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El objeto de la suerte por Samantha0507

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Notas del capitulo:

Gracias a todos quienes se han dado un tiempo para leer mis fic.... se que a veces tengo errores en redaccion y puntuación, pero intento mejorar, espero les agrade el capitulo 

 

 

Saludos 

El embarazo iba viento en popa, los malestares según les había dicho eran normales, parte de cualquier embarazo, pero el que su pequeño moreno quedará deshidratado y teniendo que llevado a urgencias a cada rato, a Midorima lo tenía un tanto angustiado y con la premisa de que para el próximo bebé esperaría a que la salud tanto física, como psicológica de su novio estuviera al 100%.

Por eso él día del incidente con Kise y Aomine, todo se había salido del control que el peliverde estaba teniendo tanto de su vida, como la de sus compañeros de equipo,  había dejado muy preocupado a Midorima, la verdad es que un embarazado entre sus amigos no era un problema, se sentían felices de que la familia estuviera creciendo, ya que de un tiempo acá el de lentes sentía que todos eran una gran familia  y aunque jamás lo aceptaría el rubio y el moreno se amaban desde hace mucho y ya era minuto de dejar de hacerse daño.

Decidió ir al cuarto a ver a su novio,  Murasakibara le había avisado hacía pocos minutos  que Akashi estaba bien y que el doctor había dicho que no había necesidad de internarlo, que su presión estaba más que controlada, la verdad es que el embarazo de Akashi y la posibilidad de presentar una preclamsia los había tenido un poco tensos y que decir del desmayo de Kise y la actitud de Aomine, aunque finalmente todo había salido bien. El pelilila de verdad había madurado con la llegada del bebé, la verdad es que todos ellos lo habían hecho,  iban a ser padres y la pequeña sombra iba a casarse, todos ellos habían crecido de golpe, pero eran felices.

Abrió la puerta notando como su novio se movía inquieto entre las sabanas, tocando su vientre.

-Takao…- le hablo suavemente, buscando no sobresaltar a su pareja.- despierta… oye despierta…- el moreno abrió los ojos asustado, protegiendo su vientre, mientras empezaba a llorar.

-AHHH!!...SHIN-CHAN….-Gimió abrazando al cuerpo de su novio, Takao sentía que ese sueño era tan real, el dolor, la sangre, todo era nítido, el pequeño cuerpo de su bebé.

Una puntada en su vientre lo hizo soltarse se su pareja protegiendo esa pequeña curva donde su hijo estaba creciendo, no podía parar de llorar, mientras protegía con sus manos el nidito de su bebe, mientras otra puntada recorría su espalda.- mmmm… Shin… me duele…no quiero… no… quiero…- llorando más fuerte.

-Kazu… mírame por favor…- Midorima tomó el rostro de su novio, dirigiéndolo hacia él.- Kazunari… abre los ojos…- el moreno lo hizo encontrándose con la suave mirada del padre de su hijo, ya no gritaba, se aferraba a su vientre y las lágrimas aun bajaban por sus mejillas.

-Shin…él…él…

-Te duele algo Takao?... –en ese minuto Kazunari miró todo el cuarto, estaba en su cama, con Shin-chan frente a él, levanto su temblorosa mano a la mejilla de ese hombre que preocupado lo miraba.

-No… solo fue…fue un sueño…- de pronto sus palabra lo avergonzaron, había gritado, había llorado, había asustado a su novio, solo por un sueño.

El de ojos esmeralda pudo ver la vergüenza en los ojos de su pareja, sin poder evitar sonreír.- Fue una pesadilla Takao…- acaricio la mejilla de su novio consolándolo

El moreno abrió los ojos desmesuradamente, Midorima tenía su forma de ser, era un tsundere, pero siempre buscaba lo mejor para aquellos que él consideraba o por quienes tenía algún respeto, inevitablemente su novio cambiaba con él tiempo, aprendía sobre la marcha, recordó cuando había jugado contra Kagami, cuando le había puesto en frente la falencia del tigre, esa era su forma de ser, de apoyar, de ser un amigo.

-MMM…¿me ayudas a sentarme? - agregó cansado el moreno.- soñé con mis padres…soñé que sabían del bebe…- volvió a poner las manos en esa pequeña curva que refugiaba al bebe de ambos.-… ellos me decían que no debía tenerlo…que..que él sería un…un asco…que yo era un sucio asqueroso…- el cuerpo del moreno comenzó a temblar, mientras un sudor frío recorría su cuerpo, el peliverde notó esto no era normal, saco su celular para llamar a sus compañeros, pero a quien debía llamar, Kise aún tenía gripe y Aomine no se despagaría de su lado, Akashi estaba con reposo absoluto  al cuidado de su padre mientras el pelimorado atendía unos asuntos de la pastelería que dirigía, Momoi le había dicho que saldría con una persona especial con quien estaba llevando una relación, solo le quedaban dos personas.

-Takao, haré una llamada debemos ir al hospital…

-…me pedías abortar…- el peliverde quedo estupefacto- tú…tú… estabas…con…ellos…- jadeaba, el aire no quería entrar a sus pulmones, perdía poco a poco el conocimiento.- me…de..decias… que…arruí…arruine tu vida…-el peliverde lo recostó, el rostro de Takao se ponía pálido a cada segundo, mientras el sudor se a perlaba en su frente, el peliverde escribió un rápido al teléfono de la sombra y seco el sudor de la frente de su novio.

-Takao, respira… vamos a ir al hospital… esto no es normal…

-yo…yo…lo amo..Shin-chan…mmmm- una fuerte punzada atravesó su vientre justo en la base.- había tanta… sangre…y su…su cuerpecito…mi…pequ….- cayendo inconsciente en los brazos del más alto.

-Takao reacciona… Takao…- la puerta de la entrada sonó, corrió rápido dejando entrar a un pelirojo y un chico de cabellos celestes.

-Midorima-kun…- el peliverde los guio al cuarto, notando como el cuerpo del moreno se convulsionaba en la cama, el tigre lo levanto envolviéndolo  con una manta, para poder bajarlo hasta su auto, apresuro el paso llevando firmemente al moreno, siendo seguido por la pequeña sombra y el triplero* de la generación de los milagros.

El tigre condujo lo más rápido que pudo, Takao iba en el asiento trasero junto a Kuroko que le limpiaba el sudor, el moreno ya no temblaba, pero aun no recobraba la conciencia.

-Estará bien Midorima-kun… -las palabras de Kuroko lo trajeron de vuelta a la realidad, sus manos temblaban, un miedo lo había inundado en un segundo, que no logro recuperar la compostura hasta que noto como los doctores se llevaban a Kazunari en una camilla, ¿en qué minuto llegaron al hospital? , ni siquiera recordaba haberse bajado del auto, pero lo había hecho, estaba sentado en uno de los pasillos del hospital, con la pequeña sombra a un lado y al otro el tigre.

Luego de dos horas el doctor apareció informándoles que él moreno y él bebe estaban bien,  que solo había sido una crisis de pánico, pero sumándole el agotamiento y el cansancio del moreno había resultado provocando la reacción en el cuerpo de Takao y el desmayo.

Midorima se dejó caer entre sus amigos, respiro  profundo agradeciendo a todos, a los chicos, a los médicos, a la suerte, que su moreno estaba bien, no quería pasar por esto otra vez, la angustia, la incertidumbre,  la sensación de pérdida fue algo que lo sobrepaso, no lidiaría con eso otra vez, o eso pensaba, pero estaba muy alejada de la realidad, el futuro no era bueno para cáncer.

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Había pasado en mes desde la gripe de Kise, los análisis de Akashi y la hospitalización de Takao, un mes que con muchos cuidados y precauciones que lograron que los 3 embarazados volvieran a gozar de buena salud.

-Takao… ¿de verdad tienes que salir hoy?- Midorima se había vuelto aprensivo con Takao, algo en su pecho le pedía de forma loca, casi irracional que el moreno no saliera de su vista ni por un segundo.

-Vamos… Shin-chan que no me voy a quebrar… ya escuchaste al doctor, estamos sanos y fuertes con tu hijo.

-Pero…

-Shin-chan…solo iré a casa de tú mamá y luego al centro comercial, no exageres….nos vemos- se acercó depositando un suave beso en los labios del más alto, fue algo breve, pero una corriente recorrió la espalda del más alto.

 

Estar con su suegra siempre lo calmaba, decidió mandarle un mensaje a su pareja para que se mantuviera calmado, ya iba de camino al centro comercial cuando  un fuerte tirón lo hizo entrar a una casa,  por instinto había seguido el camino que pasaba por su antigua casa.

-No lo puedo creer Kazunari es verdad…- su madre le sostenía fuertemente el brazo, apretando más y más, enterrando sus largas uñas en su piel, se veía consternada

-Me duele suéltame mam…- le cabrío la boca silenciando al moreno

-Calla, quieres que escuche tu padre…- dijo silenciando los labios de su hijo, su madre lo miraba con lágrimas contenidas, fue en ese minuto que noto el visible tono morado que tenía la mujer en el ojo y que su labio estaba partido.

-Pero…que te ocurrió mamá…-puso sus manos en el rostro de la mujer.

-¿qué demonios hace ese crio asqueroso en mi casa mujer? … - una mano grande lo tomo desde el cabello tirándole la cabeza hacia atrás, la voz masculina de su padre lo sorprendió, no esperaba verlo, con su mano empujo a su madre haciéndola caer al suelo.- mira nada más…. Dejaste que alguien te lo metiera… de verdad eres un asco…- puso su mano en el cuello, presionando su tráquea con sus dedos.

-no…mi bebe… por…por fa..favor…- jadeaba, el aire no entraba,  sentía que pronto perdería el conocimiento.

-a no maldito engendro asqueroso, mi casa no la ensucias otra vez, ya siento mucho asco de saber que tuviste esa asquerosa vida bajo mi techo por tantos años…- levanto su puño dando de lleno en la mejilla del ojos de halcón, Kazunari perdió el equilibrio dando de lleno en el suelo con su vientre.

-mmmmmm…..aaaahhhh…- un fuerte dolor, que partió en la base de su vientre le llego de golpe, sintió su vientre endureciéndose y como se apretaba,  sintió algo cálido entre sus piernas, el pánico lo inundo, estaba teniendo contracciones, perdería a su bebe.

-Kazu-chan… hijo resiste… - su madre se acercó, protegiendo el cuerpo de su hijo de la patada que su esposo le dirigía al moreno.

-Maldita, yo lo sabía tus genes crearon esa aberración, ahora veras…- el moreno vio cómo su madre era tomada del cabello y metida a la que antes fue su hogar.

-KAZUNARI!!! –El grito de una mujer fue lo último que pudo sentir, el dolor se alejaba de su cuerpo, se sentía frío, le pesaban los ojos, ya no podía aguantar más dolor, cerró sus ojos dejándose llevar por la oscuridad, se sentía débil, ni él, ni su hijo podrían luchar más.

-Lo…siento…shin-chan…ya no puedo seguir… ya no…-agregó perdiendo la conciencia, pensando en la mirada del peliverde, cuando el ya no estuviera más.

Quizás la mirada que imagino en los ojos e su amado no durara para siempre, quizás el pelivere algún día lo olvidaría, ese día ya no más dolor.-te …amo… Shin….

 

Notas finales:

*en chile generalmente a los lanzadores a distancia los llamamos tripleros, dado que sus lanzamientos y canastas suelen valer 3 puntos, es detalle por si alguien no lo sabia :)


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