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Truenos & Relampagos por Tada

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Notas del fanfic:

Aquí yo(?) Quiero que esto se llene de puro KuroTsuki por que son puro love (人●´ωa344;●)

Notas del capitulo:

Puro love para los lectores de esta pareja OTP preciosa uvu <3 

Tsukishima entro de vuelta en su habitación trayendo consigo dos tazas con chocolate caliente. En la habitación el silencio reinante era interrumpido de vez en vez por algún trueno, el pelinegro estaba sentado en silencio en su cama, dándole la espalda mientras veía ensimismado hacía el oscuro cielo nocturno poblado de nubes y uno que otro destello de luz que se asomaba entre ellas de vez en vez acompañado por un estruendoso ruido.

 

Verle así le hacía sentir melancólico, parecía que aquel Kuroo Tetsuro fuese alguien completamente distinto al personaje que conoció meses atrás.

 

Dejo las tazas sobre su escritorio y volvió a tomar la toalla, ya algo húmeda, que había prestado a Tetsuro para secarse, la lluvia les había pillado en el camino a casa desde la estación de trenes, y sin mucha delicadeza comenzó a secar el cabello del mayor.

 

El pelinegro sonrió y cerró los ojos, busco con su mano la del menor y se volteó lo suficiente para depositar un corto beso en la mano de su kouhai. Tsukishima retiró de inmediato su mano, y Kuroo no tenía necesidad de abrir los ojos para saber que él menor le veía con su entrecejo fruncido, molesto, y con sus mejillas sonrojadas, avergonzado, era una imagen exquisita.

 

De igual forma abrió los ojos, y se encontró con esos ojos color miel  que le veían con un tinte de preocupación, sus mejillas mantenían el color carmín que imagino y su ceño se fruncía suavemente.

 

 

-¿Quieres… decirme algo?-interrogó el rubio, a sabiendas de que era pésimo en ese tipo de cosas, aun le costaba interactuar un montón con el mayor, y no entendía mucho los sentimientos del mayor, por lo que podía partirse el cráneo pensando en las razones que Kuroo tenía para estar así y nunca lo iba a descubrir.

 

Tetsuro abrió sus ojos con sorpresa, mientras una sonrisita se quería esbozar en sus labios, pero la reprimió antes de volver a su postura de siempre, con aquel semblante serio, pero que tras su mirar y aquella sonrisa soberbia parecía ocultar alguna travesura.

 

Ante la mirada insistente, y algo acusadora, del rubio, Kuroo se volteó completamente, para quedar de frente ante el menor, y se acercó lo suficiente como para que sus respiraciones se mezclaran en una sola y sus labios se rozaran al más mínimo movimiento.

 

 

-Me encanta…-susurró el pelinegro sin quitar su intensó mirar de Tsukishima, beso con sutileza los labios del menor, incitando al rubio a seguir su jueguito, comenzando un apasionado beso, lento, sus lenguas se encontraban dentro de la cavidad del otro y se entrelazaban entre sí a un ritmo que siempre marcaba Kuroo, y Tsukishima se desesperaba, obligado a seguirle.

 

Se separó pronto de los labios del rubio, dejando un hilito de saliva unir sus labios aún. Deposito un último beso en la comisura de su labio antes de acercar sus labios hasta la oreja del menor, para al fin terminar su frase.

 

 

-Ver los truenos en la tormenta… me encanta.

 

Tsukishima sintió sus mejillas arder, mientras desviaba su mirada del pelinegro, se sentía muy avergonzado, y porque no decirlo, algo tonto al haber pensado que esas palabras habían sido dichas hacía él.

 

Las carcajadas de Kuroo, le pisotearon aún más su maltrecho orgullo, y antes si quiera de poder hacerle callar el pelinegro le tomaba del mentón con suavidad y le obligaba a verle, volviendo a besarle, contacto al que el rubio opuso resistencia, terminando por morderle el labio a su sempai.

 

Seguido de eso se separaron forzosamente, el pelinegro le había empujado sobre la cama, montándose sobre él y acorralándole contra esta. Kuroo se lamio su labio sintiendo el metálico sabor de la sangre, sonriendo con sorna luego, mientras se comía con la mirada al rubio.

 

Lamió el cuello de Tsukishima, hasta llegar a su oreja, repartiendo mordidas y chupetones por su camino, luego se bancaría los reclamos del rubio, en ese momento no podían importarle menos.

 

 

-Tú también me encantas cuando te pones así-susurró con su voz ronca, demasiado sensual.

 

Una de sus piernas se posicionó entre las largas, y realmente deseables, piernas del de anteojos, mientras se las arreglaba para acorralar ambas manos del menor con una de la suyas, y así poder tener libre una de las suyas y recorrer el cuerpo del menor.

 

 

-De esta manera puedo hacerte todo lo que quiera-le confesó el pelinegro con una sonrisa atemorizante, Tsukishima le vio confundido, ¿A qué se refería con eso? ¿No estaría pensando en eso cierto? Sus padres podrían subir en cualquier momento, y la puerta de la habitación permanecía abierta de par en par.

 

 

-Detente-le advirtió bajito, su voz sonaba algo ronca.

 

Kuroo podía ver el pavor reflejado en los ojos del rubio, aquel chico era taaan transparente, esa era una de las cosas que le habían hecho enamorarse perdidamente de él. Con su mano libre acarició los finos cabellos rubios de Kei, y rozo con el dorso de su mano la suave piel de la mejilla del menor.

 

Dio un corto beso en los labios de Tsukishima cuando le soltó, y aun estando muy cerca de sus labios le susurró: -Te amo Tsukki.

 

Un cojín, que fue lo que encontró más a la mano Tsukishima, impacto de lleno en el rostro de Tetsuro, mientras el rubio se apoyaba con su codo sobre la cama, para ya no quedar en una posé tan comprometedora. Kuroo por su parte estaba retrocediendo cuando el proyectil llego a su cara, obligándole a sentarse en su lugar.

 

 

-Te dije que pararas-alegó Tsukishima con sus mejillas sonrojadas, desviando su mirada del mayor. Kuroo se mordió el labio al ver el notable bulto que se había formado en los pantalones del menor, quizás… solo quizás se había pasado de la raya.

 

Vio al rubio levantarse de la cama para luego perderle de vista cuando cruzó el umbral de la puerta.

 

Nuevamente el único sonido que llenaba la habitación eran los truenos, pero a diferencia de antes, Kuroo sonreía orgulloso mientras observaba a través de la ventana de la habitación de Tsukishima la tempestad que ocurría fuera.

 

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer, si les gusto dejenme un comentario bonito ;) <3


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