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Entre caníbales por PalomaNegra

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Notas del fanfic:

¡He vuelto en forma de fichas! okno

Vengo a tirar esto por acá...  Es mi primer fanfic de Tokyo Ghoul y lo más probable es que sea el único. Escribir ficción me lleva mucho tiempo y mucha investigación. Así que prefiero escribir una vez a las quinientas cuando se me ocurra algo verdaderamente brillante.

He vuelto a cambiar el resumen. Joer, nadie me dijo que era tan complicado. Pero ahora estoy más contenta. Me pasé horas y horas pensando en el resumen nuevo. En fin, como dice por ahí; "El que la persigue la consigue". 

Título: Entre caníbales

Autora: Paloma Negra

Pareja: Shuu Tsukiyama x Kaneki ken

Serie: Tokyo Ghoul

Género: Drama - Comedia

Clasificación: Recomendado para mayores de 16 años.

Advertencias: Violencia - masoquismo

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Sui Ishida.

Capítulo I

Era una helada mañana de otoño el día en que Kaneki, tras haber dormido durante más de doce horas, despertaba tendido en una cómoda cama vistiendo solo ropa interior. Abrió sus ojos con dificultad para hacer el intento de buscar algún reloj en la pared, sin embargo, le era imposible ver con claridad debido a la molesta luz solar que entraba desde la ventana y atravesaba el delicado velo de color blanco.

—"Creo que he vivido esto". – pensó mientras se sentaba sobre el colchón y refregaba sus ojos para echar un vistazo con más detalle. Un olor a sangre había despertado su curiosidad. Tan pronto como se acomodó en la cabecera de la cama para inspeccionar el ambiente, sintió un fuerte bombeo en su cabeza. Una vez controlado ese dolor, notó horrorizado el lugar en el cual se encontraba. Todo, absolutamente todo, estaba destruido. Muebles hecho pedazos en el suelo, cortinas rasgadas, ropas ensangrentadas, almohadas desplumadas, ralladuras en las paredes, entre otras cosas. Parecía la escena de un crimen violento.

Al sentirse completamente consiente, y por lo tanto, convenciéndose de que no era un sueño, un escalofrío recorrió su cuerpo. No podía recordar con exactitud lo qué había hecho ayer. Ni tampoco lo que tenía que hacer hoy. Se detuvo a pensar por un par de segundos hasta que finalmente decidió que la mejor opción, por ahora, era salir de la cama.

 Bonjour mon amour.- se escuchó la melodiosa voz de un hombre que se encontraba sentado en el otro lado de la cama sosteniendo una taza de café.

Kaneki volvió a sobresaltarse ya que la presencia de aquel personaje había pasado inadvertido hasta ese momento. El ghoul, que lo conocía hace bastante tiempo, iba vestido con un fino chaleco de rombos de tonalidades frías, y unos impecables pantalones beige a la medida. Sus zapatos café oscuro completaban su look fino y casual.

— ¿Qué haces aquí? – preguntó alterado y poniéndose de pie tan pronto como pudo.

— ¿Qué hago aquí? – preguntó con un tono confundido y posando con elegancia una de sus manos bajo la barbilla. —Esta es mi habitación, Kaneki. Tú acepaste mi invitación anoche.

— ¿¡Ah!? – exclamó caminando unos cuantos pasos fuera de la cama con dificultad. Su cabeza parecía una bomba de tiempo, sentía debilidad en sus músculos y para rematar, sufría una sed espantosa. –Necesito una explicación razonable.- dijo a pesar de las molestias físicas que lo aquejaban. Debía dejar esos problemas en segundo plano para enfocarse en la situación en la cual se encontraba. Tratándose de aquel ghoul, no podía esperar nada bueno.

El hombre intentó disimular su risa cerrando su boca, pero a pesar de su esfuerzo por pasar inadvertido, era demasiado obvio que se estaba riendo. Al rato se tranquilizó y mantuvo un semblante sereno para dirigirse a su amigo.

—Kaneki, Kaneki, Kaneki.- repitió con un tono juguetón. –Beber alcohol en exceso produce efectos devastadores en tu salud.

El joven ghoul de un ojo caminaba lentamente por la habitación evitando los trozos de vidrio esparcido por el suelo. Tras escuchar la explicación de Tsukiyama, su cuerpo y mente se alteraron instantáneamente.

— ¡No me jodas! – respondió ante de juntar sus dientes y activar su kagune. Sus cuatro tentáculos apuntaban amenazante la cabeza de Shuu.

—Tal parece que por lo bebido anoche has perdido la memoria y tus modales. – dijo despreocupadamente poniéndose de pie. — ¿Qué te parece si tomas un poco de café? – preguntó ignorando el mal humor en que se encontraba su querido amigo. Extendió su brazo para ofrecerle la bebida caliente que con tanto esmero había preparado desde muy temprano. —Calma, Kaneki. No sería capaz de cometer un acto desleal e intentar devorarte sin tu consentimiento. – añadió con un tono suave pretendiendo apaciguar la actitud hostil del joven.

Kaneki contuvo su respiración por unos segundos, y luego suspiró profundamente. Tras pensar las palabras de Tsukiyama, se dio cuenta que si este hubiese intentado algún acto reprochable, lo más probable es que lo hubiese matado. Sin embargo, no podía dejar de buscar una buena razón para entender el estado actual de la habitación.

— ¿Qué ocurrió exactamente? – preguntó antes de aceptar la taza de café que seguía ofreciéndole Shuu.

—Te volviste loco, Kaneki. – respondió abriendo sus ojos y mirando con deseo a ese muchacho.

—Entonces, ¿yo provoqué este desastre? – volvió a preguntar sin despegar su vista del vapor que salía de la bebida. Tomó asiento en la cama y bebió unos cuantos sorbos ignorando por completo la atmósfera acosadora que rodeaba al refinado ghoul.

—En gran parte sí.

—Lo lamento.

—Kaneki, no es nada grave. Yo me encargaré de arreglar este desorden más tarde.

—Pero no puedo evitar sentirme mal si yo fui el culpable.

—"¡Oh Kaneki! ¡No soy digno de tu compasión! Si sigues comportándote de esa forma conmigo, mis deseos por volver a saborearte se volverán inevitables." – pensó Tsukiyama sentándose al lado izquierdo del muchacho y apoyando su mano derecha sobre el colchón para aproximarse más a él.

—Si hay algo que pueda hacer… Yo…– dijo volteándose a mirar a Shuu y topándose con sus ojos violetas a escasos centímetros de su rostro.

Kaneki intentó alejarse rápidamente, pero Shuu había premeditado ese paso y lo había acorralada con uno de sus brazos, por lo que no podía moverse hacia atrás ni hacia los lados. Su única salida para evitar el acoso de Tsukiyama, fue ponerse de pie con el café en mano y caminar hacia delante. Con cada paso que daba el dolor en su cabeza se hacía más insoportable.

—Yo me encargaré del desorden, Kaneki.- dijo mirando la alfombra bañada en sangre que el joven pisaba descalzo. —Después de todo, lo que sucedió anoche entre nosotros, es un valioso tesoro que lo recordaré para siempre y que además, aceptaré como paga. – agregó levantándose y caminando hasta quedar detrás de él.

El ghoul de un solo ojo soltó la taza que tenía en sus manos, provocando que casi todo el café cayera al suelo. Ese fue el momento exacto en que había logrado recuperar gran parte de sus recuerdos.

 

Continuará...

Notas finales:

El título del fanfic lo saqué de una famosa canción de Soda Stereo.(Quienes aún no han escuchado esa canción, los invito a que googleen "Entre caníbales" y reproduzcan la canción en youtube. Pongan mucha atención en la letra)

Me di la libertad de separar el  one-shot en dos partes para que no se vuelva una lectura muy tediosa. (Leer en computador es incómodo.)

La segunda parte de este one-shot se pone más intensa y zukistrukiz.

 


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