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Vestigia in mendacio por BellatrixBlack25

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Notas del capitulo:

Los personajes de Harry Potter no me pertenecen son de J.K Rowling.

Summary: Harry es un niño con una inteligencia, astucia y actitud que muchas personas no esperaban en el, además de que poco a poco se va dando cuenta que los hechos y las personas no son como se dan a conocer, dejando detrás de ellos rastros de mentiras que Harry va descubriendo. Luchando también contra las personas que quieren controlarlo y matarlo solo por ser quien es.

Parsel- “Hola”

Hechizos- Accio

Recuerdos- [Hola]

Capitulo 5 Aliados y enemigos

Pov Harry

Después de tranquilizarme me di cuenta de que las oportunidades de tener amigos se redujeron drásticamente, Callidus estaba acostada en mi cama, supongo que sera la única amiga que tenga.

—No me atacara ¿cierto? —dijo Draco desde la puerta, vi que miraba con miedo a Callidus, pero no se veía molesto o intimidado conmigo.

—No, ella ataca solo a los que me molestan—espere su reacción, en verdad me caía bien.

— ¡Oh! Entonces no me tengo que preocupar porque seremos amigos—por la forma que lo dijo es como si no tuviera duda alguna y eso me alegro.

—Ya que seremos amigos, llámame Harry—aun no sé si es de confianza, ya veremos.

— Draco— sonrió como si acabara de realizar una gran hazaña y se fue a su baúl para coger su pijama y se dirigió al baño, yo hice lo mismo pero espere a que el saliera para poder tomar una larga ducha. Cuando estuve en mi cama no pude estar emocionado.

—Buenas noches Harry—dijo bostezando y cobijándose hasta el cuello.

—Buenas noches—a los minutos ya estaba en los brazos de Morfeo, con Callidus abrigándome.

Ya había pasado una semana desde que estoy en Hogwarts, estar en el castillo es realmente fascinante. Aunque hay ocasiones que simplemente me desespera a pesar del tiempo que llevo aquí, los murmullos me siguen desde el momento en el que salgo de la sala común. Los alumnos que esperan fuera de las aulas se ponen de puntillas para mirarme, o se daban la vuelta en los pasillos, observándome con atención. Deseaba que no lo hicieran, porque intentaba concentrarme para encontrar el camino a clase y si me equivoco los chicos me hechizaran.

—Son realmente fastidiosos—dije viendo molesto a un chico que ni siquiera disimulaba. Draco solo asintió dándome la razón, íbamos con los chicos que se animaron a hablarme después de lo ocurrido, en realidad son casi todos los de primer año, además de Draco están Blaise, Theo, Pansy, Daphne, Greg y Vin.

Gracias a Merlín estoy en Slytherin es lo único que evita que se acerquen, eso y el hecho de las miradas envenenadas que le lanzamos todos, por suerte lo chicos no me temen en realidad me admiran y me tienen sana envidia como la llamo Blaise al ver que puedo hablar parsel, Tenemos todas las clases con Gryffindor según nos dijo el profesor Snape fue un cambio de última hora, yo veo la enorme nariz de Dumbledore metida en esto. Por suerte mi memoria es buena y puedo recordar cada ruta que los prefectos nos han mostrados.

En Hogwarts había 142 escaleras, algunas amplias y despejadas, otras estrechas y destartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes. Otras tenían un escalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar. Después, había puertas que no se abrían, a menos que uno lo pidiera con amabilidad o les hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sino sólidas paredes que fingían ser puertas. Por desgracia incluso para mi es difícil recordar dónde estaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente y debido a esto me tengo que concentrar y fijarme hasta en el mas mínimo detalle. Las personas de los retratos seguían visitándose unos a otros, estaba seguro de que las armaduras podían andar.

Los fantasmas tampoco ayudaban. Siempre era una desagradable sorpresa que alguno se deslizara súbitamente a través de la puerta que se intentaba abrir. Nick Casi Decapitado siempre se sentía contento de señalar el camino indicado a los nuevos Gryffindors, nuestro fantasma se encargo de amenazar a Peeves el Duende quese encargaba de poner puertas cerradas y escaleras con trampas en el camino de los que llegaban tarde a clase, para que no nos molestara, lo cual es mucho mejor ya que también les tiraba papeleras a la cabeza, corría las alfombras debajo de los pies del que pasaba, les tiraba tizas o, invisible, se deslizaba por detrás, cogía la nariz de alguno y gritaba: ¡Tengo tu nariz!

—Tenemos suerte de que Harry tenga buena memoria o llegaríamos siempre tarde—dijo Daphne. Aun no confió por completo en ellos, tengo que evaluarlos, descifrar sus personalidades, lo cual sera difícil, ya que al igual que yo ellos tienen sus propias mascaras, solo que la suya es de indiferencia. Supongo que cuando estemos en confianza, saldrán a relucir sus verdaderas personalidades.

—Aunque tengamos que soportar algunos idiotas—dijo Pansy mirando mal a unos Ravenclaw que se quedaron viéndome como si fuera un peligro ambulante.

—No se puede tener todo—dijo Blaise con burla.

—No es como si a mí me gustara, me encantaría hechizarlos—que acaso no se cansan si sera así todo el año, más de uno acabara en la enfermería.

Las clases son interesantes aun no tengo preferidas pero me inclino por transformación y encantamiento aunque todavía no recibimos pociones.

Teníamos que estudiar los cielos nocturnos con sus telescopios, cada miércoles a medianoche, y aprender los nombres de las diferentes estrellas y los movimientos de los planetas. Tres veces por semana íbamos a los invernaderos de detrás del castillo a estudiar Herbología, con una bruja pequeña y regordeta llamada profesora Sprout, y aprendíamos a cuidar de todas las plantas extrañas y hongos y a descubrir para qué debían utilizarlas.

Pero la asignatura más aburrida era Historia de la Magia, la única clase dictada por un fantasma. El profesor Binns dicen que ya era muy viejo cuando se quedó dormido frente a la chimenea del cuarto de profesores y se levantó a la mañana siguiente para dar clase, dejando atrás su cuerpo. Binns hablaba monótonamente, mientras escribía nombres y fechas, y hacia que El merico el Malvado y Ulrico el Chiflado se confundieran. Ni siquiera me moleste en prestarle atención en esa clase leía o platicaba con Draco.

El profesor Flitwick, que nos da la clase de Encantamientos, era un brujo diminuto que tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Al comenzar la primera clase, sacó la lista y, cuando llegó a mi nombre dio un chillido de excitación y desapareció de la vista.

La profesora McGonagall era siempre diferente. Me di cuenta que es una profesora con la que no quieres meterte en problemas: Estricta e inteligente, nos habló en el primer momento en que nos sentamos, el día de nuestra primera clase.

—Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderán en Hogwarts —dijo con suma seriedad.

—Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya están prevenidos. —después de su advertencia transformó un escritorio en un cerdo y luego le devolvió su forma original. Tengo que admitir que me impresiono un poco, pero no lo suficiente para dejarme con la boca abierta, he adoptado una actitud diferente con los profesores para ellos soy el alumno modelo. Que siempre está pendiente y saca las mejores notas, soy el mejor de los de primer año seguido de Draco quien varía el segundo lugar con Granger una Gryffindor.

Muy pronto me di cuenta de que pasaría mucho tiempo antes de que pudiéramos transformar muebles en animales. Después de hacer una cantidad de anotaciones, nos dio a cada uno una cerilla para que intentaran convertirla en una aguja. Al final de la clase, sólo los conseguimos Hermione Granger, Draco y yo con la diferencia que yo pude revertir el resultado, podía transformar la cerilla en aguja y podía regresarla de nuevo a la normalidad. La profesora McGonagall mostró a todos cómo se había vuelto plateada y puntiaguda y me dedicó a una gran sonrisa y felicito dándome diez puntos, a Granger solo le sonrió, vi como la niña me miraba molesta pero la ignore, Draco solo le sonrió con burla.

La clase que todos esperamos Defensa Contra las Artes Oscuras, siempre me han llamado la atención es una rama de la magia que siempre me gusto, pero las lecciones de Quirrell resultaron ser casi una broma. Su aula tenía un fuerte olor a ajo, y todos decían que era para protegerse de un vampiro que había conocido en Rumania y del que tenía miedo de que volviera a buscarlo. Su turbante, nos dijo, era un regalo de un príncipe africano como agradecimiento por haberlo liberado de un molesto zombi, pero ninguno de nosotros creía demasiado en su historia. Por un lado, porque cuando Seamus Finnigan se mostró deseoso de saber cómo había derrotado al zombi, el profesor Quirrell se ruborizó y comenzó a hablar del tiempo, y por el otro, porque habían notado que el curioso olor salía del turbante, y los gemelos Weasley insistían en que estaba lleno de ajo, para proteger a Quirrell cuando el vampiro apareciera.

— ¿Qué tenemos hoy? —preguntó Blaise a Draco.

—Pociones Dobles con los de Gryffindor —respondió desdeñoso.

—En realidad esta de mas que digas con quien después de todo hemos tenido todas nuestras clases con ellos, en serio incluso los Hufflepuff estarían bien— dije desde que empezaron las clases Ronald Weasley no se cansa de llamarme traidor, lo cual es ilógico y estúpido, claro que siempre acaba hechizado lo que menos tengo es paciencia.

—Supongo que lo dices por la comadreja—dijo Draco con burla.

—Seguro se enamoro de ti, Harry querido porque esa fijación no es normal—dijo Daphne con una sonrisa inocente. Pansy sonrió con burla a las dos les encanta burlarse pero son agradable, en vez de enojarme me divierte aunque a veces llegan a ser insoportables, ellas no se juntan todo el tiempo con nosotros tienen su propio grupo de chicas.

Las clases de Pociones se daban abajo, en un calabozo. Hacía mucho más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, aunque nosotros ya estábamos acostumbrados. Para muchos alumnos era tétrico con todos aquellos animales conservados, flotando en frascos de vidrio, por todas las paredes, pero a mí me parecía fascinante.

El profesor Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante mi nombre, por algún motivo me he dado cuenta que no le caigo bien.

—Ah, sí Harry Potter—murmuro por cómo me mira estoy seguro que está planeando algo.

Vi a Ronald Weasley y sus amigos rieron tapándose la boca. Snape le lanzo una mirada fría y palidecieron, terminó de pasar lista y miró a la clase. Sus ojos eran tan negros como los de Hagrid, pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en túneles oscuros.

—Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo.

—Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudaran que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar— Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Draco y yo intercambiamos miradas con las cejas levantadas. Hermione Granger estaba sentada en el borde de la silla, y parecía desesperada por empezar a demostrar que ella no era un alcornoque.

— ¡Potter!—dijo de pronto Snape, solo suspire.

— ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo? —por suerte me sabia la respuesta no dudo que me quitaría puntos a pesar de ser Slytherin.

—Asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida—dije tranquilamente, vi como se sorprendía pero no desistió.

— ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar? —Granger agitaba la mano tan alta en el aire que no necesitaba levantarse del asiento para que la vieran.

— Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. —dije de igual forma no pensaba parecer un idiota y menos ante él, quiero que me enseñe todo lo que sabe, después de todo es un reconocido maestro de pociones. Snape seguía haciendo caso omiso de la mano temblorosa de Granger que al ver que respondía correctamente me miraba molesta.

— ¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia? —Ante eso, Granger se puso de pie, con el brazo extendido hacia el techo de la mazmorra. Draco la observo y bufo con molestia.

—El acónito y luparia, es la misma planta—dije con una pequeña sonrisa. Vi como asentía conforme.

—Bueno, ¿por qué no lo estáis apuntando todo? Granger baje la mano de una buena vez si quisiera preguntarle algo ya lo hubiera hecho—dijo Snape viéndola con molestia, después de eso solo se escucho un súbito movimiento de plumas y pergaminos.

—Diez puntos por su excelente dominio Potter —dijo Snape viéndome de una forma extraña.

Las cosas no mejoraron para los Gryffindors a medida que continuaba la clase de Pociones. Snape nos puso en parejas, para que mezcláramos una poción sencilla para curar forúnculos. Se paseó con su larga capa negra, observando cómo pesaban ortiga seca y aplastaban colmillos de serpiente, criticando a todo el mundo salvo a Draco y a mí.

En el preciso momento en que les estaba diciendo a todos que miraran la perfección con la que Draco y yo habíamos cocinado a fuego lento los pedazos de cuernos, una multitud de nubes de un ácido humo verde y un fuerte silbido llenó la mazmorra. De alguna forma, Longbottom se las había ingeniado para convertir el caldero de Finnigan en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y haciendo agujeros en los zapatos de los alumnos. En segundos, todos estábamos arriba de nuestros taburetes, mientras que Longbottom, que se había empapado en la poción al volcarse sobre él el caldero, gemía de dolor; por sus brazos y piernas aparecían pústulas rojas.

— ¡Chico idiota! —Dijo Snape con enfado, haciendo desaparecer la poción con un movimiento de su varita.

—Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego, ¿no? —Longbottom lloriqueaba, mientras las pústulas comenzaban a aparecer en su nariz.

—Llévelo a la enfermería —ordenó Snape a Finnigan. Luego se acercó a Weasley y Thomas, que habían estado trabajando cerca de Neville.

—Tú, Weasley. ¿Por qué no le dijiste que no pusiera las púas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien, ¿no es cierto? Éste es otro punto que pierdes para Gryffindor—dijo Snape desquitándose con el ya que se habían llevado al principal responsable, me daría pena si no fuera porque desde que estoy aquí, Weasley no se cansa de insultarme, vi como abría la boca para discutir pero Thomas le dio una patada por debajo del caldero.

Después de la clase como teníamos hora libre nos fuimos al lago, Hagrid me había mandado una nota invitándome a tomar el té, pero pensaba ir mas tarde, no quería ser descortés, Callidus ha estado durmiendo enroscada en mi oreja, ya se la había presentado a los chicos quienes la miraban fascinados.

—Pensé que no te sabrías las respuestas, estuve a punto de tratar de decírtelas sin que el profesor Snape se diera cuenta—dijo Draco, se que lo haría pero gracias a Merlín que el abuelo tenía una librería y hay pocas cosas que no se.

—Por suerte ya me había leído muchos libros de pociones—dije tranquilamente, desde que llegue a Hogwarts me fui a la biblioteca, a leer todo los libros que podía, en verdad hay muchos que el abuelo no tenia y que son temas realmente fascinantes. Nos pusimos a platicar sobre la clase de vuelo que tendríamos pronto, Draco se puso a explicarme la mejor forma de sostener una escoba, también hablamos de quidditch y si entraríamos a formar parte del equipo el año que viene.

—Bueno ¿Quién me acompaña donde Hagrid? —pregunte observándolos a todos, mínimo me llevo a uno conmigo. Y como supuse todos se negaron, antes de que Draco pudiera decir algo lo tome del brazo y me lo lleve hacia la cabaña de Hagrid.

— ¡Oye! Puedo caminar solo—dijo Draco soltándose mientras me miraba molesto.

—Eres mi compañero de cuarto y amigo, así que es tu obligación acompañarme, además tu también me obligas a ir a ver las practicas de quidditch—dije al ver que iba a discutir por lo que cerró la boca.

Hagrid vivía en una pequeña casa de madera, en el borde del bosque prohibido. Una ballesta y un par de botas de goma estaban al lado de la puerta delantera.

Cuando llame a la puerta, oímos unos frenéticos rasguños y varios ladridos. Luego se oyó la voz de Hagrid, diciendo: Atrás, Fang, atrás. La gran cara peluda de Hagrid apareció al abrirse la puerta.

—Entren, Atrás, Fang. —Dijo mientras entramos después de que Hagrid apartara, tirando del collar de un imponente perro negro.

Había una sola estancia. Del techo colgaban jamones y faisanes, una cazuela de cobre hervía en el fuego y en un rincón había una cama enorme con una manta hecha de remiendos.

—Pensé que no vendrías ya sabes como estas en Slytherin pensé que no te gustaría estar con un sirviente del castillo, están en su casa —dijo Hagrid, soltando a Fang, quien intento lanzarse sobre Draco pero este le lanzo una mirada envenenada no pude evitar sonreír al ver como el pobre perro retrocedía y se echaba junto a un enorme sillón. Como Hagrid, Fangera evidentemente mucho menos feroz de lo que parecía.

—Pero que dices Hagrid, no tengo tanto tiempo pero ya vez aquí me tienes por cierto el es Draco Malfoy—dije tranquilamente, Hagrid nos miraba con algo de desconfianza lo que me molesto ya que fue él quien me invito.

—Éste es Ron Weasley, Seamus Finnigan, Dean Thomas y Hermione Granger —dijo Hagrid, que estaba volcando el agua hirviendo en una gran tetera y sirviendo pedazos de pastel.

—No sabíamos que habías invitado a serpientes rastreras Hagrid, si hubiéramos sabido habríamos venido en otra ocasión—dijo Weasley viéndonos con desprecio.

—Lo escuchaste Draco, si aquí los únicos que estamos exponiéndonos a quien sabe que bacterias al estar en tu presencia somos nosotros—dije con burla, Draco rio al ver como se ponía rojo aunque no sé si de la vergüenza o ira.

—Tu…—vi como Granger lo halaba de la manga.

—Recuerda a lo que venimos, ignóralos—murmuro bajo y viéndonos molesta pero de igual forma la escuchamos, tanto Draco como yo solo levantamos la cejas, y como si ellos no estuvieran nos pusimos a contarle a Hagrid como nos fue en clase, solo para tener algo de que hablar.

—Y en lo que se refiere a esa gata, la Señora Norris, me gustaría presentársela un día a Fang. ¿Saben que cada vez que voy al colegio me sigue todo el tiempo? No me puedo librar de ella. Filch la envía a hacerlo—desde hace rato dejo de vernos como si lo fuéramos mini magos oscuros que lo iban a hechizar, pero no pude evitar sentir un poco de resentimiento por su forma de tratarnos al comienzo solo por pertenecer a Slytherin.

—Ya nos habían advertido de ella, pero tenemos nuestros métodos para despistarla—dijo Draco con arrogancia, no pude evitar sonreír cuando el famoso método es el hechizo confundus, claro que solo lo Slytherin lo usan según tengo entendido, aunque mi método es mucho más efectivo: Callidus, como cualquier animal, la señora Norris siente cuando un depredador anda cerca en vez de seguirme huye de mi.

—Seguro usan el Cruciatus —dijo Weasley por primera vez desde que comenzamos hablar.

— ¿Escuchaste algo Harry? —pregunto Draco con fingida inocencia.

—No nada—dije de igual forma.

—Debe ser un mosquito, que seres más molestos—dijo Draco haciendo una mueca de repugnancia. Vi a Weasley enrojecer y buscar su varita pero nuevamente Granger lo detuvo.

— ¿Y cómo está tu hermano Charlie? Me gustaba mucho, era muy bueno con los animales. —Preguntó Hagrid a Weasley, tratando de calmarlo. Mientras Weasley le hablaba a Hagrid del trabajo de Charles con los dragones, no pude evitar mirar el recorte del periódico que estaba sobre la mesa. Era de El Profeta.

RECIENTE ASALTO EN GRINGOTTS

Continúan las investigaciones del asalto que tuvo lugar en Gringotts el 31 de julio. Se cree que se debe al trabajo de oscuros magos y brujas desconocidos.

Los gnomos de Gringotts insisten en que no se han llevado nada. La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día.

«Pero no vamos a decirles qué había allí, así que mantengan las narices fuera de esto, si saben lo que les conviene», declaró esta tarde un gnomo portavoz de Gringotts.

Ese mismo dia fue cuando fui a Gringott con Hagrid, no le tome importancia y le hice señas a Draco para retirarnos, ya habíamos cumplido con el protocolo de buena educación.

—Fue un placer platicar contigo pero ya tenemos que irnos, nos veremos en otra ocasión—dije mientras me levantaba, observe a Draco hacia lo mismo alisándose su túnica y viendo con indiferencia todo.

—Sí, me gusto mucho hablar con ustedes nos vemos—dijo solo asentimos y salimos sin dirigirle una solo palabra a los Gryffindors. Cuando ya estuvimos algo alejados Draco por fin hablo.

—Te informo que es la última vez que te acompaño, viste como nos vio ¿Quién se cree? —siseo Draco molesto, solo suspire cuando se enojaba era difícil que se calmara aunque no lo culpo.

—No te preocupes, no pienso venir en un buen tiempo—murmure molesto, sé que es influenciado por Dumbledore pero eso no quiere decir que yo tenga que soportar sus prejuicios, suficiente tengo con el resto de los alumnos para ahora tener que ver esa misma mirada en el.


Pov Snape

Tengo que admitir que Potter no es como me lo imaginaba, primero queda en mi casa, cuando siempre estuve seguro que acabaría en Gryffindor como el despreciable de su padre, luego su apariencia necesite todos mis años de experiencia para mantener mi mascara de indiferencia. Era la viva imagen de Lily si no es por uno que otro rasgo así como el color de su cabello, aunque incluso en eso tiene algo de ella, los mechones rojos así como lo lacio y algo ondulado, no el nido de pájaro que Potter tenia.

Y si eso no fuera poco el chico saco también su inteligencia, ver esos ojos verdes era como verla a ella. Desde que entro Dumbledore no ha dejado de preguntar hasta el mínimo detalle de su vida, no sé si me cree estúpido o piensa que no me importaría lo que planea. En realidad si Potter hubiera sido como lo imagine no me habría molestado, pero ahora no pienso dejar que él lo manipule para cumplir con sus metas, como le dije antes pienso protegerlo incluso de él, me di cuenta que cambio las clases para que estuviera solo con Gryffindor para persuadir al chico de cambiar de casa, piensa que como es amigo del sombrero no tendrá problema si se lo pide. Según me dijo Harry Potter debe de estar en la casa a la que pertenece y cumplir con su destino, en pocas palabras tiene que cumplir con cada cosa que él quiera.

No pude evitar sonreír al recordar que sus leones no están ayudando mucho que digamos, más ese Weasley que se la pasa insultándolo, Molly estará decepcionada al enterarse que su adorado hijo no es el amigo del famoso niño que vivió. Y que su niñita no tendrá la mínima posibilidad de ser su novia porque estoy seguro que Parkinson y Greengrass no dejaran que se le acerque.

Pero tengo que preocuparme principalmente por Quirrell, hay algo raro en él y lo voy averiguar, al parecer no sera un año tranquilo.

—Quien diría que tu hijo iba a parecerse tanto a ti, Lily—sonreí con melancolía mientras me perdía en mis recuerdos.

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Notas finales:

Hola chicas, espero que les haya gustado este nuevo capi, como ven Harry ya tiene su grupo de “amigos” talvez dentro de dos capis ya se tengan mas confianzas y veremos un poco mas de sus personalidades en este capi sale superficialmente, el némesis de Harry aquí sera Ron y ya vieron su grupo este puede variar excepto por Hermione.

El próximo capi saldrá nuestro querido Tom.

Bueno nos seguimos leyendo Bella.

 

 

 

 

 

 

 


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