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SACRIFICIO por Libi lulu

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Notas del capitulo:

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-¡Tengo hambre!... aun no llega-

-Tranquilo Midorimachi- EL rubio decía con tranquilidad mientras acercaba la mano de una hermosa pelirroja que se encontraba sentada a sus pies -No ha de tardar- El chico dio un beso suave en la palma de la chica , para después encajar sus bien afilados colmillos succionando un poco más de sangre

-Kise!, déjala ya, vas a matarla!- Decía el ansioso peli verde, que no dejaba de dar vueltas alrededor del lugar

-¿Eso crees?, yo creo que aun puede ofrecerme un poco mas sin desfallecer-El chico no le dio importancia a las palabras del Peli verde y se inclino hasta alcanzar el ya mordido cuello de la chica a sus pies.

-Si la matas, te harás cargo del cuerpo tu solo- Regañaba Midorima, sin dejar de mirar por la ventana.

-Joder….Akashi!...- Grito Midorima por la impotencia, moría de hambre y su menester de sangre no llegaba a alimentarlo. Midorima era muy estricto en cuanto a su dieta se tratase, la verdad Midorima era muy estricto en cada cuestión de su vida.

-Vale…Eikichi, Reo buscadle inmediatamente y traerle aquí-Ambos chicos salieron en el momento que les hizo la seña Akashii, desapareciendo casi mágicamente.

-Midochin, mientras puedes comer de lo mío- Murasakibara, le señalaba a uno de los 3 jóvenes que se encontraban a sus pies.

-Gracias Murasakibara, pero no gracias…… AKASHI!- Los ojos verdes del chico relucían con desesperación y hambre. El pelirrojo esbozó una ligera sonrisa, sabía lo que tenía que hacer.

-Vamos Shintarou!- Midorima siguió al más pequeño, y ambos salieron por la puerta para dirigirse a otra de las habitaciones del castillo

,,,,

-Akashi…Akashi yo!!- El pelirrojo sonrió, y se aflojo la corbata negra que adornaba su cuello y poco a poco desabotonaba cada uno de los botones de la camisa blanca hasta deshacerse de ambas prendas.

-Vamos, no seas tímido…no es nuestra primera vez!- lanzo las prendas a cualquier parte con un movimiento elegante. Midorima apreció esa piel perfectamente blanca, deliciosa a su vista, sus ojos emanaban ese destello de lujuria que volvía loco a Akashi. El pelirrojo ladeo su cabeza, dejando al descubierto su cuello y esa deliciosa y latente yugular.

-Vamos que esperas, ¿tienes hambre no?- Akashi dibujo una línea con su dedo índice, siguiendo toda la línea de su cuello, dándole a Midorima una mejor vista de la deliciosa vena cargada de Sangre.

–Shintarou….muérdeme!-

Midorima no tardo ni un segundo después de escuchada esa última palabra, tomó a Akashi de los muslos y lo alzo, pegándolo a la primera pared a su paso, y sin previo aviso clavo sus dientes sin pensarlo en el cuerpo del más pequeño.

–Ahhhhhhh!!....mhmmm!!- Akashi gemía, le encantaba alimentar a sus creaciones, a sus hijos, en especial al Peli verde, Disfrutaba cada oportunidad que se le presentaba de alimentarlo, ya que alimentar a sus hijos, incluía siempre el indescriptible placer del sexo.

Desabotonando cada uno de los botones de la fina camisa de Midorima, el pelirrojo se encargaba de desvestirlo con desespero, mientras este bebía de su cuerpo. Gemía sin poder detenerse, mientras le quitaba el saco y la camisa, tirándolas al suelo; Midorima sintió el tacto de Akashi por toda su espalda ahora desnuda, su miembro se sentía como el concreto rozando al mismo tiempo el del chico en sus brazos.

Retiro su mordida y dirigió sus labios a los de Akashi, para compartirle el delicioso festín que era su sangre. Beso al pelirrojo, lento y apasionado, se tomo su tiempo y mordió después el labio inferior de su creador, para después lamer y succionar cada gota que brotaba de ese fino corte.
Con habilidad Akashi se hacía cargo del cinturón y bragueta de Midorima, para dejar en libertad el tan deseoso pedazo de carne y acariciarlo en toda su longitud, lo froto y froto hasta que Midorima no podía más, en sus ojos se veía la suplica de querer seguir, de continuar con el siguiente paso.

Shintarou volvió a tomar a Akashi en brazos sosteniéndolo fuertemente, y lo sentó en el escritorio del Pelirrojo, se deshizo de cada cosa que impedía recostar al más bajo y las dejo caer al piso; si algo resultaba roto o inservible, era lo de menos. Dejó el mueble de madera libre y por fin pudo tener ese cuerpo a su merced extendido sobre la fina caoba del mobiliario.

Deshacerse de la ropa que aun se interponía en el camino de Midorima no le llevo mucho tiempo al de lentes, quien rápido y con anticipación se deshizo del pantalón y ropa interior de Akashi, dejando el caliente miembro del pelirrojo a su disposición. Sin titubeos, se llevo el miembro del mayor a su boca, saboreando el sabor del pre semen, caliente y cristalino que comenzaba a escaparse del cuerpo de Akashi.

-Ahhhhmmm…Shintarou!- EL peli verde estiro su mano hasta dejar sus dedos frente a la cara de Akashi, dibujando una línea en sus labios, insinuándole al mayor lo que quería que hiciera y el contrario lo entendió a la perfección. Akashi quito con devoción la venda de la mano de Midorima, llevando después a la boca el dedo índice y cordial, lamiéndolos, lubricándolos como le gustaba al peli verde que lo hiciera, extasiándolo, más de lo que Midorima podría aguantar.

Cuando sus dedos se vieron totalmente empapados, mojados con los fluidos de Akashi, se los llevo a la entrada del cuerpo del pelirrojo, dilatándolo y abriéndolo con sumo cuidado.
-AHHHH…GHHH!- se escuchaba gemir a Akashi ante cada intromisión de esos dedos expertos y ya conocidos por su cuerpo.

-Shintarou…es…es suficiente!, ya te he dicho que no me harás daño!- Akashi busco la mirada del Peli verde, para que este se diera cuenta de lo mucho que necesitaba sentirlo dentro. Y con esa mirada logro su cometido.

Shintarou saco los dedos del cuerpo de su creador y en un solo movimiento introdujo su miembro en el interior de Akashi.

- Ahhhhh!!- Grito el chico ante la abrupta intromisión, fue doloroso, pero le encantaba esa sensación de estar completo, de sentirse totalmente lleno.

-Shintarou muévete, es una orden!- El chico aun seguía preocupado, tratando de no lastimar el cuerpo más pequeño, se veía tan delicado a sus ojos, siendo el tan grande y esa entrada tan pequeña.

-que aun no entiendes que no puedes hacerme daño, soy tu creador, un vampiro igual que tu… no seas delicado… solo cógeme… ahora!.

- Las palabras directas de Akashi lo dejaron sin habla, pero no podía hacerse tonto, el también estaba jodidamente caliente, así que sin reparos comenzó a moverse al mismo tiempo que clavó nuevamente sus colmillos al cuerpo del chico, bebiendo un poco mas de ese delicioso y embriagante liquido, que era la sangre de su padre, la sangre de su creador.

-Shintarou… yo voy…-

-Yo también… mhh!- Gruño el peli verde, mientras arremetía con más fuerza en el cuerpo del pelirrojo, su miembro comenzó a crecer más dentro de esa estrecha cavidad, sus sus latidos, su respiración y sus movimientos se aceleraron y sintió como sus testículos se apretaban dejando salir su excitación en un par de fuertes embestidas mas…

-Ahhhhghhh!!- Se escucharon 2 gemidos al unísono, cuando el orgasmo llego a ellos, el pelirrojo mancho su abdomen y el de su amante en turno, mientras que el otro lo hizo dentro de Akashi, su semen había llenado por completo el cuerpo del pelirrojo.

La faena había terminado, y agotado el peliverde se dejo caer sobre el cuerpo de Akashi, mientras este le acariciaba el cabello.

–Estuvo bien!... muy bien… estas satisfecho?!-
-Mucho Akashi…gracias-

-No me agradezcas, yo te cree y no me cuesta nada alimentar a mi querido Shintarou!-
Sonreía el pelirrojo mientras acariciaba la mejilla de Midorima.

-Además si no fuera por mí, seguirías esperando a ese menester hasta morir de hambre- Midorima sonrió ante las palabras de su creador, definitivamente el lo conocía mejor que nadie, El peli verde era estricto con su dieta, y solo bebía sangre de una persona a la vez, de un humano estrictamente seleccionado que lo alimentaba por voluntad propia, cada vez que lo necesitara, en dado caso que ya no le satisficiera su menester, acudía a Akashi y este encantado lo alimentaba, hasta encontrar al siguiente.

-Hyuga nunca me había hecho algo así, el sabe que solo puedo tomar su sangre- Midorima era minucioso, hacia que Hyuga llevara una dieta estricta, y un entrenamiento igual, se encargaba de que los niveles de azúcar, lípidos y grasas en la sangre estuvieran en los niveles adecuados, para darle ese sabor agradable a su gusto, y Hyuga hacia todo por satisfacer a su dueño.

-Aparecerá ya lo veras, y si no haremos que aparezca-


---TO BE CONTINUE---
Notas finales: Editado y Reesubido n.n

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