—Así que hace años que no le ves…
ChanHee asintió con la cabeza antes de apartarse de su taquilla y cerrar esta. Dejándose caer sobre la puertecilla de metal oscuro antes de suspirar con fuerza, poniendo sus manos en su cabeza, revolviéndose el pelo antes de mirar a su acompañante.
—En cierto modo me asusta el verle, ¿sabes? — Alzó una ceja mientras le miraba, agarrando el libro que había cogido para después empezar a andar camino a su siguiente clase.
—¿Asustarte? ¿Por qué? — Un chico algo más bajito que él, de pelo oscuro se puso a su lado, con el ceño fruncido.
—Porque no sé cómo va a ser. Imagínate que es feo.
Ricky no pudo evitar reír a carcajadas antes de negar con la cabeza. ChanHee era alguien que le daba algo más de importancia a la moda y la belleza. Además de alguien con una aguda y dulce voz, algo adinerado y uno de los mejores de toda la pequeña institución que era aquella academia de música.
El rubio entró en la estancia para poder mirar la cantidad de gente que había alrededor de una persona. ChanHee alzó una ceja antes de toser, viendo como el resto de chicos y chicas le ignoraban.
—Pasan de ti, Chunji. — Ricky le miró antes de darle una palmada en el hombro, haciendo que este bufara antes de ir a sentarse a su sitio. El peli-negro de Ricky le miraba. — ¿No vas a ir a mirar?
—¿Para qué? Es una persona. Con dos piernas y dos brazos, una cabeza… He visto muchas. — ChanHee le quitó importancia antes de suspirar y empezar a buscar en su libro la última página marcada.
—¡Chicos! Dejad ya a Niel y poneos en vuestro sitio. — Un hombre alto y con algunas arrugas entró en la estancia. Su cabello era rubio y portaba unas gafas de pasta que, seguramente, sólo estaban de adorno, pues ChanHee jamás vio a su profesor con gafas. — Tenemos que empezar con la clase, así que, todos al tema siete.
***
Las primeras horas de la clase pasaron tranquilas, sin que nadie objetara nada del nuevo estudiante, solo pequeños murmullos que se perdían en la nada.
ChanHee pasaba olímpicamente de esa persona. ¿Qué importaba? Sólo era un chico más, un chico al que por cierto, había empezado a odiar nada más empezar a escuchar su voz tras que cantara algo que el profesor le había pedido.
El rubio dejó caer su cabeza al terminar la clase, sobre el libro mientras sus brazos caían muertos a cada lado de su cuerpo. Ricky le dio un leve golpe en la cabeza.
—¿Qué te pasa? — Habló ChanHee mientras se incorporaba de manera un tanto brusca, hablando un tanto serio.
—Andy quiere hablar contigo, Chunji. — Ricky habló antes de que este se arrastrara desde su silla hasta el escritorio que había en el centro de la sala. Acercándose al mayor.
—¿Qué ocurre? — ChanHee alzaba una ceja antes de que este le hiciera un gesto de espera.
Niel avanzó hasta colocarse al lado del rubio, mirándole de reojo antes de fijar su vista en el profesor. ChanHee pudo ver de reojo que le sacaba una cabeza y media. Que tenía unos labios exageradamente grandes y que su cabello era oscuro, con el flequillo partido en dos y algo alborotado.
—Niel, este es Chunji. Él te enseñará un poco la academia. — Andy habló de forma despreocupada antes de que el rubio le mirara con los ojos abiertos.
—¿Qué? No. Que lo haga otro, yo tengo cosas que hacer.
—No se preocupe, profesor. Podré apañármelas sin un enano. — Niel sonrió, alzando las comisuras antes de sentir la mirada del más bajo sobre él.
—¿A quién llamas “enano”? — ChanHee tenía el ceño fruncido mientras le miraba.
—A ti. — Niel le miró antes de volver a sonreír y apartarse de ellos tras una reverencia, cogiendo su bandolera de tela negra y meter el libro en este antes de salir de la clase acompañado de una chica de cabello castaño y ondulado.
—¿No le va a decir nada? — El rubio miraba a su profesor antes de que este se encogiera de hombros.
—¿Por qué debería? Sólo ha hecho una descripción de cómo le ve. No es algo malo, ni el único que le llama así, Chunji.
El rubio bufó con desgana antes de acercarse a su mesa, cogiendo el libro y saliendo de la clase tras un portazo. Ricky le esperaba apoyado en una de las paredes con el ceño fruncido mientras hacía que leía su libro de música.
—¿Qué ha pasado?
—Que ese tal Niel es imbécil. — Se quejó antes de caminar de nuevo hasta su taquilla, abriéndola y dejando su libro en esta, mirando a su amigo el cual guardaba su libro en la taquilla correspondiente. — Sé cree mucho porque le han dado unas líneas en la canción y porque mide un metro ochenta y pico.
—Tiene los labios grandes…
—Tiene labios de salchicha. — Sentenció antes de separarse de la taquilla y meterse las manos en los bolsillos del pantalón echando a andar hacia la pequeña cafetería que había.
—¿Y te han avisado ya de cuando venía tu amigo? — Ricky volvía a sacar el tema y ChanHee negó con la cabeza.
—Ni idea… Supongo que mi madre se habrá entretenido o…
El rubio cayó al suelo tras un leve golpe en uno de sus costados, pues unos críos de primer año habían empujado al mayor para así poder seguir con esa pequeña carrera que tenían. Ricky aguantó la risa antes de ver como un chico alto se acercaba y le tenía una mano al rubio.
El chico que estaba en el suelo alzó la cabeza, mirando que delante de él estaba el chico alto de pelo revuelto, bufó antes de levantarse sin coger la mano de este.
—No necesito tu ayuda, labios salchichas.
—Di lo que quieras sobre mis labios, enano, que no creo que tardes en querer probarlos.
—Más quisieras tú que yo quisiera probar tus labios.
—Te doy dos días más, sin contar este, claro. — Niel sonrió antes de alzar una mano para saludar al acompañante del rubio y después mirar como una chica de cabello corto y anaranjado le llamaba. — ¡Voy, preciosa!
El chico alto empezó a correr hasta ella, quedando casi pegado a su cuerpo mientras veía el rubor en las mejillas de la más baja, la cual sonrió levemente antes de acompañar al chico fuera de la academia.
—Ese tío es gilipollas. — ChanHee de nuevo sentenciaba una discusión bastante entretenida con Ricky, la cual no había comenzado y seguramente no tardaría en hacerlo.
—¿De verdad vas a besar esos labios? — Ricky puso una mueca de asco antes de negar con la cabeza. — Seguro que eso te succiona el alma o algo así.
—No le voy a besar nada. Si quiere guerra, es lo que va a tener.
***
La tarde empezaba a caer en la ciudad de Seúl y ChanHee estaba esperando en la puerta de la academia a que Ricky terminara de despedirse de un grupo de chicas. Pocos segundos después, el bajito de cabello oscuro se encontraba a su lado, sonriendo de forma amplia antes de que el rubio le preguntara.
—¿A que viene esa felicidad?
—A que es miércoles y tengo una cita.
—¿Con él?
—¿Tú que crees…?— Ricky rió levemente antes de correr para ponerse frente al chico y caminar de espaldas. — ¡Me voy ya! ¡Llegaré tarde!
—¡Usa condón!
—¡Hyung!
ChanHee rió levemente antes de negar con la cabeza cuando el chico marchó, dejando escapar un suave suspiro antes de pararse en un cruce de coches, colocándose así los auriculares en su oído. Al alzar la cabeza pudo ver como un coche se paraba junto a él, en frente, y el conductor de este le miraba sonriente.
—¿Te llevo, enano?
—No hace falta, labios salchicha. Mi casa no está muy lejos de aquí.
—Yo jamás dije que te llevaría a tu casa. — El alto sonrió antes de encogerse de hombros. — Pero mejor no, no vaya a ser que se me pegue tu pijez.
—Mi… ¡Eso es mentira!
—¿A si? ¿Y por qué no subes? — Niel alzó una ceja antes de ver como este apretaba los labios, enfurruñado antes de subirse al coche, abrochándose el cinturón antes de mirar hacia delante.
—Vamos, te demostraré que no soy pijo.
Niel dejó escapar una carcajada antes de empezar a conducir, adelantando un par de coches, a los diez minutos, ambos se encontraban frente a un bar algo desgastado por el tiempo y del cual solo provenían gruñidos y ruidos de cristales rotos.
—¿A que esperas ahí parado? — El alto se giró, bajándose la corbata del uniforme que aun portaba antes de dejarla en el centro de su pecho, quitándose los botones principales de la blanca camisa. — Entra.
Chunji vaciló durante unos segundos antes de agarrar con fuerza una de las asas de su mochila, caminando dentro de este local antes de quedarse algo pálido.
El sitio quizás no era (ni sería nunca), un sitio agradable para él. Tras ver como un par de hombres con ropa algo rota y sucia le miraban, sintió un pequeño escalofrío en su espina dorsal para después marchar y quedar frente al chico alto que estaba apoyado en el capó de su coche. Le había dejado entrar sólo.
—¡¿P-Por qué me traes a un sitio como este, eh?!
—Es divertido.
—Eres idiota.
—Admite que eres un pijo y yo admitiré que soy un idiota.
—No soy pijo.
—Has salido blanco de ahí dentro, has tardado cinco segundos, Chunji.
—Eres un gilipollas, Niel.
—Quizás, pero si vuelves a insultarme no te llevo de nuevo a casa.
—¡No! ¡No me dejes aquí!
—¿Cómo se piden las cosas…?— Niel sonrió triunfal mientras veía como el chico abría los labios y tras unos minutos de vacilación hablaba.
—Por favor, Niel…
—Para ti, amo.
—No pienso llamarte así. — ChanHee frunció el ceño mientras que Niel se retiraba del capó y abría su puerta.
—Pues aquí te quedas.
—¿Qué? ¡Ni se te ocurra, labios salchicha!
—Entonces admite que quieres besarme.
—Antes muerto.
—Espero que disfrute de su paseo hasta su casa. — Niel sonrió de forma amplia antes de entrar en su coche arrancando y cerrando las puertas para que un rubio bajito no pudiera entrar tras intentar abrir su puerta. El más alto saludó con la mano antes de salir del aparcamiento de ese local.
—¡Te odio! — Gritó el rubio antes de suspirar y mirar de nuevo la puerta del local, donde habían un par de hombres mirando. Un nuevo escalofrío recorrió su espalda. — Me las pagará el gilipollas de labios gordos.