Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Healing Love por LayHun

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aqui esta...el ultimo capitulo...

Espero que les haya gustado, hice lo mejor que pude para llegar a este resultado...

Lean y disfruten >///<

Se levanto perezosamente de su cama para comenzar otro día de trabajo.

 

Aun el sueño le invadía, pero había cosas por hacer y no podía darse el lujo de continuar durmiendo.

 

Mientras Lay se colocaba sus zapatillas color azul, observó la cama frente a él. Habían pasado cuatro días desde la discusión con Tao, y aún así no paraba de sorprenderse o de sonreír, cuando veía a Sehun dormitando tranquilamente en ese cuarto.

 

-Sehun…- susurró para despertarlo, pero al acercarse notó que tenía puestos sus auriculares color blanco –Otra vez olvidaste quitártelos- caminando unos cuantos pasos hasta su cama se sentó en ella y removió lentamente ese aparato de sus orejas –Te dije que no durmieras con esto puesto, vamos despierta-

 

-Hmm…Hyung…déjame dormir- murmuró el menor, cubriendo su rostro con la almohada y emitiendo leves quejidos.

 

-Lo siento pero no puedo dejar que lo hagas, si despiertas pasearemos por donde tú quieras…- esperó su respuesta y sin poder contener su expresiones de “enamorado despistado”, posó su cabeza en el hombro del quien aun yacía recostado, y éste con un tono perezoso en su voz aceptó.

 

Lay se reincorporó  rápidamente de la cama para salir del cuarto, pero antes de eso fue detenido.

 

-Levántame Hyung…tengo mucho sueño…- pidió el menor, mientras extendía su mano hacia él, sin abrir los ojos.

 

-Está bien…- suspiró, tomando su mano y tirando de él para que se sentara en la cama –Ahora vístete, estaré en la sala- fue lo último que le dijo al Maknae antes de salir del cuarto esbozando la sonrisa más grande que sus labios pudieron formar.

 

Pero cualquier pensamiento o sensación perfecta fueron bloqueadas cuando un brazo lo sujetó y arrastro hasta una de las habitaciones cercanas.

 

-Por favor necesito que me ayudes…-

 

 

***

 

 

Luego de horas y horas de constante entrenamiento en la sala de ensayos, los dos compañeros descansaban sobre el oscuro sofá de cuero, empapados en brillante sudor.

 

Hacía tiempo que Lay no compartía este tipo de momentos con Sehun, ya que este siempre se encontraba con su novio o con sus amigos.

 

Pero ahora, el menor era suyo a cada momento.

 

Para cualquier persona enamorada eso era una bendición, pero el unicornio tenía muy en claro que no debía evitar la realidad. “El ama a Tao”, repetía para sí mismo cada vez que el Maknae le abrazaba, llamaba y sonreía.

 

-¿Puedes darme un poco de agua?- pidió Sehun, sacando al mayor de sus pensamientos y haciendo que este le dé su botella –No creo que haya salido bien la ultima parte…no estoy haciéndolo bien-

 

-Todo salió bien, estos días has estado trabajando muy duro y…- antes de continuar con sus palabras el celular del menor comenzó a sonar de repente, pero este lo removió de su bolsillo apagándolo al instante –Sehun…-

 

-No- determinó, sabiendo que Lay le sugeriría contestar y hablar con él.

 

-Te ha estado llamando cada noche, de seguro está preocupado-

 

-Solo quiere seguir inventando excusas para que volvamos a estar juntos, pero eso no va a pasar- levantándose del sofá, caminó hasta su mochila tomándola entre sus dedos y se dirigió a la puerta –¿Vamos Hyung?…quiero salir a pasear…- pidió, haciendo que Lay asintiera con resignación y lo siguiera hasta la salida.

 

“¿Así será siempre? ¿Seré solo un escape de la realidad y las obligaciones?” pensó el unicornio, mientras ambos caminaban en silencio por las calles de Seúl.

 

-No estés callado…- demandó el Maknae.

 

-Lo siento…no soy muy bueno con las palabras…- murmuró su despistado compañero.

 

Esa caminata fue la más dolorosa y larga. Lay sabía que nunca reemplazaría a Tao, por más que intentara ser divertido o animado, no podría dejar de ser él mismo y nunca haría feliz a Sehun de la misma manera que lo hacía él.

 

“Tao es el causante de sus más brillantes sonrisas…”

 

 

***

 

 

Cada tanto tiempo, a todo el grupo se le daba un día libre para salir de sus obligaciones y hacer lo que desearan. Algunos lo utilizan para descansar en el departamento, otros para ir al cine o al centro comercial.

 

Ese día libre, Lay tendría algo diferente planeado para el Maknae.

 

***

 

-¿Ya puedes decirme a donde vamos?- preguntó sintiendo ansiedad y nervios, era media noche y no tenía idea de lo que había en la mente del unicornio.

 

-No, tendrás que esperar a que lleguemos- indicó el mayor mientras conducía –¡Sehun! No te quites la venda de los ojos-

 

-¡Ah pero me está molestando!- aclaró retirando las manos de la venda, haciéndole caso a su Hyung –No entiendo porque tanto misterio, siento como si hubiésemos estado conduciendo por horas-

 

-¿De qué hablas? Solo han pasado veinte minutos- rió al ver como su acompañante movía las manos y los pies inquietamente –Tranquilo, cuando estemos allí, verás que la espera valió la pena-  condujo unos cuantos minutos más y estacionó el auto en la entrada del misterioso lugar –Bien ya llegamos, pero aún no te descubras los ojos- ordenó para luego bajar rápidamente del vehículo, rodearlo y abrir la puerta del acompañante.

 

Ayudo al menor conduciéndolo y guiándolo para que este no tropezara con todo a su paso, y tras unos cuantos metros, se detuvo e hizo que se colocara justo en frente del lugar.

 

-Ya puedes quitártela- dijo ubicándose tras de él, esperando a que Sehun le hiciera caso.

 

Impaciente, éste removió la venda de sus ojos y notó un enrejado frente a él, del cual colgaba un gran cartel de “Cerrado”.

 

-Ehm…¿Qué es esto?- cuestionó aun observando lo que había frente a él.

 

-Mira un poco más de cerca- ordenó y Sehun obedeció, caminó hacia esa extraña entrada y acerco su rostro para tener una mejor vista.

 

A través del enrejado logro vera las luces de colores y la música.

 

-¿Esto es…?- su entusiasmo aumentaba conforme iba distinguiendo más cosas.

 

-Sip…dijiste que nunca habías venido de noche, así que te traje-

 

-¡Un parque de diversiones!- exclamó el menor con gran alegría -¿Podemos entrar? ¿Cómo entramos?-

 

-Por este lado- indicó el mayor dirigiéndolo hasta la pequeña puerta -El dueño solo nos dejó ingresar a esta hora, porque le regalé fotos autografiadas para su hija-

 

-Pero…si alguien nos ve aquí ¿Qué haremos?- preguntó mientras entraban al lugar y veían todas las brillantes atracciones.

 

-Nadie vendrá, está cerrado para el público así que no te preocupes- indicó para luego tomar su brazo y correr hasta uno de los tantos juegos que allí se encontraban.

 

 

***

 

 

Subieron a todos los que giraban, se elevaban, mareaban y atemorizaban;  ya que eran los favoritos del menor, pero cuando pasaron por el carrusel Lay jaló de su camisa para llamar la atención.

 

-¿Podemos subir a ese?-

 

-Hyung ese no es divertido- remarcó Sehun, pero al ver el rostro del mayor deseando esa atracción recapacitó –Aunque, quizás en la noche si lo sea- murmuró tomando su mano y encaminándolo hasta el juego.

 

Rieron hasta que sus estómagos dolieron cuando decidieron comparar los animales del carrusel con sus integrantes de grupo, imitaron voces y gestos, incluso Sehun comenzó a actuar igual que un niño asustado en busca de su madre.

 

Lay no podía contener sus risas, ciertamente estaba enamorado de ese niño tan loco.

 

 

***

 

 

Ya casi eran las dos de la mañana y habían conseguido pasar una increíble noche juntos, pero mientras caminaban y charlaban, un celular comenzó a sonar.

 

-¿Quién te llama a esta hora?- preguntó el Maknae.

 

-Solo aguarda un segundo, tengo que contestar- indicó Lay, sacando el celular de su bolsillo, alejándose para responder.

 

Un minuto más tarde, este ya estaba de vuelta

 

–Lo siento, era el dueño del parque-

 

-¿Ya tenemos que irnos?-

 

-No, solo me dijo que ya esta lista la última sorpresa-

 

-¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa?- cuestionó pero antes de recibir una respuesta, el mayor tomó su mano y lo guió hasta una parte muy alta del parque.

 

Subieron una empinada colina y en la cima, Sehun pudo apreciar las brillantes luces de la ciudad que se mezclaban con las estrellas, generando radiantes y hermosos colores.

 

–Hyung esto es…- su voz enmudeció al no encontrar palabras que describieran lo que veía.

 

-Quería traerte aquí, porque quizás no tengamos otra oportunidad como esta…- sonrió dulcemente mientras observaba el paisaje frente a él –Como quisiera…- el menor le observó –Que este día no terminara…-

 

-¿Hyung?- cuestionó confundido debido a esas palabras tan repentinas.

 

-Olvídalo…- explicó, girando su cuerpo para tenerlo frente a él –Una cosa más…quiero que extiendas tu mano y cierres los ojos-

 

-De acuerdo…- Sehun hizo lo que pidió, cerrando fuertemente sus ojos mientras extendía su mano izquierda, al momento de hacerlo sintió como el mayor intentaba colocar algo en su muñeca -¿Es un regalo?-

 

-Abre los ojos…- una vez más, él obedeció y quedó impactado con lo que vio.

 

El brazalete que le había regalado Tao para su cumpleaños yacía de nuevo en su muñeca.

 

-¿Lay?- preguntó intentando descifrar lo que sucedía, pero antes de recibir una respuesta, el mayor camino unos cuantos pasos lejos de él y pudo observar cómo alguien se acercaba.

 

-Sehunnie…-

 

-¿T-Tao…? ¿Pero qué…haces aquí?- preguntó el menor, confundido con la situación y buscando al mayor con la mirada.

 

Pero él ya no estaba.

 

 

***

 

 

Lay camino rápidamente en esa fría noche dirigiéndose a su hogar.

 

Pero antes de llegar, en donde nadie podría verlo, dejó salir el dolor y sus sentimientos reprimidos en forma de lágrimas. Solo repetía “Es lo mejor”, “Nunca hubiese sido feliz a mi lado”, “Ahora sonreirá todos los días”, “Hice lo correcto”.

 

“Él ama a Tao”.

 

Cuando comenzó a ver la gente pasar, temiendo a que descubrieran su estado, se colocó sus anteojos de sol y aceleró aun más el paso.

 

Temía a la idea de parar su caminata, sentía que sus piernas iban a ceder ante su sufrimiento y a desplomarse en el concreto. Pero a pesar de sus esfuerzos sus pasos se hacían más lentos y su llanto más fuerte, simplemente no podía contener ese estado tan patético en el que se encontraba.

 

Y, debido a la oscuridad y su visión empañada por las lágrimas, no tenía idea de cuánto faltaba para llegar o dónde estaba.

 

Cuando llegó al punto de no poder ver nada en absoluto, chocó bruscamente contra alguien que estaba en su camino.

 

-Lo…lo siento…- murmuró, inclinándose frente al desconocido en señal de disculpa, y disponiéndose a seguir su camino, pero una mano lo tomó con fuerza del brazo obligándolo a detenerse.

 

-No deberías usar esos anteojos en la noche- sugirió, provocando que Lay se sobresaltara con aquella voz.

 

-¿Por qué estás aquí…?- preguntó mientras ocultaba su rostro.

 

-¿Por qué me engañaste para ver a Tao?- contra preguntó el menor.

 

-Él es tu novio…tenían que solucionar las cosas…- explicó mientras intentaba contener las lagrimas y su voz.

 

-¿Esa es la única razón?- cuestionó mientras seguía sujetando su brazo.

 

-Sehun…-

 

-¡No vuelvas a decirme así!- ordenó el menor haciendo que Lay le observara confundido -¡¿Por qué sigues llamándome de esa manera?!- gritaba pero a la vez su voz temblaba -¿Acaso me odias? ¿Hice algo malo?-

 

-¿Odiarte? ¿De que habl…?- fue interrumpido por el Maknae que tiró de su brazo con fuerza para acercarlo a él y cubrirlo en un abrazo, enterrándose por completo en su hombro.

 

-Por favor…Hyung…- pudo escuchar la voz del menor y sentir como se quebraba cual cristal –Dime Sehun-ah…llámame como solías hacerlo…- suplicó.

 

-Siempre te he dicho así…- respondió, aun sabiendo que era mentira.

 

-Claro que no…-

 

-¿Porque importa la manera en que te nombre?-

 

-Siento que te intereso menos cuando lo haces…y duele…- el mayor guardo silencio ante esa confesión –No te has dado cuenta pero solo cuando estas molesto me dices “Sehun”, cada vez que hago algo mal o me comporto como un idiota haces eso…-

 

-¿De qué hablas? Yo no hago eso- el menor se separó de su hombro para mirarlo seriamente.

 

-Si lo haces, es por eso que te pregunte si estabas enojado conmigo-

 

-No lo estoy…- mentira tras mentira intentaba zafarse de la situación, debía aguantar ya que la felicidad del menor dependía de cada respuesta.

 

-¿Entonces qué ocurre? Desde que me mudé a tu cuarto has sido amable conmigo y siempre has sonreído pero al momento de llamarme es con un simple “Sehun” ¿Por qué Hyung?-

 

-No lo sé…-

 

-No mientas, solo dímelo-

 

-No hay una razón-

 

-Hyung-

 

-Basta…-

 

-¡Hyung!-

 

-¡Basta Sehun!- se aparto de él molesto, estaba cansado de la presión en su pecho, las palpitaciones que le ensordecían y la voz desafiante del menor -¿Te quejas de eso? ¡Si a ti te duele el que te llame Sehun, imagínate como me duele el no hacerlo!-

 

-¿Y porque no lo haces?-

 

-Para acostumbrarme a la idea de que ya no estarás conmigo- notó la mirada confundida de quien tenía en frente y suspiro -Tú y yo no vamos a salir de nuevo…-

 

-¿Por qué no?-

 

-¿No es obvio? Tú saldrás con Tao mientras que yo, estaré en casa componiendo y haciendo ejercicio, las cosas entre los dos serán como antes-

 

-¿Tú quieres que sea así?- cuestionó, causando que el mayor guardara silencio por unos momentos.

 

-Debe ser así…-

 

-¿Y si yo no quiero dejar de salir contigo? ¿Qué harás?- acercándose a él una vez más, contuvo sus inmensas ansias de abrazarlo.

 

-No lo entiendes…al igual que un niño deseas tenerlo todo y yo no puedo…- intentaba mantener la boca cerrada pero las palabras salían por si solas.

 

-¿No puedes qué? Solo dímelo…-

 

-Quiero que seas feliz, pero no puedo seguir pretendiendo que yo lo estoy…- exponiendo la verdad, clavó su vista en él –Recuerdo bien cuando nos confesaste a todos tu relación con Tao, a pesar de ser amigos, no estaba contento con la noticia y no entendía el por qué- se apartó nuevamente para tomar una cierta distancia –Creía que estaba siendo egoísta e inmaduro, así que solo me aleje de ti para no sentirme de esa manera y pasaban las semanas pero la sensación no se iba, estaba confundido y molesto conmigo mismo. Luego comenzaron las peleas entre ustedes y me odié aun más que antes porque, de un cierto modo, me alegraba la idea de que no te hiciera feliz-

 

-Espera…¿Quieres decir que no eras feliz pero te hacía feliz el verme infeliz?- cuestionó el Maknae, un poco confundido con lo que acababa de decir.

 

-¡No!- exclamo molesto -¡No quiero que seas feliz con Tao! ¡Quiero que seas feliz conmigo!- confesó arrepintiéndose al instante de haberlo hecho cuando observo la expresión atónita de su contrario.

 

-¿T-tu quieres hacerme feliz?-

 

-Si…- respondió, deseando irse de allí para poder liberar todas sus lágrimas en paz -Bien ya lo sabes…solo podrás elegir estar con uno de nosotros y es obvia la decisión que debes tomar-

 

-Tienes razón, es bastante obvia- murmuró, provocando que su contrario cerrara sus ojos con fuerza, como si estuviera esperando el impacto de un golpe.

 

Sehun sonrió ante ese acto tan tierno y, extendiendo su mano izquierda, acaricio el oscuro cabello de Lay.

 

-¿Por qué pones esa cara?- preguntó sonriente –¿No es obvia mi decisión?- acarició su mejilla con dulzura -¿Ahora es obvia?- agregó, causando confusión en el unicornio.

 

-P-pero tú ¿No amas a Tao? ¿No lo elegirás a él? - cuestionó, mientras el Maknae removía los anteojos oscuros que aun ocultaban sus ojos llorosos.

 

-Sí, amé a Tao…- respondió –Pero el tiempo me dio a alguien más…-

 

-Eso fue lo que yo te dije…- murmuró haciendo que Sehun riera.

 

-Lo dijiste tú, pero en mi suena mucho mejor…- aclaró, mientras entrelazaba sus manos con las de él y se acercaba a su oído –Tú estuviste para mí cuando te necesite, me cuidaste y me diste un lugar para poder dormir y relajarme. Cuando quería ir a algún lado solo para divertirme, a pesar de que estuvieras cansado, nunca te quejaste y me acompañaste. Desde que comencé a salir contigo estoy más tranquilo y feliz…y aunque de vez en cuando me comporto como un niño, sé bien que eso es lo que más te gusta de mi- murmuró soltando una leve risa – Hyung…estuve pensando mucho en las palabras que me dijiste esa noche, por fin pude comprenderlas y si me lo permites las cambiare ahora-

 

Viendo como las lagrimas del mayor caían por sus mejillas sin parar, aun con sus manos unidas, él las limpió y se dispuso a hablar.

 

–“Nuestras emociones se comparten, si a ti te duele a mí también me dolerá, si quieres alejarte de todos yo iré contigo, si quieres parar de llorar te ayudare haciéndote reír…”- Lay podía notar como el menor se esforzaba por no quebrarse con cada palabra que salía de sus labios –“Pero aun así seguimos sin tener algo en común, tu pensarás en mi antes que en ti mismo mientras que yo, solo podre pensar en ti”-

 

Lay deseaba que Sehun entendiera cuánto le importaba, que sin él la vida seria aburrida y oscura. Pero no importó cuanto lo intentó su voz se había ido, estaba demasiado dañada para poder emitir sonido.

 

Así que se apartó del menor y libero sus manos.

 

-¿Hyung…?- cuestiono mientras observaba confundido al unicornio, pero en vez de recibir respuesta sintió sus dedos posándose en su rostro y en sus cejas, haciéndolas descender lentamente. Cerrando obligatoriamente sus ojos.

 

Si las palabras faltaban, las acciones serian el reemplazo.

 

-¿Lay…?- una vez más sintió las manos del mayor, pero esta vez sobre la parte trasera de su cuello, presionando para que se inclinara un poco hacia abajo.

 

En ese frio y oscuro lugar, privado del público y las opiniones, él acerco su rostro al del menor. Rozó su mentón torpemente con los labios, elevándose un poco más y tímidamente los depositó en su labio inferior, sintiendo una pequeña descarga.

 

Sehun abrió sus ojos y lentamente tomo las frescas mejillas del mayor para acercarlo más a él.

 

Uniendo sus labios en un húmedo y salado beso.

 

Pero cuando se separaron unos cuantos milímetros, compartieron una pequeña sonrisa y el Maknae decidió romper el silencio.

 

-Me he dado cuenta de que, nunca te llamo por tu verdadero nombre ¿Puedo hacerlo?-

 

Preguntó con algo de timidez y el mayor asintió.

 

–Zhang Yixing…eres el chico mas distraído, talentoso y llorón en todo el mundo…- posó suevamente su cabeza en la de Lay para ocultar la pequeña lagrima que se deslizaba por su mejilla -“Wo ai ni”…- murmuró para luego elevar un poco su rostro y así besar suavemente el cabello oscuro del mayor.

 

El frágil unicornio se sobresaltó un poco por aquellas palabras, nunca pensó que viviría para oírlas. Y tampoco pudo evitar cerrar con fuerza sus ojos, ante tanto afecto podía sentir como su corazón se hinchaba y dolía.

 

-¿Lo pronuncié bien Hyung…?- preguntó, buscando su mirada con una cierta preocupación al no oír nada por parte de él.

 

-Si…lo pronunciaste bien…Sehun-ah…- fueron las últimas palabras que consiguió emitir antes de reposar su cabeza en el hombro cálido del menor y comenzar a llorar como un niño.

 

-Lo supuse…cuando dices mi nombre de esa manera, simplemente me gusta…- suspiró el menor mientras acariciaba su cabello y ambos se permitían permanecer en la eternidad de aquella noche.

 

En un abrazo que era imposible de terminar.

 

 

***

 

 

La mañana antes de su gira por china, los miembros se encontraban durmiendo plácidamente en sus habitaciones.

 

Pero uno de ellos decidió levantarse temprano.

 

Los ruidos de utensilios cayéndose, el silbido del hervidor de agua y el ligero olor a algo quemándose; inundaron la cocina y provocaron que alguien se despierte de sus sueños.

 

-Mmm…¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Y que es ese olor?- preguntó, haciendo que su contrario se sobresaltase y ocultara todo lo que estaba haciendo.

 

-¡N-no mires!- exclamó, pero al verlo suspiró –Ah solo eres tu Tao, me asustaste…-

 

-¿Qué estás haciendo Sehun?- ambos observaron el desastre provocado y un murmullo se pronunció.

 

–Estoy haciendo el desayuno-

 

-¿Desayuno?- cuestionó el panda, para luego comprender su situación y sonreír de manera burlona como respuesta –Tú no sabes nada de cocina-

 

-¡Cállate! Estoy intentándolo ¿no?- tomando descuidadamente algo que había dejado calentándose, provocó que se quemara la blanca piel de su mano derecha.

 

-Que tonto, deberías haberte puesto los guantes de cocina- regañando como si estuviera imitando a su líder Suho, le ayudo con lo que estaba haciendo, posicionándose a su lado –Terminemos antes de que despierten todos ¿Sí?-

 

Solo basto eso para que el Maknae asintiera sonriente y siguiera con su trabajo, acariciando suavemente su zona adolorida.

 

-¿Y cómo están tú y Kris?-

 

-Muy bien de hecho, cuando tengamos algún descanso o vacaciones, iré a visitarlo- explicó con un cierto brillo en su rostro –Ayer me comentó de sus nuevos planes y con Luhan, prometieron llamarnos lo antes posible-

 

-Es increíble como todo cambia en un año- suspiró pesadamente.

 

Y en efecto, los acontecimientos que enfrentaron individual y grupalmente habían ocasionado buenas y malas experiencias, aunque coincidentemente todas fueron experiencias agotadoras.

 

-¿Un año? Ahora entiendo ¿Esto es un obsequio de aniversario?- cuestionó curioso Tao, que intentaba ordenar un poco los utensilios.

 

-Algo así, pero me gustaría que se viera un poco mejor- suspiró, dejando el último detalle de su obra culinaria en orden.

 

-No importa el aspecto, lo que importa es la intención- remarco sonriente –Nunca has cocinado y su regalo será un desayuno hecho por ti, eso lo hace aun mas especial- alejándose de la cocina, explico que deseaba dormir un poco mas antes de que todos despertaran, dejando escapar un prolongado bostezo.

 

Sehun sonrió, le despidió y sacó su celular para tomar unas cuantas fotos de aquella creación. Pensó en las palabras de Tao y en lo mucho que había cambiado desde que salía con Kris.

 

También sentía que él mismo había cambiado, y como siempre dicen los sabios “Cada cambio siempre es positivo”.

 

 

***

 

 

Con pesados ojos se retorció en la cama de su oscuro cuarto y deseo poder dormir un poco más, pero las contantes llamadas que llegaban a su celular no se lo iban a permitir, así que estiró con dificultad su brazo para alcanzar el ruidoso aparato y así callar el tono musical de llamada.

 

-¿Quién habla?- preguntó, con su cuerpo aun escondido entre las sabanas.

 

-Hyung, tienes que despertar-

 

-¿Sehun-ah? ¿Dónde estás?- cuestionó, observando la cama junto a la suya completamente vacía y arreglada.

 

-Sal del cuarto y averígualo, pero antes de hacerlo revisa la puerta- remarcó el menor para luego terminar la llamada.

 

Lay dejo su celular a un lado y se reincorporó lentamente de la cama en la que yacía, extendiendo los músculos de su cuerpo y comenzando a bostezar en el proceso. Al buscar toda su ropa para vestirse y estando listo, caminó torpemente hasta la puerta, pudiendo distinguir en el trayecto una pequeña nota pegada en esta.

 

La tomó y comenzó a leer las palabras que allí estaban escritas.

 

 

 

Unicornio:

 

Puedes abrir la puerta pero, ten cuidado en donde pisas.

 

 

 

Un poco confundido por lo que allí estaba escrito, guardó el papel en su bolsillo y comenzó a abrir la puerta del cuarto, sin tener idea de que se encontraría al otro lado.

 

Al hacerlo, halló a su novio sentado en el suelo, sujetando una pequeña mesa de desayuno y una nota parecida a la anterior, aunque esta se encontraba pegada en su frente. No pudo evitar reír un poco con la escena y preguntarle que estaba haciendo allí, pero no importaba cuanto lo hiciera el menor se negaba a hablar, solo permaneció quieto en esa posición y con los ojos cerrados.

 

Por supuesto, Lay era un poco despistado y al cabo de unos momentos se percató de que, la razón por la cual Sehun no hablaba, era para que leyera primero la nota de su frente.

 

Entendió su silenciosa indirecta y, con cuidado, removió la nota de su rostro y se dispuso a leerla.

 

 

 

Unicornio…

Cuando rompieron mi corazón, me convertí en una persona rencorosa e infeliz, pero todo eso desapareció cuando entraste poco a poco en el triste mundo que había creado para mí.

Sé que somos muy diferentes pero siempre encontraremos esas pequeñas cosas en común que nos mantendrán juntos.

Le doy la razón a los que te dieron ese apodo, porque es verdad…

Has llegado a mi vida para sanar todas mis heridas.

 

 

 

Mientras leía, la pequeña sonrisa burlona que se había formado por esa situación, cambio a un rostro conmovido y en sus ojos un ligero brillo emergió, siendo percibido por quien se encontraba frente a él.

 

-Hyung…- llamó el menor desde el suelo, para atraer su atención. Solo cuando los ojos de su novio se posaron sobre él continuo hablando –Se que esta ya no es la habitación de Luhan pero…¿Crees que podría entrar con algo para desayunar?- cuestionó, haciendo que una enorme sonrisa apareciera en el mayor y que una pequeña lagrima contraída se deslizara por su rostro.

 

-Puedes pasar…solo no ensucies nada- respondió, apartándose de él y dirigiéndose al interior de la habitación.

 

Sehun tomo la pequeña mesa, colocándola sobre la cama del unicornio, y le ordeno sentarse frente a ella para probar lo que había preparado.

 

Solo con ver ese desayuno podía percibirse la inexperiencia culinaria del Maknae. En el fondo de la taza de té, habían unas cuantas yerbas y estas poseían un sabor poco agradable, los panes con mermelada estaban demasiado tostados y difíciles de masticar, y el olor a algo que se había quemado inundaba todo el cuarto.

 

-¿Qué ocurre? ¿No sabe bien?- cuestionó con preocupación, al notar la pequeña expresión que su contrario hizo con solo probar un poco de té –Lo sabía, esta horrible…- sentenció, colocando la mano derecha sobre su frente, decepcionándose un poco de sí mismo.

 

-Claro que no- afirmó con determinación –Esta delicioso-

 

-No te creo, deja que lo pruebe-

 

Se extendió para tomar algo de esa pequeña mesa y probarlo, pero Lay se lo impidió, colocando sus manos como si estos fuesen una especie de escudo. Cada intento del menor era inútil. Su novio no permitió que probase nada de allí y rápidamente, con ambas manos, comenzó a comer y tragar ferozmente todo lo que había preparado para él.

 

-¿Qué haces? ¡Deja que pruebe algo!-

 

Exclamaba molesto pero al cabo de unos segundos comenzó a reír igual que un niño, intentando traspasar el escudo imaginario de su pareja, creándose una especie de juego improvisado.

 

-Te dije que estaba delicioso- determino aun con comida en su boca y restos de migajas en su rostro.

 

-Eres un tonto…no tenias que comerlo todo- murmuró Sehun, mientras limpiaba con sus largos y blancos dedos, los labios del mayor.

 

-Claro que si, tú lo preparaste- explicó, tragando con dificultad lo que había en su boca y tomando la mano del menor –Hasta te lastimaste haciéndolo- exclamó con preocupación al ver la quemadura en su mano derecha.

 

-¿Podrías curarme?- cuestiono haciendo un pequeño puchero, extendiendo su mano hasta sus labios.

 

Y sin responder el unicornio besó repetidas veces la rojiza marca de su palma.

 

-¿Sigue doliéndote?-

 

-No…- murmuró -Pero cuando estuve preparando el té, decidí probar un poco en la cocina y estaba muy caliente- explico fingiendo malestar en su labio inferior –Y me duele aquí…-

 

Una vez más se aproximo a él y en un suave movimiento, capturo los labios del menor en un tierno pero profundo beso. La pequeña mesa no fue impedimento para su cercanía, nada podría ser impedimento de ese momento.

 

Se separaron un poco para recuperar el aliento y Lay recordó una parte de la nota que se le había obsequiado “Siempre encontraremos esas pequeñas cosas en común que nos mantendrán juntos”. Mientras permanecían sus frentes unidas y unas sonrisas entorpecidas se dibujaban en ambos, pensó en esa frase y notó una coincidencia con el menor.

 

 “Nuestros rostros de enamorados despistados”.

 

Dejo salir una expresión de alivio y su novio le observo, admiró y memorizó cada gesto. Sin poder contenerse de acariciar la mejilla del mayor.

 

-Te amo…- suspiró besándole nuevamente, pero mientras lo hacía comenzó a sonreír.

 

-¿Qué ocurre? ¿Por qué te ríes?- preguntó, al notar que su contrario evitaba carcajear a toda costa.

 

-Es que…tus labios…- reía mientras acariciaba con la yema de sus dedos la zona nombrada –Saben a pan quemado…-

 

Y con esa risa infantil.

 

Lay volvió a enamorarse.

Notas finales:

TT-TT aaaawwww matenme por ser tan rosa pastel xDDD

Es que me gusta mucho esta pareja y tambien soy fan del Taoris asi que su final tampoco es malo n3n


Muchas gracias por leer y prestar atencion a este fic...

Espero volver pronto con otro proyecto SEXING, de hecho tengo 11 nuevas ideas asi que intentaré ejecutarlas.

 

Gracias!!!!

 

WE ARE ONE!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).