Pum.
El golpe sordo que produjo la pasta del libro al chocar contra la mesa fue suficiente para captar la atención de Sunggyu, quien, perezosamente, levantó la mirada de su libro mientras se subía las gafas sobre el puente de la nariz con su dedo índice.
Colocado enfrente suya, con el pelo castaño echado hacia un lado y vestido completamente de negro, se encontraba una cara muy conocida.
“¿Qué quieres, Nam?” preguntó, suspirando algo irritado mientras devolvía la mirada a su libro.
El susodicho empujó el libro hacia su lado, para luego sentarse junto a él.
“Nada.” respondió con una sonrisa picarona. “Simplemente vengo a estudiar para el examen.”
Sunggyu bufó, murmurando algo parecido a examen-y-una-mierda.
Al cabo de un par de minutos, la biblioteca estaba sumida de nuevo en el más absoluto silencio y Sunggyu pudo concentrarse otra vez en su libro.
Sunggyu y Woohyun eran estudiantes de literatura en la Universidad Nacional. Pero mientras que Sunggyu venía de una familia más humilde, Woohyun era asquerosamente rico.
Las botas militares de Woohyun comenzaron a repiquetear contra el suelo mientras este movía la pierna en un acto inconsciente – o quizás no – poniendo a prueba las nervios de Sunggyu.
“¿Podrías” inspiró profundamente. “dejar de mover la pierna, por favor?”
Woohyun levantó la cabeza de su libro, esbozando una pequeña sonrisa.
“¿Por qué? ¿Te molesta?”
Sunggyu asintió con la cabeza, dejándole saber que eso era bastante obvio, y Woohyun solo aumentó más el ritmo de los golpes.
Con un grito de irritación, Sunggyu cerró el libro y se levantó de la mesa – arrastrando la silla tras él.
Con los nervios de punta se dirigió hacia otra parte de la biblioteca – la sección de historia del arte, que estaba prácticamente vacía.
Se sentó allí, intentando calmarse, y volvió a concentrarse en su libro.
Pero, por supuesto, debería haber previsto que no sería tan fácil.
Woohyun se sentó de nuevo a su lado y, esta vez, depositó una mano sobre su muslo.
Sunggyu se tensó bajo el tacto.
“¿Por qué te pondrías estos pantalones para venir a una biblioteca?” susurró, muy cerca de su oído, y Sunggyu lo miró ofendido.
“¿Qué tienen de malo mis pantalones?”
Sunggyu no encontraba nada malo en ellos: simplemente eran unos vaqueros que tenían las rodillas completamente abiertas.
Los dedos de Woohyun apretaban su muslo mientras bajaban hasta llegar a su rodilla, acariciándola.
“No sabes lo mucho que me gustaría tumbarte sobre esta mesa y fo-”
“¡Woohyun!” gritó Sunggyu, escandalizado. “No digas esas cosas, por dios, ¡que estamos en una biblioteca!”
“Es culpa tuya.” murmuró, subiendo su mano hacia arriba, hasta llegar a la zona superior del muslo.
“¿Y tú qué, eh? ¿Crees que puedes ponerte esa camiseta y andar por ahí como si no pasara nada?”
“Si tan poco te gusta, ¿por qué no me la arrancas?”
Sunggyu abrió los ojos, sorprendido, y después se sonrojó furiosamente.
Se incorporó de la mesa y sujetó a Woohyun de la muñeca, llevándoselo hacia otra parte.
Entraron en una de las zonas privadas de la biblioteca – donde solo podían entrar los empleados – pero la verdad es que nunca la frecuentaba nadie a no ser que fuera Sunggyu, quien tenía un pase especial para estudiar por ser el favorito de la bibliotecaria.
Para estudiar y para más cosas.
Nada más cerrarse la puerta tras ellos, Woohyun empujó a Sunggyu contra la pared, besándolo con fuerza. Sunggyu entreabrió los labios y dejó paso a la lengua del chico, la cual comenzó a chupar y lamer a placer. Sus dientes encontraron el labio inferior de Woohyun y lo sujetaron entre sí, mordisqueándolo.
Sunggyu le quitó la camiseta negra a Woohyun con celeridad, para después inclinarse y lamer sus marcadas clavículas y su cuello. Dio un lametazo a su nuez, sintiendo como Woohyun tragaba con fuerza ante la sensación.
Woohyun llevó sus manos hasta su cadera y comenzó a quitarle su camiseta de Madmars Studios 88 – que él le había regalado por su cumpleaños – y la tiró al suelo.
“Por qué te gusta tanto provocar.” murmuró mientras mordía las clavículas de Sunggyu y sujetaba uno de sus pezones entre sus dedos.
Sunggyu volvió a subirse las gafas, las cuales se escurrían más que de costumbre por el puente de su nariz, debido al sudor, y se sujetó con fuerza a los hombros de Woohyun.
Mientras este jugaba con su cuello y su torso, Sunggyu llevó la mano hasta la pretina de los pantalones – negros y ajustados, por cierto – y los desabrochó para luego bajarlos hacia abajo, dejando que Woohyun se los terminara de sacar.
Sunggyu llevó su mano derecha a la tela del bóxer y acarició su miembro por encima, el cual estaba endureciéndose. Metió uno de sus dedos por abajo, por la zona de la pierna izquierda, y acarició el pene superficialmente, sintiendo cómo sus dedos se mojaban.
“No juegues conmigo.” siseó Woohyun, y Sunggyu se arrodilló, quedando a la altura de su miembro.
Sunggyu acarició el vello que había por debajo del ombligo de Woohyun, siguiendo el camino que trazaban hasta su parte inferior, y paró cuando llegó a la tela.
Se inclinó y rozó su nariz contra él, ganándose un pequeño gemido por parte de Woohyun.
Una vez los bóxers estuvieron perdidos por el suelo, Sunggyu sacó la lengua y comenzó a darle pequeños lametazos – para luego metérselo en la boca y lamerlo como si de una piruleta se tratara.
Con su mano izquierda se agarraba al muslo de Woohyun, mientras que con la derecha acariciaba sus testículos.
Woohyun tiró de él hacia arriba, uniendo sus labios, y lo colocó de cara a la pared.
“Eres tan...” murmuró en su oído mientras mordía el lóbulo de su oreja y le bajaba los pantalones. “No quiero que vuelvas a ponerte esos pantalones a no ser que sea para mí.”
Sunggyu bufó, pero, antes de que pudiera responder, los dedos de Woohyun ya estaban alrededor de su miembro, bombeándolo con fuerza, y su cabeza perdió el hilo de cualquier idea coherente que pudiera estar formando.
Sunggyu se corrió violentamente contra la mano de Woohyun, dentro de sus propios bóxers – los cuales luego Woohyun bajaría.
Llevó sus dedos hasta su boca, relamiendo el semen de Sunggyu, y posteriormente los puso en la boca de este.
Sunggyu siseó cuando sintió como se introducía un dedo en su interior y se agarró a la pared, apoyando la cabeza contra esta. Al dedo le siguieron un par más, y Sunggyu no podía ahora aguantar los gemidos que se escapaban de su garganta.
Woohyun lo estaba follando con sus dedos con tanta fuerza que su cabeza chocaba constantemente contra la pared – y aquello iba a dejar un chichón.
Antes de que Sunggyu pudiera volver a correrse, Woohyun sacó sus dedos de su interior y, sujetándolo bien para que no se cayera, lo llevó hasta la mesa – colocándolo frente a esta.
Se situó detrás de Sunggyu y sujetó su trasero con ambas manos, abriéndolo para alinear su pene frente a su entrada – y luego lo penetró.
Sunggyu gimió su nombre en alto y casi se cae hacia adelante si no fuera porque Woohyun lo había sujetado. Con las manos agarradas al borde de la mesa, su cuerpo chocaba con fuerza contra esta mientras Woohyun lo penetraba sin piedad alguna, entrando y saliendo de él con fuerza.
Después de un par de embestidas más, Woohyun salió de él, y lo sujetó de la cadera para sentarlo sobre la mesa. Sunggyu abrió las piernas, dejando que Woohyun se colocara entre ellas y, cuando lo hubo penetrado de nuevo, las colocó alrededor de su cintura – apretujando a Woohyun aún más contra él. Su cuerpo subía y bajaba al ritmo de las embestidas de Woohyun, quien tenía la cabeza apoyada contra su hombro y gemía desvergonzadamente.
Un nudo comenzó a formarse en su estómago y, cuando Woohyun envolvió de nuevo su pene con su mano y comenzó a bombearlo, se corrió en un intenso orgasmo – manchando tanto el pecho de Woohyun como el suyo.
Woohyun siguió entrando y saliendo hasta que se corrió en su interior – y Sunggyu sentía como su semen comenzaba a chorrear por sus muslos y mojaba sus piernas y la mesa.
Respirando erráticamente, Sunggyu se dejó caer hacia atrás, y Woohyun se tumbó al lado, apoyando su codo en la mesa para mirarlo directamente – y sonrió.
“La verdad es que había ido a la biblioteca con la intención de que me ayudaras a estudiar.”