Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El visitante / KaiSoo drabble por Lesly

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El desvelo de la noche anterior era culpable del terrible sueño que lo surcaba en ese momento; aun así, luchaba porque sus ojos se mantuviesen abiertos a como dé lugar. Sirvió una taza de café caliente y la dejó a su lado, sentándose frente a la chimenea recién bañado y con su cómoda pijama ya puesta. Miró a través de la ventana junto a él, las estrellas titilaban brillantemente en el manto oscuro que cubría la ciudad, junto a una luna de un plateado nítido.

Era invierno, de modo que el aire que soplaba por debajo de su puerta era frío, pero el calor provocado por la lumbre de la chimenea ardiendo, sumándole a eso su bebida caliente, eran suficientes para hacer entrar a su cuerpo en calor. Atrajo sus pies hacia su cuerpo, acurrucándose un poco más sobre sí mismo mientras tomaba un trago, luego miró el reloj de la pared. Aún quedaba más de media hora para que pasase lo que tanto esperaba; el gran suceso. Pese a la cafeína, sus ojos comenzaban a cerrarse por sí mismos y él no tenía ningún control sobre ellos, pero no podía desperdiciar algo que sólo pasaba una vez al año.

Esperó pacientemente, asegurándose de que la cajetilla de cigarrillos y la caja de chocolates estuviesen bien acomodadas en su lugar, justo sobre la mesa. También colocó un vaso de agua y otro de leche caliente, seguramente para la media noche ya estaría tibia. Los dedos de sus pies se sentían helados y comenzaban a dolerle, KyungSoo los sentía agarrotarse con incomodidad. Las manecillas parecían avanzar con total calma y lentitud, hasta que por fin llegó la hora anhelada.

Sus ojos se abrieron por completo con expectación, olvidándose del sueño y el ardor. Acomodándose mejor sobre su asiento, bajó las piernas y esperó tan solo unos segundos. Una brisa pasó a su alrededor, envolviendo su cuerpo con un aroma tan familiar y delicioso que le hizo suspirar profundamente. Elevó uno de sus brazos frente a él, queriendo tocar, pero fallando… se escapaba entre sus dedos, se resbalaba por su piel. Su corazón latía aceleradamente, y al mismo tiempo sentía que era colmado por una parsimonia cegadora y deslumbrante.

Cerró sus ojos; podría asegurar que sintió un cosquilleo apenas palpable en su mejilla, después en su frente, y luego sobre sus labios, provocando que soltara un jadeo melancólico.

Todo fue tan bello como efímero. En menos de un minuto, KyungSoo se hallaba en la misma situación que una hora antes, pero más afligido y raramente feliz. Ya no había una razón que le impidiera cerrar los ojos, así que lo hizo. Removiéndose incómodo por la luz que calaba a través de sus párpados cerrados, se dio la vuelta, jalando las cobijas con él. Al despertar completamente, notó que se hallaba recostado en el sillón más largo y una cobija lo cubría. Sonrió leve y se obligó a sí mismo a levantarse; tenía demasiadas tareas por realizar.

Luego de ducharme rápidamente y elegir un atuendo abrigado, salió de su casa y caminó hasta la florería más cercana; la dueña lo atendió con cortesía, le sonrió para luego entregarle el ramo de flores que había pedido un día antes; el mismo que pedía cada nueve de Julio desde quince años atrás. Pagó por ellas y salió, despidiéndose con una mano.

Su destino quedaba relativamente cerca, de modo que no tardó demasiado en llegar caminando. Se dirigió entre caminos angostos de tierra y pasto verde, su rostro siendo iluminado por la luz del día reflejándose sus mejillas. Como algo automático, se detuvo frente a una cripta esmeradamente arreglada y limpia. Aunque no iba todos los días, pagaba al personal para que la mantuviese así. JongIn solía decirle que cuando alguien moría, no moría en realidad, simplemente no podía ser visto. A él le gustaba creer eso; JongIn no había muerto, él simplemente había cambiado su forma y se había ido lejos, y aunque no podía verlo, sí podía sentirlo. Solamente en situaciones especiales, como lo era el aniversario de su boda, se daba el tiempo de visitar su tumba y llevar sus flores favoritas, las mismas que habían usado ese día.

—Ha pasado tiempo, ¿cierto? —KyungSoo acomodó las flores dentro de los floreros y puso agua limpia–. Cada vez me hago más y más viejo, ¿sabes? Tengo el presentimiento de que no pasará mucho tiempo para que volvamos a reunirnos, eso es bueno, ¿no? Espero no equivocarme-. Una sonrisa genuina resplandecía en su cara; KyungSoo sabía que no era esencial hablar frente a esa lápida para que JongIn lo escuchara; hablaba con él todo el tiempo, en todas partes.
Descansó unos minutos ahí, simplemente estando en silencio hasta que decidió que era hora de regresar. Comenzaba a hacerse tarde y ni siquiera tenía la comida lista. No se despidió, no era necesario, podían volver a hablar siempre que quisiera, o él podría hablar, JongIn solamente escucharía.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).