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HOMOPHOBY por SungHyelie

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Notas del capitulo:

Hola! Aquí esta el nuevo capítulo.

No se si leyeron las notas del primer capítulo, ahí decía que era un mini-fic y bueno, estimad@s lectora(e)s este es el penúltimo capítulo de este fic. 

Gracias por su apoyo y sus reviews que me ayudan a seguir escribiendo, en el siguiente capítulo habrá dedicatorias así que no se lo pierdan <tres.

Disfruten su lectura~


-Joder, debo de estar realmente loco- Se dijo así mismo mientras corría en dirección a su salón.

-Hey- gritó su amigo Kyuhyun que se acercaba a él a toda prisa -Choi; te vi hablando con ese niño. Tu tampoco pierdes tiempo eh- sonrió -Oye, Choi; ¿De verdad no te gusta Taemin? Te vi besándolo en la frente, quizás eres Gay y no lo quieres aceptar - río.

Minho se quedó en silencio, su corazón volvía a palpitar rápidamente al recordar la escena.

-Kyuhyun- le habló serio.

-¿Uhm?

-¿Puedes hacerme un favor?

-Claro, pero... necesito dinero- habló con la esperanza de que Minho captara la indirecta.

-Sólo traigo veinte ahora mismo.

-Esta bien- extendió la mano como si esperara por el efectivo.
Minho resopló y sacó su billetera, le entregó el dinero al más joven y el otro contó cada billete.

-Ahora si, ¿que favor es?- sonrió.

-Bésame- masculló.

-¡¿QUÉ?! ¡TE HAS VUELTO LOCO!- gritó alarmado.

-Sólo en la mejilla, lo juro, necesito...

-¿Comprobar si eres gay? No cuentes conmigo, Choi; toma tu dinero.

-Te daré setenta- parecía que los ojos de Kyuhyun se saldrían de sus órbitas, ¿setenta dólares por un beso? podría besar a un anciano por esa cantidad.

-Sólo... Sólo uno y que nadie se entere, Choi; si se enteran... ¡Estas muerto!- Advirtió.

Minho movió la cabeza afirmativamente y cerró los ojos.
El roce de los labios de Kyuhyun sobre su mejilla no le provocó ninguna reacción.

-Bien, Choi; ya hice mi parte, espero mi dinero- y se fue.

Minho enseguida se limpió la mejilla con el dorso de su mano. Por fortuna nadie los había visto.
Al final del día salió a donde había quedado de verse con Taemin y ahí espero un rato hasta que el pelirrojo hizo presencia.

-Minho- lo saludó.

-Hola, ¿nos vamos?- Taemin asintió.

-¿Quieres ir a...?- la frace no fue finalizada.

-Valla, valla, Choi y Lee- interrumpió un joven.

-¿Que quieres Park?- Minho dio un paso delante de Taemin protectoramente.

-¿Van a algún lado princesas? ¿Ya son pareja?- río más fuerte.

Taemin dio un paso a la lateral de Minho con desicion y el alto volteó a verlo. 
Minho apretó los puños a sus costados, comenzaba a perder la paciencia, pero algo inesperado sucedió.
Taemin se alzó un poco sobre las puntas de los pies y posó sus labios sobre los de Minho, pero casi de inmediato se apartó.

-¿Así o más claro Park? Él y yo somos pareja y no puedes hacer nada para evitarlo- Minho no cabía en su asombro, estaba atónito, su corazón latía muy rápido, tanto que incluso el pecho comenzó a dolerle y su cabeza estaba hecha un caos total. El joven de cabellos azabache estaba horrorizado, así que salió corriendo a algún lugar gritando un "esto no se queda así". Taemin con toda la tranquilidad del mundo resopló.
Cuando porfin las ideas de Minho estaban ordenadas comenzó a pronunciarlas con voz casi inaudible.

-Tu-Tu... ¿P-Porque?- no podía dejar de tartamudear.

-Me gustas Minho.

Se quedo una vez más de piedra, Taemin había sido tan directo... Las palabras del menor no habían sido envano, lo habían hecho abrir los ojos y ver que él también sentía atracción hacia Taemin apesar de saber lo que eso significaba: rechazo.

-No se puede Taemin, lo lamento.

Taemin mantuvo la frente en alto y suspiro con alivio.

-Agradezco que por lo menos hayas sido claro, gracias Minho, nos vemos luego- después se marcho sin voltear a ver atrás.

Cuando el chico pelirrojo llego a su casa se tumbó en el sofá sin muchos ánimos. Toda la semana la paso evitando a Minho, y Minho evitando a Taemin, cada día se volvían más distantes. Pero, no todo estaba mal, la semana que Taemin se alejó de Minho, Kai y él se volvieron más cercanos, ahora Kai no llegaba tan tarde y no lo dejaba sólo tanto tiempo, lo cual en algún modo le gustaba y agradecía.

~Un Jueves~

-Que bueno que llegas Taemin, necesitamos hablar.- su hermano ya lo esperaba en el comedor.

-¿Paso algo?- cerro la puerta detrás de sí inmediatamente y fue en dirección a la cocina para preparar algo de comer.

-Vamos, siéntate un momento, esto es algo serio. 

-No, puedes hablar mientras hago la comida, debes de tener hambre- Taemin tomó un paquete de tallarines y sacó varios ingredientes para prepararlos.

-Taemin, no es algo que se tome a la ligera, vamos siéntate, es mejor que estés sentado cuando...

-Kai, por favor, dilo rápido, tengo cosas que hacer- Taemin seguía sacando cosas de la alacena. 

-Tu sabes que mamá... ella... vivía depresiva siempre ¿no?- asintió- pues... también sabes que el alcohol era su vicio y bueno...- Taemin sostenía una taza de cristal cuado la noticia le cayó de golpe -El alcohol acabó con ella Taemin, ella... por desgracia, no va a estar con nosotros nunca más. 

Taemin dejo caer la taza hacia el piso y casi enseguida las lágrimas empezaron a aparecer bajo sus ojos, sus rodillas se doblaron y estuvo apunto de caer sobre los vidrios, de no ser porque Kai se levantó rápidamente y lo sostuvo.
Su llanto era amargo, ya había sido mucho. Primero Minho, ya sabía que la probabilidad de que lo rechazara era demasiado alta, pero... ahora ¿su madre? Nunca la conoció como una madre, siempre fue "Señora Lee" para Taemin, pero aún así le dolía el hecho de que estuviera por desgracia, muerta. Sintió unos brazos rodearle la espalda y se giró para ver la cara de su hermano.


-No está bien llorar Taemin, tu y yo hace mucho le brindamos ayuda, ella no la quiso, mamá ahora esta con nuestro verdadero padre, esta bien Tae- al pelirrojo no le gustaba que lo vieran impotente, pero que le quedaba, Kai era su hermano, su única familia ahora. Se tiró a los brazos del mayor y sollozo en su pecho 

-Vámonos de aquí Taemin, no podemos vivir teniendo esta vida, mamá está en un lugar mejor y ese hombre... Nuestro "padre" actual, nos vendrá a buscar pronto, cuando sepa que mamá ya no está viva.

-Pero Kai- los ojos de Taemin estaban competamente rojos.

-Prepara tus cosas y deja todo en orden, nos vamos en tres semanas.

-¿Y el colegio? No puedes hacer esto Kai, estoy por terminar el año.

-¡Taemin! ¡Has cambiado tres veces de escuela, y cambiarás las veces que sean necesarias! ¡¿escuchaste?!- ahí estaba, otra vez el hermano que le daba miedo.

Después del grito de Kai, salió corriendo fuera, una vez más hacia el parque de la última vez.

Se sentó en la banca en donde había estado aquella noche con Minho y lloro, lloro aún más. Las personas que pasaban lo miraban con expresiones preocupadas y confundidas, Taemin no tenía ni la menor idea de que estaba haciendo en esos momentos.

-No llores, tus ojos se hincharán- aquella voz la conocía.

-¡No lloró idiota!- siguió sollozando.

-Ven aquí- lo tomó por los hombros y le dio un fuerte abrazó, uno lleno de tranquilidad, ternura y confortación.

-¡No te necesito! Déjame en paz Choi

-Vamos Tae, esta bien, puedes llorar, aquí estoy- las palabras de Minho lo lastimaban, apesar de que eran suaves le hacían ver que el alto sólo lo veía como amigo.

-¡¿No lo entiendes?! ¡Tu me gustas! No puedes tratarme así Minho, no puedes... no...

-¡¿Porque no puedo?!

-¡Porque yo no te gusto!

-¡Quien dijo que no me gustas!- los labios de Taemin fueron capturados por un roce de labios con unos ajenos. Abrió los ojos de par en par, su corazón se detuvo una milésima de segundo.

-Yo ye dije que no se podía, jamás te dije que no me gustarás- dijo ya más calmado- Si que lo he estado pensando- sonrió - Taemin, también me gustas.

Taemin se tiró al pecho de Minho después de algunos segundos, lo abrazo muy fuerte y lloro bajito. Minho lo abrazo. 

-¡Eres un idiota Choi! ¡Idiota! Te odi...- esta vez un beso en la frente lo silencio y lo hizo sonrojar.

-No lo digas Taemin, nunca digas que me odias porque yo no podría odiarte a ti.

-Minho...- susurro casi inaudible.

Minho bajo un poco su cabeza hasta que sus ojos quedaran a la misma altura que los ojos de Taemin.

-Nunca podría odiar a quien me gusta y me vuelve loco- Susurró cerca de sus labios y acto seguido, los atrapó como sí su vida dependiera de ello.

Ambos estaban probando la gloria en vida.

El menor poso sus brazos al rededor del cuello de Minho, y el otro tomo delicadamente la cintura de Taemin.
Se fundieron en un beso dulce, tierno y totalmente deseado por ambos.

Después de unos minutos tuvieron que separarse por falta de aire.
Juntaron sus frentes, sin soltarse

-Minho...- Le llamo el menor. -No me engañes. No me mientas, no juegues conmigo; por favor.

Minho sonrió ligeramente.

-No estoy jugando con nada. Me gustas, Taemin; me gustas demasiado- Beso tiernamente los labios del otro. -Intentemoslo-

Minho abrió los ojos y se separó un poco del mayor.

-¿Hablas enserio, Minho?- Él asintió. -Pero, ¿y tus padres?

¿Sus padres?
Claro, era tanta la emoción que olvido por completo la idea de que tenía padres homofóbicos.

-No tienen por que saberlo aún. No les diremos.- Taemin lo miro dudoso. -Vamos, intentemoslo. Será nuestro secreto.

El menor lo dudo.
Minho se había convertido en poco tiempo razón de toda su felicidad y a la vez de su desdicha. Soñaba, anhelaba que este día llegara. ¿Y que le impedía para aceptar? La realidad. La realidad de que en cualquier momento los padres de Minho se enterarían y los harían alejarse uno del otro. 
No quería que eso pasará. No podría soportarlo. Y todavía la noticia que le había dado hace poco su hermano. Era un hecho que los separaría.

Pero, le mataría la idea de no haber aceptado, de no haberlo al menos intentado.
Que pasará lo que tuviera que pasar.

Taemin se puso ligeramente de puntas para tomar posesión de esos carnosos labios rosados. Claramente Minho lo recibió gustoso.

-Vamos a intentarlo- Repitió la frase que hacía algunos minutos Minho había pronunciado.

El mayor sonrió y abrazo fuerte al menor, alzándolo un poco. Lo bajo, se separó de él y simplemente miro ese rostro angelical que le encantaba con demasía de amor.

-Te quiero, Taemin- Beso la frente del nombrado.

-También yo, Minho

Nadie más existía ahí. Solo ellos dos. Solo esas miradas de enamorados y complices. Ambos estaban felices de estar al fin uno con él otro. Pero, eso no quita el terror y miedo. No sabían que iba a pasar después de esta pequeña confesión. ¿Realmente iban a poder estar juntos como ambos deseaban? El miedo los evade, pero la felicidad y su amor mutuo hacen que esas preocupaciones sean menos.

~poco después~

Ambos se encontraban sentados en la banca, tomados de la mano y hablando de cualquier tontería. 

Amaban estar así.

-Tae...- Le llamo el Mayor.

-¿Uhm?

Minho dudó un poco, pero se decidió por preguntar. -¿Por qué llorabas hace un rato?

Taemin se puso pensativo. Recordaba lo que su hermano le había dicho y una lágrima salio sin permiso de sus ojos.

-¿Dije algo malo? Perdón- Tomo ambas manos de Taemin entre las suyas y repartió varios besos en ellas, como forma de disculpa.

El pelirrojo lo miro con ternura.

-Mi-mi..-No podía ni siquiera pronunciarlo. -Mi-mi m-mamá- Minho lo miro preocupado. 

Taemin se soltó a llorar. 

El pelinegro se sobresaltó y lo único que supo hacer fue abrazar al pequeño protectoramente.

-Tranquilo, Tae. Perdón, no quise hacer que llorarás.- Minho no sabía como calmar al menor y le partía el alma verlo así.

-Mi-mi m-mamá... Mi mamá falleció, Minho- Susurró Taemin entre sollozos, aferrándose al pecho de su ahora novio.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?- Taemin movió su cabeza en forma de negación.

-Aún no, solo qu-quedate conmigo. No me dejes- Hablo casi inaudible.

-No te dejaré, Taemin. No podría y menos ahora.

El chico se separó ligeramente del alto y lo miró a los ojos, ahora rojos.

Minho tomo la cara del pelirrojo entre sus manos y borro todo rastro de lágrimas. -Odio verte llorar. Odio ver a mi pequeño novio llorar.

Taemin lo miró con alegría, pero sin quitar ese semblante de tristeza en sus ojos.

-¿Novio?- Preguntó dudoso el menor.

-Sí, mi novio.- Sonrió. Se acercó a sus labios y los beso delicadamente.

Así estuvieron un rato, ambos en compañía de la persona que amaban. Taemin se había quedado dormido mientras se recargaba del hombro de Minho y el alto no podía hacer más que mirarlo con ternura.

-¿Tu quien eres?- dijo un chico un poco más moreno que Taemin.

-La pregunta es ¿quien eres tu?- Minho saltó a la defensiva.

-Soy Kai, el hermano de Taemin- rodó los ojos- ¿y tu quien eres?

-Soy... Choi Minho- hizo una casi imperceptible reverencia con la cabeza- el novio de tu hermano.

Kai estaba claramente sorprendido, sus ojos se agrandaron más de lo normal. 

-No sabía que Taemin tuviera un novio- sonrió un poco incomodo.

-Ahora él esta dormido, pero cuando despierte le puedes preguntar tanto como quieras.

-Creo que es tarde, es hora de que Taemin regrese a casa- se acercó hacia ambos chicos- gracias Minho, espero verte pronto.

Levantó a Taemin con cuidado, era muy delgado y Kai lo suficientemente musculoso y valla que el pelirrojo tenía el sueño pesado. Lo cargo en su espalda y se fue caminando de regreso a su hogar.

Minho regreso a casa sin más y recibió un regaño fuerte por parte de su padre, lo había llamado "vago" cosa que jamás en su vida le habían dicho. Subió a su habitación, apago las luces y durmió con una sonrisa estúpida en la cara, ¿la razón de su sonrisa? Lee Taemin.

Los días siguientes la monotonía de su vida había cambiado, despertaba antes de lo usual salia de su casa antes, corría a su colegio en lugar de caminar, no hablaba con Jinki por la mañana; para ser un enojo "pasajero" ya le había durado más de la cuenta. Algunos días incluso quedaba con Taemin y salían a algún lugar.
Un martes cerca del medio día, a la hora del almuerzo Taemin y él quedaron en una cafetería un tanto apartada de los edificios, fue entonces que sucedió. 

-Oye Choi, ¿sigues jugando con la princesa?- Minho volteó a ver a el joven de cabello azabache con confusión.- todavía estás a tiempo, no... no está bien esto...

Taemin bajo un poco la cabeza con desagrado y culpa pero siguió con una postura firme. Minho apretó los puños.

-Vamos Choi, no hagas esto, ¿no vez que él es asqueroso? ¿Porqué te juntas con un maricón?- esta vez Minho estallo.

El joven moreno se abalanzó sobre Park, quedando a horcajadas de él y comenzó a golpearlo con los puños en el rostro.

-¡Tu eres el repugnante! El solo ama, ¡amor es amor imbécil! No es justo que tu eres diciendo eso! ¡Tu eres la verdadera asquerosidad aquí!- siguió con los golpes.

-¡MINHO! ¡Detente! No vale la pena...- Taemin se había levantado de donde se encontraba y agarro a Minho por la espalda. 

El joven paró los puños y se incorporó nuevamente.

-¡Que sea la última vez que insultas a Taemin o nos molestas! ¡¿Quedo claro?! 

Park se quedo tirado en el sueño de la cafetería, las personas presentes observaban con preocupación. Minho tomó a Taemin por el brazo y lo arrastro hacia la salida hacia algún otro lado.

Llegaron a una banqueta y se sentaron sobre ella un buen rato en silencio.

-Después de todo esto- dijo de pronto Taemin con un suspiro- ¿quisieras ir a mi casa?

-Tengo que avisar primero a mis padres- Minho estaba emocionado, pero todo el pleito de antes le tenía un tanto molesto. Aún así sería la primera vez que visitaría la casa de Taemin.

-De acuerdo, será para...

-¡NO! Esta bien, vamos

-¿Estas seguro? Podemos...

-Claro, sólo será un rato- la risita de Taemin lo hizo sonreír.

-Entonces vamos.

Caminaron hasta la casa de Taemin. Minho llevaba abrazado al chico por el cuello y el pelirrojo avanzaba con pasos completamente robóticos dudando entre abrazarse o no a la cintura del mas alto.

La cerradura de la puerta giró y se adentraron al lugar. En un principio Minho estaba asombrado, la casa de Taemin apesar de no tener muy buena pinta por fuera, le gustaba. Por dentro los muebles estaban cubiertos de polvo, habían cajas de cartón con cosas empacadas a las cuales no les dio importancia y sólo habían cuatro habitaciones.

-¿Que quieres comer?- le preguntó Taemin sacándolo de su inspección.

-Lo que sea esta bien

-¿Seguro?

-Si

-¿Que tal unos tallarines? Es lo más rápido que puedo cocinar ahora mismo.

-Esta bien- contestó.

Se sentó en uno de los no tan cómodos sillones y miró del suelo al techo en silencio. Pudo presenciar botellas de ron, brandy, vodka, cerveza, una medalla en baloncesto y algunos discos de grupos un tanto viejos.

-¿Te gustan?- hablo Taemin desde la cocina.

-¿Gustar que?

-Los discos- musitó

-Son grupos muy viejos, no los he escuchado.

-Yo tampoco. Mi hermano es él que ama esos grupos- sonrió al recordar lo cercano se había vuelto a Kai.

-¿Que edad tiene tu hermano? ¿Estas seguro de que no es tu abuela quien los escucha?- Taemin soltó una carcajada.

-Hey, sólo es un año mayor que tu- río.

-¿Y que hace él? ¿Trabaja en algo?- curioseo

-Autos- le respondió simple.

-¿Es mecánico?- preguntó incrédulo.

-Eso sería mejor...

-Cualquier trabajo es digno-esbozo una sonrisa.

-Pero él no "trabaja" precisamente- hizo las comillas.

-No entiendo.

-Juega, él conduce autos en los arrancones- agachó la mirada -No digo que me guste su trabajo, pero gana demaciado bien. Sin él, ahora mismo yo estaría muriendo.

-¡¿Arrancones?!- exclamó - Taemin, eso es muy peligroso.

-Eso ya lo se. Hace poco más de dos años estuvo en el hospital, los frenos no... no funcionaron...- su mirada se volvió triste.

-Lo lamento- atinó a decir.

-Esta bien, Minho; ni siquiera es tu culpa, no se porque dices que lo sientes. Ve a lavarte las manos, el baño es esa puerta de ahí, esto ya está casi listo.

Minho obedeció. Caminó hacia el lugar que le indicó el pelirrojo, eso reducía los cuartos a tres, supuso que uno para cada integrante de la familia.

Cuando regresó a la cocina, miró a Taemin de espaldas, jamás en su joven vida había visto a un hombre servir la comida por lo que se quedó maravillado, por alguna extraña razón le dieron ganas de abrazarlo por la espalda.
Taemin puso ambos platos sobre la mesa de verdad se veía exquisito a pesar de ser un platillo tan simple.

-Siéntate, espero que te guste- dijo sentándose frente a él, en ese excesivamente pequeño comedor.

-Gracias- comenzó a comer. Estaba delicioso, se atrevería a decir que eran los mejores tallarines que había comido; ni siquiera su madre cocinaba tan bien.

-¿Y que tal?- Taemin lo miraba expectante.
-¡Delicioso!- exclamó - tienes que enseñarme a prepararlos algún día.

-Claro- Contestó el otro con una sonrisa.

Terminaron de comer, mientras hablaban de temas variados. Mientras se conocían un poco más.

Taemin levantó los platos y fue a dejarlos al fregadero. Luego los lavaría.

-¿Quieres ver una película?- Preguntó el menor al regresar a la sala.

-Me parece bien- Minho le sonrió.

Taemin correspondió a la bella sonrisa del otro, y caminó hacia el pequeño mueble donde guardaba todo tipo de películas y series.

-¿Te gustan las de terror?- Preguntó el pelirrojo.

-Sí, claro.

Taemin asintió y fue a poner su película de terror favorita. Luego tomo asiento junto el moreno.
Todo iba bien, hasta que una escena no tan grata hizo que ambos saltaran y su distancia se acortara. Ambos se voltearon a ver, veían los labios del otro, pero ninguno se atrevía a tomar el primer paso.

"Besame de una maldita vez"— pensó el menor.

"Estas loco por él Minho, acéptalo." — Se dijo el alto así mismo.

Minho acercaba poco a poco su rostro al del otro. Su cercanía era mínima, hasta que sucedió lo que tanto ambos deseaban.

Un dulce y tierno beso.

Poco a poco el beso fue subiendo de tono. Taemin subió sus brazos hacia el cuello del mayor e hizo una cadena con sus dedos detrás de su cabeza, abrazándolo. Mientras que Minho lo tomaba suavemente de la cintura, el tacto con la ropa de Taemin le quemaba, necesitaba tocar algo de piel.
Era un beso lento, pero duradero. Sencillo, pero mágico. Lo era todo.
Los corazones de ambos parecían bailar juntos al ritmo de sus latidos tan apresurados.
-¿Taemin?- Una voz tenía que interrumpir el momento, su momento.
Ambos se separaron y miraron al dueño de aquella voz.

-Kai- Se levanto rápidamente el pelirrojo -¿Hace cuanto llegaste?

-Hace un momento. Lo lamento, no quería interrumpir- Dijo el hermano de Taemin. 

Ambos se pusieron rojos.

-Bueno, Taemin. ¿no me vas a presentar formalmente?- Pregunto con picardía el Lee mayor.

Taemin se puso aún más colorado -Kai, él es Choi Minho. Minho, él es mi hermano Kai.- Dijo con notorios nervios.

-Mucho gusto- Saludó Minho estendiendo su brazo. Kai le correspondió con gusto.

-Igualmente- Sonrió -Bueno, no se preocupen por mí. Estaré en mi cuarto escuchando música.- Caminó hasta las escaleras. Pero, antes de subirlas le guiñó el ojo a su hermano, y sólo desapareció en los últimos escalones.

El menor soltó una bocanada de aire que tenía guardada.

-Que susto me pegó- Dijo el menor dejándose caer en el sillón.

-¿Crees que yo no me asusté?- respondió Minho. Taemin lo miró y simplemente sonrió.

Estaba feliz, mas que feliz.

Minho correspondió la sonrisa y desvío su mirada al reloj color madera que estaba en la pared.

-Ya debo irme, Tae

Taemin asintió.

-Te acompañado a tu casa.-
-No, ya es tarde. Quedate, yo puedo irme solo

Caminaron hacia la puerta de la casa.

-Te veo mañana en el colegio.- Dijo Minho mientras miraba a los ojos a el bajito.   Él solo asintió.

Ninguno de los dos dijo algo más. Minho tomó con una mano la mejilla del menor y acarició delicadamente la zona. Después subió la otra, lo tomó suavemente del rostro, pero no lo beso, simplemente lo miró con dulzura, no quería apresurar nada.

Lo soltó.
Taemin tomó la cintura de Minho, sólo un poco, necesitaba de él y pegó su rostro en su pecho, podía sentir los latidos del mayor: rápidos y demasiado fuertes en su palpitar.

Era la escena más hermosa que ambos pudieron imaginarse.

Se alejaron después de aquel corto, pero memorable abrazo. Y solo sonrieron.

-Hasta mañana.- Dijo Minho.

-Nos vemos mañana- Taemin se acercó y depositó un pequeño beso en la mejilla del otro. Minho sonrió un poco más y con toda la tristeza del mundo, se alejó de Taemin. Se sonrieron un momento más y Minho salió en dirección a su casa.

 


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