terminaban de preparar la comida, los niños tratarían de portarse amable con "ese afeminado nerd!".
Justamente cuando Iruka estaba inflando un globo sonó el timbre de la puerta.
-Yo iré -dijo tranquilamente el moreno de la coleta mientras se dirigía a la puerta.
En ella se encontraba un hombre vestido de una manera muy fin y elegante, con su largo cabello blanco sujeto en una coleta baja. Iruka enseguida lo reconoció. Era uní de los tres concejales del Imperio, de la muy respetada familia Namikaze, Jiraiya Namikaze.
Al lado de él venia una mujer muy guapa de prominente figura, rubia y de ojos miel, sin duda otra de los concejales, La señora Tsunade Senjuu de Namikaze.
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A pesar de que ese día era el décimo primer cumpleaños de Sasuke, el mismo no se encontraba en el orfanato, una vez mas se encontraba en el viejo árbol, era una costumbre que no podía evitar.
Tomaba el libro, entre los dientes si era delgado, en la axila si era mediano, y con una manol si era grueso, al principio era difícil escalar, pero con el tiempo no hubo nindguna dificultad.
Sin embargo, tenia que aceptar que se veía divertido subiendo el libro de esas maneras, y aunque llevaba a veces una bolsa y la colgaba termino por dejarlo cuando las ramas rompían la tela y el libro caía.
Justamente el que tenia en sus manos era de su escritor favorito, Jiraiya Namikaze, no sabia mucho de él, salvo que era una persona muy influyente y poderosa, pero que escribió libros a sus ratos libres, era conocido por sus libros infantiles y eróticos, siendo los primeros los que leí, naturalmente.
El libro que tenia en sus manos era de ya 10 años, era " La serpiente de Fuyuu", era el segundo libro de una larga antología sobre un niño serpiente que era tratado como un monstruo, y era muy interesante.
Sasuke, como buen lector, se sumergía en el mundo que las letras dibujaban en su mente,ya no era Sasuke Uchiha, sino un espectador de las aventuras de Ashamaru (el protagonista) y hasta soñaba despirto conque conocía a Ashamaru y su fiel amigo Mizutaro y lo invitaban a buscar a la princesa de los sapos, se perdía tanto en su lectura que no podía escuchar nada ni ver a nadie.
Por esto es que le tomo desprevenido un golpe en la cabeza con un melocotón.
Dejo el libro a un lado de la rama y miro abajo, una muy enojada Anko le llamaba.
Anko Mitarashi era otra de las cuidadoras con quien se llevaba muy bien, ella era muy alegre y enérgica, pero le gustaba asustar a los niños con diferentes cuentos de terror, ella le había regalado el primer libro de la saga de Ashamaru "la serpiente en el Árbol".
Sasuke escucho que la mujer lo llamaba para cenar, miro al cielo confundido, dándose cuenta que el sol ya se despedía en horizonte.
Suspiro, deseaba terminar pronto la cena, el libro se ponía mas y mas interesante.
Avento el libro a la cuidadora y bajo con cuidado por las muchas ramas de Sennen, hasta llegar a tierra firme donde la mujer le dio un coscorrón, por no aprender a no subir los arboles. No importaría cuantas veces se lo dijeran, el siempre subirira.
Los motivos eran dos, uno era que los demás niños no se atrevían a subir, tanto Anko como Iruka ya los asustaban con las múltiples leyendas de múltiples suicidios de todas esas personas que bien no existieron, así que cuando Sasuke subía los demás niños no podrían golpearlo, el árbol no estaba maldito, era su guardián.
La segunda porque entre más alto estuviera mas cerca del cielo estaría, aun recordaba a su familia y algunas veces le gustaría estar con ellos, pero el sabia que tarde o temprano se reunirían.
En el camino a casa Sasuke hablo con Anko del libro y ella opinaba cosas como " aparece Orochi y los devorara a todos" o cosas a así, Anko e Iruka eran los únicos que podían escucharlo hablar de libros sin cansarse.
Una vez en el orfanato todos gritaron "feliz cumpleaños", unos mas felices que otros, Sasuke solo soinrii, no era bueno con las personas, sobre todo si eran muchas que no lo quería allí. Se sentó en su puesto en la mesa mientras soplaba las velas del pastel que Ayame había hecho, mientras los niños exigían pastel a voz de cuello.
¿El deseo de Sasuke?
Una familia de verdad, una en la que no se subiera en un árbol para sentirse a gusto, una donde no se burlaran de él, una así no estaría mal. Aunque consideraba a Iruka y Anko como su familia no era igual, él a veces deseaba ser adoptado, pero luego pensaba que eso era una traición a su verdadera familia.
Una vez la cena finalizo los niños siguieron jugando un poco hasta que les mandaran a dormir, mientras los adultos limpiaban el desastre, Sasuke estaba por marcharse a su habitación y leer un poco mas, fue detenido por Iruka.
-¿Qué pasa Iruka sensei? -preguntó el menor.
-Sigue me Sasuke-kun -llamo el mayor, llevando al pequeño al despacho del jefe, aunque en realidad no había ninguno.
-Mira, te conseguí un regalo que te fascinara -le entrego al niño un objeto rectangular envuelto en papel periódico, Sasuke lo desenvolvió descubriendo con alegría un libro, y no cualquier libro, era de la saga Hebi Adventures, de Jiraiya Namikaze, era justamente el tercer libro "La Serpiente del Camino" agradeció a Iruka con una cara muy sonriente y lo abrazo, emocionado por terminar su libro y empezar ese
Estaba por salir cuando fue detenido, una vez mas, por la voz del mayor.
-Espera Sasuke-kun, se que esto te lo digo muy seguido, y en verdad no es porque no te quiera en este orfanato, pero, ¿no has pensado seriamente en ser adoptado?
El moreno bajo la vista, ocultando sus negros ojos con su cabello, lo había pensado, y mucho, pero no quería ir con una familia horrible de nuevo, cuando sus padres murieron quedo a cargo de un tío abuelo, Danzou, que era siempre cruel con él, no lo dejaba comer lo que quisiera, no lo dejaba hablar en voz alta y demás, ¿y si lo adoptaba alguien como él? Sasuke con mucha suerte logro escapar con ayuda de su primo Sai.
Pero tenia que reconocer que no siempre era malo buscar algo nuevo.
Ashamaru decía que el camino que tenemos podría ser difícil solo si nos rendíamos ante él, y que siempre hay que desenfundar nuestras armas y con la justicia de nuestros corazones abrirnos por cualquier obstáculo. "La aventura no empieza si nos das el primer paso"
Sasuke regreso sobre sus pasos, sentándose frente a Iruka, dispuesto a escucharlo.
-Se que piensas que quizás pueda tocarte una mala familia, pero creeme, nosotros no entregamos a nuestros pequeños a cualquiera, sé que tal vbez pienses que estas traicionando a tu verdadera familia, pero estoy seguro de que ellos quieren verte feliz y seguir adelante con tu vida.
Sasuke solo se quedo en silencio, no era de muchas palabras de todas formas. Acaricio una vez mas la portada del nuevo libro, quería ser un poco como Ashamaru, el no le tenia miedo a nadie y siempre se enfrentaba a quien sea que se lo pusiera enfrente sin ninguna duda, peleando por sus sueños y sus amigos.
Suspiro, y decidió hablar con Iruka.
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Ya era más de media noche, pero Sasuke no podia dormir, solo pensaba en las palabras del mayor, mañana (¿oh debería decir, ese día mas tarde?) vendrían dos personas importantes que buscaban adoptar a un jovencito, y ese podría ser él, siempre se escapaba cuando alguien venia a adoptar, dándole así oportunidad a los demás, pensando que quizás le querrían mas, pero dejando eso en otro lado, lo estaba pensando mucho.
Quería un papá con el que jugar a la pelota y una mamá que le diera un beso de buenas noches, y quizá un hermano (aunque Itachi era irreemplazable) y tener una vida como la que llevo hace cuatro años.
Suspiro, mañana estaría presentable, y si lo querían a él habría una entrevista y el debía ser muy educado (lo que era difícil ya que tenia su genio).
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Si tuviera que darle un adjetivo a Iruka seria malvado.
¿Por qué no le había dicho que la pareja que iba a adoptar era la de su escritor favorito?
Sasuke estaba entre paralizado y que se desmayaba.
Frente a su indigna mirada estaba su admirado favorito escritor Jiraiya, sentía que su corazón se salia de la emoción y quería gritar, ¿le daría un autógrafo? Ojala si, así seria uno de sus tesoros.
Sus manos sudaban y sentía sus piernas de gelatina, ¿le daría la mano? No lo sabia, pero quería intentar. Aunque sus nervios lo clavaban al suelo y su parálisis evitaba sus movimientos.
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Tsunade Senjuu era una mujer fría y calculadora, pensaba todo con tranquilidad, a diferencia del "intenso" de su marido que se dejaba llevar fácilmente por las situaciones. Ella era muy observadora y un día atrapo a su nuera haciendo algo indebido, era cuestión de tiempo para que la mujer se fuera y necesitaban a alguien que se desposara con su hijo cuando ese momento llegará.
Un muchachillo huérfano era una buena opción, necesitaban a alguien que guardara fidelidad real, no a otro noble imbécil que le engañara con media nobleza, alguien de buenos y puros sentimientos, y justamente los nobles huérfanos podrían ser una opción, además de un estupendo castigo para su hijo y nuera.
Así que convenció a su esposo a acompañarla al orfanato más pobre del Imperio de Fuego (Hinokoku) a adoptar, un niño o una niña estarían bien, ella lo educaría personalmente para ser el digno esposo de su estúpido hijo.
Asui que entro al cuchitril con aire señoral, cuan majestuosa reina, con su simple figura imponía su presencia en cualquier lugar, muy segura de si mismo,escudriñando a los escuincles, ninguno aparecía encajar en la nobleza, ninguno tenia ese aire... hasta que lo vio.
Piel blanca, digna de una princesa, brillante cabello azabache, y hasta con finas lineas azules, un rostro hermoso, ¿ese niño realmente estaba en ese repugnante lugar? Si parecía un ángel.
So río con autosuficiencia, susurrando se a su marido que ya encontró al indicado.
Mientras que Jiraiya solo podía ver a las guapas cuidadoras, al escuchar a su mujer, giro la vista a donde la mujer indicaba y se sorprendió por la belleza del niño.
-Pasen por favor -decía nervioso Kanade, la mas anciana del lugar, invitando a la pareja- pueden ver a los niños, todos son muy...
-No sera necesario -interrumpió Tsunade con descortesia-, ya hemos elegido al niño que llevaremos con nosotros.
El silencio se hizo presente y las respiraciones nulas, algunos niños se sentían nerviosos, no sabían quienes eran esos adultos, pero si eran tan ricos como parecían podrían tener su vida soñada de princesas y príncipes en castillos de oro y plata, otros tantos miraron a Sasuke con odio, porque su apariencia le favorecía para esas situaciones.
-¿Y-Ya lo decidieron? -tartamudeo levemente la mujer mayor.
Tsunade giro sus ojos con fastidio, así que era turno de Jiraiya de encargarse.
-Así es, vera, mi mujer y yo buscamos a un niño en especifico y ya lo encontramos.
Con pasop seguro y elegante, el mayor se planto frente a Sasuke, arrodillándose para estar a la altura del infante, posando una de sus grandes manos en el escuelido hombro del pequeño, con una amable sonrisa.
-¿Quieres venir con nosotros? -pregunto amable.
Pero Sasuke no podia responder, muy sorprendido por la situación no podía pensar adecuadamente.
-¿Sasuke-kun? -pregunto Iruka preocupado, ¿debio decirle de Jiraiya?, buieni, lo hecho, hecho esta, sacudió un poco el hombro del niño y este asintió entusiasmado.
Jiraiya sonrió alegremente.
-Entonces si pasan por aquí para la entrevista -Invito otra de las cuidadoras.
-No es necesario, nos lo llevamos -dijo la rubia- él es a quien queremos adoptar.