- Con que Fionna tiene veinte aminoácidos esenciales en su cuerpo. Los humanos son realmente complicados, no creo poder crear uno, pero quiero estudiarlos como sea. – Pensó para sí.
Hace horas que estaba intentando generar la maldita estructura de ADN, pero cuando estaba a punto de lograrlo se deshace, desaparece, ¡puf! Y no queda nada. Entonces de nuevo, probó. Tenía que poder crear un poco de materia humana.
- ¿Qué crees Fionna? Tienes veinte aminoácidos formando tu cuerpo humano –
- Príncipe, realmente no estoy entendiendo nada, ¿Para qué necesita mi cabello? Hace dos horas que estoy aquí y no he visto resultado alguno –
- Déjamelo explicártelo de una manera sencilla – Tomó su Erlenmeyer y con un movimiento rápido lo acercó a su cara – Este líquido que vez aquí, está lleno de esa estructura llamada ADN, todo tu cuerpo está lleno de esa sustancia, es lo que te hace una humana y a mí me hace un hombre de dulce. El ADN es la estructura principal de cualquier ser vivo, ¿Comprendes? – Fionna no entendía casi nada de lo que Gumball le explicaba, pero ella asentía mientras escuchaba atentamente.
-Lo que estoy tratando de hacer, es inventar un antídoto. Algo para que una criatura vuelva a ser humana –
- ¿Sabes algo, príncipe? Esto es un completo disparate. ¿Acaso quieres envenenar a alguien con los cabellos de Fionna? – Dijo Cake.
- ¡No, no! Simplemente quiero terminar con la tiranía que hay en Ooo. –
Fionna y Cake se miraron, preguntándose de que tiranía hablaba, pues ellas eran las encargadas de evitar cualquier tiranía en el dulce reino.
- Príncipe Gumball – Dijo Fionna negando con la cabeza – No creo que sea correcto que arriesgues tu vida, para eso estamos nosotras, para defender el dulce reino y los demás reinos de Ooo. –
El príncipe dejó el Erlenmeyer con la sustancia a un lado y se sacó la bata de laboratorio. Se sentó dónde estaba Fionna y comenzó a contarle qué era lo que lo tenía tan obsesionado con el ADN humano.
- Como bien sabrás, eres la única humana en Ooo. Y posiblemente la única en años luz. A lo que voy es a que… - El príncipe se vio interrumpido por un extraño sonido que venía de la sala contigua al laboratorio.
Fionna y Cake se levantaron ni bien escucharon el extraño sonido y se dirigieron lentamente hacia la puerta. Con la espada en la mano Fionna abre la puerta lentamente. Intenta ver pero no hay luz.
Instantáneamente luego de que Cake entre a la habitación se escucha como todas las botellas, recipientes y frascos de vidrio golpean el suelo. Cake corre y sale de la habitación casi en estado de shock
-¡Cake! ¿Estás bien? – Preguntó Fionna
- Si… he visto una sombra moverse ahí dentro, creo que el príncipe tiene visita del más allá –
-¡¿ZOMBIES?! – Gritó el príncipe Gumball, atormentado.
La luz del laboratorio se apaga. Gumball al estar en tal desesperación larga casi inconsciente un grito demasiado femenino. Se escuchan pasos, luego una risa y Fionna intenta en el oscuro pegarle a ese misterioso invitado del más allá.
-¿Crees que puedes pegarme con esa espaducha? – Dijo una misteriosa voz.
El príncipe sintió en esas palabras una voz conocida, una voz que ya había oído antes.
- ¿¡Quién te crees maldito!? ¡No puedes entrar como si nada al Dulce reino! – Gritó Fionna, dirigiendo su voz a alguna parte de la oscuridad del laboratorio.
- ¿No? ¿Estás segura? Los guardias bananas ni sintieron mi presencia –
-Fionna… - La llamó Gumball – No vale la pena seguir peleando… -
-¿Qué sucede príncipe Gumball? – Preguntó Cake
-¡Sal de donde estés… Marshall Lee! – Gritó Gumball – Maldito desgraciado, ¿otra vez vas a estropearme todo? –
Se escucha un chasquido y las luces se encienden. Marshall levitaba justo en frente del rostro de Gumball. Este al ver su rostro tan cerca de aquel infeliz intentó quitárselo de una bofetada, pero no pudo, Marshall tenía reflejos muy buenos porque era un vampiro.
- ¿Qué intentabas hacer, Dulcecito? - Sonrió.
Gumball se guardó los insultos para sí, ya que estaba Fionna presente. Miró los ojos intensamente rojos de Marshall y sintió una puntada en el pecho. Se dio cuenta de lo que hacía y desvió la mirada. Marshall notó su vergüenza y sonrió.
Al correr el rostro vio en la esquina de la mesa su preciado invento. Aunque no estaba terminado podía servir. Lentamente se movió hacia la mesa mientras Marshall iba a molestar a Fionna. Tomó la sustancia, le agregó un poco de Dulce para hacerla más suave y la escondió detrás de su espalda. Le hizo señas desde donde estaba a Fionna que se encontraba cerca de la puerta del armario de sustancias que Marshall había destruido. Se corrió de un salto tomando a Cake con sus brazos y Gumball rápidamente lanzó la sustancia.
Una parte del líquido rosa chicle cayó en el suelo, largando un pequeño brillo sobre la superficie. El resto cayó sobre Marshall lee que no dudó en empezar a maldecir al ver su camisa favorita llena de sustancia rosa.
- ¡Oye! ¡Es mi camisa preferida! Prepárate porque no me voy a quedar de brazos cruzados… ¡TE HARÉ LA VIDA MISERABLE! – Gritó Marshall
Marshall toma velocidad y vuela hacía Gumball. Este al ver que su experimento no funcionó y que venía hacia el con unas terribles ganas de matarlo intentó correr pero se llevó la mesa que tenía su computadora y cayó al suelo.
Pero Marshall no llegó. Cayó al suelo a medio camino, intentó levitar pero no pudo. Se vio las manos que estaban empezando a cambiar de color extrañamente. Sus colmillos se volvían más pequeños y eso le causaba un dolor terrible. Las orejas puntiagudas se redondearon.
Marshall lee se estaba volviendo humano.
Gumball abrió bien los ojos, no podía creer lo que estaba viendo. Sacó su libreta y anotó los síntomas de su experimento. Mientras tanto Fionna y Cake se acercaron lentamente a las espaldas de Marshall que ya no contaba con los reflejos vampíricos. Cake transformó su brazo en una sartén y le pegó en la nuca, dejándolo inconsciente.
- ¿No eres tan duro ahora o sí? – Dijo Cake
- ¡Cake! – Fionna la tomó del brazo - ¿Estás loca? Marshall será un cretino, pero es un amigo ¿Sabes? –
Gumball se acercó al cuerpo, ahora humano, de Marshall. Estaba profundamente dormido por el golpe. Fionna y Cake lo ayudaron y lo trasladaron a una camilla de sábanas rosas donde lo recostaron con cuidado de no despertar.
-Puedes irte Fionna, está todo bajo control. –
-¿Qué le has hecho? – Dijo Fionna con desesperación al darse cuenta de que Marshall ya no tenía ese extraño color verde en su piel, sino ahora apenas rosa, como la de ella.
-Lo he convertido en humano, No creí que esto iba a funcionar pero… En fin, debo estudiar su sistema ahora y ver que hormonas produce – Miró el cuerpo con indiferencia y agregó - ¿Sabías que…? – Pensó un momento en revelarle esa información, pero lo hizo. Fionna era amiga de Marshall, y debía saberlo.
-Marshall no era del todo… vampiro. Verás, estas marcas – Dice señalando el pálido cuello del cuerpo - son mordeduras de un vampiro. Todos saben que el vampiro se alimenta de sangre. Entonces algún vampiro en algún momento de su vida se alimentó de Marshall, ¿Comprendes?
-Quieres decir que Marshall todo este tiempo fue un ¡¿Humano?! – Se agarró el rostro con las manos y Cake instintivamente la siguió con el mismo gesto.
-Pues, si… Si hubiese sido un vampiro auténtico solo habría manchado su camisa y yo ahora estaría probablemente derretido en el piso. Entonces ahora debo aprovechar y estudiarlo, no sé si volverá a su forma o quedará así para siempre. –
-Espero que no estés bromeando… -
-Yo espero lo mismo… -
Fionna se subió al lomo de Cake, y saltaron por la ventana. Ahora Gumball debía preocuparse por arreglar este desastre el solo.
Ató las manos de Marshall a un costado de la camilla. Era humano y su fuerza se debilitó, pero eso no quiere decir que cuando despierte el príncipe se salvaría de una enorme paliza. Con una jeringa sacó un poco de sangre del brazo del nuevo humano. Le colocó una gelatina en el pecho, con un pequeño microchip dentro que controlaba el latido de su corazón.
Pero a Marshall no le latía.
El príncipe pensó que lo había matado. Que su estúpido invento mató al único humano hombre de todo Ooo. Sacó la gelatina y se apoyó para empezar a hacer trabajo sobre su pecho. Presionó fuerte, sintiendo como su mano se hundía en la piel fría. Se acercó a su rostro y no lo oyó respirar.
Tomó su nariz, y maldijo la situación en la que se encontraba.
Se inclinó lentamente, abrió la boca de Marshall y apoyó sus labios. Sopló fuerte y dejó caer una lágrima en el rostro del cuerpo pálido. Estaba desesperado.
- No puedes morir ahora Marshall lee… no… -
Intentó una vez más, puso sus manos en el pecho y presionó. Volvió a colocar su boca sobre la de Marshall y sopló.
De repente una mano empujó a Gumball hacía Marshall. Este abrió los ojos e intentó separarse, pero la mano se lo impedía. Sintió los labios de Marshall moverse, entonces abrió los ojos desesperado por escapar y vio dos enormes ojos azul intenso viéndolo.
Marshall lee había despertado. Y ESTABA DEMASIADO DESPIERTO.