Todo era paz y armonía, las aves cantaban, el sol resplandecía y en aquella sala ni un ruido se oía…hasta que cierto rubio lo interrumpió.
—Mierda…
Al solo terminar de maldecir por su torpeza aparecieron los guitarristas y el pequeño vocalista que al ver el desastre que realizo el del bajo optaron por echarse a reír, al menos dos de ellos.
—¿Pero de diablos paso aquí Reita?-pregunto el más alto.
—Yo solo quería alcanzar las partituras que estaban allá arriba y…
—¿Y se te ocurrió subirte al taburete de la batería de Kai para así destrozarlo todo?
—No pensé…
—¡Es que tú nunca piensas amigo!-grito en risotadas el menor de la banda.
—¡Maldición Reita! Kai te va a matar.-concluyo su risa Aoi para decirle con cara seria aquella advertencia al torpe rubio.
—¡No lo hice apropósito! Fue un accidente…
—Hey, ¿recuerdan cuando uno del staff “accidentalmente” tropezó con un cable y cayó encima de los tambores de Kai?-Pregunto el pequeño malvado que solo quería poner más nervioso al pobre bajista.
—Como no recordarlo, Kai se puso como energúmeno…-dijo con cierto susto el de ojos miel.
—¿No lo habían despedido?-dramatizo el pelinegro.
—¡Basta! ¡Tú!-apunto a Ruki quien se sorprendió por el grito y se apuntaba así mismo.—¡Si, tu! ¿No eras batería antes? Bueno, ayúdame a arreglar esto.
—Reita pero si yo…-el menor no pudo acabar puesto que el rubio lo miraba con cierto enojo y desesperación a lo que este solo respondió a tragar en seco y ponerse manos a la obra.
Después de unos pocos minutos sorpresivamente terminaron de armar lo que era la preciada batería de Kai quien por cierto era raro que aún no llegara.
—¿Kai tenía algo que hacer?
—Sí, fue con el manager a arreglar unas fechas para una sesión pero no ha de tardar…-y en lo que Uruha terminaba de hablar el nombrado apareció en la sala callándolos a todos y poniendo en suspenso el ambiente, notándolo el mismo.
—¿Pero es que se les apareció la muerte o algo así?
—No es nada…
El castaño miro a cada uno de ellos pero se detuvo en una sola cara que se le hacia las más sospechosa de todas—¿Acaso Reita se metió en problemas de nuevo?-dijo mirándolo con desdén.
—¡¿Yo?!
—Siempre eres el problemático aquí.
—Enserio, ¿Qué te hice?
El moreno se lo pensó por un momento “Que no me has hecho ya…” pero decidió guardar sus pensamientos para sí mismo y cambio su seriedad a una de sus famosas sonrisas.—¡Bien! Basta de flojear y hora de ponerse a ensayar.
Vaya que ese día especialmente no querían oír aquello, pero todos rezaban por que el batería no se diera cuenta de lo pasado anteriormente.
Kai se sentó en su respectivo lugar, hizo algunos ajustes en sus platillos preguntándose porque algunos estarían tan abajo pero le restó importancia para así terminar y tomar sus baquetas para empezar a ensayar aunque sus compañeros solo estaban a la expectativa de que el moreno no se diera cuenta.
—Chicos…
Todos se dieron cuenta que solo estaban como idiotas ahí parados. Tomaron sus propios instrumentos y así comenzar a tocar. Ruki realizo el conteo respectivo y no se dejó esperar el primer sonido de la batería…Nada, no pasó nada. Todos se aliviaron que la batería estará bien y que el moreno ni se inmutara de lo antes ocurrido.
El ensayo transcurrió normal, terminaron temprano para así irse a algún bar de por ahí a beber pero un pequeño tornillo que brillaba cerca de su hermosa batería llamo la atención de cierto moreno.—¿Pero qué…esto no es de mi...—y apenas iba a mencionarla cuando la batería por completo se desarmo.
Silencio, silencio fue lo que protagonizo aquella sala después de todo el ajetreo, todos salieron despavoridos de ahí, todos…excepto Kai y Reita.
—K-kai…-atino a hablar el rubio que ojala nunca lo hubiera hecho pues eso hizo desatar la furia del moreno.
—¡¿Qué carajos paso aquí Reita?!
—F-fue un accidente, las partituras, las quería alcanzar y…caí.
—¿Encima de mi batería? ¿Es que acaso piensas alguna vez? Nunca tienes cuidado, siempre te metes en problemas y el responsable de limpiar tus descuidos soy yo ¡YO!
—Kai…yo…
—¿Lo siento? ¿Es lo que quieres decir? Esta vez no funcionara, ya me harte…
—¡¿Y crees que yo no?! Lo siento si soy un idiota torpe, siento mucho que tengas que cuidar de mi todo el tiempo y lamento que seamos compañeros de banda…quizá nunca debí haberme metido en esto.
El moreno reacciono ante las palabras del rubio, lamentaba el no poder controlar sus estribos y menos ante él…él, que lo volvía loco de remate no solo por meterse en tantos problemas que lo perjudicaban, si no toda su persona, lo torpe que era pero a la vez lo ágil, lo despreocupado pero orgulloso, lo terco pero amable y es que aquel rubio tenía un sinfín de defectos pero sus cualidades eran incomparables. Es por eso que cautivo a Kai desde el primer momento en que compartieron habla, después fue fijándose en los pequeños (grandes) detalles sobre la apariencia del rubio, no era musculoso pero tampoco delgado, era atractivo y tenía que admitir que cuando tocaba el bajo inconscientemente movía sus caderas, lo que hacía que el moreno se fijara en su trasero, uno muy lindo por cierto. Le gustaba…y mucho pero también lo sacaba de quicio porque Reita era difícil…demasiado.
—No vuelvas a decir eso.
—¿Por qué no? ¡Se nota a mil kilómetros que yo solo estorbo! Tú lo sabes más que nadie, debería desaparecer de the Gazette y listo…–el moreno no soporto más y tomo a Reita de la muñeca para lanzarlo al sofá que permanecía en la sala, se subió encima y lo miro con aquellos ojos oscuros que en ese momento sonsacaban al otro.—Tú me eres tan indispensable como el oxígeno que llenan mis pulmones y si algún día se te ocurre irte sin MI permiso…te destruiré, porque tú me destruirías a mí.
Reita no sabía si reír o llorar pero a como lo dijo el batería era mejor guardar sus comentarios y tratar de pensar claro…¿pero que carajos debía de pensar? Su compañero de banda y amigo de años ¿se supone que acababa de confesársele? Su cerebro, por más que quisiera, no podía carburar ni un poco, pero cierto dolor le hizo reaccionar.—Kai…
—¿Si?
—Me estas aplastando mi…–el rubio apunto hacia sus pantalones, justo en la entrepierna lo que hizo que el moreno se sorprendiera y comenzara a ruborizarse.–Lo siento…
—No hay problema pero contestame…¿Yo te gusto?
—¿Es en serio?–Reita asintió con la cabeza haciendo reír a Kai que internamente no podía creer que el rubio fuera tan despistado.–Reita…eso lo descubrirás por ti mismo.
El rubio pensó por un momento para empezar a maldecir al aire, le preguntaba e insistía al castaño pero este no decía ni “pio”.
“Con el tiempo te darás cuenta pero por ahora no quiero que me tomes ventaja y veas que puedes destruirme tu mismo…”