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SACRIFICIO por Libi lulu

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Notas del capitulo:

UN POQUITO MAS PARA LOS QUE SE QUEDARON CON GANAS n.n

-Eikichi, Haizaki háganlo pasar- Enseguida ambos hombres hicieron una reverencia  y se dispusieron a hacer lo que el emperador ordeno

-Que sorpresa!, pensé que jamás diría esto, pero… me alegra verte- Decia el emperador con una pequeña sonrisa ladina

-Por desgracia no es reciproco- Contestaba el Lobo con la misma sonrisa que el emperador

-Vale, vale…que hacer aquí!, como esta mi hijo? –

-Tu hijo… delicioso…fue una gran sorpresa- El pelirrojo se tenso y cerro los puños apretando con fuerza, aun que su expresión parecía no inmutarse, su interior estaba en llamas, ardia en furia…

-profanaste a mi hijo? vaya eso no me sorprende, una belleza como la de Ryouta es imposible de conseguir en el lugar de donde vienes-

-Que dices?- Al contrario del emperador, que controlaba sus emociones, el lobo estayaba en cólera a la minima provocación

-Sii..mi chico es como una hermosa mariposas, entre las horribles orugas con las que ahora tiene que co existir… mi pobre Ryouta- El emperador secaba sus lagrimas falsas con un pañuelo que saco de su bolsillo, cuando en un instante el lobo furico llego hasta el escritorio del pelirrojo y golpeo este mismo.

-Tranquilo, dejemos nuestras diferencias atrás…estoy consciente de que ahora Kise les pertenece, pero no seas asi, el es mi hijo y lo amo… que vengas a restregarme en la cara lo que le has hecho no me da nada de gracia… y si sigues con esa actitud no tardare en entrar a ese bosque que tanto amas, sacar a mi hijo y quemar todo a mi paso, y mis hijos se aseguraran que nadie de tu manada salga de ahí, ni las pulgas que se cargan- Los ojos del emperador cambiaron a una mirada mas aterradora que la de hace un momento, Aomine solo pudo tragar saliva y tomar asiento en una de las comodas sillas frente al emperador.

-Y…Takao…como se encuentra- Pregunto Aomine, resignado y  tragándose su orgullo que gritaba por arrancar la cabeza del vampiro pelirrojo.

-Primero dime tu, a que has venido?-

-Tu risitos de oro… quiere su ropa!- Aomine intento esquivar la mirada de Akashi, quien arqueo una ceja y lo miro exspectante, ahora empezaba a dudar que haya tomado a su hijo, pero le pareció gracioso el hecho de que haya venido hasta la mansión, solo por la ropa de Ryouta, su hijo tenia ese poder, era una de las razones por la que lo dejo ir, Ryouta tenia un encanto natural, que no solo lo había encantado a el, si no al resto de sus hermanos, por mas frios o Tsunderes que fueran, todos le querían, apreciaban y sobre todo consentían a ese rubio chillon.

-O..claro… su ropa…- Akashi esbozo una sonrisa –Eikichi, Haizaki- El moreno fue el primero en abrir la puerta y asomarse.

-Si Akashi-sama-

-Busca a Reo… dile que empaque toda la ropa de Ryota y sus accesorios favoritos…-

-Oye… espera! solo vengo yo, no creo poder cargar con todo!- Salto un poco nervioso del asiento, ya que con la pinta de modelito que se cargaba Kise y la casita en donde solia vivir, se imaginaba el closet mas grande que toda su cabaña entera.

-Reo! empaca todo lo que creas que esta persona y su moto puedan cargar-

Aomine se quedo en blanco, este hombre…como sabia que traia una moto? después recordó uno de los tantos dones que tenían los vampiros.

 

Aomine volvió a relajarse en el asiento que ocupaba, cuando un olor familiar llego hasta su olfato.

 

-Asi, tendras una excusa para regresar y  traerme noticias de mi pequeño rubio- Akashi sonrio victorioso y Aomine sonrio resignado asiniendo, cuando ese olor nuevamente llego a su nariz, era un olor algo distinto pero inconfundible, era el olor a familia, pero no parecía el olor a Takao.

 

-Que es…este aroma? – Aomine se levanto de su asiento y Akashi se dispuso a seguirlo

-Hey lobo… quieres ver a Kazunari?-

 

Aomine reacciono y se distrajo de ese aroma, para asentir emosionado –Entonces…sígueme!- El pelirrojo se adelanto y el moreno lo siguió, mirando cada pintura, cada detalle de ese pasillo, hasta que llego a la habitación del peliverde, donde moraba Kazunari. Akashi toco a la puerta

–Kazunari… tienes visita- Takao se apresuro rápidamente, al reconocer el aroma del Lobo alfa

-Aniki!...Aomine Aniki!- Takao corrió y al abrir la puerta los brazos del moreno lo recibían para darle un calido abrazo.

-Aomine que haces aquí?...- El azabache no podía creerlo, pensó que jamás le volveria a ver, el moreno y el pelirrojo entraron a la enorme habitación.

Aomine estaba sorprendido, Takao se veía fantástico, hermoso, tenia una mirada melancolica pero no era por malos tratos, lo pudo notar por la sonrisa hermosa y radiante que mostraba y aun mas por la manera tan natural con la que interactuaba con el emperador. Pero es que Takao es un encanto, es hermoso y la clase de persona con la que no puedes molestarte, por un momento la comparación con Kise se hizo presente en su cabeza, eran iguales, tenían esa clase de encanto y por un momento pensó que habían intercambiado a la misma persona pero con diferentes características físicas.

-Te ves hermoso Takao- El moreno no podía dejar de abrazarlo, se veía realmente bien, estaba limpio y vestia unas ropas que parecían realmente finas.

 

-Toma…te traje algo de tu ropa, aunque veo que no la necesitas!- decía el moreno extendiendo la mochila que llevaba en su espalda desde que llego.

-Ahhh…Gracias Aniki…aunque Shin-chan me compro un monton de ropa cara, no toda es tan comoda como mi ropa vieja!-Takao tomo la mochila y se dispuso a meterla en el closet.

 

Sentia una pequeña punsada en el corazón, el moreno se dio cuenta que los vampiros trataban muy bien a Takao, y al parecer nisiquiera había sido usado, ya que no tenia marcas de colmillos por ningún lado.

 

El moreno estaba feliz, por ver a Takao asi, alegre y desinivido como siempre,el moreno parloteaba sin sesar, siempre se caracterizo por hablar hasta por los codos, y aun que no entendía la mayoría de lo que decía el azabache, Aomine solo se dedico a asentir con una sonrisa.

 

El moreno se intrigo, se suponía que el lobo pertenecía a Midorima, el vampiro tsundere de cabellos verdes, y el solo se la pasaba hablando de un tal Atsushi y Tetsu.

 

-Oye Takao… y ese cuatro ojos, no te ha lastimado?-

 

Takao cambio su semblante, de esa feliz sonrisa a una mueca triste, los ojos se opacaron mas y miraba al piso – mmm eso… bueno no, el no me ha hecho nada, ya ni siquiera me habla, no me mira, creo que me odia-

Takao parecía muy triste por eso, el moreno y el pelirrojo se quedaron mirándolo con desconcierto, ya que los ojos de Takao se cristalizaban a la mención del peliverde, como era posible eso? se suponía era un esclavo y aunque al llegar ahí pensó que eso era lo mejor que le podía pasar, el que el vampiro no le prestara atencion, estar ahí y pasar desapercibido; Pero no, Takao parecía lastimado, herido y eso hizo sonreir al pelirrojo, al parecer  Shintarou estaba de igual manera y ambos eran tontos para no darse cuenta.

 

-El destino es caprichoso, ne? Takao!-

-Como?- Takao levanto la mirada para dirigirla al pelirrojo,

-Nada, nada..pense en voz alta-

 

Al parecer el moreno sabia de lo que hablaba ese vampiro

 

-Takao… si no sucede…solo haz que suceda!-

-Eh?- Takao parecía confuso, al parecer Aomine y Akashi hablaban  incoherencias que nadie entendía

-Tu eres asi, puedes hacer que pase lo que quieras y como lo quieras…usa tu encanto como lo hiciste con nosotros..-

 

Aomine beso los cabellos azabaches de su pequeño hermano y se despidió de el.

 

-Oye… salúdame a Taiga, dile que le mando  un beso!-

Takao sonrio ampliamente, aun tratando de comprender lo que su hermano le había dicho.

 

Al salir de la habitación de Takao, el emperador en persona se dispuso a acompañar al moreno a la salida, cuando este se paro frente a una de las habitaciones.

 

-Pasa algo?-

-quien ocupa esta habitación?-preguntaba Aomine sin despegar sus ojos de esa puerta

-Atsushi…por que? quieres que lo llame?-preguntaba el pelirrojo

-No…esta bien…asi esta bien!-

-Reo!-Grito el emperador , y un chico hermoso mas alto que Aomine salió de una de las habitaciones con un par de maletas y un bolso mas. El enorme chico le entrego la carga al moreno quien se colgó el bolso al hombro, y acomodo la maleta sin ruedas encima de la rodante para poder cargar el solo con todo.

 

Aomine salió de la mansión, pero no obstante se quedo intrigado ahí había un lobo, estaba seguro y no cualquier lobo, ese olor era de familia, por eso no había encontrado a su medio hermano cuando salió a buscarlo a la ciudad, por eso habían parado los ataques de “perros salvajes” a humanos habían parado, el lobo ya no andaba en las calles, su hermano estaba ahí, en esa mansión, debía asegurarse de ello, pero su instinto fraternal le decía que el estaba ahí… y lo iva a llevar a casa, solo debía pensar en como.

..........


Ya era de noche, se despertó tan rápido su garganta comenzó arder al respirar, tenia hambre, demasiada hambre, Midorima siempre le dijo que el comer tanto le podría causar problemas algún dia y lo estaba haciendo, sus hermanos solian comer unas 3 veces a la semana, Atsushi 1 vez al dia, pero el se empeñaba en comer cada vez que se le daba la gana, bebía todo el dia en pequeñas cantidades, y ahora ahí estaba 3 dias sin probar gota y parecía como si tuviera meses sin alimentarse, era tortuoso y ya no podría aguantar mas, quería esperar a Aomine, en la tarde se negó a ser alimentado, con la esperanza de poder esperar un poco mas y que el moreno entrara por esa puerta, pero eso no paso, y ahora estaba ahí en la cocina, ya había bebido 3 vasos de agua y la garganta seguía ardiendo y su cuerpo seguía pidiéndole sangre,Midorima le dijo que el agua podría calmarle un poco el hambre, engañaba un poco al hambre, pero esta vez no, ya era mucha la espera.

 

El rubio se colo sigilosamente a la habitación del pelirrojo, estaba oscuro, pero ahí yacia el esculpido cuerpo del hermano de Aomine, podía distinguir todas esas venas, palpitantes y rebosantes de deliciosa y caliente sangre, y por lo que había probado, esa sangre era aun mas deliciosa ya que esos caninos eran mas calientes que los humanos.

 

se colo a horcajadas sobre el cuerpo durmiente del pelirrojo, delineando con sus frios dedos la yugular de Kagami, y después pasando su otra mano para sentir la orta, podía sentir como corria la sangre por esas venas, podía sentir el calor emanando de ellas, se saboreaba ese delicioso elixir.

 

El moreno sintió la presión del cuerpo contrario y el frio que ese cuerpo desprendía hizo que sus bellos se erizaran. Kagami seguía confuso, sus ojos aun no se acostumbraban a la falta de luz, pero esos ojos dorados, esos colmillos blancos y ese inconfundible aroma, no era mas que de él.

 

-Tu dijiste que me alimentarias recuerdas?- El pelirrojo seguía sin contestar, tan solo sintiendo los musculos de las piernas delgadas del rubio apretar a sus costados.

 

-Vengo a aceptar tu oferta!- Sin que el moreno pudiera reaccionar, sintió esa punsada sobre su cuello, Kise se avalanzo sobre su yugular, y comenzaba a succionar, Kagami estaba confuso, lo que en un principio era un dolor punsante y casi insoportable, al poco tiempo se transformo en una sensación placentera, su pene reacciono y ahora estaba altivo, intentando desgarrar la tela de esa pijama que cubria al lobo, este alejo a Kise quien lo miraba con desconcierto, con la comisura de los labios chorreante en liquido rojo, Kagami gruño y se levanto para quedar sentado y frente a frente con Kise, quien solo podía mirarlo sin decir nada.

 

Kagami tomo los glúteos del rubio con fuerza, mientras se acomodaba para llegar al respaldo de la cama, sin cambiar de posición, cuando al fin logro recargar su espalda, apretó una vez mas los glúteos de este, pero fue mas como una caricia, y después le tomo de la nuca atrayéndolo nuevamente hasta su clavicula, llevo sus labios al oído del rubio –Asi esta mejor, no crees?-

Kagami hizo mas presión sobre los cabellos del rubio para que los labios de Kise volvieran a rozar la piel ya mordida, y Kise sin pensarlo al escuchar la aprobación del contrario, volvió a enterrar sus colmillos y prosiguió a beber todo lo que pudo.

 

Kagami intento contenerse, simplemente quería que el rubio no murera, porque lo que menos quería, era lidiar con un Aomine molesto y haciendo rabietas, pero el rubio era hermoso, demasiado caliente, y su mordida estaba provocando algo en el que no quería admitir, pero se estaba poniendo caliente, su miembro lo sabia, su cuerpo lo sabia, joder sus manos luchaban por tocar al rubio, mientras su cerebro las retenia, pero ya era demasiado, un simple rose de la lengua del contrario en su cuello fue suficiente, para perder todo el autocontrol que hasta ese momento había mantenido.

 

El chico llevo sus manos a la cintura de Kise, y comenzó a acariciarla, una de ellas se poso en la nuca del rubio, insitandolo a seguir bebiendo y acariciando a su vez las puntas doradas de esos sedosos cabellos, acarició, muslos, brazos, espalda, cada parte de Kise que estuvo a su alcanze, Kise parecía no prestarle atencion, respondia a sus caricias, pero no le prestaba la minima atencion a quien se las proporcionaba, Kise estaba hambriento, se dejaba hacer ya que el estaba concentrado en su alimento.

 

Apreto los glúteos del rubio con hambre, masajeo y apretó cada vez con mas frecuencia y mas ímpetu, ya que esa caricia sacaba deliciosos gemidos, que electrizaban su entrepierna como jamás nada lo había hecho, su miembro estaba duro como concreto y  su corazón latia a mil, ni la luna llena lograba excitarlo como lo estaba haciendo ese maldito chupa sangre.

 

Las manos de Kagami tomaron confianza, y una de esas traviesas llego al pans holgado que usaba Kise, sintiendo la pretina en las llemas de sus dedos, solo un par de segundos para tantear el terreno, al no notar reacción de Kise, introdujo una mano entre el pans, para sentir las nalgas del vampiro piel con piel, sentirlas directamente al tacto de sus manos, los gemidos de Kise se ahogaban en el cuello del lobo, no podía dejar de beber, tenia hambre y estaba excitado, no podía negarlo, sentía como las manos del lobo estrijaban la piel de su trasero y eso le ponía aun mas duro.

 

Pero la confianza de Kagami crecia el no verse rechazado por el vampiro de ojos dorados y en un descuido de este, el de ojos carmín llevo una de sus manos entre las nalgas del vampiro, y su largo dedo cordial se introdujo en el cuerpo de Kise, haciendo que este soltara un gruñido y amenazara a Kagami con sus colmillos.

-Ok, Ok…lo entiendo… me quedare quiento- El moreno de pelo rojo saco sus manos inmediatamente alzándolas en son de paz, mientras el otro regreso al cuello del lobo y lamio la longitud de la clavicula hasta llegar a la vena ya perforada de la que emanaba ese liquido caliente. Kagami rio y llevo sus manos una a la cintura del rubio y la otra a sus cabellos dorados.

 

……………….

 

Takao estaba agobiado, había escuchado a Midorima teniendo sexo no solo con su creador algunas veces, también lo había hecho con Kuroko, al parecer los hermanos eran muy unidos en muchos sentidos, después de haber intentado saciarse de un par de hermosas mujeres, y unos cuantos chicos que entraban y salían de la habitación de Akashi que ahora compartía con el peli verde, pero al no encontrar lo que buscaba en esos ejemplares humanos, decidió beber del hermoso peli celeste que estaba totalmente dispuesto, ya que Murasakibara había estado encerrado en su habitación desde que el perro había llegado a esa casa, el gigante había dejado muy claro que no quería que ya nadie visitara esa habitación, salía solo a comprar sus golosinas y regresaba a su encierro, así que había descuidado a su amante que había comenzado a saciar a Midorima cuando Akashi no estaba, no era lo mismo para Midorima, pero el vampiro necesitaba satisfacer sus necesidades.

 

Y bueno, gracias a eso, estaba ahí, furioso y tocando a la puerta del vampiro más bajo.

 

-Takao-kun… que sorpresa- El peli celeste salía recién de la ducha, traía una pijama cómoda y sus cabellos celestes aun escurrían, mientras el intentaba secarlos con una toalla del mismo color de sus cabellos. Takao inmediatamente al verlo frunció el seño y se cruzo de brazos.

 

-Adelante!..Pasa…- Kuroko era despistado pero sabía que a Takao le pasaba algo y presentía que era.

 

-Creí que éramos amigos…- ofendido, indignado así se vio su andar al entrar al cuarto de Kuroko, se sentía un poco tonto, porque en realidad no sabía porque sentía eso, ni por que sentía la necesidad de reclamarle al peli celeste.

 

-Somos amigos Takao-kun…no entiendo a que viene tu pregunta y mucho menos tu actitud…-

-Joder Kuroko, mi habitación no esta tan alejada de la tuya sabes… y tengo que pasar por ella para llegar a la mía…-

-Claro que si Takao-Kun, estoy al corriente de las habitaciones de esta mansión, si mal no recuerdo llevo años viviendo aquí- Kuroko parecía divertido, tenía una sonrisa ladina, apenas perceptible, pero que perturbaba su rostro de póker.

-Kuroko, sabes a lo que me refiero!... Joder! Joder! maldición Kuroko!-  El seño fruncido no había desaparecido al contrario se hacía más presente, los ojos de Takao fulminaban al peli celeste, estaba molesto, furioso, quería golpearlo y Kuroko lo sabía bien.

-Es por Midorima-kun?- Kuroko dejo de jugar con el cachorro de Lycan y decidió ir al grano.

-Qué??... claro que no,  como se te ocurre, es solo que …no me gusta escuchar sexo gay a mitad de la noche, ya no pude dormir después de escuchar semejante cosa, parecía que te estaban matando.-

-OH! ahora entiendo Takao-kun, esta noche te recomiendo vayas  a buscar unos tapones para los oídos, porque Midorima-kun probablemente me visite esta noche también.- Kuroko río divertido por lo dicho por el pelinegro, era increíble lo que la novedad hace en la mente de un menor, ese sentimiento desconocido, Takao no sabía qué era lo que estaba haciendo y eso divertía al vampiro.

 

Takao sintió su sangre hervir en rabia, y se le subía a la cabeza, quería arrancarle la cabeza a ese pequeño vampiro. Sus ojos brillaron de una manera distinta y excitante a los ojos de Kuroko, empezaba a mostrar rabia y a desafiarlo con gruñidos involuntarios y sus dientes resaltaban soberbios, una escena digna de verse.

 

-Que pasa Takao-kun? –

-Como puedes decir eso…parece que disfrutaras ser follado…eres hombre joder!-

 

Kuroko seguía extasiado, era literalmente un niño, Takao era como un cachorrito de lobo, estaba asustado y sin darse cuenta estaba creando ese lazo amo-mascota con Midorima, Y no solo eso, lo increíble es que Takao sentía que Midorima le pertenecía y eso era divertido, si tan solo Takao comprendiera sus sentimientos, Midorima no dudaría en estar solo con él.

 

-Claro que lo disfruto, Midorima es muy bueno en la cama, es considerado -… Mi hermano necesita ser saciado tanto alimenticia como sexualmente y si Akashi no puede hacerlo, yo estoy aquí, es mi hermano y haría cualquier cosa por él, Y no sé qué tiene que ver el hecho de ser hombre con satisfacer a mi hermano, yo recibo el mismo placer que le brindo. Así que, no entiendo que tiene de malo que nos demos placer mutuamente.-

 

Joder, pareciera que Kuroko no le entendía, poniéndolo así Kuroko tenía razón, tal vez no tenía nada de malo, pero que no tenia orgullo de hombre?.

 

-Kuroko…tuu…-

-Takao, respóndeme algo…Que es lo quemas te molesta? ¿Qué Midorima se alimente y tenga sexo conmigo? o que no seas tú el que satisfaga sus necesidades?-

-Eso... no es así- Takao tartamudeo al pronunciar lo último, en realidad se estaba planteando muy bien lo dicho por Kuroko, esas palabras le habían caído como un balde de agua fría, tal vez despertando lo que estaba dormido, o más bien liberando lo que había estado resguardando por miedo, o vergüenza.

 

-Takao-kun?-

 

Kuroko sabía lo que había hecho, o más bien consiguió lo que estaba buscando, esos 2 estaban jodidamente hechos a la medida, uno deseando pertenecer y el otro poseer, si tan solo uno no fuera tan inmaduro y el otro no fuera tan orgullosamente Tsundere, tal vez ahora estuvieran viviendo un felices por siempre, pero bueno lento pero seguro los límites entre ambos parecían romperse, Kuroko y Midorima habían estado platicando, el de sus problemas con Atsushi y Midorima de lo extraño que se sentía con el Lobo, por primera vez el Vampiro se sentía culpable, por primera vez le dolía su muerto corazón, le había hecho daño a ese cachorro, y hasta le había confesado que quería estar con él, que envidiaba la relación de Atsushi con el lobo, y que se alejaba de el por miedo a perder el control. Se sentía débil con ese lobo, era como su kriptonita personalizada, y al parecer Takao no estaba muy lejos de corresponder a sus sentimientos.

 

*Par de tontos!* pensó Takao, si tan solo Atsushi tuviera esa clase de sentimientos por él, pero no era así. Atsushi le quería como tal vez un hermano y si tal vez se gustaban y se proporcionaban placer mutuo como lo estaba haciendo ahora con Midorima, pero no tenían ese sentimiento de pertenencia, como el que ahora estaban desarrollando Midorima y Takao.

 

-Bueno Takao-kun, si me disculpas-

 

Takao se trago su rabia, y dio media vuelta sin mirar a Kuroko, estaba a punto de salir de la habitación, cuando esta se abrió.

 

-Kuroko, voy a entrar!-

 

Fue tan rápido y tan lento a la vez, en cuanto sus miradas se toparon, todo en la habitación pareció desaparecer, ninguno decía nada, no supieron por cuánto tiempo se quedaron así, solo mirándose, Midorima entre la puerta inmóvil, y Takao frente a él, hubieran durado más tiempo así, pero la humedad que sintió Takao en sus mejillas, lo tomo desapercibido.

 

-Con permiso!...-

 

Takao salió rápidamente, bajando la cabeza, para que nadie viera sus ojos cristalizados, había intentado por todos los medios ocultar sus mejillas húmedas, sus ojos llenos de lágrimas, su semblante de confusión, tristeza y decepción por ver al peli verde ahí.

 

-Kuroko!-

 

-Adelante…- Kuroko hizo una seña con su mano, sin siquiera voltear a ver a su hermano.

. . . . .

 

-Joder! que pasa conmigo?, porque estoy así?...me duele, me duele aquí!- Takao se llevo una mano a su corazón, le dolía, sentía extraño, su cabeza también le dolía por tanto pensar.

 

Estaba a punto de llegar a su habitación, quería llegar y lanzarse a la cama para ahogar su llanto en la almohada. Por que tenía tanta ganas de llorar?, porque se sentía de esa manera?.

 

Tomo el  pomo de la puerta y sintió una mano sobre la suya al mismo tiempo

 

-ehh..?-

-Takao? ¿Estas bien? –

-ehh…si…si claro-

 

Takao abrió la puerta y entro, se quedo esperando a que el otro entrara y lo hizo. El corazón del lobo estaba acelerándose con cada paso que daba el Vampiro dentro de la habitación, se dio la vuelta para no verle y que este no le viera en el estado en el que se encontraba, estaba ansioso, sus bellos erizados, su corazón latía con tal intensidad que sentía el golpeteo en sus oídos y estomago, sentía su cara arder y por esa misma razón la escondía, era obvio que ese ardor se reflejaba en sonrojo y no quería que el vampiro supiera que él le estaba provocando tales reacciones.

 

-Dime…que te pasa?-

 

Takao pensó morir en ese momento, el vampiro era rápido, tan rápido que el lobo no se dio cuenta, en qué momento el vampiro llego justamente a su espalda, estaban a centímetros, la espalda de Takao podía sentir esa delgada barrera invisible que separaba su espalda del frio pecho del vampiro *si tan solo diera un paso hacia atrás* Si tan solo el diera un paso hacia adelante*. Takao solo podía pensar en eso, quería sentirlo, sentirlo cerca, más cerca, quería...quería…

 

-Ehh?? – Takao se quedo poco más que helado, el vampiro pareció leer sus pensamientos y rompió con esa barrera, dio ese paso para poder estar totalmente pegado al cuerpo del lobo.

Takao se estremeció, el vampiro paso uno de sus largos dedos por el brazo del pelinegro, acariciando con tal suavidad que parecía el roce de una pluma con la piel, la otra mano del vampiro se poso en sus ojos, primero retirando las lagrimas de estos, para después quedarse ahí, impidiéndole ver cualquier cosa, en ese momento todo era obscuridad para Takao.

 

-Joder…Joder Takao, dime qué te pasa?- El vampiro enterró su nariz en el cuello de Kazunari, y este por inercia ladeo la cabeza, dándole un acceso total y dejándose vulnerable ante el vampiro.

Midorima se dio cuenta de lo sucedido, atrajo mas a Takao, pegándolo aun mas a su cuerpo, queriendo fundirse, derretirse con el calor del cuerpo del lobo.

 

El vampiro pensó que esa acción, tal vez asustaría al lobo, pero se sostuvo con fuerza al brazo que le aprisionaba la cintura, acción que solo podría interpretarse como un “no me sueltes”.

 

Midorima comenzó a lamer el cuello del menor, besarlo, olerlo, saborearlo, paso su nariz por sus cabellos sedosos y negros.

 

Takao estaba feliz?, Joder se sentía tan bien, mucho mejor de lo que había estado las últimas semanas sin él, porque sentía como si lo necesitara?, solo se habían visto y habían tenido un horrible principio, porque su cuerpo y su corazón se aceleraban como si hubieran estado esperando por ese contacto durante siglos?

 

-Shin…Shin-chan-

 

Esas palabras fueron la gota que derramó la pasión de Midorima, el vampiro quito la mano de los ojos del lobo, y lo giro en un movimiento elegante, delicado, imperceptible. El vampiro tomo el rostro de Takao, y sus ojos volvieron a encontrarse, apenas unos segundos se miraron, cuando los labios del mayor, devoraba los contrarios con devoción.

 

Takao correspondió complacido, y emocionado, sus labios se abrían para darle acceso a la lengua del vampiro, y su lengua le esperaba para jugar con la contraria.

 

Midorima tomo a Takao de los glúteos, y este enredo sus piernas a las caderas del vampiro, para evitar caerse. Llegaron a la cama, y Midorima dejo caer a su lobo en lo que ahora era la cama de Takao, Midorima se poso encima del moreno besando nuevamente ese delicado cuello.

 

Takao se sentía tan extraño, estaba temblando un poco por el miedo y otro tanto por placer, pero pese a que se estaría reprochando más tarde por lo sucedido, no quería parar, su cuerpo reaccionaba a todo contacto con Midorima, su corazón se aceleraba y se sentía muy bien.

 

-Joder Takao, me estas volviendo loco-

Por alguna razón Takao se sintió genial por la confesión del vampiro, estaba correspondiendo a todo. Las palabras del Vampiro le emocionaron en demasía, se sentía genial su cuerpo vibraba y se calentaba como por arte de magia a las caricias del otro.

 

-Shin-chan…- el moreno regreso a los labios del vampiro, los beso y el otro correspondió el contacto…

 

-Ahhh! Shin-chan- Midorima estaba extasiado y mientras bajaba a besar su cuello y clavículas, la sintió ahí estaba, esa deliciosa vena, rellena de sangre caliente, Dios como le hacía falta un poco de sangre caliente,  y más la de ese moreno, sus colmillos se asomaron con hambre y Midorima se vio con el juicio nublado por un instante, a punto de clavar sus afilados colmillos en la tersa piel del lobo…

 

-Shin-chan! ahh!- La sola mención de su nombre, en los labios de ese azabache lo hicieron volver a la realidad, separo al moreno de su cuerpo y se alejo sin mirarlo de nuevo.

 

-Lo siento Takao-

 

Takao se quedo inquieto, insatisfecho, decepcionado y innegablemente muy triste. ¿Por qué Midorima no quería estar con él?, ¿Por qué Midorima no quería alimentarse de el? Pronto las palabras le golpearon el corazón, fue fuerte el impacto, por fin el lobito se empezaba a dar cuenta, él quería estar con el vampiro, quería ser él quien saciara todas las necesidades del vampiro, él y nadie más. Ahora era momento de empezar a pensar en el de esa manera, romper los límites internos que la sociedad, su clan y el mismo se habían impuesto desde que nació.

 

…Esa misma noche, el corazón de Takao recibió su primera llaga al escuchar como su Shin-chan le hacía el amor a su hermano…

 

……

 

-Ahh!...Aomine…Aominechi!!...que pasa contigo?- Kise yacia en la cama del moreno, desnudo y con una mano atada a cada lado de la cama.

 

-Ahhhh! mmmh bas..bastaa!-

 

-Que pasa? ya no te gusta como te lo hago?- Decía Aomine, sin dejar de masajear la creciente erección del rubio, acariciando y exitando con su lengua los pesones erectos del vampiro.

 

-Aomine… Aominechi me… me vengo…- Aomine era jodidamente bueno, le lamia, le masajeaba el anillo de musculo sin llegar a penetrarlo, y Kise se dio cuenta que eso mismo era lo que le estaba volviendo loco.

 

-JODER!! BASTARDOO!!- Kise estaba desesperado, era la quinta vez, que le retenia el orgasmo. Aomine le estaba torturando con placer, ¿Podria ser eso posible?,

 

-Eres un… maldito!- Kise gadeaba, Aomine le estuvo torturando por 3 o 4 horas ya, desde el momento en que llego. Kise no tenia idea de el por que Aomine se comportaba de tal manera

 

-Por que lo dices?- Aomine sonrio ladinamente, el rubio se miraba delicioso, jadeante, sonrojado y aunque el rubio no se había dado cuenta, sin necesidad de ordenarle, había abierto sus piernas y dejado posarse entre ellas, sin siquiera chistar en absoluto.

 

-Por que…por que … Tskk!- chisto el rubio, no quería admitir, las palabras que estaban a punto de salir de sus labios, no podía creer el hecho de que estaba reprochándole que no le dejara correrse, nunca en su larga vida, pensó que estaría en esa situación con un hombre.

 

-Por que no dejo que te corras?- Pregunto el moreno divertido, sin dejar de acariciar el miembro del rubio para evitar que la erección y la exitacion de Kise se bajara.

 

-Te odio!-

 

-Pidemelo!-

 

Kise abrió los ojos como plato, un gruñido de furia se hacia presente, al igual que los colmillos afilados del vampiro.

 

-Pidemelo risitos!- Exigio el lobo, mientras lamia el labio inferior de Kise, sorprendiendo al moreno por la sumisión del vampiro, este había abierto los labios incitándole a entrar en esa cavidad humeda.

 

Pero por mas que lo deseara, por mas que ese rubio seductor le tentara, esta vez tenia que darle una lección, castigarlo por lo que había hecho, por seducir a su hermano.

 

-Aominechi…no mas-

 

-Quieres que pare?-

-NOO!- se exalto el rubio, haciendo que el moreno soltara una risa triunfal, dejando tan solo un rose en los labios del contrario.

 

-Joder Aomine…-

 

-Siente Kise, esta ansioso-…Aomine desato una de las manos de Kise y la llevo a su miembro, duro como concreto por la estimulación visual y táctil que tenia del rubio.

 

Kise sintió como su cuerpo se calentaba, extrañamente pese a su temperatura baja.

Se sorprendió de si mismo, por que no solo se dedico a sentir lo duro que estaba Aomine, si no que masajeo, disfrutando de la piel y el liquido preseminal que lubricaba el glande del moreno, deleitándose por los gruñidos que salian del moreno.

 

-Joder Kise!, PIDEMELO!-

 

-Metemela!, porfavor Aominechi métemela…has que me corra!-

 

-Buen chico…- Animaba Aomine al rubio, mientras le desataba la otra mano, llevo una de sus manos a la entrada de Kise, y tanteo el terreno con este. Aunque solo fue para asegurarse, por que sabia bien lo dilatado que estaba el rubio, había liquido escurriendo entre los guteos, y a la vista podía verse lo hambrienta que estaba esa entrada, se contraía deseando aprisionar el miembro del moreno.

 

-Aahhh!- Sin piedad, de una sola estocada, introdujo su miembro en el cuerpo del rubio, y el cuerpo del rubio lo recibió gustoso, no sintió ápice de dolor, y disfruto desde el primer momento del contacto del moreno, la cercanía, el roze piel con piel, el aroma almizclado de la piel del contrario.

 

-Kise…Kise…joder, eres demasiado delicioso!-

 

Aomine volvió a besarle en los labios, se abrazo a la espalda del moreno, arañándola y enredando también sus piernas a la cadera de este, las estocadas del moreno nunca fueron lentas o suaves, empezaron intensas y terminarías mas que eso.

 

-Aominechi…yo…ya…ya no puedo!- Era difícil, muy complicado emitir palabras, mientras el moreno le embestía con semejante fuerza, rosando ese punto dentro del cuerpo de Kise, que localizo de inmediato, jamás olvidaría donde se encontraba, era el punto para volver loco y sumiso a su vampiro.

 

-Ahh…Aominechi…Ahí…ya no puedo!-

 

-Ahhh…mmhh!- Aomine intensificaba aun mas sus embestidas, acelero ritmo y fuerza, sentía el miembro de Aomine hasta lo mas profundo de su cuerpo, estaba perdiendo contra el lobo, en todo sentido, perdiendo su orgullo, su voluntad y su cordura. Talvez, o mejor dicho, probablemente se estará arrepintiendo de esto mañana, pero quería esto, quería el miembro del lobo enterrarse en sus entrañas, quería correrse en su abdomen y que el moreno le llenara con su semilla, no quería pensar en eso por que, aun no estaba listo para aceptar todos esos cambios, pero estaba listo a enfrentarlos por esa noche, mañana buscaría una excusa para salir bien librado de esa situación almenos consigo mismo.

 

-Aominechi…Aominechi!- Kise ya no pudo mas y con la ayuda de la mano de Aomine, se corrió, ensucio la mano morena y el vientre de ambos, mientras con unas pocas estocadas mas, pudo sentir ese liquido caliente, espeso, la semilla de Aomine le estaba llenando, y se sintió completo y satisfecho, lo que en un principio era una tortura, ahora no estaba seguro de si lo era en realidad, ya que toda la espera le hizo ponerse aun mas a tono.

 

Aomine salió del cuerpo del rubio, abandonando esa deliciosa entrada que le abrazaba y le aprisionaba sin querer dejarle ir. Se sento en la orilla de la cama, mientras Kise se quedaba ahí, exahusto y recostado en la misma posición en la que le había dejado el moreno. Ahora después del intenso sexo, la cara de Aomine denuevo se torno molesta, su seño se frunció y lamirada ahora estaba llena de frialdad hacia el rubio.

 

-Puedo olerlo en todo tu cuerpo-

-Como? que dijiste?- Kise se veía confundido, estaba demasiado exausto, no sabia si no había escuchado bien , o si el moreno decía incoherencias, que no le sorprendería, debido al extraño comportamiento que había tenido con el desde que regreso.

 

-Pude sentir su aroma, lo tenias impregnado en todo tu cuerpo- Repetia el moreno, con la misma seriedad que había tomado al hablar después del sexo.

 

-preguntaste ¿Qué pasaba conmigo, no?, poes bueno, eso pasa, pasa que sentí tu aroma en el, y después Kagami, vino a decirme que…que quería tener sexo contigo, asi que lograste lo que querías no?-

 

Kise estaba en shock, tener sexo con Kagami, ya era suficiente con lo extraño que estaba con el moreno, no quería mas contradicciones para su vida, y tener sexo con alguien que no fuera el moreno , eso no le gustaba para nada.

 

-Aominechi…no se de que me hablas, el solo me alimento…Aomine porfavor no, yo… yo no quiero tener sexo con nadie mas-

 

Aomine lo miro denuevo, esta vez con ternura, le estaba diciendo que solo con el podía tener sexo?.

 

-Que hiciste con el, mientras no estuve?-

 

-Nada, nada…lo juro, dormi durante 3 dias seguido, cuando desperté el estaba ahí, y en la noche moria de hambre y el se ofreció a alimentarme, solo me alimento lo juro- Los ojos de Kise se cristalizaron, jamás había llorado frente a un hombre, jamás se había sentido tan extraño por la mirada fría e indiferente de otro ser, pero que el moreno lo mirara asi, le dolia.

 

-Juramelo…júrame que no te toco, que no lo hizo como lo hago yo- Aomine poso una mano en su mejilla, limpiando la humedad en la mejilla del rubio, humedad que había sido dejada por una lagrima que se deslizo previamente.

 

-Lo juro, lo juro- Kise estaba extrañamente muy dolido, sus ojos involuntariamente derramaban lagrimas y su rostro se veía claramente deprimido.

 

-Vale, vale te creo…vamos a descanzar- Aomine se recostó en la cama y jalo a Kise a su pecho, para que se recostara.

 

Tenia que hacer algo, no quería que nadie mas tocara al rubio, pero su hermano tenia el mismo derecho que el, sobre el rubio y estaba encaprichado, la manera en la que se lo había pedido la conocía bien, era la misma que utilizaba cuando algo se le metia a la cabeza y no se salía de ahí hasta conseguirlo. Ahora debía pensar en algo, Kagami le dejo muy claro que si el podía tomarlo, el también lo haría, los había escuchado en la bodega donde había amarrado al rubio, “Al principio me pareció extraño y algo desagradable, pero después de alimentarlo, después de tocarlo y probarlo, quiero hacerlo también, no te estoy pidiendo permiso, te estoy informando, tengo el mismo derecho sobre el vampiro que tu”, esas fueron las palabras exactas que había utilizado Kagami, y estas se repetían una y otra vez, mientras miraba dormir al vampiro en su pecho.

 

-Kise es mio!, solo mio- Acaricio los cabellos rubios, mientras pensaba, en como quitarle ese capricho a su hermano.

 

…..

 TO BE CONTINUE

Notas finales:

gracias por apoyar la hitoria n.n


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