Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todo por una llamada. (Rubelangel) por PinketDiana

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Aquí volvemos! >.<

Capítulo 7: Accidente.

 

 

 

 

Rubén

 

 

 

 

¿Qué cojones habrá sido eso?”- Me pregunté internamente. 

 

 

 

Salí de mi habitación rápidamente cuando escuché un fuerte estruendo, y me encontré a Mangel tirado en el suelo. La impotencia, después de la sorpresa, me invadió cuando lo vi allí, desplomado en el suelo. Mi fortaleza y voluntad que antes había surgido para ir tan decidido a contarle a Mangel sobre lo de esta horrible noche, habían desaparecido por completo. 

 

 

 

Mi primer impulso fue gritar su nombre en un ataque de pánico y es que cuando corrí a su lado, había un pequeño charco de sangre alrededor de su cabeza, por lo que no pude hacer nada más que gritar y gritar preso del miedo. 

 

 

 

-Miguel, ¿qué ha pasado?. ¿Estás bien?- Que idiota era al preguntar eso, sabiendo que ahora él no estaba en las condiciones para contestarme. Pero en ese momento solo deseaba que se levantara milagrosamente con una sonrisa, que me abrazara y me dijese que todo estaba bien, que él estaba bien, que esta noche no había pasado nada y que seguíamos como antes. Y si eso no era posible, que simplemente se levantara, aunque siguiese enfadado conmigo, pero si Mangel estaba bien, con eso me bastaba... 

 

 

Cuando por fin pude tranquilizarme y aclararme conmigo mismo y con la situación que se me acababa de plantear, corrí a la entrada a buscar mi teléfono y llamé a una ambulancia. 

 

 

¿Y si a Mangel le pasaba algo grave?. ¿Debía llamar a alguien más?. ¿Cómo debía afrontar esto?. ¿Qué debía hacer?. 

 

 

En ese preciso momento me arrentí tanto de no haber arreglado las cosas con él antes, que solo podía llorar. Todo esto era mi culpa, aunque no sabía que había hecho para que Mangel se enfadase tanto conmigo y quisiera abandonarme, pero era mi culpa. 

 

 

“Joder, Rubén, este no es momento para compadecerse de si mismo. Se un hombre”- Y aunque no podía retener las lágrimas, intenté hacerme el fuerte. 

 

 

Al cabo de un rato, por fin Mangel estaba dentro de la ambulancia camino al hospital. Cuando miré por la ventana, vi como poco a poco todo a mi alrededor se iba iluminando -aunque de lo hinchado que tenía los ojos, no podía ver prácticamente nada-, por lo que el Sol había salido, y en cualquier otro momento, esto sería super romántico y a Mangel y a mi nos encantaría verlo, como habíamos hecho en otras ocasiones, pero ahora.... 

 

 

“Todo... esto ha ocurrido en una sola noche. Mi vida puede cambiar en un solo día. Mi vida puede acabar si algo le pasa a Mangel”

 

 

-Tranquilo, tu amigo se pondrá bien- Intentaba consolarme el médico que nos acompañaba en la oscura parte de atrás de la ambulancia, aunque yo no le prestaba mucha atención. 

 

 

Lo único que podía pensar era en que no sabía que iba a hacer si a Mangel le pasaba algo malo. ¿Cómo podía seguir yo sin él?. ¿Cómo podía si tan siquiera pensar en una vida más allá de él?. He estado durante más de diez años dependiendo de él, dependiendo de sus charlas, de sus sonrisas, de su voz, de sus sensaciones que en mi producían, de sus gestos, de sus gilipolleces y bromas, de la forma en la que era conmigo y como me aceptaba sin importarle todo lo que yo hacía, vivía sabiendo que él prácticamente me seguiría a cualquier parte, al igual que yo lo seguiría a él, no tenía miedo si Mangel estaba conmigo, porque él me hacía sentir seguro. ¿Cómo iba a poder ver más allá de Mangel?. Es por eso que cuando me dijo que le gustaba, o que eso creía, no dudé en decirle que él también. Y aunque todo empezó con una simple atracción física, con el tiempo todo eso se transformó en el amor más puro -por lo menos por mi parte, aunque estaba seguro de que para Mangel también- que alguna vez presencié o sentí. Mangel era mi mundo, mi vida, mi razón de ser, ¿qué pasaba si él me abandonaba?. 

 

 

-Miguel, te necesito. Por favor, no me dejes- Susurré para después agarrar su mano. Y me daba igual la forma en la que el médico me miraba, no me importaba nada, salvo el estado de Mangel. 

 

 

 

Al cabo de unos minutos, -según dijo el médico ya que a mi me pareció una eternidad- por fin lleguemos al hospital. Rápidamente se llevaron a Mangel dejándome solo en la sala de espera. En mi vida me había sentido en tanta soledad y con tanto miedo y tristeza arropándome. 

 

 

-Y yo que pensaba que este día no podía empeorar- Susurré

 

 

“Nunca se dice nunca, Rubén”- Pensé irónicamente. 

 

 

Mientras intentaba calmarme me senté en una silla blanca, típica de las salas tétricas de espera, y es que si querían 'animar a la familia'; con esas tonalidades blancas, no lo conseguían en absoluto. 

 

 

-Un poquito de color, por Dios- y aunque no era momento para bromas, necesitaba saber que los comentarios irónicos seguían ahí. 

 

 

 

Por un segundo, me puse a pensar en la situación fríamente. 

 

 

10 años de conocernos, 10 años estando juntos, y él ahora podría irse de mi lado, para siempre. No sabía que había pasado, pero suponía que esa puta mesa que había detras del sillón tenía la culpa de la sangre que rodeaba a Mangel. Mientras pensaba eso un sollozo salió de mi. 

 

 

 

 

“Mangel estaba sangrando. Mangel-nunca-sangro había tenido un charco de espeso líquido rojo a su alrededor”.-Comencé a llorar de nuevo. Sentía que el pánico de nuevo invadía cada parte de mi. 

 

 

 

 

Como si de un calidoscopío se tratara, todos los momentos vividos entre Mangel y yo cruzaban mi mente velozmente, y se sentía como si millones de cuchillos fuesen clavados en mi pecho.Uno a uno. Un dolor punzante y continuo. 

 

 

 

 

“¿Y si Mangel muere...?. ¿Y si el último recuerdo que tengo de él es que me quería abandonar para siempre?. ¿Y si es mi último recuerdo suyo verlo en aquella ambulancia tan pálido e inconsciente?.”- Poco a poco me iba torturando. 

 

 

 

 

El sentimiento de culpa me abatió de nuevo. Había tenido toda la noche para ir a él y preguntarle que le pasaba, pero no lo había hecho. Había uído como una rata, me había escondido en mi mismo y había abandonado a Mangel -al igual que él hizo en esta noche-, y ahora él se encontraba aquí, vete a saber donde, luchando por seguir aquí. 

 

 

 

 

Me sentí tan impotente que, como si fuese un pequeño idiota al que las esperanzas abandonan, me puse a implorar al cielo, a la tierra, al silencio, a la luz, a la oscuridad, a Dios, a Nicolas Cage, a todo aquello en lo que creía. Rogué para que me permitieran permanecer con Mangel, que él no me abandonase.

 

 

 

 

Mis mejillas frías, escalofríos por el miedo y el terror de perder a lo único que me hacía permanecer aquí.

 

 

 

 

Recuerdo que a veces, cuando en las mañanas miraba a Mangel me preguntaba cosas como: 

 

 

 

 

“¿Cómo se sentiría el ver que la persona que más te importaba se iba?, ¿Ver que se estaba marchando y tú no podías hacer nada?. ¿Será tan terrible como se ve en las películas o como la gente lo narra?. ¿Si alguna vez me pasa, qué haré?”

 

 

 

 

Y aunque una mueca bastante irónica surcó mi cara, no pude evitar pensar que ahora, las preguntas eran como:

 

 

 

 

“¿Qué hacer ante esa impotencia?. ¿Como reaccionar, que decir y que hacer?. ¿Como dejar de temblar?. ¿Como dejar al miedo y el terror a un lado?. ¿Como evitar todos esos flasback que se forman en tu mente de los mejores momentos vividos con esa persona a la que tanto quieres?. .¿Como no gritar por angustia?. ¿Como no suplicar para que no te abandone?.”

 

 

 

 

Me quería abrazar a mi mismo, hacerme un ovillo en aquella incómoda silla, pero recordé que cuando vi a Mangel tirado en el suelo me prometí ser fuerte, y lo cumpliría. 

 

 

 

 

“Seré fuerte por ti, Mangel. Pero por favor, no me dejes. No pienses en abandonarme... nunca lo hagas. Se fuerte por mi también.”

 

 

 

Notas finales:

Que pena me da Rubén... Tan ejfiififf y con miedo a que su Mangel muera ;--;

 

¿Qué creeis que pasará? :D

 

Gracias por leer, nos vemos pronto ^~^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).