Siempre dicen que los sueños son lo que nos gustaría vivir, algunos sueñan con reinos mágicos, otros con guerras de siglos pasados, y otros, solo sueñan con la felicidad. Bueno, yo soy una de esas personas, que estudiare lo que más me guste, tendré una casa, miles de perros acompañándome y por supuesto, un acompañante para toda la vida, pero mis padres nunca han apoyado esa idea, dicen que los sueños solo son falsas esperanzas que te llevan a la locura y terminas siendo una vaga en la calle. Pues aun que ellos no me apoyen, sé que cumpliré mi sueño.
Bueno, como toda historia empieza con un tiempo y un espacio, pues empezamos por mi ciudad natal, una pequeña gran ciudad llamada new york, cuando apenas tengo 15 años cumplidos. Pues como todas las personas en el mundo que tienen mi edad, mi vida es normal y sin estragos, exceptuándolo por mis padres. Mi padre o mejor dicho “comandante” es el rey de la casa, y que digamos tampoco es muy buen padre, según él siempre tiene la razón y si intentas llevarle la contraria, te ira mal. Mi madre por otro lado, una modelo y famosa escritora de críticas tiene una vida muy agitada, por lo que casi nunca pasan en casa y pues, me he criado solo con las ordenes de mi padre y sola toda mi vida. Pero hace poco me han dado una noticia que me ha causado mucha alegría, y es que hace poco bajamos del vuelo avión hasta Germania, donde espero al fin poder tener un poco de libertad.
-¿en qué piensas Athena?-mi madre me saca de mis pensamientos, su fino caminar saca a más de uno de su seriedad para quedarse viendo su silueta con morbosidad, hombres...
-en que papa aun no me ha dicho donde viviremos desde ahora-y es verdad, sé que mis padres se aman mucho y nunca se han sido infieles, pero no por eso seré algo así como la bendición de sus vidas, según ellos soy un error e incluso me dijeron que por no usar preservativos solo por una noche Sali yo, ¡Wii!
-es porque…-mi madre es interrumpida con un abrazo repentino en el aire, ambos dan vueltas felices de la vida inmersos en su mundo y yo, a un lado mirando la escena he imaginado que somos una familia feliz por una vez en la vida.
-cadete- mi padre deja a mi madre a un lado para darme un saludo con su mano en alto, quien viera esto pensaría que me entrenan como Hitler y solo me falta el “hausen verguer”.
-buenos días señor-saludo desganadamente, después de 15 años ya es normal verlo como una persona a la que solo le tienes respeto y no los une un lazo de sangre, además de que vengo somnolienta por el viaje.
-veo que el viaje no estuvo como querías, mejor agradece que te dejara viajar junto con tu madre, por mi te hiciera cruzar el mar nadando-son sus frías palabras para después darse vuelta y coger la mano de mi madre amorosamente, dándome una seña para llevar las maletas. 30 minutos después el taxi que tomaron llego a una mansión bastante rustica y con un hermoso y amplio jardín, y se preguntaran por qué digo tomaron, pues mi padre desde los 12 años me ha hecho entrenar para ser algo así como un soldado universal, y pues el muy maldito me cerró la puerta en la cara para decirle al conductor que partiera lo más rápido que le permitiera, y muchos se quedaban mirando como corría a la par con el taxi.
-bueno familia-si claro-esta será nuestra nueva casa amor-coge a mi madre en sus brazos como recién casados, el brillo de sus ojos al mirarse directamente siempre me ha gustado, pues eso es lo que me seguir viva, pensando que algún día mirare a esa persona especial de la misma manera-Athena…-capta mi atención chasqueando sus dedos, su mirada intuye en lo que estaba pensando pues sus gestos se endurecen al máximo.
-si comandante-pronuncio con toda naturalidad, ¡de verdad que parece un desconocido!
-tu vivirás en el sótano, no quiero verte siempre que tenga que ir a la cama-y ante eso pienso “más directo imposibru”-entendido-.
-si comandante-se hace a un lado señalándome que entre de las primeras, ya adentro veo a una señora de edad tomando apaciblemente su taza de café con una tranquilidad increíble, su forma de vestir me dice que será la ama de llaves de la mansión, paso de largo ignorando los pocos modales que me han “enseñado” hasta llegar a la puerta más alejada que intuyo, debe ser para ir a mi nuevo cuarto.
-espero te guste-doy un salto al ver a mi madre a mi lado mirándome con un gesto que no sabría identificar-tu padre, aunque no lo creas quería que tuvieras u lugar para ti misma- abre la puerta dejándome boquiabierta, en la escalera se podía apreciar las luces de neón que le hacen parecer como si estuvieras en la puerta de tron, bajo junto a mi madre y el interior me deja más sorprendida, el piso de cerámica con diseños detallados le dan un toque moderno, contando con una gran cama, escritorio, bibliotecas y aparatos electrónicos, creo que algún día le agradeceré todo lo que me da.
-gracias, aunque sé que no le importa-me adentro viendo la que será mi nueva área personal, el sonido de la puerta en seco me dice que ya estoy sola en esta nueva habitación, es aburrido estar tan sola. Al anochecer mi padre fue a darme las indicaciones de mi nuevo instituto y que mi bicicleta estaba lista para mañana, sinceramente nunca me ha gustado la escuela.