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-Joder Kise!...Tssk…ese idiota?-
Aomine se apresuro a quitar las esposas de plata que retenían a Kise, las quebró con facilidad, no quería perder tiempo el rubio no se veía nada bien, solo llevaba puesto los pantalones, dejando su parte superior expuesta a esos rayos de sol rebeldes que se filtraban entre las maderas de la cabaña y de la ventana totalmente expuesta al exterior.
-Aominechi eres tú?- Kise estaba en mal estado, mas pálido de lo normal, pero no tenía ese hermoso color a marfil, su piel ya no parecía porcelana, parecía agrietada y reseca, y sus hermosos ojos dorados no brillaban como lo hacían cuando llego.
-Joder Ricitos…mira como te dejaron!-
-Kagamichi tenía miedo de que acabara con toda tu manada…debes entenderlo-
-pero…joder…ese imbécil va a escucharme…? no has comido nada… y joder hay mucha luz aquí!-
Aomine dejo a Kise a un lado, ya que hasta ese momento estaba recargado sobre el pecho del moreno, por falta de fuerzas.
-Quédate ahí un momento…- Kise se hizo a un lado y se recargo en uno de los troncos que servían de columna para la cabaña.
Aomine comenzó a tapar la única ventana que tenia la cabaña y la tapo con lo que pudo, movió una cajonera que se encontraba ahí y agrego un montón de cosas más, una pintura, y todo lo que encontraba a su paso, hasta que ni un rayo de luz entraba por esa ventana.
Instantáneamente al dejar de recibir los rayos de luz solar, las grietas en la piel de Kise se hicieron menos pronunciadas, ahora parecían solo una especie de rasguño que dibujaba la piel del vampiro.
-Gracias Aominechi ya me siento mejor!-
El rubio intentaba incorporarse, pero estaba débil, desde que llego ahí no había comido, había sido encadenado con plata y expuesto a algunos rayos de luz que se filtraban por la ventana. Kise cayó de nuevo en el pecho de Aomine, quien lo sostuvo sin replicar.
Kise miro fijamente a los ojos del moreno, quien quitaba los cabellos rubios de la frente de esté, pero algo en su interior comenzaba a inquietarse.
-No has comido Kise, necesitas sangre cierto?- Kise no podía apartar sus ojos de los de Aomine mientras él decía esas palabras con total preocupación, sus ojos pasaron de la mirada azul profundo del lobo, a la vena de su cuello palpitante de sangre para después pasar a sus hermosos labios y un deseo incomprensible para Kise le llego como choque eléctrico por todo su cuerpo, un sentimiento extraño de necesidad le invadió no sabía cómo explicarlo pero solo podía pensar que era el “Hambre” que le nublaba el juicio…quería besarlo y antes de que pudiera comprender ese pensamiento sus labios ya se habían estampado contra los del moreno.
El beso tomo por sorpresa al ojiazul, pero su cuerpo se movía por sí solo, giraba su cabeza para un mejor contacto, y de un momento a otro Kise le había llevado al piso y posad sobre sus caderas con sus brazos rodeándole el cuello acariciándole los cabellos azules de la parte de su nuca.
Los brazos de Aomine rodearon la cintura de Kise, y ambos de besaban intentando tomar posesión del otro, pero ninguno cedía, hasta que en un movimiento de Aomine al acercar más el cuerpo del rubio al suyo, Kise soltó un leve gemido que le hizo abrir la boca más de lo que hubiera querido, dándole acceso total de su boca a la lengua de Aomine, quien sin perder tiempo la introdujo dentro de esa cavidad húmeda y deseosa, llevando a una nueva pelea dentro de esta entre ambas lenguas, una peleando por que la dominancia y este tratando de mantenerla.
Kise mordió el labio inferior del moreno, haciendo que este soltara un gruñido de dolor, intento separarse de Kise, pero al sentir la deliciosa succión, una oleada de placer se abrió paso desde la punta de sus pies hasta la punta de su pene, quien se estremecía por esa agradable sensación.
Kise seguía con eso, tenía hambre y el moreno sabia delicioso, su sangre era más caliente que la de los humanos y tenía un sabor fuerte, condimentado pero delicioso. Aomine se dio cuenta que el rubio estaba hambriento, sus ojos destellaban nuevamente pero ahora gracias a su sangre.
Sabía lo que debía hacer, pero seria a su manera por que tenía todas esas sensaciones en su cuerpo, no solo quería alimentarlo, unas intensas ganas de follarlo, marcarle y exigirle sumisión se presentaron, su lobo estaba nuevamente activo y reclamaba al rubio y si quería enterrar su miembro en el cuerpo de Kise así lo haría, al final de cuentas ese vampiro era suyo no?.
En un movimiento hábil, Aomine tomo a Kise de las caderas y este enredo sus piernas a la cintura del moreno para no caerse, en un giro casi imperceptible, Kise termino pegado a una de las paredes de la cabaña y sintió la boca del moreno nuevamente, besándole y pasándole con su lengua parte de lo que aun le brotaba de sangre. Se sintió extasiado, el moreno besaba sus labios, lamio su hermoso cuello y sus clavículas, mordiéndolas por inercia al sentir la delicada piel envolviendo el firme hueso. Cada lugar de su cuerpo que lamia, tocaba y besaba del cuerpo de Kise sabia a gloria para el moreno. Y en el caso del rubio, todas esas acciones del Lobo le ardían, quemaba y dolían pero de una manera placentera. Las sensaciones eran distintas para cada uno pero a la vez tan parecidas, ambas cargadas con placer, lujuria y Traición a su raza.
Aun así no importaba, no en ese momento, pero Aomine estaba ansioso y Kise también, el rubio quería dominar, no ser dominado y el lobo luchaba por lo mismo, la sumisión no era algo que caracterizaba a estos ejemplares por esa razón el chico necesitaba imponer toda su presencia y hombría sobre el vampiro. El moreno tomo ambas muñecas del vampiro y las aprisiono sobre su cabeza con una sola de sus manos, mientras que con la otra acariciaba el bulto entre las piernas del rubio, que se hacía claramente más prominente.
-Aominechi…que haces?...suéltame…- El pánico se hizo presa del rubio al sentirse vulnerable, su cuerpo reaccionaba al tacto del moreno sin que él pudiera hacer algo al respecto, Kise se preguntaba por qué era?, tal vez estaba muy hambriento?, tal vez sería por estar expuesto tanto tiempo al sol? , Si eso podría haber nublado su juicio, tal vez sería por el control que le dio Akashi sobre su persona al moreno. Buscaba una razón para justificar todo lo que ese moreno le estaba provocando.
El nunca había buscado placer con una figura de su mismo sexo, las féminas eran hermosas y hablando de sexo y placer Kise siempre lo había buscado en el sexo opuesto.
-Joder!- Kise no podía creer lo bien que se sentían las manos de Aomine en su cuerpo, el moreno había liberado la erección del rubio y la masajeaba de arriba abajo, cubriendo todo lo largo de la erección con el liquido pre seminal que emanaba el glande del rubio.
Kise trato de separar el cuerpo del lobo del suyo, sin mucho resultado.
Aomine noto que el Rubio daba su pelea por salir de esa situación pero contra él era inútil, fácilmente Kise era más fuerte que muchos de sus lobos, pero él era el macho Alfa y en ese momento estaba más que excitado, la idea de dominar a un noble vampiro, uno de los más fuertes y hacerlo suyo sin que hubiera un mañana le ponía la piel de gallina, corrientes eléctricas pasaban de la punta de sus pies hasta la punta de su pene y la adrenalina se incrementaba, en esa situación Kise no tenia oportunidad de escapar de las garras del lobo.
--- TO BE CONTINUE---