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El objeto de la suerte por Samantha0507

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Los brazos del rubio lo rodearon por largos minutos, de verdad que sentía que todo su mundo se había roto a sus pies y que caería sin nada que pare su caída, cuando ya estuvo más calmado Kise se dispuso a hablar- Takaochi, que ocurrió? Esas maletas son tuyas? Te vas?- sonaba preocupado, aunque el ojos de halcón no entendía el motivo, ellos no eran realmente amigos, solo se conocían por Midorima.

-Kise, mi padre me hecho de mi casa, yo…. Yo soy homosexual… y le doy asco por eso…- nuevas lagrimas corrieron por las mejillas de Takao, solo recordar a su padre lo hacía llorar, le dolía tanto el alma.- Takaochi…- el rubio hablo muy despacio, sintió como Takao se alejaba.- Esta bien… Ki-chan… no tienes que tocarme… sé que doy asco, pero…- Kise lo abrazo muy fuerte, apretándolo contra su cuerpo.- Takaochi, como voy a sentir asco de ti o de que seas homosexual, si yo también lo soy..,- sonrío para luego continuar.- menos si esos lindos sentimientos son por Midorimachi, eso te hace parte de mis amigos, pero eso es algo que hablaremos cuando estés más calmado, ahora vamos a mi casa, debes comer algo y descansar, no tengo problema en recibirte si no tienes donde quedarte.- el ojos del halcón no podía creer esto, a pesar de que se había visto con el rubio solo un par de veces, pudo notar los sentimientos que tan profundo guardaba por Midorima, Kise le estaba ofreciendo su casa, los amigos de Midorima eran increíbles.

Ya habían llegado hacía un rato al departamento, Kise insistió en que Takao tomara un baño mientras el cocinaba algo, Takao ya bañado se sentó en la sala del departamento del rubio, comió un poco de lo que él rubio le ofreció, se sentía tan cansado que rápidamente se durmió, Kise al verlo solo lo dejo descansar, no podía parar de pensar y comparar su situación, cuando él le había dicho a sus padres y hermanas que era homosexual, todos lo habían apoyado, incluso sus amigos y cuando les había contado que estaba enamorado de Aomine muchos lo regañaron, pero aun así lo habían apoyado incluso ante la decisión de ser solo una pareja que tuviera sexo mientras Aomine lo quisiera, un suspiro salió de sus labio, una gran tristeza lo embargo, pero unos brazos lo envolvieron.- Kise, no me gusta cuando suspiras, ese aire no debe salir sin que yo lo provoque.- Aomine llego y giro al rubio besando apasionadamente sus labios, bajando sus manos a la entrepierna del rubio, quien jadeo al sentir la suave caricia que le propinaba las hábiles manos del basquetbolista.

-Aominechi…mmmm… no podemos… hay visita.- el moreno paro de golpe sus acciones, mirando hacia el sillón en la sala donde descansaba Takao, había algo extraño en el gesto del ojos de halcón, además de que tenía el labio rojo e hinchado.

-Kise ese es Takao?, ocurrió algo malo?- el rubio termino por explicarle todo a Aomine, quien rápidamente tomo su teléfono.

- Hola, Midorima, habla Aomine, puedes venir al departamento de Kise, ocurrió algo con Takao..- el moreno no dijo más, ya que Midorima había cortado, Kise y Aomine se miraron, solo debían esperar que el peliverde llegara.- Aominecchi, puedo preguntar el motivo por el que llamaste a Midorimachi, ni siquiera sabemos si el siente algo por Takaochi y si le hace daño o lo rechaza, no me quiero que vuelva a llorar…- Aomine solo abrazo a Kise, diciendo.- Midorima lo ama, aunque no lo creas.- se quedaron abrazados.

Mientras tanto.

Midorima, sabía que Takao se había ido temprano, era obvio que estaba muy adolorido, quizá lo mejor hubiera sido que él lo hubiera llevado a su casa, para que no le fuera a pasar algo, termino el entrenamiento y se fue a casa, había decidido mudarse en un par de semanas para tener su espacio y sus padres habían estado de acuerdo con su decisión, por lo mismo estaba tratando de llegar todos los días a cenar con ellos y sus hermanas, el camino y la tarde se le había hecho sumamente largo sin Takao, y a pesar de que había llevado el regalo de Takao como objeto de la suerte no sintió en ningún minuto que le ayudara a tener fuerza para tomar decisiones.

-Hijo, estás distraído…- las palabras de su madre lo volvieron a la realidad- ocurrió algo?- pero cuando iba responder su celular sonó, no iba a contestar las comidas con su familia eran sagradas y por lo mismo ninguno contestaba llamadas a esos minutos, pero cuando se disponía a cortar el collar cayo de su cuello sobre la mesa, miro a su madre y a su padre haciendo un gesto para luego levantarse.

-Hola...-

- Hola, Midorima, habla Aomine, puedes venir al departamento ocurrió algo con Takao..- el peliverde no escucho más y salió de casa tomando el objeto de la suerte para ponerlo nuevamente en su cuello y diciendo a su madre que era una emergencia, que volvería en un rato, mientras el corazón latía a mil por hora, un sin fin de preguntas se acumulaban en su cerebro, que tendría Takao? Estaría bien?

Cuando llego al departamento del rubio Midorima sentía que su corazón se caería a pedazos, Kise y Aomine le dieron una breve explicación, pero debía ser Takao quien le explicara los motivos de su padre para sacarlo de su hogar.

Midorima se acercó al muchacho notó inmediatamente que su labio se encontraba hinchado, y las ojeras eran más marcadas que en la mañana a pesar de que esté estaba dormido, supuso que este había estado llorando, suavemente poso su mano sobre la frente de su compañero, susurrando suavemente.- Takao despierta, debemos hablar…- el moreno al sentir la vos del peliverde reacciono asustado.- tranquilo… puso una mano en su pecho, Aomine me llamo, me dijo que algo había pasado, pero no sé nada más, me quieres contar que paso?.- el peliverde le hablaba tan suavemente, que sentía que su corazón latir a mil por hora, el peliverde le hablaba como si él se pudiera quebrar en cualquier minuto, miro hacia la puerta y el rubio estaba de pie siendo rodeado por los brazos del moreno, Kise le sonrío dándole fuerza al ojos de halcón, para que hablara al peliverde de sus sentimientos, ya que la verdad lo que más necesitaba en ese minuto era a Midorima, el ojo de halcón dirigió su vista al cuello del su compañero al notar que llevaba el collar que él le había regalado, Midorima al notar lo aferro en su mano y le dijo.- El objeto de la suerte era un regalo de la persona amada…- a Midorima se le subieron los colores a la cara, quizá no era la forma de declararse, pero el destino le estaba a dando a Takao, no desperdiciara la oportunidad y no lo descuidaría nunca más a un ser amado.

Takao logro procesar las palabras del peliverde entendiendo por fin que sus sentimientos eran correspondidos, nuevas lágrimas corrían por su rostro, se aferró al pecho del más alto y entre sollozos le relato lo que había ocurrido ese día, ya podía ser honesto con él sin miedo y eso le daba una calma que esperara no se fuera nunca.

 


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