En el fondo los dos querían ser mucho más que amigos, lo eran definitivamente, pero preferían engañarse.
-Por fin te veré jugar.
-Prepárate, Gaara y yo somos la dupla ganadora.
-Pero son… bajitos.
-Tú también, jm.
-Bueno, sí.
-De todas formas, no por ser alto eres mejor en básquet, es una creencia estúpida.
Llegaron a la cancha, estaban todos con el uniforme de básquet. Menos Gaara, que raramente estaba con una polera de manga larga, sospechoso.
Empezaron a calentar, en ese momento Deidara se dio cuenta del dolor de cadera que tenía. Maldijo a Sasori en su mente, pero hizo como si nada pasara.
Cuando terminaron de calentar, Gai-sensei, les pido que hicieran dos equipos.
Gaara y Rock Lee eran los capitanes. Y como siempre, Gaara eligió a Deidara. Una vez repartidos los jugadores, el partido empezó.
Como siempre, un partido casi perfecto gracias a ese par.
Sasori no creía lo que veía, nadie en su familia era deportista, pero Gaara era otro asunto. Al principio no creyó, pero de verdad eran excelentes jugadores.
Fueron a ducharse y Sasori los esperó en el auto.
-Me veo ridículo con el pelo así.
-¿Mojado?
-Sí, hay veces que me gustaría raparme.
Gaara no pudo evitar reír un poco al imaginarse a Deidara sin pelo.
Fueron al auto y ahí estaba Sasori a punto de quedarse dormido.
-Ya vámonos.
Sasori arrancó el auto.
-No creía que fueran tan buenos jugando, creí que solamente exageraban.
-¡POR FAVOR! Somos los mejores.
-Si me di cuenta.
Llegaron a casa de Gaara.
-Gaara, no les digas que estoy aquí.
-No pensaba hacerlo.
-Gracias.
Hasta ahora había sido uno de los mejores días que Deidara había tenido en su vida… pero aún faltaban dos personas: Konan y Hidan. Estaba un poco deprimido, ninguno de los dos lo había llamado, ni enviado un mensaje, nada. “Tal vez yo debería llamarlos… ¡NO! ¡ES MI CUMPLEAÑOS! ¡ELLOS DEBEN LLAMARME!”
Sasori notó la actitud de Deidara, cuando habla consigo es como si estuviera tratando de hablar con otra persona, mueve las manos, hace muecas, es algo bastante… peculiar.
-¿Pasa algo?
-No, nada…
-Sí, nada, claro. Ya, dime.
-Es que ni Konan ni Hidan me han llamado, tampoco han mostrado señales de vida y digamos que eso me preocupa, o sea, es mi cumpleaños y son mis mejores amigos…
-Deidara, no te preocupes por eso, ya verás que si se acordaron de tu cumpleaños- Y Sasori sabía perfectamente de que hablaba.- Confía en mí.
-Como sea, jm.
-Oye… Perdón por lo de anoche, creo que se me pasó la mano.
-¿Por qué?
-No creo que siempre cojees cuando corres…-Sasori aguantó la risa como pudo.
-Ni me lo recuerdes. Ahora entiendo a Onoki cuando regañaba por su cadera.
Una vez llegaron a la casa de Deidara, Sasori no lo dejó entrar.
-¡NO PUEDES ENTRAR TODAVÍA!
-¡ES MI CASA, PUEDO HACER LO QUE QUIERA! Muévete.
-No.
-Sasori…
-Por favor.
-Te voy a golpear.
-Mira como tiemblo.
En eso Deidara iba a golpear a Sasori, pero justo antes de eso, Sasori tomó su mano, lo atrajo hacia él, y lo besó.
-No puedo contigo, jm.
-Me amas, lo sé.
-¿Puedo entrar?
-Sí, creo que ahora sí.
Todo estaba oscuro, aunque no parecían haber cambios en la casa… Sasori prendió la luz. Pero no había nadie. ¿Dónde se metió este par? Pensó Sasori, al no ver a su par de invitados.
-Tal vez solamente era un pretexto para besarme…
Subieron a la habitación de Deidara, el notó que la puerta estaba cerrada, y nunca deja la puerta cerrada… ¿Fue un fantasma?
Hidan y Konan estaban escondidos detrás de la cortina, pero no contaron con que no era lo suficientemente larga para cubrirles los zapatos.
Serán estúpidos… Sasori no soportaba las ganas de matarlos.
Deidara empezó a reírse como desquiciado, no podía creer que sus amigos no notaran ese error.
-¡Hidan, te dije que no debíamos escondernos aquí!
-¿¡Y POR QUÉ ME HACES CASO!?
Salieron de su infructuoso escondite y fueron directamente a abrazar a Deidara.
-¡Feliz cumpleaños Dei!
-Feliz cumpleaños rubia.
-Fue idea de Sasori ¿cierto?
-Absolutamente.-Dijo Sasori.
-Gracias, de verdad, gracias.-Deidara no pudo evitar emocionarse, era por lejos el mejor cumpleaños que pudo haber tenido.
-Dei, no llores, tu sonrisa es demasiado bonita como para desperdiciarla llorando- Konan es la mujer más tierna del mundo.
-Es que… nunca pensé que esto podía pasar, tengo todo y más de lo que pudiera querer.
Konan y Hidan no se podían quedar atrás con los regalos. El regalo de Konan: Un poster autografiado personalmente y con dedicatoria por MSI.
-¡KONAN ERES LA MEJOR!-Deidara abrazó a Konan.-Gracias, gracias, gracias.
-De nada Dei.
-Ya, ahora abre el mío, desgraciado.
Hidan conocía muy bien a Deidara, así que le regaló el uniforme de su equipo favorito de basquetbol.
-Canoso, tu si sabes.
El rubio corrió a cambiarse de ropa. Realmente quería el uniforme hace mucho tiempo, ahora no se lo iba a sacar ni para dormir.
-Enano, creo que conoces a Deidara mejor que yo.
-Tal vez.
-Nunca había visto a Dei tan feliz. Ustedes son… ¿pareja?-Konan no estaba muy enterada de todo esto.
En ese momento llegó Deidara. Sasori estaba en shock.
-Konan, nosotros no somos pareja, Sasori se va a casar en dos semanas.
-Pero ustedes dos se gustan, se percibe en el aire.
-Simplemente no se puede.-Deidara ya estaba algo aburrido de que todos le recalcaran que debería estar con Sasori.
Al llegar la noche, Hidan y Konan fueron a unos de los hoteles de Kakuzu, ya saben, tenían que dejar a los enamorados solos.
Deidara estaba algo deprimido. 2 semanas, eso no es nada, solamente tenía dos semanas para disfrutar a su pelirrojo.
El rubio aburrido de pensar, se fue a dormir, pero Sasori no se quedaría con la duda.
-Dei… mi amor…
-No me digas así.
-¿Por qué no?
-Porque no lo soy, nunca voy a poder serlo. Y no entiendo cómo me enamoré de ti, ni porqué, tu deberías estar con tu novia, no conmigo.
-Deidara, mírame.
-No puedo.
-¿Por qué no?
-Porque si te miro, volveré a caer en tus ojos, volverás a enamorarme, y no quiero, no quiero esto.-Deidara estaba a punto de romper en llanto.
-No me mires, pero escúchame. Deidara, nosotros nunca debimos enamorarnos, pero estamos destinados a esto, a estar juntos, queramos o no.
En algún punto, siento que tú realmente eres la persona con la que quiero, y necesito pasar el resto de mi vida, quiero estar contigo cueste lo que cueste. ¡Que se joda todo el mundo! Si yo te quiero y tú me quieres ¿Qué podría salir mal?
-Todo puede salir mal, todo. Puede ir todo de mal en peor de un segundo a otro.
-Deidara, ¿tú me quieres?
Se quedaron en silencio por unos momentos.
-Sé que no suelo decirlo, que cuando lo dices no te respondo, pero no es porque no lo sienta. Cuando me dices te quiero, o te amo, causas una felicidad indescriptible en mí.
Pero aun así, quererte es poco, querer no es nada comparado con lo que siento por ti.
Sasori, yo… yo… te amo.-
-¿Y así quieres que no estemos juntos? Dei, eres mi felicidad. No te dejaré por nada del mundo, no pienso moverme de tu lado en muchísimo tiempo, así que tendrás que soportarme te guste o no.
-S-Sasori… ¿Tú me amas también?-Deidara miró a Sasori a los ojos, esos ojos que lo tenían completamente hipnotizado.
-Te amo, te amo, te amo mil veces. Más que a las marionetas, el helado y MSI, juntos. Te amo más que, ¡que a todo Deidara! Déjame ser quien te amé.
-Eres tan cursi.-Deidara sonrió.
-Y tu tan… perfecto-Sasori le besó la frente al rubio.
Esa noche durmieron abrazados, no querían separarse por nada del mundo.
Lo que no sabían, es que nadie de la familia sabía dónde está Sasori. Sakura estaba vuelta loca, Sasori no le contestaba las llamadas, los mensajes, nada. Solamente dejó una nota “No me busques, el lunes hablamos”.
En el hotel de Kakuzu, Konan y Hidan estaban hablando.
-Hidan, tu sabes todo, eres amigo de ellos, cuéntame.
-Mira, la cosa es que se conocen hace un poco menos de 3 meses, se enamoraron a primera vista. Sasori está por conveniencia con una chica, hace 6 años, en dos semanas se casan, pero Sasori no la ama, el ama a Deidara. Pero no pueden estar juntos.
-Deidara tiene tan mala suerte en el amor…
-Ni me lo recuerdes.
-Tal vez ya es su hora de ser feliz- Finalizó Konan.
CONTINUARÁ…