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Vestigia in mendacio por BellatrixBlack25

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Notas del capitulo:

Los personajes de Harry Potter no me pertenecen son de J.K Rowling.

Summary: Harry es un niño con una inteligencia, astucia y actitud que muchas personas no esperaban en él, además de que poco a poco se va dando cuenta que los hechos y las personas no son como se dan a conocer, dejando detrás de ellos rastros de mentiras que Harry va descubriendo. Luchando también contra las personas que quieren controlarlo y matarlo solo por ser quien es.

Parsel- "Hola"

Hechizos- Accio

Recuerdos- [Hola]

He reeditado los capis anteriores por lo que para las que no lo lean de nuevo le cambié el nombre a la serpiente de Harry quise darle un nombre original y Callidus me gusto porque significa Astucia o Inteligencia bueno eso es todo disfruten del capi.

Capítulo 13 Dementores

Pov Harry

Despues de salir de Gringott nos dirigimos a la heladería, donde los Malfoy nos esperan, las cosas van mejor de lo que esperaba, pero no pienso bajar la guardia, hasta ahora el vejete no ha hecho ningún movimiento, pero algo me dice que pronto lo hará y necesito estar pendiente, un paso en falso y todo se arruinaría.

—¿Por qué tardaron tanto? Pensé que tendríamos que irnos sin ustedes—se quejó Draco mirándonos molesto.

—No te sulfures dragón, estaba terminando los tramites, les presento oficialmente a mi hijo, Harry James Orión Potter Black—dijo con Orgullo mi padre.

—Entonces debes decirme tía Narcissa—dijo feliz, la miré sonriendo y asentí.

—Por cierto, no lo dije antes para no arruinar nuestras vacaciones, pero se levantó una orden de captura contra Peter Pettigrew, según me dijo Cornelius, abran dementores en Hogwarts, así que quiero que los dos se mantengan alerta y tengan cuidado—mire la ira y rabia atravesar los ojos de mi padre, le tome la mano y se la apreté para que se tranquilizara, no quiero que cometa ninguna estupidez.

—¿Por qué Hogwarts padre? —pregunto Draco curioso y confundido, tengo que admitir que tampoco comprendo.

—Temen que vaya detrás de Harry ahora que se sabe la verdad—entrecerré los ojos y sonrei. Si pudiera ponerle las manos encima, se lo daría a Callidus para que juegue con él. Matarlo es demasiado compasivo, prefiero hacerlo sufrir de forma lenta y dolorosa.

Nos pasamos el resto de la tarde comprando los libros, decidí tomar Aritmancia y Runas antiguas en vez de adivinación, no quise tomar estudios muggles, porque no necesito aprender sobre ellos, eso es basura y no perderé mi tiempo en semejante estupidez, cuando me topé con el diario que alguien dejo abandonado, en el había una foto de un hombre pequeño que parece una rata.

PETTIGREW SIGUE SUELTO

El Ministerio de Magia confirmó ayer que Peter Pettigrew, tal vez el más astuto seguidor del innombrable, ya que planeo todo para que la culpa cayera en Sirius Black, quien como se logró comprobar no era el guardián de los Potter, como todos pensábamos, Pettigrew logro engañarnos a todos haciéndonos creer que Black lo había matado. Ahora el ministerio ordeno su captura, aunque aún no han conseguido nada.

«Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para volver a apresarlo, y rogamos a la comunidad mágica que mantenga la calma», ha declarado esta misma mañana el ministro de Magia Cornelius Fudge. Fudge ha sido criticado por miembros de la Federación Internacional de Brujos por haber informado del problema al Primer Ministro muggle. «No he tenido más remedio que hacerlo», ha replicado Fudge, visiblemente enojado. «Pettigrew está loco, y supone un serio peligro para cualquiera que se tropiece con él, ya sea mago o muggle. He obtenido del Primer Ministro la promesa de que no revelará a nadie la verdadera identidad de Pettigrew. Y seamos realistas, ¿quién lo creería si lo hiciera?»

Mientras que a los muggles se les ha dicho que Pettigrew va armado con un revólver (una especie de varita de metal que los muggles utilizan para matarse entre ellos), la comunidad mágica vive con miedo de que se repita la matanza que se produjo hace doce años, cuando Pettigrew mató a trece personas con un solo hechizo, solo para inculpar a Sirius Black y poder huir, la comunidad esta consternada ante el hecho de que un Lord haya sido encarcelado sin siquiera un juicio, si no fuera por el Ministro quien descubrió semejante injusticia Sirius Black seguiría en Azkaban.

Así que ese es el maldito desgraciado que traiciono a mis padres, sentí una mano en mi hombro, le sonrei a mi padre quien miraba con desprecio y odio la foto en el periódico. Mire a Weasley y Granger quienes por su cara querían acercarse, pero no lo hicieron por mi padre y los Malfoy.

No puedo creer que piensen que ese idiota es astuto, a leguas se nota que fue un acto de cobardía, le teme a mi padre y lo único que se le ocurrio para huir es transformarse en la rata que es.

Nos despedimos de los Malfoy y nos fuimos a nuestro hogar, al entrar quede impresionado, la casa esta hermosa, las paredes están pintadas de un hermoso color crema, la madera del piso es oscura, se ve lustrosa y sin ningún rayón, muchos de los muebles fueron desechados, tía Narcissa se encargó de comprar muebles antiguos de la época victoriana, lo que resalta la antigüedad de la casa, las cabezas de los elfos fueron quitadas de la pared, en su lugar hay hermosos cuadros de paisajes y miembros de la familia Black.

Pero lo que más destaca, es la hermosa chimenea de mármol negro, con serpientes de plata decorándola, jarrones egipcios y griegos resaltan en la sala, alfombras persas e hindúes con sus hermosos hilos de oro hacen que destaquen, al entrar a la biblioteca casi me desmayo de la impresión, todos los libros fueron limpiados y ordenados, el lugar es tres veces más grande de lo que esperaba, es de dos pisos, me pican las manos por leerlos todos, pero eso tendrá que esperar.

Me dirigí a la sala de té, es un hermoso solárium, en vez de techo hay vidrios haciendo que, entre luz natural, hermosas rosas de todos los colores decoran el lugar, así como tambien jazmines, lirios, tulipanes, todo tipo de flores que embellecen. En el centro hay una piscina o pequeño lago, plantas de todo tipo lo rodean, dandole un aspecto muy natural.

Al entrar al comedor no me sorprendió ver lo exquisitamente decorado que esta, una enorme mesa de color negro destaca en la estancia, sillas con tapizados de color verde con gris, aquí las paredes son de madera con hermosos tallados de serpientes y para mi sorpresa, hay leones, perros, lobos, ciervos y pumas, estoy seguro que eso fue decisión de mi padre, igual se ven realmente elegante y hermoso. No hay que ser un genio para saber que son las formas animaga de mis padres y de su pareja, por no mencionar la suya. No me molesta, es una hermosa forma de brindarles tributo, aunque no estoy seguro con Lupin, por más que mi padre diga que comprende sus motivos, yo no, por muy agradecido que hubiera estado con el viejo, me da rabia que haya olvidado su amor y le haya dado la espalda, eso demuestra su poca voluntad y lo fácilmente manejable que es. Suspire tratando de olvidarme de ese ingenuo, no vale la pena.

Me gustaría poder brindarles una forma de agradecimientos a mis padres, aun no sé qué hare, pero ya se me ocurrirá algo. Los cuartos al igual que el resto de la casa, están elegantemente decorado, mi padre insistió que el mío seria el principal, él se quedó en su cuarto de infancia, lo único que cambio fue la decoración, hay un solo objeto muggle y que se encargó que funcionara con magia, la televisión es enorme, cualquiera que la viera pensaría que es un pequeño cine, algo que descubrió gracias a mi madre y que le gusta por la programación. Tiene una enorme cama, mesitas de noche, sillones de color rojo oscuro, las paredes están pintadas de color beige, con detalles en rojo. Como toque final tiene una chimenea de mármol blanca.

El mío es enorme, está pintado de azul oscuro casi negro, con detalles en plata, la cama es enorme pueden caber diez personas y dormir cómodamente, hay dos mesitas de noche a cada lado, una enorme chimenea color gris con detalles en verde con sillones de cuero de color negro, un escritorio color caoba oscuro, varias plumas, pergaminos y tintas de todos los colores perfectamente acomodados, un enorme armario color negro, al abrirlo es como otra habitación, mire toda mi ropa, tengo mágica como muggle, por insistencia de mi padre, accesorios de todo tipo.

Además de eso mi padre añadió una pequeña biblioteca personal en mi habitación, al entrar vi todos los libros que mi abuelo me dio, le había dado acceso a mi padre con respecto a mi baúl, porque dijo que quería que mi habitación estuviera completa cuando entrara por primera vez, deje que Callidus lo vigilara, no por desconfianza sino para saber qué opinaba sobre los libros que poseo, gracias a Merlín no se molestó, ni quiso cambiar nada de mí.

A la mañana siguiente, mi padre me desperto de una forma muy peculiar, dandome lenguatazo, sinceramente fue realmente asqueroso, sin importar que este en su apariencia de perro. Me levante con desgana y me fui a bañar, hoy me iría a Hogwarts, nos encontraríamos con los Malfoy, en el andén.

—Padre, necesito que firmes mi permiso para poder ir a Hogsmeade—dije mientras desayunaba, contamos con nuevos elfos, entre ellos la que me heredo el abuelo, ella ha estado pendiente de mí, a pesar de que no la veo.

—Rossi me traerías leche con chocolate—murmure mientras untaba jalea de fresa en mi tostada.

—Como el amito lo ordene—dijo inclinándose hasta tocar el suelo.

—Aquí tienes, ten cuidado, cualquier cosa me avisas—tome el permiso y se lo di a Rossi para que lo guardara en mi baúl.

—No te preocupes padre—me pregunto si Nicholai estará en el andén. Solo queda esperar.

Pov Nicholai

He logrado contactar con todos mis seguidores, ayer me fui a encontrar con las manadas de hombres lobos, fue fácil tenerlos de mi lado. Ahora me queda volver a reclutar a los vampiros y veelas, si las cosas salen como quiero, Dumbledore estará acabado.

—Iremos a dejar a Draco para que tome el expreso, ¿desea acompañarnos? —Nagini se escondió en mis ropas.

—Por supuesto, necesito comentarle algo a Harry—dije serio. Sé que la maldita rata debe de estar muerta de miedo en este momento, pero no creo que busque a Harry como todos piensan, es cobarde siempre lo ha sido. Quiero verlo porque me pidió unos libros que son raros y únicos, están escrito en Parsel, pensé que solo yo podía leerlos, pero al parecer no soy el único que tiene la habilidad, sé que le gustaran, mas con las posibilidades de poder probar muchas de las teorías que aparecen en los libros.

Al llegar a King's Cross, no fue una sorpresa ver tantas personas corriendo de un lado para otro, a la distancia estaban Sirius y Harry.

—Buenos días Harry, Sirius—dije inclinando mi cabeza.

—Buenos días Nicholai—dijo Harry sonriendo. Su padre solo asintió y se puso hablar con Narcissa de ciertas cosas que necesita comprar.

—Tengo un presente para ti, prométeme que lo leerás solo en la sala común, puedes meterte en problemas si algún maestro o estudiante de otra casa lo ve—lo tomo y guardo en su baúl.

—Lo prometo, muchas gracias—dijo serio.

—Harry vamos, el tren ya va a partir, nos vemos señor Delacroix—dijo Draco despidiéndose formalmente.

—Nos vemos joven Malfoy, Harry—los mire tranquilamente.

—Le escribiré si tengo alguna duda—dijo como despedida, antes de subir al tren se despidió de su padre, quien lo abrazo como si no quisiera dejarlo ir. Suspire con cansancio solo de pensar la larga reunión que espera con los vampiros y todavía tengo que ir al Ministerio, ya me estoy arrepintiendo de haber decidido trabajar ahí.

Pov Harry

Fuimos por el pasillo en busca de un compartimento vacío, pero todos estaban llenos salvo uno que se encontraba justo al final.

En éste sólo había un ocupante: un hombre que estaba sentado al lado de la ventana y profundamente dormido. Draco y yo nos detuvimos ante la puerta. El expreso de Hogwarts estaba reservado para estudiantes y nunca habíamos visto a un adulto en él, salvo la bruja que llevaba el carrito de la comida.

El extraño llevaba una túnica de mago muy raída y remendada. Parecía enfermo y exhausto. Aunque joven, su pelo castaño claro estaba veteado de gris.

—¿Quién será? —susurró Draco en el momento en que nos sentaban y cerrábamos la puerta, eligiendo los asientos más alejados de la ventana.

—Es el profesor R. J. Lupin —susurre de igual forma.

—¿Cómo lo sabes? —justo en ese momento entraron los chicos que se veían algo agitados, Daphne, Pansy, Theo, Blaise, Vincent y Gregory.

—Hola chicos, pasen, lo pone en su maleta —respondí despues de saludar, señalando el portaequipaje que había encima del hombre dormido, donde había una maleta pequeña y vieja atada con una gran cantidad de nudos. El nombre, «Profesor R. J. Lupin», aparecía en una de las esquinas, en letras medio desprendidas. Hice una mueca de desagrado al comprender que es la antigua pareja de mi padre, el de voluntad débil.

—Me pregunto qué enseñará —dijo Blaise frunciendo el entrecejo y mirando el pálido perfil del profesor Lupin.

—Está claro. Sólo hay una vacante, ¿no es así? Defensa Contra las Artes Oscuras—susurró Daphne.

Ya habiamos tenido dos profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras, que solo habían durado solo un año cada uno. Se dice que el puesto esta maldito.

—Bueno, espero que no sea como los anteriores. No parece capaz de sobrevivir a un maleficio hecho como Merlín manda. Pero bueno, ¿qué nos ibas a contar? —dijo Theo no muy convencido.

—Supongo que de igual forma se enterarán, ayer pase a ser oficialmente un Black—era innecesario explicar más, sé que ellos comprenderán.

—"Maestro ya memoricé la firma mágica del hombre, está despierto solo finge dormir"—asentí suavemente, ya me había dado cuenta, pero como no ha hecho ningún comentario no vi la necesidad de exponerlo.

—¿Qué es ese ruido? —preguntó de repente Pansy. De algún lugar llegaba un leve silbido. Miramos por el compartimento.

—Viene de tu baúl, Harry —dijo Greg poniéndose en pie y alcanzando el portaequipaje.

Un momento después, había sacado el chivatoscopio de bolsillo de entre mis túnicas, daba vueltas muy aprisa sobre la palma de la mano de Greg, brillando muy intensamente.

—¿Eso es un chivatoscopio? —preguntó Draco con interés, levantándose para verlo mejor.

—Sí, me lo dio mi padre—dije serio y cauteloso, viendo por todos lados para saber cuál es el peligro.

—Vuélvelo a meter en el baúl o le despertará—le aconsejé, porque su silbido me perforaba los oídos y no me deja pensar con claridad, dije lo último señalando al profesor Lupin con la cabeza. Greg metió el chivatoscopio en un pequeño compartimiento que posee el baúl.

El tiempo paso rápido, platicamos de cosas sin importancia, ninguno es tan idiota de mencionar nada que nos pueda perjudicar despues, los Weasley vinieron a vernos, junto a Granger y digo los, porque la estúpida chica hermana del idiota viene con ellos.

—Hola Harry—susurro avergonzada.

—Potter o Black para ti, no te he dado permiso de usar mi nombre—sisee con frialdad.

—Querido pero que esperabas, de tan poca cosa—dijo burlesca Pansy, viendo con desprecio a la chica Weasley que se puso roja como su cabello, aunque no sé, si de la vergüenza o rabia.

—Están arruinando nuestro viaje, así que hagan el favor de irse—dijo serio Theo.

—No es como si quisiéramos andar con ustedes—grito furioso Weasley para luego irse, seguido de Granger y la chica Weasley.

—Debemos de estar llegando —dijo Blaise, inclinándose hacia delante para mirar a través del reflejo del profesor Lupin por la ventanilla, ahora completamente negra.

Acababa de decirlo cuando el tren empezó a reducir la velocidad.

—Estupendo, me muero de hambre. Tengo unas ganas de que empiece el banquete... —dijo Daphne, levantándose y yendo con cuidado hacia el otro lado del profesor Lupin, para ver algo fuera del tren.

—No podemos haber llegado aún —dije mirando el reloj.

—Entonces, ¿por qué nos detenemos? —pregunto Vin confuso.

El tren iba cada vez más despacio. A medida que el ruido de los pistones se amortiguaba, el viento y la lluvia sonaban con más fuerza contra los cristales. Yo soy el que estoy mas cerca de la puerta por lo que me levante para mirar el pasillo. Por todo el vagon se asomaban cabezas curiosas.

El tren se paró con una sacudida, y distintos golpes testimoniaron que algunos baúles se habían caído de los portaequipajes. A continuación, sin previo aviso, se apagaron todas las luces y quedamos sumidos en una oscuridad total.

—¿Qué sucede? —dijo detrás de mí, la voz de Theo.

—¡Ay! ¡Me has pisado, Blaise! —gritó Pansy, volví a tientas a mi asiento.

—¿Habremos tenido una avería? —pregunto Daphne confusa.

—No sé... —respondí cauteloso.

—"Maestro, siento la presencia de una criatura, se está acercando"—siseo alarmada Callidus. Se oyó el sonido que produce la mano frotando un cristal mojado, vi la silueta negra y borrosa de Theo, que limpiaba el cristal y miraba fuera.

—Algo pasa ahí fuera, creo que está subiendo gente...—dijo Theo, la puerta del compartimento se abrió de repente y alguien cayó sobre mis piernas haciéndome daño.

—¡Perdona! ¿Tienes alguna idea de lo que pasa? ¡Ay! Lo siento... —trate de no gritar al sentir mi tobillo torcerse, quien sea que haya caído encima de mí, es pesado, muy pesado.

—Longbottom—dije tanteando en la oscuridad, y tirando hacia arriba de la capa del chico para que se levantara, es doloroso.

—¿Potter? ¿Eres tú? ¿Qué sucede? —pregunto angustiado.

—¡No tengo ni idea! levántate... —exclame molesto. Se oyó un bufido y un chillido de dolor. Longbottom había ido a sentarse sobre Pansy.

—¿Quién eres? —pregunto Pansy.

—¿Quién eres? —pregunto Daphne, rodé los ojos al escuchar sus preguntas somos los únicos que estamos aquí, además de Lupin y Longbottom.

—¿Daphne? —volvió a preguntar Pansy.

—¿Pansy? —suspire con exasperación.

—¿Qué haces? —pregunte tratando de relajarme y no gemir por el dolor insoportable.

—Te buscaba... —murmuro preocupada.

—¿Estas bien? —pregunto Daphne igual de preocupada que Pansy.

—Creo que Longbottom me torció el tobillo—dije apresuradamente.

—¡Ay! —no pude evitar exclamar cuando Blaise se movió y me golpeo el pie.

—¡Silencio! —dijo de repente una voz ronca.

Por fin se había despertado el profesor Lupin. oí que algo se movía en el rincón que yo ocupaba. Nadie dijo nada.

Se oyó un chisporroteo y una luz parpadeante iluminó el compartimento. El profesor Lupin parecía tener en la mano un puñado de llamas que le iluminaban la cansada cara gris. Pero sus ojos se mostraban cautelosos.

—No se muevan —dijo con la misma voz ronca, y se puso de pie, despacio, con el puñado de llamas enfrente de él. La puerta se abrió lentamente antes de que Lupin pudiera alcanzarla.

De pie, en el umbral, iluminado por las llamas que tenía Lupin en la mano, había una figura cubierta con capa y que llegaba hasta el techo. Tenía la cara completamente oculta por una capucha. Miré hacia abajo y lo que vi me hizo contraer el estómago. De la capa surgía una mano gris, viscosa y con pústulas. Como algo que estuviera muerto y se hubiera corrompido bajo el agua...

Sólo estuvo a la vista una fracción de segundo. Como si el ser que se ocultaba bajo la capa hubiera notado mi mirada, la mano se metió entre los pliegues de la tela negra.

Y entonces aspiró larga, lenta, ruidosamente, como si quisiera succionar algo más que aire.

Un frío intenso se extendió por encima de todos. Fui consciente del aire que retenía en el pecho. El frío penetró más allá de mi piel, le penetró en el pecho, en el corazón...

Mis ojos quedaron en blanco. No podía ver nada, me ahogaba de frio. Oí correr agua. Algo me arrastraba hacia abajo y el rugido del agua se hacía más fuerte.

Y entonces, a lo lejos, oí unos aterrorizados gritos de súplica. Quería ayudar a quien fuera. Luego como si de nuevo estuviera presente, delante de mí con suma claridad vi a mi abuelo ahogándose en sangre y gritando, sus gritos se mezclaban con los de una mujer. Intenté mover los brazos, pero no pude. Una niebla espesa y blanca me rodeaba, y también estaba dentro de mí. La voz de un hombre gritando se escuchó junto a la de mi abuelo y la mujer, es como si todos decidieran pedir mi ayuda y yo no pudiera hacer nada.

—¡Harry! ¡Harry! ¿Estás bien? — Alguien me daba palmadas en la cara.

—¿Qué? —abrí los ojos. Sobre mi había algunas luces y el suelo temblaba... El expreso de Hogwarts se ponía en marcha y la luz había vuelto. Por lo visto había resbalado del asiento y caído al suelo. Pansy y Daphne estaban arrodilladas a mi lado, y por encima de ellas vi a Longbottom y al profesor Lupin, mirándome. Siento ganas de vomitar. Al levantar la mano para quitarme un mechón de cabello, note mi cara cubierta por un sudor frío.

Draco y Theo me ayudaron a levantarme y sentarme en el asiento, estoy mareado, escucho los siseos preocupados de Callidus, pero no me puedo concentrar en nada esas voces me están atormentando, ahora sé quiénes son: mis padres y mi abuelo, el solo saber que eran sus gritos los que escuchaba me revuelve el estómago y un frio doloroso se apodera de mi pecho.

Tampoco tengo que preguntar que era la cosa que estaba en la puerta, un dementor son los únicos seres que causarían ese efecto, me recordaron los peores momentos de mi vida.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Draco, asustado.

—Sí ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde está el dementor? —pregunte mirando rápidamente hacia la puerta. El ser encapuchado había desaparecido.

—¿Dementor? Eso es lo que era, no puedo creer que hayan dejado esas cosas subir al tren—respondió Draco, aún más asustado. Todos nos sobresaltamos al oír un chasquido. El profesor Lupin partía en trozos una tableta de chocolate.

—Toma, cómetelo. Te ayudará. —me dijo entregándome un trozo especialmente grande. Lo hubiera rechazado si no me sintiera tan mal.

—¿Qué era ese ser? —le preguntó Longbottom a Lupin, todos los miramos como si fuera idiota, lo acabo de decir, no se percató de nuestras miradas, está temblando y tiene una mancha sospechosa en los pantalones.

—Un dementor. Era uno de los dementores de Azkaban—respondió Lupin, repartiendo el chocolate entre los demás—Todos lo miramos. El profesor Lupin arrugó el envoltorio vacío de la tableta de chocolate y se lo guardó en el bolsillo.

—Coman, les vendrá bien. Discúlpenme, tengo que hablar con el maquinista—insistió.

—¿Seguro que estás bien, Harry? —preguntó Pansy con preocupación, mirándome, yo aún estoy confundido.

—No entiendo... ¿Qué ha sucedido? —pregunte secándome el sudor de la cara.

—Bueno, ese ser... el dementor... se quedó ahí mirándonos, es decir; creo que nos miraba, porque no pude verle la cara, y tú, tú... —dijo Blaise nervioso.

—Creí que te estaba dando un ataque o algo así, te quedaste como rígido, te caíste del asiento y empezaste a agitarte... —dijo Theo, que parecía todavía asustado.

—Y entonces el profesor Lupin pasó por encima de ti, se dirigió al dementor y sacó su varita, dijo: «Ninguno de nosotros esconde a Peter Pettigrew bajo la capa. Vete.» Pero el dementor no se movió, así que Lupin murmuró algo y de la varita salió una cosa plateada hacia el dementor. Y éste dio media vuelta y se fue...—explicó Draco.

—Ha sido horrible ¿Notaron el frío cuando entró? —dijo Neville, en voz más alta de lo normal, para luego palidecer al verse rodeado solo de Slytherin, grito de forma aguda y se fue corriendo, como alma que lleva el diablo, me hubiera reído si no fuera porque estoy adolorido y aturdido.

—Yo tuve una sensación muy rara, como si no pudiera ya volver a sentirme contento... —respondió Blaise, moviendo los hombros con inquietud. Pansy, que estaba encogida en su rincón y parecía sentirse casi tan mal como yo, sollozó. Daphne se le acercó y le pasó un brazo por detrás, para reconfortaría.

Algo de lo que me di cuenta, es la forma en que un dementor afecta a las personas, es a nivel emocional, dependiendo de la tragedia que pasa la persona mayor es el efecto negativo que estos seres provocan en nosotros, en mi caso estoy débil y tembloroso, como si me estuviera recuperando de una mala gripe. No me sorprende que me afecte más, mi infancia no fue la mejor, las malas experiencias en mi vida son muchas.

El profesor Lupin regresó. Se detuvo al entrar; miró alrededor.

—No he envenenado el chocolate, ¿saben? —dijo con una breve sonrisa. De forma desinteresada y aun pensando en las diferentes hipótesis del porque sus efectos fueron más fuertes en mí. Al morder el chocolate sentí que algo calentaba mi cuerpo y que el calor se extendía hasta los dedos de las manos y pies.

—Llegaremos a Hogwarts en diez minutos ¿Te encuentras bien, Harry? —dijo el profesor Lupin, lo miré con mucha frialdad, pero asentí.

No hablamos apenas durante el resto del viaje. Finalmente se detuvo el tren en la estación de Hogsmeade, y se formó mucho barullo para salir del tren: las lechuzas ululaban, los gatos maullaban. En el pequeño andén hacía un frío que pelaba; la lluvia era una ducha de hielo.

—¡Por aquí los de primer curso! —gritaba una voz familiar. Al voltearnos vimos la silueta gigante de Hagrid en el otro extremo del andén, indicando por señas a los nuevos estudiantes que estaban algo asustados, se adelantaran para iniciar el tradicional recorrido por el lago.

Este año será realmente agotador para mí, tengo que encontrar la manera que los dementores no me afecten, no sé qué hare, pero algo se me ocurrirá, tengo que escribirle a padre sobre lo ocurrido sé que no le gustara y armara un alboroto, pero prefiero decirle yo, antes de que se entere por otra persona.

Notas finales:

Gracias a todos por leer, espero que les haya gustado, cualquier cosa ya saben reviews o pueden mandarme un msm a mi face.

Nos seguimos leyendo

Bella.


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