Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor griego por Vamp Neko chan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Los vampiros se acercaron al joven semidiós, con interés

—Joven cuyo nombre no lo ha mencionado ¿puede guiarnos a la Acrópolis?.

—¡Será un placer! ¡y más si va el joven de hermosos ojos azules!— Ed se acerca a Davey y le acaricia la mejilla derecha, lo que lo pone rojo.

—¿Cuál es tu nombre?— Davey quita la mano de Ed con cierta crueldad que estaba en su mejilla.

—Mi nombre es Edwald, pero me dicen Ed, un placer conocerles ¿y sus nombres?— Ed abraza a Davey por la cintura, y este intenta soltarse.

—Pues al que traes de la cintura se llama Davey, es el nieto predilecto del conde Drácula— aclara Skylar —el que tiene cara de mango chupado es Beaufort, el que esta a su lado se llama Austin, el cachetón Marlo, Luigui es el que tiene cara de payaso, el rubio amargado es Nicanor y yo soy Skylar—

—Pues los llamaré vampiro chupado a Beaufort, vampiro aguado a Austin, vampiro hinchado a Marlo, vampiro bufón a Luigui, vampiro arrugado a Nicanor y vampiro añejo a Skylar— Ed con tono pesado los ve con mirada desafiante.

—¿Y al mocoso ese?— Beaufort apunta a Davey con el dedo índice.

—¿A él? lo llamaré "Vampirezzo"— Ed acarició nuevamente la mejilla de Davey.

—Fiu fiu, hey Vampirezzo, baila para nosotros con tus zapatillas y tu minifalda... ja ja ja— se burlaron Luigui y Beaufort.

Davey agachó el rostro y comenzó a llorar, Ed vio como unas lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Davey y se enfureció.

Los vampiros notaron como el cielo se nubló y de este caían rayos.

—¡¡Jamás se vuelvan a reír de mi Vampirezzo o sufrirán la crueldad de las tormentas y los océanos!!.

—Está bien, señor de los siete mares, no queremos problemas con usted— argumentó Beaufort —nos importa más llegar a la Acrópolis que alegar por una tontería.

—Está bien, los guiaré, pero a cambio, deberán entregarme a Vampirezzo— al escuchar esto, Davey Tapia se paralizó.

—¿Crees que soy un objeto a negociar?.

—No te estoy negociando, estoy pidiéndole a tus amigos que me concedan tu mano para desposarte— Ed lo mira fijamente y le sonríe a Davey —¿Existe el sistema de apartado?— Ed ríe un poco.

Los vampiros se ven entre sí, luego deciden continuar su camino, con Ed delante de ellos guiándolos a La Acrópolis.

Ed los invita a subir a un convertible rojo último modelo, algo apretados pues era un carro pequeño, en los asientos traseros iban sentados Nicanor, Luigui, Austin y Beaufort, en el de copiloto estaba Skylar, a medias venia Marlo y Ed venia manejando, con Davey sentado en sus piernas.

—Esto es muy peligroso— Davey venia algo alterado.

—Calma, Vampirezzo, al final de cuentas todos somos inmortales— Ed dijo con seguridad.

Pasaron por la carretera hasta que por fin llegaron a la Acrópolis, bajaron del coche y entraron al Partenón.

—¿Los dioses no se molestan si entramos a su hogar?— pregunta Marlo que se puso nervioso.

—¡Qué van a enojarse! ¡tenemos a Ed tritón de nuestro bando!— Luigui ríe con tono sarcástico y bromista.

Davey Tapia se queda pensando... quizá ese era el punto clave para separarse de Ed.

—¡Sireno!.

Todos voltean a ver a Davey que se atrevía a desafiar a Ed.

—¿Decías, Vampirezzo?.

Todos miraban la conversación y notaban que el ambiente se ponía denso.

Davey Tapia saco su arma apuntando a la cabeza de Ed y apretó el gatillo, pero la bala sólo rozó la mejilla de Ed, este se molestó y aventó a Davey con gran crueldad hacia uno de los pilares. Los vampiros se sorprendieron al ver como su compañero se encontraba tirado en el suelo, derrotado y con la boca llena de sangre.

—¡Davey!.

Todos corrieron a auxiliar a su joven vampiro amigo, que a pesar de ser bastante ególatra, su poder no fue suficiente para la crueldad del joven griego y les importaba más el bienestar y la amistad del joven conde que atacar hombres burgueses de la política con aquel joven dios.

—¡Vampirezzo!— Ed corre hacia Davey que yacía tirado en el suelo —Perdón, no pensé hacerlo tan tosco.

Davey apenas podía mover un dedo, se encontraba demasiado lesionado.

—Eres un maldito...— Davey intentaba levantarse —, el maldito que se atrevió a derrotarme.

—Suerte de principiante— argumentan los vampiros.

—No es suerte de principiante, es poder de profesional— Davey se levanta algo tembloroso y a punto de caer con el soplo de aire más ligero

—No, menso, decimos que tu tuviste suerte de principiante, como para no morir en la batalla.

—Hey, amigos, no me ayuden tanto— Davey comentó con tono irónico.

—Está bien, no vamos a hablar ya.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).