El tiempo pasó un poco lento para la pareja que ansiaba estar junta, pero ya había llegado enero, era momento de volver a Tokyo. Eitoku pasó las vacaciones de invierno bastante resfriado por lo cual no se molestó en gritarle a su nieto. Lo cual fue un alivio para el menor, aunque no le gustaba verlo enfermo.
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Llegó un poco más temprano de lo esperado, así que entró a su habitación para desempacar. Sacó su celular y le envió un mensaje a Miyuki, para anunciarle que ya había llegado. En ese instante alguien tocó la puerta, sin darle mucha importancia, brindó el permiso para pasar y continuó con lo suyo.
“Tenemos que hablar” esa voz no le agradó...¿Por qué diablos tenía que ser Furuya?. Desde la última vez que le dijo algo hiriente, había evitado todo tipo de contacto con él. “¿De qué quieres hablar?...si vas a molestarme como siempre, déjame decirte que esta vez no lo permitiré” respondió de mala forma el pelicafé.
“Perdón, ya no te volveré a decir esas cosas” estas palabras no parecían más que hipocresía ¿Quién creería en lo que él decía? “Realmente cuando me di cuenta de todo esto, no pude aceptarlo, fue un gran golpe para mí” dijo el más alto.
“¿Un gran golpe?...¡Ah! ¡Ya veo!, te afectó ver que Kazuya está conmigo, lo siento. No es como si yo te lo hubiera quitado, si lo querías debiste habérselo dicho antes...Ahora ya es muy tarde” habló el pelicafé.
“¿Eres tan idiota acaso? No puede creer que en serio no me comprendas..” dijo Furuya tomando a Sawamura de la muñeca, jalándolo y posteriormente tirándolo a la cama. “¿¡¡Qué estás haciendo!!? ¡déjame!” gritaba el escandaloso pitcher.
“No hay nadie en los dormitorios, yo llegué más temprano porque sabía que tú también lo harías, puedes gritar todo lo que quieras... nadie te escuchará” expresó el contrario. Con una de sus manos bastaba para agarrar las dos del más bajo, lo tenía dominado por completo. “Me gustas” estas palabras sonaron seguidas de un forzado beso.
El más alto con la otra mano agarró el rostro del contrario y lo besó, metía su lengua sin permiso. Los ojos de Sawamura empezaron a humedecerse, no podía evitar llorar, estaba siendo sometido.
Separaron sus labios, luego la mano que le sujetaba el rostro se posicionó en sus pantalones. El beso era algo intolerable, pero que otra persona lo tocara en esos lugares lo estaba volviendo loco, quería liberarse de su agarre y salir corriendo. Ser obligado a esto... es asqueroso, pensó.
El zipper se abrió, ya no lo soportaba, no tenía suficientes fuerzas para liberarse. Antes de proceder a bajar los pantalones el peliazul se acercó para besarle de nuevo. Terminada dicha acción, en cuanto su boca se liberó el pelicafé gritó con las escasas fuerzas que le quedaban “¡¡¡¡KAZUYA!!!!”.
“¿No entiendes? A esta hora aún no ha llegado nadie” comentó el más alto. A pesar de haber dicho esto; la puerta se abrió de golpe. “¡¡Eijun!!” el mayor se encontraba muy preocupado por el grito que había escuchado "Vi tu mensaje así que vine lo más rápido que pude", al mirar hacía la cama pudo ver como su novio se encontraba tendido sobre la cama, lleno de lágrimas y sobre él estaba Furuya sosteniéndole los brazos y bajándole los pantalones.
No dudó ni un segundo en agarrarlo del cuello de la camisa, y llevarlo hasta la pared, teniéndolo de esa forma no pudo resistir su rabia y preparó su brazo para proporcionarle un golpe. “¿¡¡QUÉ LE ESTÁS HACIENDO A EIJUN IMBÉCIL!!?”. Sawamura nunca había visto de esa forma al catcher, por lo que se asustó mucho “¡Kazuya, no lo golpees, podrían expulsarte!”.
“¡¡No me importa!! ¡¡Esto no puede quedar así!!” respondió furioso. “¡¡Por favor!! ¡Si te expulsan probablemente te remuevan del puesto de Capitán... y nos separaremos de nuevo! ...No quiero estar lejos de ti, así que para por favor” rogó el asustado pelicafé.
“¿¡¡Por qué le hiciste eso a Eijun!!?”. “Porque me gusta... pienso que no estoy haciendo nada malo, tú debiste de hacer lo mismo ¿o no?” respondió con su típico rostro inexpresivo.
“¡¡Serás idiota!!” contestó furioso. “Ya por favor” suplicó el más bajo abrazando por la espalda al catcher “Cálmate te lo suplico... me da miedo verte así... y al bebé también”. Al escuchar esto el mayor soltó al peliazul.
“Vete...lárgate antes de que me arrepienta” ordenó tratando de calmar su ira. Entonces el más alto se levantó, se acomodó la camisa y salió de la habitación. El ambiente en la habitación se tornó algo tensa.
El más bajo habló “...Estoy bien Kazuya, en cuanto pueda hablaré con Furuya-”. “No quiero... si intentas hablarle y se encuentran solos, él va a querer hacerte algo de nuevo. No lo voy a permitir” sentenció el mayor.
“Entonces puedes venir conmigo, pero sólo yo hablaré. Aparte de lo de hoy, tengo que decirle unas cuantas cosas con respecto a otras ocasiones” dijo el pitcher...
Nadie se había dado cuenta del problema ocurrido, por suerte. Debido a esto la pareja decidió no verse por el resto del día, para enfriarse un poco. Por lo que Sawamura fue en busca de su pequeño compañero, necesitaba distraerse hablando con alguien.
“¿Dónde diablos estás cuando te necesito, Harucchi?. Siempre estás preguntándome por el bebé y ahora que quiero contarte no apareces...” sé dijo a sí mismo haciendo puchero. “Sawamura ¿Cómo has estado?” preguntó el senpai más admirado por él.
“¡OH! ¡¡Chris-senpai!!. He estado bien...por cierto, ¿qué haces aquí?” dijo el menor. “Tenía que dejar algunas cosas donde el entrenador” respondió a la vez que le observaba fijamente “...¿De verdad te encuentras bien?, tus ojos parecen estar rojos, escucho tu voz algo quebrada, te veo un poco agitado y cabizbajo...Recuerda, si tienes algo puedes contármelo” dijo el senpai.
El pitcher se rindió, continuar ocultándole esas cosas a Chris no era lo correcto, y en cierto modo andaba en busca de alguien con quién poder desahogarse. “...¿Cómo lo haces?...tú siempre te das cuenta cuando algo anda mal, pretendía no molestarte con mis problemas...pero sería descortés no pedirte ayuda cuando tantas veces me la has ofrecido. Además de que...ya no puedo. Entonces ¿está bien si te los cuento?” dijo el menor.
El contrario al darse cuenta lo difícil que había sido para el otro decir eso, sonrió contestando “Por supuesto. Pero deberíamos ir a otro lugar”. A lo que se fueron a un sitio más tranquilo y solitario.“Bueno, adelante. Te escucharé sin interrumpirte” dijo el catcher.
“...Está bien...primero que todo desde hace un tiempo Furuya me ha estado diciendo cosas muy molestas... insinuó que yo me había a-acostado con más chicos aparte de Kazuya... lo cual es mentira... no me gustaría hacerlo con ningún otro. Después de eso me dijo que Kazuya era infiel... y tampoco puedo creer eso... pero a pesar de todo sus palabras me afectaron. Perdón por haberte mentido Chris-senpai, por haber dicho que estaba bien, cuando en realidad me sentía solo y triste...” tragó saliva “Pero hoy Furuya llegó a un punto tal que hizo enfurecer a Kazuya... él... me obligó a besarlo... sinceramente... fue asqueroso, no sólo por el hecho de haber sido besado a la fuerza por un chico, sino porque estaba siendo besado por aquella persona que me había dicho cosas tan crueles... luego de eso él me abrió los pantalones y antes de que pudiera quitármelos llegó Kazuya...” explicó el menor, a pesar de tener voz quebrada de sus ojos no salieron lágrimas.
El más alto se impresionó por lo que escuchó, al ser tan observador ya sospechaba que las cosas no andaban bien, pero tampoco imaginó que Furuya sería capaz de llegar a eso. Quería consolar a su kohai, pero ese tipo de cosas no se le daban bien, a pesar de eso no resistió su instinto de protegerlo, por lo que lo abrazó llevándolo a su pecho. “Está bien, puedes llorar si quieres” dijo.
El menor se sintió reconfortado pero antes aún tenía una cosa más que le rompía el corazón “...perdón que te hable de esto... pero no he tenido el chance de decírselo a Kazuya... mi abuelo está muy enfermo, desde hace una semana se encuentra en el hospital a pesar de todo lo que me dijo yo lo quiero... si le llegara a pasar algo, me pondría muy mal...quiero que él acepte todo lo que pasó y lo que pasará...”. Era suficiente, ahora podía llorar.
“Todo estará bien lo verás, tu abuelo se curará y después de que hables con Furuya, todo se arreglará, y si no es así yo me encargaré de sacarlo del equipo” habló el mayor quién sentía como poco a poco su pecho se humedecía. En su garganta había un nudo por todo lo que escuchó, pero no era momento de mostrar debilidad.
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Al día siguiente Miyuki y Sawamura se encontraron cuando se dirigían a desayunar. “Buenos días Eijun” dijo besándole la mejilla. “...Buenos días” su respuesta fue algo fría, no porque quisiera, sino porque no pensaba ocultar más sus sentimientos “...¿podemos hablar después de desayunar?” preguntó el menor.
“Está bien” respondió el contrario con una expresión seria. Pero no quería mantener una atmósfera tan incómoda por lo que cambió de tema ,“Siete meses...¿Verdad? Falta poco para que conozcamos a nuestro bebé”.
La expresión del menor cambió “¡Tienes razón! Falta muy poco, estoy asustado pero a la vez emocionado...¡ah! Por cierto ¿has pensado algún nombre?” preguntó emocionado. “¿Pero qué dices, soy pésimo para poner nombres, mejor piensa tú en uno y luego te digo si me gusta o no” respondió el mayor. “Qué más da” dijo el pequeño haciendo puchero.
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Después del desayuno, como habían quedado se encontraron y conversaron. Sawamura le contó sobre las cosas que Furuya le había dicho y también sobre su abuelo. El catcher se sintió idiota y culpable por no haber notado nunca que algo estaba pasando. Se disculpó, lo consoló.
“Mañana mismo vamos a hablar con ese tipo, y sobre tu abuelo, el viernes vamos a visitarlo. ¿Te parece bien?” dijo el mayor con seriedad. “Está bien” respondió el contrario.