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Morir no es una opción por Chely Wu

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Le gustaría detener el tiempo.

No tiene prisa pero parece que el mundo sí.

El tiempo es cruel, no se detiene. Ninguna fuerza lo ha hecho y que un chico común y corriente como él no lo detendrá solo por desearlo.

Él quiere detener el tiempo, porque está muriendo.

Él, Kim Minseok está muriendo.

Y no es culpa de alguna enfermedad mortal, no es culpa algún defecto en su cuerpo u otra causa.

Él está sufriendo las consecuencias de suicidarse lentamente.

Si otra hubiese sido la situación, exactamente si "él" no hubiese aparecido. En estos instantes sus lágrimas no serían de pena sino de felicidad.

 

 

 

+-+-+

 

 

 

Compraba 6 aspirinas,

Seis pastillas equivalentes a una tableta. Solo los martes y jueves Las compró durante 12 semanas. Doce semanas equivalentes a 3 meses. De Marzo a Junio.

 

 

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Julio 3

 

Era la primera pastilla acompañada de 9 más. El plan era matarse lentamente, que su corazón se desgaste de a poco.

La razón por la que había decidido suicidarse

Porque era cobarde y èl lo sabía. Ya no quería seguir con su vida, no quería estudiar, no quería trabajar, no quería seguir gastando oxigeno ni buscando la razón del porque está vivo.

Pero llego èl. Llegó Luhan y fue un golpe bajo. Él le dio una esperanza y razones suficientes para seguir viviendo.

Conoció a Luhan a la semana de sus primeras píldoras. Ya tenía 30 aspirinas en su ser para ese entonces.

 

 

+-+-+

 

 

Estaba lloviendo y Minseok decidió salir. Mientras caminaba por el parque y tan inmerso en su mundo, le tomó por sorpresa el que alguien chocara con èl. Le tomó por sorpresa que ese alguien sea tan lindo. Tan radiante a pesar de la cara de preocupación que sostenía en ese momento. Minseok pensó que era un ángel. Un ángel que sabía de su sufrimiento y venia en su rescate, pero eso que tan imposible podría ser.

 

"Lo si-siento ¿Te encuentras bien?"

"S-si" No era posible, había tartamudeado pero la sola presencia de ese "ángel" que le estaba pareciendo un ciervo por el brillo de sus ojos, le ponía nervioso. Deseaba que no sea una ilusión de su mente que tal vez le falla por las aspirinas consumidas.

 

"Ah... ¿Estas seguro? ¿Te puedes levantar?"

Y se dio cuenta que aún no se levantaba y se había quedado como hipnotizado al rubio frente a él.

Soltó una risa incomoda y se levantó, sacudiendo su ropa, se sentido torpe hacerlo, su ropa estaba mojada no empolvada.

 

 

Pero como si su cerebro hubiera funcionado, decidió darse una oportunidad. Una oportunidad de llevarse el recuerdo de alguien que quiera, un recuerdo diferente al de sus padres. Serían sus últimas semanas era un todo o nada por ser feliz.

 

"¿Te gustaría tomar un café?" había pensado en fingir un tobillo roto pero no quería iniciar con mentiras, y la caída que había tenido no era para romperse algo.

 

"Ah...Claro" Sonrió, tal vez la sonrisa más bonita que haya visto en su vida, sus ojos formaban media luna y al costado de estos se formaban arruguitas. Simplemente hermoso. Tal vez si Minseok no hubiera estado tan inmerso en admirar la belleza del otro hubiera notado que el rubio había dudado en responderle.

 

 

El camino hacia el café había estado lleno de preguntas para conocerse el uno al otro. Incluso al sentarse  y hasta antes de llegar a pedir sus bebidas, estaban inmersos en su mundo.

"Un Americano por favor" En ese momento el más bajo se dio cuenta que era la primera vez que iba a un café. Si bien el propuso ir a una cafetería, no era que el haya ido antes.

"Un latte" La idea de ir por un latte lo había visto en una novela que veía su madre, la agradecía mentalmente.

"¿Pequeño, mediano o grande?" pregunto amablemente la joven que los atendía.

"Mediano" Contestaron al uni-sonido y les hizo reír ligeramente.

 

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El latte había terminado siendo delicioso. El castaño saboreo cada trago que daba, y la conversación que sostenía con Luhan había sido tan fluida que en ningún momento se le cruzo la idea de que se estaba muriendo o que hace un par de horas su vida estaba llena de pensamientos suicidas.

 

"Gracias Minnie por el café, la próxima vez yo invito" Y no, Luhan no fue consciente de lo que causo en Minseok. Las simples palabras como 'Minnie' y 'Próxima vez' hicieron que su corazón se estremeciera, preocupándole al castaño, pensó que solo tal vez las pastillas ya estaban dando efecto en su cuerpo y se moriría ahí mismo.

"Claro" Sonreír, después de mucho lo hacía verdaderamente y durante esas horas había sido lo que más hacía. Sonreír verdaderamente.

 

 

"Nos vemos Baozi!" Se despidió radiante el más alto. Y se fue rápido sin siquiera escuchar la despedida y el reclamo del otro.

 

'Baozi' Era el sobrenombre que le había puesto su nuevo amigo, al parecer el ciervo era chino y menor que èl.

 

"Nos vemos…" Sonó como un susurro, pero un susurro lleno de esperanza que el otro no logro escuchar.

 

 

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Al llegar a su casa la sonrisa aún se mantenía ahí.

"¿Ocurrió algo bueno?" Pregunto su madre con una sonrisa cómplice. A veces Minseok creía que su madre era bruja o sólo conocía muy bien a su hijo.

"Nada" Respondió el castaño reprimiendo su sonrisa y dirigiéndose a su cuarto.

"¡¿Vas a cenar?!" Grito su madre para que lo escuchara.

"¡No!" Respondió el grito desde la puerta de su habitación.

 

 

Al entrar a su cuarto su sonrisa cayó instantáneamente. Se acordó de su miseria. Se acordó de que se estaba matando, de que estaba siendo estúpido, egoísta, imprudente y flojo.

 

Sabía que después de su muerte sus padres se auto-culparían creyendo que no fueron lo suficientemente capaces para evitar la muerte de su hijo. Sería un terrible ejemplo de vida para su hermana menor. No tenía argumentos fundamentales para matarse. Nada le costaba estudiar y buscar su vocación y pasión.

 

 

Pasión… La "cita" que tuvo hoy se proyectó en su mente.

 

 

El latte que bebió, fue un buen golpe de café y leche, tal vez no tan literalmente.

Se dio cuenta que aún hay delicias de la vida que no ha probado, como ese frapuchino de algarrobina y el pye de limón que vio. Cosas tan simples que uno prueba diariamente, Minseok por estar tan ensimismado se olvidó de esos tipos de dulces.

Pero no quería, no quería retractarse y vivir. Quería huir de los problemas que le harían sufrir en lo que reste de su vida. No quería aferrarse a la idea que podría vivir feliz, porque nada le aseguraba un final feliz.

 

 

Esa noche, Minseok tomo 10 aspirinas más.

 

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Sus padres le anunciaron que entraría a la preparatoria y luego postularía para la universidad. Y no era que sus padres dictaran lo que haría con su vida, solo que èl no tendría porque luchar en contra si sabía que moriría en unas semanas.

 

+-+-+

 

 

Cuando se acabaron las 72 aspirinas que había comprado, noto que su estabilidad física decaía poco a poco, no podía correar más de 30 segundos sin agitarse terriblemente. Y las migrañas que tenía se estaban volviendo más y más constantes.

 

Pero no se detuvo. Para inicios de Agosto ya tenía 100 aspirinas más. Él era consciente que antes de que se acabaran las cien ya estaría muerto.

 

 

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Agosto 18

 

Como algún tipo de invocación, recibió un mensaje de Luhan

 

De: Luhan (Ciervo)

Para: Baozi

Asunto: Aceptas?

Texto: Minnie ¿Estas ocupado hoy? Podríamos ir a tomar un café ¡Yo invito!

PD: Hola Baozi!

 

 

Si Luhan debía ser algún tipo de salvador en la vida de Minseok

 

De: Minseok (Baozi)

Para: Luhan (Ciervo)

Asunto: Acepto

Texto: ¡Claro! La misma cafetería?

 

Minseok no fue consciente de su gran sonrisa.

 

De: Luhan (Ciervo)

Para: Baozi

Asunto: ;)

Texto: La misma cafetería.

 

 

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Al llegar Minseok a la cafetería, vio a Luhan sentado en el mismo lugar donde se habían sentado la primera vez. A diferencia que ahora Luhan estaba hablando por teléfono y al parecer estaba discutiendo. Para no incomodar Minseok se dirigió al mostrador de postre, el olor a granos de café lo estaba embriagando.

 

Había cheesecakes, pasteles, pyes, alfajores, galletas, panes, sandwiches, incluso bollos. Se le hacía agua la boca el solo verlos boca.

 

"Boo!"

"¡Oh rayos!"  Minseok se sobresaltó del susto y es que el ciervo le había hablado tan cerca de su oreja que le hizo sentir pequeñas corrientes eléctricas.

"Que tal Minnie!" Siempre con su encantadoramente estúpida sonrisa.

"Hola…" Respondió dándose la vuelta hacia el mostrador para tranquilizar su respiración y seguir apreciando los dulces.

"¿Quieres uno?" Le pregunto el más alto. Nuevamente cerca de su oído, como si no pudiese preguntarle de una distancia más prudente.

"Si…" Respondió tratando de ocultar su nerviosismo.

"Bien! Entonces hagamos un acuerdo, si tú me llamas 'Hyung' yo te compro el postre que desees."

El castaño abrió los ojos enormemente y trataba de mantener una expresión de indignado. Pero decidió seguirle el juego, se había olvidado lo juguetón que era el rubio.

"Luge~ quiero ese pye de manzana~" Y un aegyo involuntario nació en èl, causando un gran efecto en el chino que no se resistió y le apretó las mejillas sonrojadas del coreano.

"Por supuesto que siii baozi~"

 

 

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Agosto 30

 

91 aspirinas en su sistema y vaya que su aspecto no era el mejor, cada vez tenía más ganas de dormir pero no podía conciliar el sueño no dejaba que su mamá lo viera porque inmediatamente sospecharía, si no lo ha hecho ya. No es como si los estudios lo consumieran, sólo es su sistema que ya no soporta más pastillas y menos alimento.

 

 

Un par de días antes Luhan lo había llamado para salir nuevamente, pero esta vez a un paseo en bicicletas y valla que Minseok sufrió. Pero nada importaba, nada le quitaba esa sonrisa de su rostro a pesar de la falta de aire. Luhan no fue ciego y le pregunto si se encontraba bien. Minseok se excusó diciendo que no hacia deporte ya un buen tiempo por mantenerse estudiando. Y no era mentira, al menos no en su totalidad.

 

 

Después de ese paseo, las salidas con Luhan eran más constantes. Lo raro era que el chino no le mencionaba sobre sus amigos, de vez en cuando decía extrañar a su familia. El castaño tampoco preguntaba sobre ellos. Tan inmersos en su propio mundo.

 

 

Y era que la lista de amigos de Xiumin aparte de Luhan, se limitaba solamente a uno. Kris o WuYiFan, de nacionalidad china y una gran altura, con la melena rubia y de raíces negras, sep tal y cual un adonis. Kris se encontraba en Cánada y no era culpa de la tecnología el que no se puedan comunicar. Era culpa de ambos él no querer hacerlo. Yifan se había ido unos meses antes de que a Minseok se le ocurra suicidarse. No quedaron en buenos términos a la partida del alto, Yifan le había ocultado que viajaría y Minseok al enterarse de su viaje en boca de otros, enfureció y no le dejo ni explicarse al pobre rubio. Ese era otro Minseok, actualmente si su antiguo rubio amigo regresaba haría todo lo posible por conseguir de nuevo su amistad, si seguía vivo para entonces.

 

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Septiembre 4

 

Los dolores a su corazón empeoraban y eran más frecuentes y el estar junto a Luhan era peor. Para entonces Minseok se dio cuenta que estaba enamorado de Luhan. Y sus síntomas iniciales ya no eran lo único que le molestaban. Estaba empeorando, estaba muriendo, pero no quería desaparecer de la vida del ciervo así como así. Con el suficiente conocimiento sabía que el chino lo buscaría, incluso iría hasta su casa, por ello debía ir a buscarlo y decirle una mentirilla. Decirle que se iba de viaje.

 

Bueno Minseok haría un viaje ¿no? hacia su muerte pero era un viaje.

 

Iba con pasos decididos a la casa del ciervo. Pero no contó con lo que vería.

Luhan vivía en un departamento cerca al centro de la ciudad, Eran un gran edificio al frente del parque donde montaron bicicletas.

 

Minseok ya había ido a su departamento, por eso estaba seguro que lo encontraría a esa hora sólo que Luhan se olvidó decirle algo, algo como que tenía novio. Y eso es lo que vio el castaño esa noche.

 

Al llegar al piso del ciervo y antes de voltear por un pasillo, los vio, estaban tomados de la mano y se dirigían al departamento. Estaba acompañado de un rubio platinado más alto, en la puerta se empezaron a besar y eso confirmo las sospechas del coreano. Solo dio media vuelta y se fue… con lágrimas en los ojos y un corazón ¿se puede decir más destruido?

¿Que podía hacer? ¿Reclamar? ¿Qué cosa reclamaría? Si solo eran amigos y al parecer èl era el único enamorado.

 

Su corazón… su corazón dolía a horrores.

Ya afuera del edificio que mejor momento para terminar con su vida que ese.

 

20 aspirinas, solo llevaba consigo veinte aspirinas pero eran suficientes para acabar consigo mismo. Pasarlas no fue fácil, algún tipo de remordimiento estaba surgiendo en èl, pero no había vuelta para atrás. Se moriría ahí mismo, en ese parque en el que se conocieron la primera vez.

Rayos! hasta en sus últimos momentos era cursi.

 

Y ahí estaba èl, rogándole al tiempo que se detenga para poder vivir. Rogándole porque no quería que su vida acabase sin despedirse de ese ciervo, que por más que quisiera no era suyo, pero con la simple memoria de su sonrisa sentía que moriría en paz. Lástima, que ya era tarde. Muy tarde.

 

Y llovía, extrañamente llovía, tal como ese día que sus caminos chocaron y èl se atrevió a invitarle un café.

Y sintió un gran golpe, el golpe era interno, el golpe era su corazón. Se retorció en su asiento, fue tan fuerte que creyó que ahí quedaría, pero para su buena o mala suerte le dieron unos minutos más para poder respirar, tal vez sea la última vez… porque al segundo ataque ya no sobrevivió.

Pero antes de morir pudo ver uno cabellera rubia.

"Luhan…" Tal vez su ultimo susurro.

 

 

 

 

Tal vez… Tal vez…

 

 

 

Despertó en una cama que no era de èl, las paredes eran blancas, de hecho las cortinas porque estaba rodeado de cortinas blancas, sus sábanas también eran blancas, incluso lo que usaba era blanco. Había un electrocardiógrafo a su lado derecho y tenía agujas inyectadas en sus antebrazos. ¿El cielo? No, no podía ser, él no se lo merecía y una opresión en su pecho le hizo reaccionar.

 

"Hospital…"

 

De repente la puerta se abrió.

 

"Despertaste…" No podía salir de su asombro ¿Como èl podía estar ahí?

 

"K-Kris?"

 

Y el más alto esbozó una sonrisa.

 

"Al fin te levantas bello durmiente" Se acercó a donde estaba acostado el castaño y le revolvió el cabello cariñosamente.

 

"¿Q-que paso? ¿Por qué-è estoy a-aquí?"

 

"Lo mismo debería preguntarte a ti. ¿Qué paso Minseok desde cuando has empezado a tomar aspirinas? Desde cu-cuando has pensado en… matarte" Pregunto Kris con la voz rota "Lo siento"

 

"Matarme…" No pudo evitar soltar lágrimas y que esa opresión en su pecho vuelva a aparecer. "Yo lo siento… Kris… yo lamento haber sido tan inmaduro contigo"

 

"¡¿No lamentas el haber intentado matarte?!" Se alteró el más alto. "¡Sabes cuan preocupado me tenías! ¡Sabes cuan preocupados tenías a tu familia!" No eran preguntas, eran reclamos.

 

"Lo-lo siento" Empezó a sollozar "¡Re-realmente lo siento! ¡Por todo!" Minseok ya no podía controlar su llanto y el electrocardiógrafo a su costado empezaba a sonar avisando al médico y a la enfermeras, que ingresaron rápidamente y Kris tuvo que retirarse de la habitación.

 

 

 

Después de tranquilizarse lo suficiente Kris volvió a pasar a la habitación.

 

"Pensé que la próxima vez que nos íbamos a ver seria en el inframundo" Trato de bromear el alto.

 

"Bobo…" Trato de sonreír, las intenciones de su amigo por animarlo fueron torpes pero al menos estaba ahí para èl.

 

"Minseok…Creo que no sabes que tan grave estás"

 

El nombrado sólo atino a agachar la cabeza.

 

"Te harán un trasplante de corazón, es la única forma de mantenerte vivo"

 

"Pero…si no quiero vivir…" Respondió cautelosamente.

 

"Escucha Minseok, no me importa que razones te hayan arrastrado a esto, pero en mi presencia y fuera de esta no te vas a morir, tómalo como una orden pero yo sé que podrás salir de esto. No voy a pelear contigo uno, porque eres mi amigo y te aprecio mucho. Dos, no puedes sufrir emociones fuertes. Te quiero mucho Minseok, tu familia también y no es justo ni para ti ni para nosotros el estar pasando por esto." Expreso el alto rubio abrazando a su castaño amigo mientras este sólo atinaba a llorar.

 

"Minseok…Minseok prométeme que cambiarás, que lucharas por vivir…que…"

 

Este fue interrumpido por el más bajito.

 

"Lo prometo…Pero quiero…quiero rehacer mi vida…quiero irme lejos…"

 

+-+-+

 

 

La operación no fue nada fácil y después de un par de horas de pura intriga se puede decir que renació un Minseok o Xiumin.

 

 

+-+-+

 

 

Julio, 30

 

El ahora pelirrojo y de nombre Xiumin, se preparaba un latte como cualquier tarde en esa su cafetería.

Habían pasado cuatro años desde su intento de suicidio y después de la exitosa operación y citas intensas con la psiquiatra podía presumir que era otro hombre. Se había mudado con Kris a China, y ahí había estudiado para convertirse en el gran barista que ahora era.

 

Kris le había conseguido un no tan pequeño espacio en el centro de la ciudad para la cafetería. Haciendo gala de sus buenos dones como administrador de empresas, era el que controlaba financieramente el lugar.

Xiumin no trabajaba sólo, Kyungsoo era su más grande tesoro, ese chico hacia exquisitos postres aparte de ser también de nacionalidad coreana, no podía pedir más. Y con Yixing se completaba el trio. Yixing excelente barista y pastelero.

 

Como meseros se encontraban Tao y JongIn.

 

Y en la caja registradora JongDae.

 

Agradecía tanto que su vida no hubiera acabado ese día en que decidió su “fin”. Había encontrado excelentes amigos, su pasión por el café y una que otra gran aventura, tenía la felicidad con la que había anhelado hace mucho, una felicidad plena.

 

Pero había un vacío, un gran vacío y podía ignorarlo pero este no se iba. Sabía a que –de hecho quien- pertenecía ese vacío…Luhan.

 

No había sabido nada de èl, después del "accidente" sólo se enteró que una vez el chino lo había ido a buscar a su casa. Su madre estuvo tentada a decirle la verdad al ahora pelinegro, pero Xiumin le pidió que le dijeran que se había mudado de país, y era algo que hizo meses después.

 

"¡Min-Hyung en media hora cerramos!" Anunció JongIn ingresando a la cocina donde se realizaba "la magia" del café y los pasteles.

 

"Pueden irse ahora si quieren, no hay mucha clientela puedo sólo."

 

"Estás seguro Gege? No nos molestaría acompañarte hasta que cierres" Intervino Tao.

 

"Estoy seguro, ahora apresúrense si quieren llegar temprano a esa fiesta" Sonrió el pelirrojo.

 

"Pero tu también fuiste invitado Ge!"

 

"Tao, tu hyung ya está viejo" Bromeo Xiumin con una pícara sonrisa.

 

"Pero de todos modos--"

 

Tao fue interrumpido por la campanita de la puerta que anunciaba el ingreso de alguien a la cafeteria.

 

"Si te hace sentir mejor, ya no dejarè pasar a nadie y sólo esperare a que se vayan ¿Feliz?" Propuso el mayor.

 

"Si" sonrió el alto y se fue a cambiar mientras que el moreno JongIn atendía al último cliente y cambiaba el letrero a 'cerrado'.

 

"Hyung un capuchino, un expresso, un latte, una tajada de pye de manzana, dos galletas de avena y un cruasán de manjar." Pidió JongIn, gran orden esa y èl que pensaba cerrar rápido.

 

"Okey~ puedes ir a alistarte Jonginnie, yo me encargo de esta orden, avísale a los demás por favor"

 

Y con un asentimiento de cabeza se fue el moreno.

 

 

Ordenar todo fue fácil, ahora debía concentrarse para ubicar el pedido en orden y evitando que algo se le caiga.

 

Al salir suspiro aliviado al no ver tantas personas y estás ya terminaban sus pedidos.

Se dirigió a la mesa de esa gran orden pero sólo vio un muchacho ahí.

Pelinegro de orejas grandes y sonrisa enorme. Como algún tipo de hechizo el pelirrojo también sonrió.

 

"Su orden"

"G-gracias" Xiumin no era de iniciar una conversación con extraños pero le fue inevitable no preguntar mientras dejaba la orden en la mesa.

"No eres de China ¿Cierto?"

El más alto sólo atino a sonreír y bajar la cara apenado. "Soy coreano"

"¡Lo sabía! Yo también soy coreano, Xiumin, mucho gusto"

El otro chico ya en más confianza respondió con otra gran sonrisa.

"Chanyeol, mucho gusto" extendió su mano para un saludo más formal "¿Xiumin no es nombre chino?"

"Oh cierto! Mi nombre en realidad es Minseok pero llámame Xiumin" Sonrió ocultando su incomodidad, no le gustaba hablar de Minseok. "Disfruta tu orden" Y se retiró sin preguntar porque aquel muchacho había pedido tanto. "Tendrá mucha hambre…" Murmuro para sí mismo mientras regresaba a la cocina.

 

"¿Quién tendrá mucha hambre Hyung?" Pregunto Jongdae saliendo de los vestidores.

 

"Nadie, sólo un cliente" Respondió quitándole importancia.

 

Seguidamente salían Lay, Kyungsoo, JongIn y Tao.

 

"Hyung no se demore en cerrar!" Se despidió Lay

 

"Hasta mañana Seok-Hyung" Soo hizo una leve inclinación.

 

"Nos llama por si sucede algo"  JongIn era de los que más velaba por su seguridad.

 

"Sigo opinando que ir a la fiesta no le haría ningún mal" Y con un puchero en labios se fue Tao.

 

"Cuídate si?" Jongdae por alguna razón siempre le hablaba informalmente, pero a Min no le importaba mucho.

 

"De acuerdo cuídense!" Los despidió fuera del local agitando su mano.

 

Al entrar ya no había tanta gente como antes y eso en parte era un alivio. Cuando iba a ubicarse en el lugar que solía ocupar Jongdae al costado de la máquina registradora, la campanita de la puerta lo sorprendió. Se supone que en la puerta de vidrio estaba colocado un cartel de cerrado. Volteo para comunicarles amablemente a las personas que habían ingresado que la cafetería estaba cerrada.

Pero lo que vio fue por mucho algo que sólo en sus fantasías había ocurrido.

 

Luhan… Luhan estaba ahí literalmente frente a èl, sus padres tenían razón ahora estaba más pálido y su cabellera pelinegra solo lo hacía lucir ¿Cansado? ¿Enfermo? ¿Devastado?

No tenía idea pero no se veía muy saludable. No se dio cuenta que al costado del pelinegro había alguien más, este era castaño y más pequeño que Luhan, tenía los ojos delineados y Xiumin considera la idea de que era una chica, una chica con el pecho plano pero con buenas caderas.

 

"Di-disculpe" Se odiaba, se odiaba por tartamudear así "La cafetería está cerrada, pero pueden regresar mañana" Comunico Xiumin con un intento de sonrisa, tenía la leve esperanza que el pelinefro delante de él no lo reconozca, pero algo dentro de èl no quería eso.

 

"Estamos buscando a un amigo" Intervino el castaño para luego pasear su vista por el local. Xiumin y Luhan no habían apartado su vista, ambos ojos se miraban como buscando respuestas. "Oh! Ahí está! Chan Li! Chanyeol!" gritó agarrando del brazo a Luhan y sentándose con esa persona que Xiumin había conocido hacia unos minutos, rogaba porque no se acordará su verdadero nombre, mientras lo llame Xiumin pasaría desapercibido y si el ciervo preguntaba negaría todo. Aunque profundamente no quería, quería lanzarse sobre ese del que una vez se enamoró, porque si Minseok se había enamorado pero al parecer sólo había sido un amigo más para el ciervo, eso lo destruyo pero no se dejaría vencer.

Se dirigió al puesto donde iba a ir primeramente y se sentó a esperar que la clientela se fuera para poder cerrar el lugar.

 

Paso la media hora que había prometido a sus amigos y empleados que esperaría y sólo se encontraban los últimos tres clientes que habían entrado.

 

Chanyeol, el castaño y Luhan.

 

Genial, ahora debía acercarse y pedirles que pagaran y se retiraran. Diablos debía de haber aceptado la ayuda de Tao así él se ahorraría todo esto.

 

"Disculpen ya debo cerrar" No quería hablar más y evitaba a toda costa la mirada profunda que le dirigía Luhan, se dedicaba únicamente a mirar a Chanyeol o al castaño a su costado.

 

"Seguro ahora nos retiramos" Sonrió Chanyeol y Xiumin le agradeció mentalmente por ser èl que le respondió y no aquel pelinegro.

 

"Yo pago" Wao ni Xiumin supo cuánto había extrañado esa voz, sus piernas flaquearon ligeramente y cuando este se levantó, aguanto un poco el aire vaya que estaban cerca, había extrañado tanto que este lo abrazara que si no hubiese tenido autocontrol, seguro y se lanzaba a Luhan.

 

"Por aquí por favor" Sonrisa fallida, hasta èl sintió la falsedad en su propia sonrisa.

 

El menor sólo se limitó a asentir pero tenía el entrecejo ligeramente fruncido.

 

Al pagar todo fue tan mecánico a kilómetros se podía sentir la incomodidad.

 

"Gracias por venir, los esperamos pronto" Y no Minseok no tenía ningun problema con los acompañantes del chino, el problema era el chino, a èl no lo quería ver ni en pintura.

 

Cerró la puerta y empezó a limpiar las mesas. Levanto las sillas y empezó a barrer, pronto marcarían las 9 de la noche y no le gustaba quedarse hasta muy tarde.

 

Saco la basura, limpio los utensilios y se dirigió a los vestidores a cambiarse.

 

Al salir tenía la leve esperanza que Luhan lo estaría esperando afuera. Pero nada. Cerró y se encamino hacia el paradero para tomar el bus hacia su departamento.

 

Pero no contó con que alguien lo abrazará por detrás.

 

"Baozi como te atreves a actuar como si no me conocieras" Susurró en su oreja causando que todo Minseok tiemble ligeramente y sus mejillas se coloren un poco "Baozi malo" y soltó una risita que el más bajo había tatuado en su subconsciente.

 

"Luhan…"

 

Notas finales:

Holaa! wao realmente quedó largo -siempre que escribe es muy poco xd-

Ugh... si hay algún error...Lo siento.

Si tienen alguna duda o no entendieron algo ¡pregunten!

Lo siento si lo deje hasta ahi, pero ya no iba para más y ustedes le pueden poner el final que desean ^^

En relidad el shot iba a terminar con un Minseok muerto -D:- pero no soy tan mala y decidi seguirlo ^^ -por eso la primera estrofa medio confusa-

¡Hoy es 12! *Los 12 de cada mes publico un fic o un drabble/one shot* Pueden pasar por mi cuenta a ver los otros 

Y tu... si tu! me gustaria que volvieras el proximo 12 porque subire un -laaaargo- fic llamado "Our little boys" Es un OPT12 y ¡todos son niños lindos y adorables! Espero su apoyo 

Dejo de hablar/escribir porque los aburro xd

¿Nos leemos el proximo 12?

Cuidense! Gracias por leer!

Much luv~!


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