Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Niño Gato por Vamp Neko chan

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Era en una pequeña aldea húngara, una mujer gitana era vendida a los otomanos. El sultán era un hombre importante, en aquellos años, solía estar en guerra con los rumanos. Lo que más deseaba era tener un heredero al cual poder darle todas sus riquezas, la candidata perfecta parecía ser la chica gitana.

Pasaron los meses, la mujer estaba a punto de dar a luz, el más emocionado era el sultán pues por fin tendría un primogénito. Mandaron llamar a la partera y comenzó la labor de parto. Fue grande la impresión que se llevó el sultán al ver al bebé tan rubio y blanco que sospechó de su esposa.

La mujer tomó al bebé en brazos, pero el sultán se lo arrebató y acuchilló a su esposa, abandonando al  pobre e indefenso bebé en el espeso y oscuro bosque. Una vez dejando al bebé, el sultán tomó una soga y se la amarró al cuello, colgándose de un árbol. No estaba dispuesto a ser el hazmerreír de la aldea, pensar que el hombre más poderoso fue engañado por su mujer con un vikingo, que aunque fuera mentira, nadie les creería.

El bebé lloraba en soledad, una pareja de brujos pasó por el lugar y lo encontraron, levantándolo del piso. Los brujos, en aquellos años, enfrentaban una dura batalla contra los vampiros, discutiéndose la sangre de los humanos de la zona. Creían que si tomaban al bebé y lo ponían a su favor, obtendrían más beneficios que comérselo.

La bruja tomó la decisión de transformar al bebé en uno de ellos, para que pasara desapercibido entre todos los brujos y así no corriera ningún peligro.

La pareja se llevó al bebé a su humilde choza de madera, amontonaron un puño de hojas y recostaron al bebé. La bruja sacó su varita mágica y lanzó un conjuro sobre el bebé, haciendo que los ojos castaños de este se volvieran de un rojo carmesí encendido. Su rostro se tornó con rasgos de felino, su cabello dorado tomó un tinte café en pequeños trozos, como si lo hubieran transformado en un gato calicó.

Pasaron algunos años, al bebé lo llamaron Andel, éste creció como si de verdad los brujos fueran sus padres, siempre obediente a lo que le decían. Mientras los brujos salían de casa para luchar contra los enemigos, el pequeño Andel se mantenía seguro en casa. Sabía que sus padres lo regañarían si él salía de la casa sin permiso.

Habían días que eran seguros, los brujos dejaban salir a Andel a caminar sin que se alejara tanto de la choza. Amigos no podía hacer, la mayoría de niños que lo veían le temían por su aspecto, un niño con ese aspecto podía significar peligro para los menores. Andel estaba deseoso de tener algún amigo con quien jugar mientras sus padres no estaba. Todas las noches en las que salía al bosque esperaba que un milagro sucediera, un amigo para toda la eternidad le caería bien, pero sabía que sería difícil encontrar otro inmortal que no le tuviera miedo y que tampoco le causara temor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).