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Melted por SungBambu

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Notas del fanfic:

- Dong Young Bae y Choi Seung Hyung son personajes públicos, pertenecientes a la banda surcoreana BigBang que a su vez mantiene contrato con la empresa YG Entertainment y mi intención no es dañar su imagen o reputación.

- Min HyoRin es una actriz coreana y tampoco es de mi autoría. Actualmente es la novia oficial de Taeyang.

- Este fic es subido en las plataformas de FB (BIGBANG Fics), WattPad y Amor Yaoi bajo el mismo nombre de fic y autora, no estan autorizadas sus adaptaciones o para otras paginas que no sean las ya nombradas.

- Está relacionado con el Shot "Melted" subido antes en las mismas plataformas -excepto Wattpad- donde empieza todo o más bien termina.

 

Notas del capitulo:

Book trailer ---->  https://www.youtube.com/watch?v=eIDKP32Q5XI&feature=youtu.be

Melted

 

Sus ojos fueron desviándose con un deje de temor desde el reloj dorado que colgaba tras una fina cadena desde uno de sus bolsillos hasta el cielo oscuro realmente agotado de la espera haciendo que sonara un leve click al cerrarlo antes de volverlo a esconder. La textura suave del papel entre sus dedos comenzaba a escocer al tiempo que la impaciencia se iba apoderando de todo su cuerpo haciendo que su pecho doliera por cada latido.

Llevaba al menos una hora sentado en medio de lo que era un parque para niños aunque la fina capa de nieve acumulada iba devorándose sin piedad los colores vivos para transformarlos en esculturas improvisadas de nieve, camuflándolo a su paso dejando que sólo sus pies se notaran bajo la gruesa tela debido al brillo negro del cuero que los cubría.

"La primera nevada del año"

Pensó con cierta nostalgia jugando con un copo antes de que terminase de derretirse por su contacto con sus dedos desnudos perdido entre sus pensamientos hasta que escuchó unas pisadas hundirse en la nieve fresca justo frente a él.

Su cuerpo entumecido por el frío logró entrar en calor inmediatamente ordenándole a sus piernas dormidas volver a ponerse de pie marcando el atisbo de una sonrisa antes de desaparecer por completo al enfrentarse con esos ojos brillantes que tanto amaba ahora eclipsados por algo muy parecido al dolor. Separó sus labios amoratados en busca de alguna frase reconfortante sin poder hallarla, en cambio sus brazos parecieron más rápidos atrayéndolo contra su cuerpo para envolverlo en un abrazo cálido. Las preguntas que se habían formulado durante ese tiempo lograron ser respondidas sin palabras, las cosas iban mal, lo suficientemente mal para no desear comprobarlo.

-       Está bien, entiendo- su voz salió más firme de lo que esperaba sintiendo como el dolor de su pecho desaparecía dejándolo completamente vacío intentando desesperadamente contener las lágrimas que sabía, aparecerían en cualquier momento si se dejaba tumbar- todo estará bien- mintió descaradamente aunque no sabía si al pelinegro que sostenía entre sus brazos o sí mismo acariciándole el cabello que caía gracioso sobre su nuca mientras iba cerrando los ojos esperando que ese momento no acabara nunca si eso significaba que podía retenerlo a su lado. Alargar el final inevitable.

Se asustó cuando el rostro del menor volvió a aparecer creando una leve distancia entre ambos, notando un pequeño camino húmedo recorrerle sus mejillas, enrojecidas debido al clima, terminar su camino en sus labios.

Por un segundo se atrevió a traer a su mente todos esos momentos en los que habían pensado en escapar juntos y luchar por lo que tenían, todas esas veces en que planeaban escribiendo en el cielo un final feliz para ellos en un lugar lejano. Recordó el terror marcado en los ojos del pelinegro el día en que su secreto había sido descubierto y su familia había desatado el infierno que solo abriría sus puertas para dejarles escapar cuando sus lazos fueran rotos. Se culpó a si mismo por las lágrimas que el dorso de su mano eliminaban con sutileza y volvió a un nuevo sentimiento; se resignó a perderlo.

Con delicadeza le apartó uno a uno los mechones oscuros que caían sin permiso por su frente, mojados tras haber sido atacados por cada copo de nieve que iba derritiéndose al tacto percatándose que no llevaba mayor abrigo que una sudadera deportiva que comenzaba a humedecerse de igual manera.

Sin pensarlo dos veces lo apartó suavemente desde los hombros para quitarse el largo abrigo blanco cubriéndolo con el bajo su atenta mirada. Mantuvo fijo sus ojos en él intentando descifrar el código de sus pozos profundos descubriendo en ellos una mezcla de rabia y desconcierto que no lograba reflejarse en sus expresiones haciendo que solo se sintiera más culpable de no poder sacarlo de allí.

-       No es algo nuevo, de alguna manera lo sabíamos- se atrevió a decir a pesar de que el pelinegro no había formulado una palabra desde su llegada descubriendo ni un solo quiebre en su voz. Sonaba incluso más dura que al principio, su fortaleza no iba a permitir que se derrumbara, menos cuando el motivo de sus preocupaciones estaba frente a él. La suerte había sido echada, la vida solía ser un buen jugador y el destino había apostado en su contra ganando orgulloso la partida llevándose como recompensa su relación devolviéndole a la vida lo que le pertenecía de un principio; ambos pero por separado- perdóname, YoungBae

El tan solo nombrarlo parecía haber logrado activar ese interruptor trabado en él, viendo como su cuerpo se estremecía bajo las ropas contrarias notando como las lágrimas se agolpaban en sus ojos nublándole la vista. Sus labios temblando.

-       Deja de llorar, Bae. No podemos hacer nada- suplicó entre líneas mostrando ante él todas aquellas fisuras que iban resquebrajando su alma por cada segundo. Sabía que su control no lograba llegar a los ojos, sabía que en ellos se reflejaban la desesperación que llevaba dentro, la certeza de que sería apartado de su lado, saber que debían alejarse a partir de ese momento. Que no existiría un mañana o un final feliz.

-       Si podíamos- el susurro logró acaparar toda la atención del mayor mientras se pasaba con violencia la manga por el rostro cambiando sus lágrimas por la nieve convertida en agua- si podíamos. Debí decir que no, que me quiero quedar contigo

-       No puedes- torció haciendo una leve sonrisa acariciando su rostro con el pulgar- Es tu familia, no puedes perderla- le recordó las mismas palabras que había oído de sus labios. Los auto convencimientos de cada noche en vela mientras le daba vueltas al tema

-       Perdóname Seung- suplicó a media voz uniendo sus frentes con fuerza, intentando hacer desaparecer sus miedos o de desaparecer el mismo- mañana se anunciará

-       No hay nada que perdonar- sus manos se dirigieron sin prisa hasta las del menor deshaciendo los puños que había hecho, dejando en su lugar el papel con el que había estado jugando mientras estaba solo en medio del parque dejando escapar una lágrima

-       Te amo

-       Nos vemos, YounBae- se despidió dejando un beso casto en sus labios, desapareciendo el color azulado que habían tomado dejando todo su calor en el contrario- Quizás en otra vida logremos estar juntos. No era nuestro tiempo- comentó permitiéndose sonreír dejando una última caricia antes de darse la vuelta comenzando a caminar firme antes de perderse entre la nieve

Cruzó las calles sin volver a mirar atrás, esperando de corazón no escuchar los pasos del menor siguiéndole pero de alguna manera supo que éste había salido de su aturdimiento y había visto su regalo entre sus manos. Deseó arrepentirse de haberlo hecho pero debía ser fuerte y dejarlo ir.

 

***

-       Oh, Seung- fue lo único que alcanzó a formular sintiendo sus piernas fallar haciéndole caer con violencia de rodillas al suelo sin poder contener su llanto un segundo más

 

Korea Air

>>Primera Clase<<

Desde: Seúl, Corea    /     A: Los Ángeles, EEUU


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