Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vestigia in mendacio por BellatrixBlack25

[Reviews - 517]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los personajes de Harry Potter no me pertenecen son de J.K Rowling.

Summary: Harry es un niño con una inteligencia, astucia y actitud que muchas personas no esperaban en él, además de que poco a poco se va dando cuenta que los hechos y las personas no son como se dan a conocer, dejando detrás de ellos rastros de mentiras que Harry va descubriendo. Luchando también contra las personas que quieren controlarlo y matarlo solo por ser quien es.

Parsel- "Hola"

Hechizos- Accio

Recuerdos- [Hola]

He reeditado los capis anteriores por lo que para las que no lo lean de nuevo le cambié el nombre a la serpiente de Harry quise darle un nombre original y Callidus me gusto porque significa Astucia o Inteligencia bueno eso es todo disfruten del capi.

Capítulo 14 Moony

Pov Harry

Con ayuda de Draco y Blaise, logre subir al coche, Longbottom es un patoso, por su culpa me torci el tobillo. Mientras el coche avanzaba lentamente hacia las verjas de hierro flanqueadas por columnas de piedras, vi a otros dos dementores encapuchados y descomunales, que montaban guardia a cada lado. Estuve a punto que me diera otro frío vahído. Me recliné en el asiento y cerré los ojos hasta que hubiéramos atravesado la verja. Mientras no encuentre una forma de defenderme de esas criaturas no quiero tenerlas cerca.

El carruaje cogió velocidad por el largo y empinado camino que llevaba al castillo; Vincent se asomaba por la ventanilla para ver acercarse las pequeñas torres, Theo ignoraba todo por leer el libro de runas antigua, no es algo que necesité hacer ya que lo leí en vacaciones. Finalmente, el carruaje se detuvo y bajamos, en el otro coche iban Daphne, Pansy y Gregory.

—¿Te has desmayado, Potter? ¿Es verdad lo que dice Longbottom? ¿Realmente te desmayaste? —dijo Weasley con burla.

—¡Lárgate, Weasley! —dijo Draco con frialdad.

—¿Tú también te desmayaste, Malfoy? ¿También te asustó a ti el viejo dementor; Malfoy? —preguntó Granger con burla, levantando la voz, pero nadie se reía, solo Weasley, el resto pasaba sin siquiera detenerse, despues de todo no son tan idiotas para meterse con nosotros.

—¿Hay algún problema? —preguntó una voz amable. El profesor Lupin acababa de bajarse de la diligencia que iba detrás de nosotros, mire como Weasley lo vio de forma insolente, los remiendos de su ropa y su maleta desvencijada, lo que no comprendo, cuál es su prejuicio y asco, su familia no tiene tanto dinero que digamos, sus ropas lo dicen todo.

—Oh, no, eh... profesor... —miro a Granger y subieron los dos al castillo.

—Pero que idiotas—espeto Daphne mirándolos irse molesta. Con ayuda de Draco, subí a paso de tortuga las estúpidas escaleras, solo medio apoyaba el pie y siento como si miles de clavos me lo atravesaran.

—¡Potter! ¡Malfoy! —el profesor Snape, nos esperaba con una expresión severa, sus penetrantes ojos no apartaban la vista de nosotros. Lo acompañamos, me di cuenta que nos dirigíamos a su despacho.

—El profesor Lupin ha enviado una lechuza comunicando que te sentiste indispuesto en el tren Potter, veo que no estaba equivocado—no lo negué, el solo hecho de que Draco está haciendo de bastón lo dice todo. Se sentó detrás de su escritorio, nosotros hicimos lo mismo solo que enfrente de él.

Antes de que pudiera responder; oí llamar suavemente a la puerta y Madame Pomfrey, la enfermera entro, la mire de forma indiferente.

—Ha sido un dementor; Poppy, además de que el idiota de Longbottom le torció el tobillo—dijo el profesor Snape. Cambiaron una mirada sombría y la señora Pomfrey chascó la lengua con reprobación.

—Poner dementores en un colegio. No será el primero que se desmaya. Sí, está empapado en sudor. Son seres terribles, y el efecto que tienen en la gente que ya de por sí es delicada... —murmuró echando para atrás mi silla y apoyando una mano en mi frente.

—¡Yo no soy delicado! —sisee con frialdad, ofendido.

—Por supuesto que no —admitió distraídamente Madame Pomfrey, tomándome el pulso.

—Solo necesito que sane mi tobillo, es la única molestia que tengo—repuse tranquilamente, no pienso perder mi mascara.

—Bueno. Al menos tendría que tomar chocolate —dijo Madame Pomfrey, ignorando lo que le dije, escuche a Draco bufar.

—Ya ha tomado un poco. El profesor Lupin nos dio a todos—murmuro Draco mirándose las uñas con indiferencia.

—¿Sí? ¡Así que por fin tenemos un profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que conoce los remedios! —dijo con aprobación Madame Pomfrey, mire la mueca de desprecio que hizo el profesor Snape, pero no dijo nada.

—¿Estás seguro de que te sientes bien, Potter? —preguntó Madame Pomfrey.

—Sí —dije una vez que me sano el pie, lo cual estoy realmente agradecido, además de lastimarme, el idiota chico sapo conto lo que paso. Cuando por fin se fue suspire aliviado.

Al entrar al gran comedor vimos las cuatro mesas largas estaban llenas de estudiantes. Sus caras brillaban a la luz de las velas. El profesor Flitwick, salió con un viejo taburete de tres patas.

—¡Nos hemos perdido la selección! —dijo Draco en voz baja. Nos encaminamos a nuestra mesa y nos sentamos en los lugares que los chicos nos guardaron.

—¿Cómo te sientes Harry? —pregunto Pansy apartándome un mechón de cabello que caía en mi rostro, escuche gruñidos de nuestra mesa y de las otras casas, solo sonrió con malicia, suspire con exasperación, ellas suelen hacer eso con todos nosotros, Draco dice que están locas y que no le hagamos caso. Se perfectamente que ya están en la etapa de querer novio, algo que veo innecesario para la edad que tenemos.

—Bien, la única molestia era el tobillo, el cual ya fue sanado—dije con una media sonrisa.

—Estupendo, ahora que haremos para vengarnos del chico sapo por boca floja, si él no hubiera entrado a nuestro compartimento nadie se hubiera enterado de lo ocurrido—dijo Theo con seriedad, sinceramente hacerle algo a ese idiota me parece una pérdida de tiempo, pero sé que ellos no lo dejaran pasar.

—Estoy abierto a sugerencias, pero nada que lo traume de por vida, aunque creo que con amenazarlo será más que suficiente, con lo asustadizo que es, se torturara el mismo pensando en lo que le haremos por hablar—dije con tranquilidad.

—Estoy de acuerdo, además a quien debemos de fastidiar es a Weasley—dijo Draco con frialdad. Todos asintieron dandole la razón.

—¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que decirles a todos, y como una es muy seria, la explicaré antes de que nuestro excelente banquete los deje aturdidos. Como todos saben después del registro que ha tenido lugar en el expreso de Hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio a algunos dementores de Azkaban, que están aquí por asuntos relacionados con el Ministerio de Magia—hizo una pausa, es tan dramatico.

—Están apostados en las entradas a los terrenos del colegio, y tengo que dejar muy claro que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio sin permiso. A los dementores no se les puede engañar con trucos o disfraces, ni siquiera con capas invisibles —continuó Dumbledore, añadió como quien no quiere la cosa, sé que lo dijo por mí.

—No está en la naturaleza de un dementor comprender ruegos o excusas. Por lo tanto, les advierto a todos y cada uno de ustedes que no deben darles ningún motivo para que les hagan daño. Confío en los prefectos y en los últimos ganadores de los Premios Anuales para que se aseguren de que ningún alumno intenta burlarse de los dementores—dijo con seriedad. Recorrió la sala con una mirada muy seria y nadie movió un dedo ni dijo nada.

—Por hablar de algo más alegre, este año estoy encantado de dar la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Lupin, que amablemente ha accedido a enseñar Defensa Contra las Artes Oscuras—continuó. Hubo algún aplauso aislado y carente de entusiasmo, aplaudí y toda la mesa de Slytherin me siguió, lo hago porque me ayudo, pero me sigue pareciendo ingenuo e idiota, lo detesto.

—En cuanto al otro último nombramiento, siento decirles que el profesor Kettleburn, nuestro profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas, se retiró al final del pasado curso para poder aprovechar en la intimidad los miembros que le quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar lo ocupará nada menos que Rubeus Hagrid, que ha accedido a compaginar estas clases con sus obligaciones de guardabosques—prosiguió Dumbledore cuando se apagó el tibio aplauso para el profesor Lupin, sinceramente por mucho que estime un poco a Hagrid, no creo que esté capacitado para este puesto, además de su fascinación por las criaturas peligrosas. Si el libro es un indicio de su forma de enseñar. Al día siguiente nos dirigimos a nuestras clases.

Vincent, Gregory y Blaise prefirieron adivinación, por lo que ellos se fueron a la torre norte, nosotros nos dirigimos a la clase de Aritmancia, que está ubicada en el séptimo piso.

Al entrar no pude evitar hacer una mueca al ver a Granger, porque no me sorprende, su sola presencia ya hace que la clase sea tediosa.

—Buenos días mi nombre es Septima Vector, para empezar, les daré la definición. Aritmancia es una disciplina mágica que estudia las propiedades mágicas de los números, incluyendo también la predicción del futuro con números y numerología. Aquellos que practican esta disciplina son llamados "aritmánticos". Como pueden ver tambien predeciremos el futuro solo que utilizando otros métodos—dijo con seriedad.

Otra clase selectiva que escogí fue alquimia, tambien dada por la profesora Vector, solo que esta es impartida en la noche, despues de cenar, ninguno quiso inscribirse, por lo general son pocos los estudiantes que saben de esta clase, todos piensan que aprenderán hacer una piedra como la de Nicolás Flamel, cuando leen el temario se desaniman y no la toman, pero a mí me encanta, quiero aprender sobre todo tipo de magia existente.

Debido a esto, no me quedara nada de tiempo libre, estaré todo el tiempo de clase en clase y entrenamiento de quidditch, solo descansare cuando coma. El máximo de clases a escoger son tres, si se tiene la capacidad cuatro, hubiera escogido más, si las otras clases electivas fueran útiles, Estudios muggle: innecesario, Adivinación: estúpida y una pérdida de tiempo, por lo que solo me quedaba, Runas antiguas, Alquimia, Cuidado de criaturas mágicas y Aritmancia, las cuales me encantan y no dude de tomar todas.

La clase trascurrió sin problema alguno, lo único molesto fue ver a Granger desesperada por responder todas las preguntas.

—"Maestro, siento la presencia del viejo rondando el aula" —siseo Callidus, quien se encuentra en este momento en mi oreja. Eso es raro, será que ya se está moviendo. Ya estoy en tercero y no he hecho todo lo que el sombrero me sugiero, no he buscado a Lady Hogwarts, pero con todo lo que ha pasado lo olvide. Pero será mejor que lo empiece hacer, no sé qué trama, pero no será bueno para mí. Solté un suspiro y trate de ignorar que el viejo anda cerca.

Me encanto salir del castillo despues del almuerzo, Callidus detesta estar encerrada en el castillo todo el tiempo, mire como se deslizaba por los arbustos, para cualquiera sería un gusano por el tamaño que tiene en este momento, sé que se fue a cazar. Mientras nos dirigimos a la clase de Cuidados de Criaturas Mágicas.

Hagrid nos aguardaba en la puerta de la cabaña. Estaba impaciente por empezar; cubierto con su abrigo de ratina, y con Fang, a sus pies.

—¡Vamos, dense prisa! ¡Hoy tengo algo especial para ustedes! ¡Una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, síganme! —gritó a medida que nos aproximábamos.

—¡Acérquense todos a la cerca! Asegúrense de que tienen buena visión, lo primero que tienen que hacer es abrir los libros…—gritó de nuevo.

—¿De qué modo? —dijo Granger contrariada de no saber algo.

—¿Qué? —dijo Hagrid.

—¿De qué modo abrimos los libros? —repitió Granger. Sacó su ejemplar de El monstruoso libro de los monstruos, que había atado con una cuerda. Otros lo imitaron. Logre leerlo gracias a Nicholai y les informe a los chicos como abrirlos por lo que ninguno tuvo problemas con eso.

—¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? —preguntó Hagrid decepcionado.

—Nosotros logramos abrirlos, fue sencillo, pero explícales a los gatitos—dijo con superioridad Daphne.

—Tienen que acariciarlo, miren —dijo Hagrid, como si fuera lo más obvio del mundo. Cogió el ejemplar de Granger y desprendió el celo mágico que lo sujetaba. El libro intentó morderle, pero Hagrid le pasó por el lomo su enorme dedo índice, y el libro se estremeció, se abrió y quedó tranquilo en su mano. Despues de eso se fue al bosque para presentarnos las criaturas mágicas que eligió.

Trotando en nuestra dirección se acercaba una docena de criaturas. Tenían el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, pero las patas delanteras, las alas y la cabeza de águila gigante. El pico era del color del acero y los ojos de un naranja brillante. Las garras de las patas delanteras eran de quince centímetros cada una y parecían armas mortales. Cada bestia llevaba un collar de cuero grueso alrededor del cuello, atado a una larga cadena. Hagrid sostenía en sus grandes manos el extremo de todas las cadenas. Se acercaba corriendo por el prado, detrás de las criaturas.

¡Hipogrifos! ¿A que son hermosos? —gritó Hagrid alegremente, haciéndonos una señal con la mano. Comprendo porque los llama hermosos, se puede apreciar la majestuosidad del animal.

—Lo primero que tienen que saber de los hipogrifos es que son orgullosos. Se molestan con mucha facilidad. Nunca ofendan a ninguno, porque podría ser lo último que hagan —dijo Hagrid, todos hicimos reverencia para que el hipogrifo nos permitiera tocarlo. La clase trascurrió sin problema, tengo que admitir que no estuvo mal, Draco esta extasiado, dijo que le pediría a su padre que le compre un hipogrifo.

Los días pasaron sin contratiempo, pensé que el viejo se había olvidado de cualquier plan que se le haya ocurrido, pero fue un error porque en este momento sostengo una nota donde me cita en su oficina, he estado practicando mi oclumancia, no creo que se atreva a entrar en mi mente, pero por si acaso mantendré la mirada en mi regazo.


Pov Dumbledore

Decidí despues de dos años acercarme al chico, quiero empezar a manipularlo para que acepte cambiar de casa, si es posible separarlo de Black, o lograr que ese desgraciado me sea fiel de nuevo. Unos golpes en la puerta me distrajeron.

—Pase señor Potter ¿Un caramelo de limón? —pregunte con tranquilidad. Cuando se sentó en el lugar que le indique.

—No gracias—siseo con frialdad, no me mira a los ojos, lo que es claro indicio que sabe que puedo leer su mente, si intento entrar por muy sutil que sea, se daría cuenta debido a que es algo que espera que haga.

—Le han hablado de sus padres señor Potter, eran grandes personas, ambos Gryffindor, su madre era una mujer muy inteligente, que no se llevaba bien con los Slytherin ya que era hija de muggle, en realidad los odiaba, simplemente no toleraba que fueran tan puristas, su padre era un excelente jugador de quidditch, les gustaba hacer bromas, las más pesada y crueles eran para las serpientes por como trataban a tu madre—espere ver alguna reacción, pero su mirada no cambio.

—Agradezco que quiera que conozca un poco mejor a mis padres, muy amable de su parte mostrar tal desinterés—dijo con sarcasmo, apreté los dientes para luego relajar mi rostro y sonreír, espero que no se haya dado cuenta de mi desliz.

—Le cuento esto, porque supongo que debe de estar consternado de pertenecer a una casa que sus padres odian, por eso por primera vez en Hogwarts, le permitiré cambiarse casa, estoy seguro que los Gryffindor lo recibirán con los brazos abiertos—dije ignorando el sarcasmo que uso, lo mire con fingida preocupación.

—Supone mal, no tengo el mas mínimo interés de cambiar de casa, si mis padres por algún motivo odiaban Slytherin, es algo que no me afecta en lo más mínimo, los aprecio, pero eso no quiere decir que viviré bajo las expectativas que muchos consideran que ellos querrían de mí, agradezco su preocupación, pero como puede ver no es necesario—murmuro con frialdad.

—Es decepcionante que desestime de esa forma el sacrificio de sus padres, debería de cambiar a Gryffindor como tributo, solo díganme que si, en seguida llamare a su jefe de casa y a la profesora McGonagall quien sería su nueva jefa—trate de persuadirlo, es mi arma y no puedo permitir que se eche a perder en esa casa.

—Le agradecería que dejara de insistir, no pienso cambiar de casa, si es todo lo que me quería decir me tengo que ir—solo pude asentir, porque si hablaba se notaría mi furia, no piense que esto se quedara así, encontrare la manera de tenerte en mi poder de nuevo y eso será gracias al idiota del lobo, despues de todo si hay algo sabido de los Black, es que son muy pasionales y si consigo que regresen podre manipularlo.


Pov Harry

Ha pasado una semana desde que hable con el viejo, le escribí a padre informándole todo lo que me dijo ese desgraciado, la respuesta fue que a pesar de que mis padres no se llevaban bien con los Slytherin, no llega al punto de odiarlos, menos mi madre, es algo que sospeche desde el momento que los menciono, quiere hacerme sentir culpable, cosa que no lograra, mi abuelo me advirtió de todas las posibles formas de chantajearme y me enseño como eludirlas todas.

Hoy es la primera clase de defensa contra las artes oscuras, espero que como dijo Madame Pomfrey, Lupin sea un profesor decente.

—Buenas tardes ¿Podrían, por favor; meter los libros en la mochila? La lección de hoy será práctica. Sólo necesitaran las varitas mágicas—dijo Lupin con una sonrisa. Bien estamos empezando bien, nunca hemos tenido una clase, porque la del idiota de Lockhart no cuenta.

—Bien, si tienen la amabilidad de seguirme... —dijo el profesor Lupin cuando todo el mundo estuvo listo. Desconcertado, pero con interés, nos pusimos de pie y salimos del aula, nos condujo por un largo corredor, doblando la esquina al primero que vimos fue a Peeves, que flotaba boca abajo en medio del aire y tapaba con un chicle rojo el ojo de una cerradura, no levanta la vista hasta que el profesor Lupin estuvo a medio metro. Entonces sacudió los pies de dedos retorcidos y se puso a cantar una monótona canción:

—Locatis Moony Lupin, locatis Moony Lupin, locatis Moony Lupin... —Aunque casi siempre era desobediente y maleducado, Peeves solía tener algún respeto por los profesores. Todos miramos de inmediato al profesor Lupin para ver cómo se lo tomaría. Ante nuestra sorpresa, el mencionado seguía sonriendo.

—Yo en tu lugar quitaría ese chicle de la cerradura, Peeves. El señor Filch no podrá entrar a por sus escobas. —dijo amablemente, pero Peeves lo ignoro y soltó una sonora pedorreta. El profesor Lupin suspiró y sacó la varita mágica.

—Es un hechizo útil y sencillo. Por favor; estén atentos—nos dijo, volviendo la cabeza. Alzó la varita a la altura del hombro.

— ¡Waddiwasi! —dijoy apuntó a Peeves. Con la fuerza de una bala, el chicle salió disparado del agujero de la cerradura y fue a taponar la fosa nasal izquierda de Peeves; éste ascendió dando vueltas como en un remolino y se alejó como un bólido, zumbando y echando maldiciones.

—¡Increíble, profesor! —dijo Dean Thomas, asombrado.

—Gracias, Dean ¿Continuamos? —respondió el profesor Lupin, guardando la varita. No pusimos en marcha, hoy pienso vigilarlo bien, quiero saber qué fue lo que mi padre vio en él, buen amigo y amante no es, se puede decir que es inteligente, aunque aún dudo de dicha inteligencia. Nos detuvimos justo frente a la puerta de la sala de profesores.

—Entren, por favor —dijo el profesor Lupin abriendo la puerta y cediendo el paso.

En la sala de profesores, una estancia larga, con paneles de madera en las paredes y llena de sillas viejas y dispares, no había nadie salvo un profesor. Snape estaba sentado en un sillón bajo y observó a la clase mientras ésta penetraba en la sala. Los ojos le brillaban y en la boca tenía una sonrisa desagradable. Cuando el profesor Lupin entró y cerró la puerta tras él.

—Déjela abierta, Lupin. Prefiero no ser testigo de esto. —dijo Snape, se puso de pie y pasó entre los alumnos. Su toga negra ondeaba a su espalda. Ya en la puerta, giró sobre sus talones.

—Posiblemente no le haya avisado nadie, Lupin, pero Neville Longbottom está aquí. Yo le aconsejaría no confiarle nada difícil. A menos que la señorita Granger le esté susurrando las instrucciones al oído—sonrei con burla, Draco fue menos discreto ya que se rio. Longbottom se puso colorado, desde que los chicos lo amenazaron se la pasa temblando y pegando chillidos cada vez que nos mira.

—Ahora —dijo el profesor Lupin llamando la atención del fondo de la clase, donde no había más que un viejo armario, cuando se acercó, el armario tembló de repente, golpeando la pared.

—No hay por qué preocuparse. Hay un boggart ahí dentro—dijo con tranquilidad el profesor Lupin, muchos retrocedieron, no vi la necesidad de hacerlo, cuando era pequeño me topé con varios boggart, el abuelo dijo que enfrentarnos a nuestros miedos es una manera de volvernos más fuertes, el problema es que no sé cuál será mi miedo ahora, ya que desde que me he topado con estas criaturas he estado superándolos. Pero temo que tome la apariencia del abuelo, aun me despierto con terror cada vez que sueño con su muerte.

Casi todos pensaban que un boggart era algo preocupante. Longbottom dirigió al profesor Lupin una mirada de terror y Seamus Finnigan vio con aprensión moverse el pomo de la puerta.

—A los boggarts les gustan los lugares oscuros y cerrados: los roperos, los huecos debajo de las camas, el armario de debajo del fregadero... En una ocasión vi a uno que se había metido en un reloj de pared. Se vino aquí ayer por la tarde, y le pregunté al director si se le podía dejar donde estaba, para utilizarlo hoy en una clase de prácticas. La primera pregunta que debemos contestar es: ¿qué es un boggart? —prosiguió el profesor Lupin, Granger levanto la mano como siempre, pero Lupin la ignoro y me señalo, mire como eso me gano una mirada de odio que la chica obsesiva me lanzo.

—Es un ser que cambia de forma. Puede tomar la forma de aquello que más miedo nos da—dije con seriedad.

—Yo no lo podría haber explicado mejor —admitió el profesor Lupin, y Hermione se puso roja de rabia.

—El boggart que está ahí dentro, sumido en la oscuridad, aún no ha adoptado una forma. Todavía no sabe qué es lo que más miedo le da a la persona del otro lado. Nadie sabe qué forma tiene un boggart cuando está solo, pero cuando lo dejemos salir; se convertirá de inmediato en lo que más temamos. Esto significa que ya antes de empezar tenemos una enorme ventaja sobre el boggart. ¿Sabes por qué, Harry? —prosiguió el profesor Lupin, optando por no hacer caso de los balbuceos de terror de Neville

—Porque somos muchos y no sabe por qué forma decidirse—dije tranquilamente, tratando de ignorar los brincos que Granger daba para que el profesor la tome en cuenta, eso es realmente molesto.

—Exacto. Siempre es mejor estar acompañado cuando uno se enfrenta a un boggart, porque se despista. ¿En qué se debería convertir; en un cadáver decapitado o en una babosa carnívora? En cierta ocasión vi que un boggart cometía el error de querer asustar a dos personas a la vez y el muy imbécil se convirtió en media babosa. No daba ni gota de miedo. El hechizo para vencer a un boggart es sencillo, pero requiere fuerza mental. Lo que sirve para vencer a un boggart es la risa. Lo que tienen que hacer es obligarle a que adopte una forma que ustedes encuentren cómica. Practicaremos el hechizo primero sin la varita. Repitan conmigo: ¡Riddíkulo! —dijo el profesor Lupin. Granger bajó la mano algo decepcionada—

¡Riddíkulo! —dijimos todos a la vez. Solo lo hice para aparentar, ese hechizo lo tuve que aprender para evitar tener que ver mis miedos todo el tiempo.

—Bien, muy bien. Pero me temo que esto es lo más fácil. Como veis, la palabra sola no basta. Y aquí es donde entras tú, Neville—dijo el profesor Lupin.

El armario volvió a temblar. Aunque no tanto como Longbottom, que avanzaba como si se dirigiera a la horca.

—Bien, Neville, empecemos por el principio: ¿qué es lo que más te asusta en el mundo? —prosiguió el profesor Lupin, mire a Longbottom mover los labios, pero no salió nada de ellos.

— Perdona, Neville, pero no he entendido lo que has dicho —dijo el profesor Lupin, sin enfadarse. Miró a su alrededor; con ojos despavoridos, como implorando ayuda. Cuando nos miró se puso más pálido y empezó a temblar.

—El profesor Snape—levante una ceja ante su miedo, es estúpido temerle, pero no comente nada.

—El profesor Snape... mm... Neville, creo que vives con tu abuela, ¿es verdad? —pregunto pensativo Lupin.

—Sí, pero no quisiera tampoco que el boggart se convirtiera en ella. —respondió nervioso.

—No, no. No me has comprendido. Lo que quiero saber es si podrías explicarnos cómo va vestida tu abuela normalmente. —dijo el profesor Lupin, sonriendo.

—Bueno, lleva siempre el mismo sombrero: alto, con un buitre disecado encima; y un vestido largo... normalmente verde; y a veces, una bufanda de piel de zorro—no pude evitar hacer una mueca cuando me imaginé semejante atuendo.

—¿Y bolso? —le ayudó el profesor Lupin.

—Sí, un bolso grande y rojo —confirmó Neville.

—Bueno, entonces, ¿puedes recordar claramente ese atuendo, Neville? ¿Eres capaz de verlo mentalmente? —pregunto el profesor Lupin.

—Sí —dijo Neville, con inseguridad, preguntándose qué pasaría a continuación.

—Cuando el boggart salga de repente de este armario y te vea, Neville, adoptará la forma del profesor Snape. Entonces alzarás la varita, así, y dirás en voz alta: ¡Riddíkulo!, concentrándote en el atuendo de tu abuela. Si todo va bien, el boggart-profesor Snape tendrá que ponerse el sombrero, el vestido verde y el bolso grande y rojo —dijo Lupin, todos los Gryffindor soltaron una carcajada, Draco se ve disgustado y las chicas miraban con desagrado a Lupin, no las culpo en antiético burlarse de esa forma de un profesor, menos de uno a quien en verdad admiro, despues de toda la clase de pociones es una de mis preferidas, el profesor Snape acepto darme clases extras.

—Si a Neville le sale bien, es probable que el boggart vuelva su atención hacia cada uno de nosotros, por turno. Quiero que ahora todos dediquen un momento a pensar en lo que más miedo les da y en cómo pueden convertirlo en algo cómico... —añadió el profesor Lupin.

—¿Todos preparados? —preguntó el profesor Lupin. Todos asintieron, sinceramente no sé qué miedo me pueda surgir, aunque es probable que aparezca el abuelo, no sé cómo cambiar ese suceso a algo cómico.

—Nos vamos a echar todos hacia atrás, Neville, para dejarte el campo despejado. ¿De acuerdo? Después de ti llamaré al siguiente, para que pase hacia delante... Ahora todos hacia atrás, así Neville podrá tener sitio para enfrentarse a él—dijo el profesor Lupin.

Todos nos retiramos, arrimándonos a las paredes, y dejamos a Longbottom solo, frente al armario. Estaba pálido y asustado, pero se había arremangado la túnica y tenía la varita preparada.

—A la de tres, Neville. A la una... a las dos... a las tres... ¡ya! —dijo el profesor Lupin, que apuntaba con la varita al pomo de la puerta del armario.

Un haz de chispas salió de la varita del profesor Lupin y dio en el pomo de la puerta. El armario se abrió de golpe y el profesor Snape salió de él, con su nariz ganchuda y gesto amenazador. Fulminó a Neville con la mirada.

¡Ri... Riddíkulo! dijo Neville. Se oyó un chasquido como de látigo. Snape tropezó: llevaba un vestido largo ribeteado de encaje y un sombrero alto rematado por un buitre apolillado. De su mano pendía un enorme bolso rojo. Es realmente humillante ver a nuestro jefe de casa asi. Todos los estúpidos gatos y Lupin se rieron, pero al ver nuestras miradas, se aclaró la garganta y llamo al siguiente alumno.

—¡Parvati! ¡Adelante! —mire como la chica avanzó, con el rostro tenso. Snape se volvió hacia ella. Se oyó otro chasquido y en el lugar en que había estado Snape apareció una momia cubierta de vendas y con manchas de sangre; había vuelto hacia Parvati su rostro sin ojos, y comenzó a caminar hacia ella, muy despacio, arrastrando los pies y alzando sus brazos rígidos...

¡Riddíkulo! gritó Parvati. Se soltó una de las vendas y la momia se enredó en ella, cayó de bruces y la cabeza salió rodando.

—¡Seamus! —gritó el profesor Lupin. Seamus pasó junto a Parvati como una flecha.

¡Crac! Donde había estado la momia se encontraba ahora una mujer de pelo negro tan largo que le llegaba al suelo, con un rostro huesudo de color verde: una banshee. Abrió la boca completamente y un sonido sobrenatural llenó la sala: un prolongado aullido que me puso los pelos de punta.

¡Riddíkulo! gritó Seamus. La banshee emitió un sonido ronco y se llevó la mano al cuello. Se había quedado afónica. ¡Crac! La banshee se convirtió en una rata que intentaba morderse la cola, dando vueltas en círculo; a continuación... ¡crac!, se convirtió en una serpiente de cascabel que se deslizaba retorciéndose, y luego... ¡crac!, en un ojo inyectado en sangre. El boggart cambiaba de forma constantemente. Justo cuando me tocaba el profesor dio por terminada la clase, como temiendo en que se fuera a convertir mi boggart.

—¡Muy bien! Muy bien, Neville. Todos lo habéis hecho muy bien. Veamos... cinco puntos para Gryffindor por cada uno de los que se han enfrentado al boggart... Diez por Neville, porque lo hizo dos veces. Y cinco por Hermione y otros cinco por Harry, por supuesto cinco puntos para todos los Slytherin que pasaron—gritó el profesor Lupin mientras la clase prorrumpía en aplausos.

—Ha sido una clase estupenda, eso es todo, Harry te puedes quedar un momento por favor—les hice señas a los chicos para que se adelantaran. Todos abandonaron entusiasmados la sala de profesores. Cuando todos se fueron por fin hablo.

—Supongo que oiré repetitivo, pero te pareces a tu madre con algunos rasgos de tu padre y por lo que veo varias similitudes con Sirius—dijo con una sonrisa melancólica.

—¿Qué quiere? profesor—lo último lo agregue para que mi pregunta no sonara tan golpeada.

—Solo conocerte, no sé si Sirius te conto, pero nos conocemos de niños, todos éramos amigos—sonrió de forma amable.

—Mi padre me conto todo, incluyendo su noviazgo, si soy sincero no deseo entablar ningún tipo de relación personal con usted, le agradecería que solo me hablara sobre asunto escolares, con permiso—dije yéndome sin permitirle decir nada más, algo me dice que será un dolor de cabeza.


Pov Remus

No pude evitar sentir un gran dolor al escucharlo hablar tan fríamente conmigo, en eso no se parece en nada a sus padres, pensé que mencionándolo despertaría su curiosidad, pero lo único que conseguí fue alejarlo más.

—¿Qué pasa Lupin? Tan mal fue la clase—siseo burlescamente Snape.

—Todo salió de maravilla, solo que trate de acercarme a Harry, mencione a sus padres esperando que preguntara, no salió como esperaba, se negó a relacionarse conmigo a menos que sea algo académico—suspire desanimado.

—Acaso crees que tratas con un Gryffindor sentimental, el chico es un Slytherin de los pies a la cabeza, no esperes que se sorprenda o entusiasme con algo tan trivial, sus padres nunca estuvieron en su vida por más que lo hayan salvado, es un niño inteligente que piensa primero en sus propios intereses, si quieres acercarte a él, hazlo como te dijo, académicamente, ya encontraras algo que le llame la atencion, si me disculpas debo de dar clases a los mocosos infernales de primero—se fue ondeando su túnica.

Soy un idiota, pero aún es posible acercarme como dijo Snape, solo espero que tenga razón, quiero ser aceptado por las dos personas que más amo, mi soulmate y mi cachorro. Solo espero poder tener la oportunidad de hacerlo.

Notas finales:

Hola chicas y chicos espero que les haya gustado, dudas, sugerencia o cualquier, escríbanme reviews o escríbanme en mi face. Por cierto Soulmate es alma gemela o pareja.

Nos seguimos leyendo

Bella.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).