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Alguien a quién cuidar / KaiSoo drabble por Lesly

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Notas del fanfic:

C: 

Se aburría con la voz de BaekHyun pronunciando las mismas palabras repetitivas de siempre. No era algo nuevo escucharlo hablar sobre lo maravilloso que era poder cuidar del tan "ChanYeol"; un humano alto y guapo, según lo que escuchó de él. Bostezó por sexta vez en medio de la larga conversación con su amigo. Su ceño irremediablemente de elevaba con desesperación e impaciencia. No es que el ángel le desagradara, solo que escuchar lo mismo siempre ya resultaba tedioso.

No era solo BaekHyun. Todos lo hacían. Le repudiaba cuán felices lucían todos al cantarle en la cara lo mucho que estaban orgullosos de sus protegidos.

Talló sus ojos con las mangas de su playera blanca. Cuando YiXing apareció en la estancia, BaekHyun al fin detuvo su parloteo.

—Adivinen quién se ha convertido recientemente en protector —Lanzó el recién llegado, su sonrisa enorme deslumbraba en su cara con dientes aperlados—. Soy yo.

JongIn chasqueó con desdén en respuesta. El par lo ignoró, acostumbrados a su habitual comportamiento inmaduro respecto al tema. Por otro lado, BaekGyun chilló emocionado y se pusieron a hablar sobre eso, dejando a JongIn fuera de su plática.

«Mejor para mí.» Pensó al girarse, dándoles la espalda para salir apresuradamente por la puerta.

Como ángeles guardianes, su principal y único objetivo era proteger. Casi todos en el cielo habían encontrado a su humano, él era uno de los pocos que aún no lo habían hecho. Para JongIn era sumamente importante encontrar a su humano destinado. La espera hace mucho se había vuelto larga; seguía prolongándose y su paciencia se agotaba de a poco.

Se deslizó aprisa por el pasillo pulcro rodeado de grumosas y espesas nubes. Una pequeña figura unos metros adelante llamó su atención; en realidad, lograría tener la atención de cualquiera que pasase por ahí.

Se aproximó trotando hacia un KyungSoo que trataba de caminar con movimientos torpes, tambaleándose de un lado a otro. En sus brazos de elevaba una pila alta de papeles que llegaba más arriba de su cabeza. Pensó que necesitaba ayuda.

KyungSoo no vio a JongIn dirigirse hacia él; fue así como terminó chocando con el más alto. Un par de plumas de sus alas se sacudieron y cayeron, igual que las hojas, quedando regadas por todo el piso. El ángel más bajo ni siquiera lo miró, él solo se agachó a levantar los documentos.

—Lo lamento mucho, soy muy torpe —Dijo aún sin mirarlo. JongIn se arrodilló a su mismo nivel con intenciones de ayudar.

—No importa, en realidad creo que estoy acostumbrado.

KyungSoo, al igual que él, pertenecía al grupo de los que no habían encontrado a su humano destinado. JongIn creía que tal vez era lo mejor, pues, si no era capaz de cuidar de él mismo, poner la vida de un humano en sus manos, sin duda sería el peor error.

—J-JongIn —Finalmente subió su cabeza y se encontró con los ojos tranquilizadores del otro. JongIn vio el rojo encenderse en sus prominentes mejillas normalmente pálidas como la porcelana.

—¿A dónde llevabas esto? —Terminó de apilar la última hoja.

—Son para Tao.

Cuando ambos se pusieron de pie, KyungSoo estiró sus brazos en dirección a JongIn para tomar de nuevo los papeles, pero él los movió lejos de su alcance y se apresuró a caminar en dirección contraria, por donde había llegado.

—Vamos, te ayudo.

Un KyungSoo feliz corrió tras él para alcanzarlo. Al tratar de frenar, sus pies se resbalaron emitiendo un chirrido que hizo eco en las paredes angostas. Inevitablemente, su pecho se estrelló contra las alas del más alto. Las hojas resbalaron entre los brazos de JongIn y volvieron a caer. KyungSoo exaltado se apresuró a ordenarlas, lleno de angustia y apuro.

—Perdón, JongIn. Soy demasiado estúpido, lo siento —Decía de forma frenética. JongIn lo ayudó a terminar. Los labios del ángel bobo estaban fruncidos hacia abajo en una mueca de pura tristeza, lo que extrañamente le hacía sentir mal.

Presionó sus palmas en los bultos blandos de su mejillas coloradas, sentía el calor bajo sus manos. Los ojos de KyungSoo se abrieron desmesuradamente, incapaz de mirarlo directo a los ojos. Los dedos de JongIn tiraron de las esquinas de sus labios hacia arriba, formando una curva.

—Deberías de sonreír siempre, te ves precioso —Su boca botó las palabras sin pensarlo, como un reflejo de sus pensamientos.

Con eso logró que KyungSoo le diera una sonrisa genuina, llena de gratitud y tal vez algo más implícito. Simplemente hermosa.

Tal vez, después de todo, JongIn sí había encontrado su destino.


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