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Nueva vida por anala31200

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Notas del fanfic:

Los personajes de Kuroko no Basket le pertenecen a Tadatoshi Fujimaki.

Notas del capitulo:

El fanfic es de la convocatoria del grupo de facebook Aomine x Kagami Español. Es dedicado especialmente a Ale Abrignani,que fue quien me dio la hermosa imagen.Espero que les guste!




                Una vida rutinaria. Ya estaba cansado de ella. Ya ni siquiera iba a los entrenamientos de basquetbol, teniendo en cuenta que era el deporte que lo apasionaba. Las chicas ya no lo satisfacían como quería, cada vez que alguna se le declaraba tenía sexo con ella para luego dejarlas, importándole nada cuanto le rogaran por que no lo hiciera. Por ello, decidió que era el momento de un cambio.

 

            Después de convencer a sus padres se preparaba para cambiar de cuidad. Viviría en un apartamento aunque no muy espacioso, acogedor, lo pagaría con ayuda de sus padres puesto que todavía era un estudiante de preparatoria, aunque tendría que conseguir un empleo temporal para lo que serían sus necesidades diarias.

 

            Partiría en un par de días,diciéndole adiós a su aburrida vida.No necesitaría de llevar absolutamente todas sus cosas,pues las más grandes e incómodas ya las había llevado con anticipación;todo lo que quedaba era algo de su ropa y pares de tennis, por supuesto que también su balón de basquet.

 

            Había tomado un tren rumbo a su nueva vida,no sin antes despedirse de su amiga de la infancia, Momoi Satsuki. Aunque siempre dijera que era muy molesta,la verdad es que la había llegado a querer como a una hermana menor.

 

            Y ahí estaba él,Aomine Daiki, pensando en que cosas cambiarían de ahora en adelante,estudiar no le interesaba en lo que se puede decir,no habría mucha diferencia en vivir solo,puesto que sus padres se la pasaban trabajando la mayoría del tiempo,si acaso en las cenas se podrían reunir a comer juntos,pero no era como si a él le molestara. En el camino había llegado a preguntarse si habría algún rival digno,entre más practicaba mejor se volvía y menos jugadores los enfrentaban,hasta llegar al punto de ganarles a todos sin siquiera esforzarse mucho.

 

            La bocina del tren lo sacó de sus pensamientos,tenía que bajar allí. Tomó el bolso que llevaba y salió,iba a paso lento ya que aquella ciudad era aun desconocida para él y trataría de memorizar algunas de las rutas,no quería llegar a perderse y tener que pedir direcciones,era demasiado orgulloso para eso. Tampoco era como si le precisara llegar,quería algo de tiempo para recorrer tiendas o buscar alguna cancha de basquet en el camino,ya tendría tiempo después para acomodarse.

 

            En su andar llegó a una plaza comercial,donde habían tiendas de todo tipo,mas las que le llamaron más la atención fueron las de ropa y artículos deportivos. Sonrió ladino y se dirigió a una de ellas,que era la que se veía más grande y surtida de las tiendas. Al pasar por la entrada,un chico de su estatura paso junto a él,encontrándose con sus orbes rojos de manera accidental durante los segundos en los que ambos avanzaban en sus respectivas direcciones.

 

            Terminó de entrar y se fue directo a ver las tenis, ya después vería el resto de la tienda. Estuvo al menos unos cuarenta minutos revisando cada cosa que le llamará la atención,al final solo llevaba un nuevo par de tennis para su ya amplia colección. Continuaba su camino cuando el hambre lo llamó,golpe de suerte fue el encontrar un local de comida rápida,especificamente hamburguesas. Entró en el e hizo una orden bastante grande cabe decir,después de todo,su apetito era voraz. Prefirió pedirlas para llevar,pues ya empezaba a oscurecer y ya estaba algo cansado,además de que se le haría más difícil el ver el camino en la oscuridad de la noche.

 

            Llegó a su apartamento y empezó a comer lo que le restaba,ya que había comido algunas de las hamburguesas en el camino. Luego de haber terminado,dejó en el piso de su cuarto sus cosas y se tiró a la cama,quería dormir,cosa que no tardó mucho en hacer. Agradeció internamente que aun faltaran algunas semanas para que entrara de nuevo a clase.

 

            Se levantó a la mañana siguiente lo que él consideraba “temprano”;las once de la mañana. Aun aperezado,tomó su celular y pidió una pizza express, en esos momentos se agradecia el haber tomado el volante que un joven le ofrecio el día anterior. Mientras llegaba, tomó una corta ducha y se vistio con la ropa más comoda y simple que encontro, claro, desordenando sus maletas para encontrar algo.

 

            En cuanto llego la pizza,se la llevo a su cuarto,puso la musica en un volumen bastante alto y se puso a acomodar sus cosas. La inspiracion era necesaria para hacer cosas aburridas como el aseo. Empezo con su ropa,jugando a ponerse disfraces en su propia pasarela privada,se probaba varios atuendos incluso,en él,todo tipo de cosas se veian bien.

 

            Cuando hubo terminado,salio de su apartamento para dirigirse a su nueva preparatoria,ya que aun necesitaba terminar de llenar algunos papeles e ir a recoger sus uniformes. Seria de un pantalon azul oscuro y saco del mismo color,una camisa blanca por dentro y una corbata en color rojo. Los zapatos podian ser los que quisiera.

 

            Las semanas pasaban y llego el dia en el que entraria a clases. La paso practicamente durmiendo,arreglando una que otra cosa y recorriendo las calles y durmiendo mas. Ya habia ido a hacer las compras y tenia la despensa llena,ademas de haber comprado uno que otro cuaderno para la preparatoria,aunque aun no sabia que usaria exactamente.

 

            Habia aprendido algunas rutas de como llegar al centro de estudio,la mejor opcion y mas rapida seria en tren,ya que tenia la "costumbre" de atrasarse y llegar tarde. Y ahi iba el,a su primer dia de clase,en un lugar desconocido,con compañeros de clase y profesores nuevos,al menos debia presentarse en el mayor tiempo posible porque ahi no tendria a Momoi que lo convenciera de ir. Una vez hubo llegado busco su clase,suerte tuvo de que el profesor llego junto con el y antes de entrar le explico a la clase de su traslado,haciendole mas facil eso de presentarse.

-Bien,ya puedes entrar,por favor di tu nombre- dijo el profesor indicandole en un gesto con la mano de que ingresara en el aula.

-Soy Aomine Daiki,un gusto conocerlos- dijo el moreno haciendo una corta reverencia.

-Kagami,por favor levante la mano- dijo nuevamente el docente,el nombrado solo obedeció, desinteresado-¿podrias mostrarle las instalaciones en el receso?- fue ahi que levanto la mirada,solto un pequeño suspiro y asintio con la cabeza-Sientate detras de el-esta vez la orden era para Aomine.

            Camino hacia el lugar que le habian indicado,juraria que era el chico que vio en aquella tienda el primer dia de su estadia en la ciudad. Pronto averigüaria si de verdad era un jugador de basquet, confiaba en su instinto.

            No presto mucha atencion a la clase,que segun lo poco que habia entendido era de historia. Paso observando al pelirrojo que tenia al frente y aunque era riesgoso, planeando una forma de molestarle,algo en el le habia llamado la atención, sin saber con exactitud la razón. Su vista se poso en la cadena que colgaba de su cuello,que segun habia observado tenia un anillo colgando de ella.

            Para matar un poco de tiempo se dedico a observar un poco al resto de sus compañeros,su travesura la haria en el receso. La mayoria de ellos no resaltaban,eran solo estudiantes regulares o esa fue la impresion que tuvo de ellos,a excepcion de un par de chicos de cabelleras coloridas. Uno era un chico rubio que resaltaba,tal vez popular con las chicas y quizas con los chicos tambien. El otro era lo contrario,con cabello celeste e inexpresivo,no resaltaba e inclusive podia pasar desapercibido.

            El timbre que anunciaba el receso lo saco de sus pensamientos,seguido de un suspiro de alivio de muchos,incluso el pelirrojo al frente suyo. Empezo a guardar sus cosas e inicio con su pequeño experimento. Kagami aun guardaba lo suyo,asi que se acerco sigilosamente a su nuca y cuando este alzo un poco la cabeza hacia atras, acerco sus labios hasta la cadenita y la agarro entre sus dientes,rozando la piel del contrario y la tiro hacia él,sobresaltando al pelirrojo,mientras reia internamente y con burla,no contaba con que se volviera hacia él,que aun seguia en la misma posicion, lo que provoco que sus caras quedaran demasiado cerca y no tuvo mas opcion que soltar la cadena,volviendose a sentar para mirarlo con algo de burla,no queria perderse la cara de desconcierto de Kagami.

-¡Que demonios! ¡¿Porque diablos hiciste eso?!- trataba de no gritar tan fuerte,aun quedaba gente en el aula.

-Me parecio divertido hacerlo-miro hacia otro,restandole importancia al asunto con su tipico aire desinteresado,aunque se estuviera carcajeando internamente.

-¡No puedes ir haciendole eso a gente que ni siquiera conoces,idiota!-ya se habia calmado un poco,pero eso no quitaba de que seguia avergonzado,habia quedado realmente cerca y de haber sido por un poco más, se hubiesen besado ¡Definitivamente no queria eso!- Vamos,tengo que mostrarte el edificio- camino hacia la salida con algo de dinero,esperando que el otro lo siguiera,cosa que no tardo en hacer.

            En ese momento,un solo pensamiento paso por la cabeza de ambos "Estar con este idiota sera interesante" y sin evitarlo,ambos esbozaron una pequeña sonrisa.

            Primero fueron a la cafeteria y se dieron cuenta de que ambos tenian el mismo apetito voraz,por lo que fueron a una mesa con unos sandwiches para comer un poco de ellos,el resto los comerian durante el recorrido. Cuando les quedaron unos cuantos,fueron a conocer las aulas,con una corta explicacion de los profesores y como eran,para luego ir al gimnasio,el lugar que hasta el momento mas le interesaba al moreno.

-Oye, Kagami, ¿juegas basquet?- pregunto Aomine a su acompañante en su tipico tono,aunque la verdad era que esperaba una buena respuesta por parte de Kagami.

-Si,¿tambien juegas?- ambos tenian un leve brillo en sus ojos,provocado por el deporte que les apasionaba.

-Si,¿que te parece un 1 vs 1?-le dirigio una mirada retadora,insitandole a que le diera una respuesta afirmativa,ya se estaba empezando emocionar,algo en su interior le decia que habia encontrado a su rival.

-Cuando quieras,pero preparate para que te derrote-Kagami sonrió de la misma manera,adoraba que le retasen,así podría probar sus habilidades en la cancha y hacerse más fuerte.

-No hay manera de que eso pase,nadie ha sido capaz de vencerme-en esos momentos era cuando la personalidad petulante de Aomine salía a flote y se le notaba en la gran sonrisa burlona que posó en sus labios.

-Eso esta por verse- estaban por empezar a jugar e incluso se empezaron a quitar el uniforme para tener mejor movimiento y comodidad,con el balón en mano y sin haber tomado en cuenta el tiempo,el timbre del final del receso sonó,suspendiendo momentaneamente el encuentro,refunfuñando se acomodaron la ropa y caminaron hacia el aula.

 

            El resto del día la pasaron enviandose silenciosas miradas,hasta parecia que se comunicaban con ellas. Llegó el fin de las clases de ese día y con el,el pequeño juego del  par de chicos.

-Bien,he esperado esto todo el día,asi que apresurate-con todo ya guardado,Aomine presionaba a Kagami estando a un lado suyo.

-¡No te impacientes,Ahomine!-¿de donde diablos salio eso? Más importante aun,se conocian de hace unas horas ¡y ya se tenian esa confianza! ¡Él no era así!¿Qué demonios le pasaba?

 

¿Habia oido bien? ¿Lo llamo idiota usando su nombre? ¡Que demonios! Eso no se quedaria así, lo sorprendió en sobremanera de que no le molestara el que lo haya llamado así, no si era Kagami... ¿Que estaba pensando? ¡¿Acaso se estaba volviendo loco?! No había manera de que tuviera alguna compatibilidad con....con el idiota de Bakagami! ¡Si! ¡Eso era! Lo llamaría así, este era un juego de dos.

El pelirrojo recién acababa de terminar, se distraía fácilmente y mas con Aomine cerca, tenia algo que, quien sabe, era alguna peculiaridad suya que hacia que no le pudiera quitar los ojos de encima, desde el momento en el que intercambiaron palabras sintió que podrían llevarse bien, eran similares en varios aspectos y tenia curiosidad de saber mas sobre el.

-Vámonos ya, conozco una cancha cerca de mi casa-Kagami se levanto de su asiento y camino con Aomine a su lado.

-Vas a ver quien es el mejor, Bakagami-otra vez su modo arrogante, se sentía muy bien de darle con la misma moneda a su acompañante. Salieron rápidamente del edificio, dejándose guiar por el pelirrojo.

Realmente no le tomo importancia a como lo había llamado, él lo había hecho también. Lo extraño del asunto era que tampoco le molesto, aunque no le gustaba como se estaba tornando el asunto con esa confianza, si así eran en un solo día, ¿como seria si pasaban más tiempo junto? Despejo esos pensamientos por un rato al ver la cancha cerca, volteo a ver al moreno y sonrió al ver que esta tenia una sonrisa tonta en su cara, parecía que la había hecho sin pensarlo.

-Bien, ¡Empecemos!-era una suerte que Kagami siempre llevase consigo una bola de básquet, repitiendo el proceso del gimnasio se despojarse un poco del uniforme, empezaron oficialmente el pequeño encuentro.

            Las reglas eran fáciles, el primero en anotar 40 puntos seria el ganador. El primero en tomar el balón fue Aomine, que con gran agilidad y rapidez corrió hacia la canasta y lanzo uno de sus tiros sin forma, dejando boquiabierto a Kagami, cosa que lo emociono de sobremanera, definitivamente ese encuentro seria interesante. Kagami no se quiso quedar atrás y esta vez fue él el que tomó el balón, llego hasta el punto de tiro y con uno de sus potentes saltos, hizo un dunkeo. Aomine sonrió con suficiencia, eso era lo que estaba buscando. Esta vez se enfrentaron dribleando, que aunque Kagami tuviera buenos reflejos, Aomine tenía una gran agilidad, era un juego muy parejo. Así continuaron, hasta que Aomine se proclamo ganador en una diferencia de 5 puntos a Kagami.

-Hace tiempo que no tenía un juego decente con alguien, Bakagami- dijo el moreno sentándose en el suelo, con la respiración acelerada y una gran y sincera sonrisa.

-¿Me estas alagando?-respondió burlesco el pelirrojo, debía de admitir que Aomine era muy bueno jugando pero no se dejaría vencer tan fácilmente ,jugarían en otras ocasiones y le demostraría de que estaba hecho-Fue un buen juego, Ahomine-se sentó junto al moreno en el suelo, respirando agitadamente e igualmente con una de sus mejores sonrisas.

-Oye, ¿Que hora es?- miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba oscureciendo, no le importaba perder el tren, aun podía caminar pero ya estaba muy cansado como para hacerlo.

-Las seis y treinta-había sacado rápidamente su celular para ver la hora-¿Usas el tren?-

-Si, aunque no me se los horarios aun-soltó un suspiro, la respiración de ambos ya se estaba normalizando.

-Mala suerte, acaba de salir uno, el próximo será el de las ocho y cuarenta y cinco-sonrió burlón solo para molestarlo, como respuesta recibió un leve gruñido.

-¿Que se supone que hare durante dos horas?-llevo sus manos hasta su cabello y lo revolvió un poco.

-Podrías ir a mi casa-Kagami sonaba desinteresado, internamente se regañaba por haber abierto la boca para decir algo así, realmente que no pensaba lo que iba a hablar.

-¿Enserio?-el moreno enarcó una ceja, no se creía que ya pudiera confiar así en él como para llevarlo a su casa-me parece bien-sonrió un poco, imperceptible a la vista.

-Vamos entonces-se levantó y le tendió la mano a Aomine, ayudándolo a levantarse para empezar a caminar, nuevamente Kagami siendo el guía.

            Llegaron a unos apartamentos un par de cuadras más allá de donde se encontraban, Kagami saco la llave para abrir, no era un lugar muy lujoso pero si espacioso, aunque el pelirrojo tenia prácticamente desolado el lugar; la cama en su cuarto y unos pequeños estantes en la sala con algunas revistas de deportes. La cocina se podía decir que era el lugar con más cosas, tenía una cocina y un pequeño refrigerador, un desayunador y la pila.

-Vaya, tienes tantas cosas aquí, me están sofocando-el tono de voz que uso era claramente sarcástico.

-Vivo solo, es más que suficiente para mi lo que tengo aquí, ¿quieres algo de comer?-camino hacia la cocina mientras hablaba, casi nunca tenía visitas y esta era la primera vez que era tan amable con alguien.

-No sabia que eras tan servicial-molestar al pelirrojo era muy divertido a los ojos de Aomine-la verdad si, tengo hambre-

-En un momento, espera aquí-bufó un poco por la anterior broma y se puso a preparar unos sándwiches, era lo más rápido que había por el momento, hizo una cantidad justa para ambos y saco un par de sodas de la nevera y llevo todo a donde había dejado a su invitado, que estaba recostado despreocupadamente ojeando las revistas como si fuera su propia casa.

            Kagami puso los platos en el piso de la sala a falta de mesas y se dispuso a comer, observando como Aomine se arrastraba por el piso y se desperezaba, era también como si estuviera cazando a su presa cuando vio que le habían traído algo de comer “justo como una pantera” pensó. El resto del tiempo se la pasaron hablando sobre cosas triviales hasta que llegó la hora de que Aomine se fuera.

-Te veré mañana, Bakagami-dijo el moreno ya en la puerta, sin esperar respuesta empezó a caminar despidiéndose con la mano, cerrándola tras de si.

            Kagami sonrió negando con la cabeza, se había encontrado con alguien interesante. Recogió sus cosas y las llevo a su cuarto, después de lavarse los dientes se metió a la cama, necesitaba su merecido descanso de ese día.

            Al día siguiente y muchos que le seguirían, jugarían como lo hicieron ese día. Pasada ya una semana, entró el moreno oficialmente al club de básquet, había sorprendido al entrenador y cual fue su sorpresa de ver a aquel par de compañeros suyos allí también. No se habían hablado aún, pero parecía que conocían bien al pelirrojo.

-Te los presento, ellos son Kise Ryouta-señaló al rubio que respondió con una sonrisa-y Kuroko Tetsuya-esta vez señalo al chico de cabello celeste, que hizo una corta reverencia, se veía que era muy educado. Después de haberlos presentado, ambos se fueron a seguir practicando, dejándolos solos nuevamente. Sonrieron cómplices y fueron a buscar un balón para tener un pequeño juego.

 En poco tiempo se habían hecho muy cercanos, había pasado ya un mes desde que se conocieron llegaron a hablar como íntimos amigos de la infancia, sin saber que entre ellos crecía un nuevo sentimiento, algo nuevo que no habían tenido el placer de experimentar con nadie.

Dos meses, su equipo había llegado a ganar muchos partidos gracias al dúo que formaban Kagami y Aomine, se sincronizaban de una manera increíble y a los pases que les daba Kuroko junto con Kise, en esos momentos eran imparables. Era cierto que Aomine se contenía un poco en los partidos para no espantar a los jugadores del equipo contrario, no quería un juego en donde todos se hayan rendido por que no le vieron oportunidad de vencerle y hasta ahora, para alegría suya, ninguno lo había hecho.

Un día en el que Aomine se puso a pensar, descubrió que lo que sentía por Taiga no era simple amistad, “es amor” gritó una voz desde su interior. Por una vez en su vida dejo de lado su terquedad, él no era alguien que se echaba para atrás cuando decidía algo, esta vez su objetivo era declarársele en cuanto tuviera la oportunidad perfecta, que no tardó en llegar en forma de mensaje: “Alquile algunas películas para ver en mi casa, ¿quieres venir?” sonrió ladeado y contestó un simple “Solo espérame”.

Se arregló mejor que en cualquier otro día en el que haya ido a ver al pelirrojo, no dejaría pasar esa oportunidad y si lo rechazaban, simplemente tenía que enamorarlo, pero es más difícil decirlo que hacerlo, ¿no?

Parado frente a la puerta repasaba mentalmente lo que diría, el romance no era lo suyo así que se lo diría sutil y honesto, no había nada que pudiera salir mal. Tocó la puerta y casi al instante salió Kagami a recibirlo. Se fueron a sentar en el sillón que había comprado y prendió la televisión, puso una película mientras iba a traer las palomitas. La película era de acción y suspenso, con temática policial, era una suerte que ambos tuvieran los gustos tan parecidos.

En la cocina, Kagami también había decidido lo mismo que Aomine, ese era el motivo real por el que lo cito. Ya tenía que regresar con él y en algún momento llevaría a cabo su plan.

Aomine vio regresar a Kagami con un gran tazón de palomitas y un par de refrescos. Se sentaron relativamente cerca uno del otro, se podía sentir la tensión que había entre ellos. El primero en hablar fue Aomine.

-Escucha, Kagami, hay algo que tengo que decirte- se acomodó mejor para verle a los ojos al tiempo en el que el pelirrojo dejaba el tazón en una mesita cercana-estuve pensando en algo y eso es que ya no te veo como a un amigo, la verdad es que me gustas, Kagami-

            El pelirrojo estaba que no podía caber en si, al parecer si sería correspondido, soltó una ligera risa y al no encontrar palabras que formular, se acercó al moreno para depositar un pequeño y corto beso en los labios contrarios, beso que no fue rechazado y en vez de eso, intensificado.

-Y pensar que te llame para decirte justo eso, Ahomine- eso era un si para ambos, el moreno rebosaba en felicidad, no aguanto las ganas de abalanzársele al tigre para besarlo hasta que no pudiera más. Tal parecía que las películas quedarían para otra ocasión y al final, ese cambio de aires fue la mejor idea que se le hubiera podido ocurrir a Aomine Daiki.


Notas finales:

Espero que les haya gustado. Gracias por leer!


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