El carruaje dorado impulsado por 2 grandes caballos blancos, iba a la mayor velocidad que estos animales podían permitirse. Por orden del joven y poderoso millonario Gakupo Kamui, que estaba con el cabello violáceo completamente despeinado, el traje arrugado y una enormes ojeras que arruinaban su bello rostro. El joven millonario solo pensaba en una sola cosa: Su pequeña hermana, Meiko, que había desaparecido hace ya varios días, en todos ellos su hermano no durmió ni comió, estaba demasiado preocupado como para comer.
—Meiko... ¿Donde esta Meiko? —Repetía el joven.
El carruaje iba como una bala, arrasando con todo aquel que trate de cruzarse por su camino. El joven Gakupo no prestaba atención a que su carruaje podría acabar con la viva de cualquier ciudadano, estaba sumergido en la precupacion y la desesperación. Se retorcía las manos nerviosamente, de vez en cuando las juntaba, agachaba su cabeza y rezaba por el bienestar de su pequeña hermana.
La niña había desaparecido en una excurcion de su colegio por el bello pueblo donde visitarían los comercios y luego el bosque. Tenían planeado que fuera una nueva, excitante y enorme aventura para los niños, que eran tan refinados que nunca se acercaban a la tierra por miedo a ensuciarse.
Lo que parecía ser una hermosa y grande aventura se volvió una pesadilla cuando Meiko desapareció sin dejar rastro,
Gakupo al enterarse corrió a buscar a las institutrices que estaban a cargo de su hermana para exigirles una explicación. El joven no recibo ninguna respuesta concreta, por que las institutrices estaban muy alborotadas, pero no por que su hermana haya desaparecido, sino en la reputación de su escuela que podría ser arruinada por este hecho y Gakupo lo sabia. El se fue de la institución echando chispas, pero salir de la escuela de su hermanita, Gakupo comenzó a llorar desesperadamente por ella.
Dos días después de la desaparición de su hermana, Gakupo decidió hacer una búsqueda luego de 48 horas a la espera de notificaciones sobre Meiko que nunca aparecían. Contrato a unas cazarrecompenzas que buscaron a la niña con avidez, ya que la cantidad de dinero que el joven aristócrata les había ofrecido era enorme y las jóvenes cazarrecompezas estaban dispuestas a encontrarla, Sus razones eran simples: Se habían sentido atraídas por la enorme belleza de Gakupo y su preocupación por su pequeña hermanita las había conmovido, ademas el tamaño de esa recompensa era una oportunidad única para ellas.
Aun habiendo contratado a las mejores cazarrecompezas del pueblo, las respuestas que Gakupo recibía parecían ser siempre malas y dispuestas a acabar con sus esperanzas, todas las mañanas citaba a las cazarrecompezas para consultarles el resultado de sus búsquedas.
—Gumi... Luka... ¿Y bien? ¿Han podido encontrar algo? — Preguntaba Gakupo difícilmente a causa de llanto.
La respuesta de las chicas parecía ser siempre la misma.
—No señor... Lo siento... no pudimos encontrar nada... No hay un rastro de ella... —Lamentaba Gumi, una bella chica peliverde que siempre vestía de naranja.
—Bien... Gracias —Decia Gakupo mientras sonreía falsamente, y las muchachas lo sabían pero no querían entristecerle mas. Así que solo se retiraban de la habitación sin decir nada.
El tiempo pasaba y Gakupo estaba hundido cada vez mas en la desesperación, cada vez comía y hablaba menos solo le dirigía la palabra a las dos cazarrecompezas que había contratado, pero ellas siempre le traían la misma respuesta...
Gakupo estaba sentado en su sillón, con una botella de licor en su mano, hundido en la depresión. Después de mucho llorar por su pequeña hermana, comenzó a consumir alcohol. Gakupo dirigió su perdida mirada a la ventana, pudo ver a Gumi y a Luka correr como unos rayos, ni siquiera pudo reaccionar por que las cazarecompezas ya estaban en su habitación.
—¡Señor! ¡Mire esto! — Grito Luka, una joven hermosa con un bello cuerpo y un largo cabello rosado.
Luka tenia una hoja en la mano derecha, la cual Gakupo arranco de un tirón rápido pero cuidadoso para no destrozarla. Gakupo la miro con la esperanza de que sea algo escrito por su hermanita, pero no lo era, era solo un bolante que decía "Dark Wood Circus".
—¿Que es esto? —Dijo Gakupo molesto, pensaba que las chicas le estaban jugando una broma de mal gusto.
Las bellas chicas se dieron cuenta de su enojo y se sentaron a explicarle.
—Señor, déjeme explicarle — Dijo Luka.
—Mas vale que la explicación sea buena — La rabia se notaba en la voz de Gakupo.
Gumi se sentó al lado de Luka y juntas comenzaron a explicar.
—Vera señor... Hay un rumor que corre en el pueblo sobre este circo... —Explico Luka
—¿Que tiene de ver eso con Meiko? —La interrumpió Gakupo irritado.
Ambas hicieron una pausa que se transformo en un incomodo silencio antes de continuar.
—El rumor es que... —La muchacha de cabellos verdes comenzó a temblar — Este circo secuestra niños y los convierten en monstruos...
El aristócrata perdió el color.
—¿Q-Que quieren decir?... —Dijo Gakupo después de mucho tiempo — ¿Q-Que... Que eso de que convierten a los niños en monstruos?...
—Experimentos malévolos —Explico Luka, que trataba de mantenerse firme pero cada vez le era mas difícil — Con niños secuestrados... Señor, creemos que...
—No... —La interrumpió — N-No... puede ser...
Los ojos del Gakupo comenzaron a emanar lagrimas.
—P-Pero puede ser que estemos equivocadas, señor... Y la señorita Meiko este bien... En algún lugar que no sea ese circo —Dijo Gumi tratando en vano de calmar al joven aristocrático.
Gakupo se seco las lagrimas, se acerco a las dos chicas y como pudo preguntó:
—¿Donde esta ese circo?... —Y por primera vez recibió una respuesta.
Ese macabro circo estaba ubicado supuestamente en el centro del bosque. Gakupo pudo reconocerlo por que en aquel bosque su hermana había desaparecido...
Según las chicas, el circo estaba en centro y en la parte mas oscura del bosque. Aquella parte del bosque desconocida por el, la parte de bosque a la que era muy peligroso acercarse. Abandonada por dios hace ya mucho tiempo... y a esa parte se dirigía el carruaje dorado impulsado por dos blancos caballos.
Una bandera se alzaba en el profundo y nocturno cielo, que esta sobre unos palos que sostenían una gran carpa decorada con rayas blancas y rojas. La gente entraba y salia aterrada del circo, habia un enorme cartel que decia: "Dark wood circus" en grande y debajo: "Anfritrion: Machigerita,
Este circo esta conformado por niños que no han recibido la bendición de dios y han sido castigados a poseer anatomías diferentes a la de los normales"
Gakupo leyó el cartel con horror y rabia, por que era una farsa según Gumi y Luka... y Gakupo confiaba mucho en aquellas muchachas. La rabia lo poseia, tanto que no presto atención a la cantidad de dinero de entrada que coloco en la mano del jorobado payaso encargado a la administración de boletos, la cantidad era simplemente una monstruosidad que sorprendió al payaso.
No le presto atención a nada solo se sentó y espero a que la función comenzara. La gente tenia comida y otras cosas que con seguridad iban a lanzar hacia los fenómenos.
"Animales..." Pensó Gakupo, tratando de disimular su disgusto. De repente todo se oscureció y comenzó a escucharse una música muy alegre.
La luz volvió al lugar y en el escenario había una fila de payasos ordenada por sus alturas de mayor a menor.
Gakupo se concentro en los payasos mas pequeños, esos niños no debian de tener ni 15 años, lo que empezó a preocuparle. La fila empezaba con un payaso de aproximadamente 2 metros y terminaba en un payasito con traje de color rojo. Gakupo lo miro bien y se dio cuenta que no era un payasito, era una payasita.
El aristócrata sintió que el corazón se le paraba, tapo su boca para no clamar por su hermana. La payasita vestía un simpático traje que la hacia verse como un globo andante, mientras la lanzaban por los aires y hacia malabares junto a los otros payasos parecía un adorable globito rojo, tenia la carita pintada con flores.
El acto de los payasos termino, Gakupo sintió que debía seguir a su hermana pero el siguiente acto fue lo que lo detuvo.
Un joven de pelo azul con una camisa de fuerza apareció de la nada en el escenario, la gente inmediatamente comenzó a arrojarle cosas y decirle atrocidades.
—¡Monstruo! —Grito una mujer.
—¡Hereje! — Grito una anciana.
Los niños presentes gritaban cosas peores... Gakupo no veía a un monstruo ni a un hereje, veía a un niño sufriendo.
Estaba a punto de gritar: "¡Paren! ¡Basta! ¿No ven que lo están haciendo sufrir?" Pero algo en ese circo no lo hacia poder gritar. Pero Gakupo lo sabia, era el anfitrión, que usaba zancos y parecía tener sus grandes e intimidantes ojos clavados en el.
El acto del chico del cabello azul era comer carne humana, algo que horrorizaba a todas las personas presentes excluyendo a Gakupo. El solo veía el sufrimiento del chico, algo que nadie parecía ver, sabia que lo estaban obligando a hacer tal atrocidad.
Después de tantos insultos, el acto de "La bestia azul" finalmente acabo, le siguieron el acto de la "Diva destrozada" y el del "Hombre de dos cabezas"
Gakupo vio algo en ese circo que las demás personas no podían ver. Ese circo era un infierno y estaba dispuesto a sacar a todos de ese inframundo en la tierra. Especialmente a su hermana y por alguna extraña razón, Al chico del cabello azul.
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