Miyuki se encontraba en shock, realmente nunca se espero que eso fuera de lo que Sawamura necesitaba hablar, pero aun así, sabía que ese no era el momento de impresionarse, sino darle amor y apoyo.
El menor sujetó con fuerza la camisa del contrario, como quién buscara un refugio en el cual protegerse, lloraba, y no era precisamente de tristeza, era una mezcla de
miedo, preocupación, dudas y felicidad. Aún no había escuchado la respuesta, entonces en su cabeza empezaron a surgir un sinúmero de dudas, “¿Si me abandona?”, “Y si me deja de querer?”, “¿Y si-”, sus inútiles pensamientos fueron disipados justo en el momento en que sintió como su cuerpo se rodeo de aquellos fuertes brazos a los que estaba acostumbrado.
“¿Miyuki...?” dijo con voz entrecortada. “Es cierto que es una gran noticia para mí, jamás me lo esperé, y sinceramente no estoy preparado, sé que estás en un mar de emociones, que en parte comprendo y en parte no” manifestó el de gafas sintiendo como caían en su hombro aquellas cálidas lágrimas, “No estoy preparado, ni tú tampoco... pero ¿sabes?ningún padre lo está al principio”, dicho esto de nuevo tomó la cara del menor secó sus lágrimas con la manga de su abrigo y le besó dulcemente.“Maldición, eres maravilloso” concluyó mientras poco a poco sus miedos desaparecían.
Al día siguiente.
“Hey Sawamura, ¡despierta idiota!...¡Sawamura!” gritaba el peliverde a las 4:15 de la madrugada. “Joder, ¿qué pasa? ¿¡por qué siempre me despiertas a gritos Kuramochi-senpai!?”, “Cállate, si no lo hago yo, nunca te vas a levantar, y además tu gritas más”. "Tenemos que charlar"
“¿Charla, sobre qué?”, “¡Serás idiota!, ¿acaso ya olvidaste que vas a tener un bebé?”. Sawamura claramente no lo había olvidado, ya tenía una semana y media de tenerlo en claro, sólo que ya había pasado la peor parte, la de informárselo a Miyuki, por lo cual se encontraba más tranquilo.
“...Claro que no lo he olvidado...bueno tú ya sabes que ayer hablé con Miyuki-senpai, el reaccionó bien. No hablamos mucho, pero estoy seguro de que todo va a estar bien” dijo mientras sus ojos recobraban poco a poco el brillo, su expresión se tornó la de siempre, es como si se hubiera quitado una carga de encima.
El peliverde observó a su kouhai con una expresión no del todo convincente, conocía bien a Miyuki y sabía que el no se iba a a tomar esa noticia de tan buena manera, pero al mirar la animada cara de Sawamura su corazón se partía, se daba cuenta que se había creído las palabras del catcher, no es que fuesen mentira, bueno no del todo. “Y sobre el entrenamiento, ¿qué piensas hacer?”, “Ya le conté sobre esto al entrenador, así que dijo que me permitiría hacer lanzamientos y correr sin esforzarme mucho, pero que no me permitiría batear, ya que correr a las bases resultaría peligroso”.
“¿¡Qué!?, ¿Ya le contaste al entrenador?” preguntó pasmado. “¡¡Ya ni me lo recuerdes!! fue casi tan difícil como decírselo a Miyuki, me regaño bastante, fue de lo peor, pero no le quedó más que aceptarlo. Tenía que decírselo porque de lo contrario con qué excusas faltaría a entrenamientos y cosas por el estilo. Por el momento los únicos enterados son ustedes tres”.
Kuramochi se rascaba la cabeza en forma de “ni modo, que queda”, tenía que aceptar que su idiota kouhai y su idiota capitán estaban enamorados y habían conformado a un nuevo ser. Era difícil para él puesto que eran como sus hermanos, aunque con Sawamura era bastante sobreprotector. “Bueno me parece que hemos gastado mucho tiempo hablando, vamos a entrenar” finalizó el mayor, mientras pensaba “Qué es lo que en verdad piensas, Miyuki?”.