El cuerpo apenas con vida del pelirrojo, en frente de sus pies.
-¡GAARA! ¡HABLAME! ¡NO ME DEJES SOLO, TU LO PROMETISTE!-Deidara estaba arrodillado al lado de su amigo.
-Deidara, no me queda mucho tiempo…-El agonizante pelirrojo hizo una pausa antes de seguir con su discurso- Tu siempre has sido más que un amigo para mi… Y-yo te amo Deidara.-Solo con su último aliento logró musitar esas palabras.
Hidan entró a la iglesia justo antes de que Gaara hiciera su confesión. Él ya lo sabía de todas formas.
La gente que asistió a la ceremonia estaba vuelta loca, llamando ambulancias, policía, y todo lo que se les ocurriera. Pero nada de eso dio resultados, las calles estaban colapsadas, y el impacto había llegado directamente en el tórax de Gaara.
La muerte es algo inevitable, uno de los misterios de la humanidad.
En ese momento Deidara estaba deseando con todas sus fuerzas que fuera solo un mal sueño, que eso nunca hubiera pasado, que todo fuera una vil mentira.
-Todo esto es mi culpa-Balbuceaba mientras miraba sus manos ensangrentadas.-Yo debería estar en su lugar… ¡EL MERECÍA VIVIR! ¡NO HIZO NADA MALO!
El rubio no resistía la impotencia, lo único que hizo fue abalanzarse en contra de Rasa, y golpearlo hasta cansarse, pero su rabia era más que todo eso.
Sasori por otro lado no había sido capaz de mover un solo músculo ante tal situación.
Había gente tratando de reanimar a su hermano, él no podía hacer nada, se quedó ahí, sin hacer nada, viendo como su hermano moría y su amado deseaba estarlo.
6 meses después.
Deidara’s POV.
Han pasado seis largos y tortuosos meses. Nada es lo mismo sin esos profundos ojos verdes a mi lado, nada. Cada día extraño más su presencia. Cada día me siento peor, yo debería haber estado en su lugar, yo debería ser el muerto.
Tal vez ustedes estarían igual… Fue el momento más traumático de mi vida. Tu mejor amigo, muriendo, haciendo una declaración de amor… No pude salvarlo, el estaría conmigo ahora… seriamos felices.
¿Y Sasori? No supe mucho más de él. Creo que finalmente se casó. Ahora debe estar felizmente con su esposa, que está embarazada, según lo que la señora Karura me contó. En cuanto a ella, logró separarse de ese desgraciado, pero el dolor más grande, el cual comparto, es haber perdido a Gaara en manos de ese… de esa cosa. No tiene nombre, no hay calificativo para esa asquerosidad de persona.
Mi soledad cada día es mayor… Mi ira es aún más grande. Si Gaara hubiera sido mi hermano, no me hubiera quedado paralizado ahí, como un completo inepto. Eso es lo que más odio de él. No el hecho de que me haya dejado, no el hecho de que me tratara así, no el hecho de que ni siquiera se me acercó. Pero dejar morir a su hermano, nunca se lo perdonaré.
Todos los días Deidara soñaba con Gaara. El pelirrojo lo llamaba, le decía que fuera con él, que juntos iban a estar mejor, que sus sueños iban a hacerse realidad. Justo en el momento que iba a tomar la mano del pelirrojo, despertaba.
Sasori por otro lado, no estaba mucho mejor que Deidara. A pesar de su supuesto matrimonio feliz, el dolor de su corazón no sanaría nunca.
Sasori’s POV.
Me arrepiento, me arrepiento de todo, me arrepiento mil veces. Debí haber salvado a mi hermano, debí haberme quedado con el real amor de mi vida, con MI Deidara. O tal vez nunca debí enamorarme de él, ni el de mí.
Le arruiné la vida sin querer.
Solamente espero, que tal vez en otra vida nos encontremos, y seamos felices. Eso es lo único que espero, ya que en esta vida no tengo oportunidad alguna.
Como ven, no todas las historias tienen un final feliz. Pero así es la vida, no todos son felices, no todos mueren a la edad que tiene que morir…
Los que finalmente si tuvieron un final feliz, fueron Kakuzu y Hidan. Por un segundo dejaron de lado todo, su orgullo, la opinión de los demás, sus diferencias y se dieron cuenta, que en realidad estaban destinados a estar juntos, a que nadie les dijera que hacer o no, dejar su frivolidad de lado y empezar a ser felices.
Volviendo a nuestra pareja principal. Deidara ya no tenía un solo propósito para vivir, aunque en el fondo, el amor que sentía hacia Sasori seguía existiendo, nunca le perdonaría nada de lo ocurrido. Y sin un propósito, ahora si era el fin de todo.
Sasori pensaba lo contrario, quería volver a empezar, remendar sus errores.
Y como hace seis meses atrás, el rubio tenía una clara intención de dejar el mundo, ahora sí, nadie lo detendría. Pero igual que hace seis meses, una llamada lo interrumpió.
-Hola Deidara…- Era Sasori. ¿Cómo se atrevía a llamarlo después de todo lo que ha pasado?
-Hola. ¿Qué quieres?
-Y-yo quería… solo quería hablar contigo.
-Bueno, ya hablamos, ahora adiós…
-No, espera. Fui un idiota… Necesito que me perdones.
-Esas no son cosas que se pueden hablar así como así.
-Entonces hablemos cara a cara.
-Mañana. En mi casa.
-Bueno, ahí estaré.
Deidara colgó el teléfono, con la clara idea, que el para mañana ya no estaría vivo. Tenía todo fríamente calculado.
Ahora si haría una carta, pero bien hecha.
“Hola, mi nombre solía ser Deidara, ahora no sé quién soy. En este mundo, no sé quién soy. Si en este mundo no me resultó, tal vez en otro, si lo hará.
Mamá, gracias por cuidarme casi 19 años, eres la mejor mamá del mundo.
Konan, mi mejor amiga, mi hermana, mi todo. Cuida mucho del imbécil de Hidan, no lo dejes solo, por favor, no quiero que nada malo les pase a los dos.
Hidan, idiota, mi canoso favorito, bro, espero que todo esté bien con Kakuzu, y que sean muy, muy felices, que nada ni nadie pueda separarlos. Mi herencia son todas mis cosas de MSI, u know.
Y por último, pero no menos importante, el culpable de todo esto, Sabaku no Sasori. El hombre al que consideré el amor de mi vida, el hombre al que le di TODO de mí, y nunca lo apreció. Tal vez ahora que no esté, empiece a darse cuenta de lo que perdió, y nunca más tendrá.
De todas formas, no me arrepiento de nada, los quiero mucho a todos. Y los cuidaré, al lado de Gaara desde algún lugar.
Se despide atentamente
Deidara, Dei, o la rubia.
PD: Sra. Carura, gracias por soportarme los últimos seis meses.
PD2: Digan le a todos que se jodan.”
Por fin, Deidara cumplió su cometido. Al final del túnel del que todos hablan, vio una silueta iluminada. Él sabía perfectamente quien era.
-Toma mi mano, seremos felices.
Entonces Deidara tomó la mano de Gaara, y no sintió nada más.
Al otro día, Sasori se despertó con ganas de ver a Deidara. ¿Y cómo no? Si de todas formas, era el amor de su vida.
Se levantó, duchó, desayunó. Al terminar todo, se dispuso a salir. Iba conduciendo, aun le quedaban dos horas. Recordemos que ahora vive en Akatsuki.
2 HORAS DESPUÉS
Afuera de la casa de Deidara, estaba lleno de gente. Sasori sin saben lo que se pasaban, se acercó. Solo pudo divisar el cuerpo sin vida de Deidara, con una sonrisa en el rostro.
Sayuri, la madre del rubio, lloraba desconsoladamente, Sasori no dudó un segundo en acercársele.
-¡TU! ¡TU TIENES LA CULPA DE TODO ESTO!- Dijo entre llanto Sayuri, señalando a Sasori.
-¿Y-Yo?
Un policía se le acercó.
-¿Tu eres Sasori?
-S-Si.-Todavía no podía procesar bien todo lo que estaba pasando.
-Lee esto por favor.
El policía le entrego la carta de Deidara a Sasori. Este la leyó con detenimiento. No le caía en la cabeza nada de esto. Le entregó la carta al policía, y se fue, pero no sin antes darle una última mirada al cuerpo sin vida del que fue su amante.
Pasaron años, muchos años. Kakuzu y Hidan se habían casado por fin. Konan y un chico llamado Yahiko se veían muy felices. Pero Sasori, nunca logró borrar esa carta de su memoria, nunca logró borrar el cuerpo inerte de Gaara, ni la sonrisa de Deidara cuando lo vio muerto.
De todas formas, no podía demostrarlo, tenía un hijo. Que era la luz de sus ojos. A pesar de ser hijo de Sakura, tenía un enorme parecido a Gaara. Era su viva imagen.
Sasori se hizo una promesa, y era que esta vez, no le iba a fallar a su nuevo Gaara.
FIN.