Las gotas de lluvia comenzaban a caer del cielo con lentitud, sin embargo el cielo indicaba que esas pequeñas gotitas de diluvio se transformarían en una feroz tormenta de truenos y relámpagos. Al joven Gakupo la tormenta le preocupa; No por que puede mojarse y enfermar. Sino por el enorme terror que su hermana Meiko le tiene a los truenos.
El aristócrata se retiro del macabro circo que capturo a su hermana con un nudo en la garganta. Quería golpear al anfitrión por que sabia que era el responsable de todo; De su depresión, del sufrimiento que estaba pasando su pequeña hermana, de que todas las personas que eran espectadoras estaban mal de cabeza. Aquel hombre se había ganado instantáneamente el odio del joven millonario. Pero sabia que actuar violentamente solo empeoraría la situación y nunca podría recuperar a su hermana.
Gakupo se encontraba en su sillón, pensaba en que manera podría sacar a su hermana de ese infierno en forma de circo. Mientras estaba surgido en sus pensamientos, Hiyama Kiyoteru entro a su habitación; Un gran amigo del aristocrático que había estado fuera mucho tiempo, pero ambos mantuvieron su amistad. Hiyama es un medico con un enorme éxito por sus magnificas medicinas a base de hierbas.
—Gakupo ¿Que paso? ¿Donde esta Meiko? —Dijo Hiyama preocupado. Cada vez que el visitaba la mansión de su amigo, su hermanita corría a abrazarlo. El medico adoraba jugar con la niña.
Gakupo después de mucho tiempo, le contesto a su amigo.
—Siéntate, Hiyama. —El medico obedeció.
El aristocrático le explico a Kiyoteru como había sido todo desde que Meiko desapareció; La enorme depresión que tenia, el haber contratado a las mejores cazarrecompezas del pueblo para encontrar aunque sea un pequeño cabello de su hermana, la macabra función que había presenciado en el lugar donde se hallaba Meiko.... En ese punto,Gakupo comenzó a llorar. Hiyama se levanto y rápidamente intento calmar a su amigo; No podía creer que estuviera llorando, era la primera vez que lo veía tan mal. El verlo llorar era muy extraño para el medico, Gakupo no era de lagrima fácil...
—Tranquilo Gakupo... —Dijo Hiyama tratando de calmarlo — Tengo un plan...
El noble se froto los ojos y trato de calmarse. El medico puso su maletín en la mesita donde estaban todas las botellas de licor que Gakupo había vaciado desde que Meiko había desaparecido.
—Veo que estas tomando mucho alcohol, deja de hacerlo — Dijo Kiyoteru molesto.
El medico abrió su maletín y saco una pequeña bolsa junto a un montón de papeles.
—Finalmente entiendo por que me pediste hacer esto —Dijo Hiyama tomando uno de los papeles.
Gakupo le había pedido que investigara estos circos de ''fenómenos''. Kiyoteru lo hizo, pero un poco confundido por que Gakupo no le explico cual era el motivo; por que simplemente no podía hacerlo sin llorar desconsoladamente.
—¿Y bien? —Dijo Gakupo con un hilo de voz por el llanto.
El medico hizo una pausa antes de comenzar.
—Es peor de lo que te imaginas... Ellos consideran estos circos arte y belleza...Con esto sobornan a los integrantes prometiendoles una vida sin discriminación a quienes tienen malformaciones, amputaciones o problemas metabólicos y a la gente con capacidades atléticas superiores, les prometen la fama por la que tanto entrenan.
Gakupo miraba a su amigo completamente atónito.
—Yo no vi nada de eso...
—Es lo que consideran los anfitriones sus espectáculos, ¿Quieres hablar con el anfitrión verdad?, Háblale como si su show fuera una gran obra de arte.
Debía hacer un gran esfuerzo para lograr eso, pero debía hacerlo, hablarle a aquel hombre al que le tenia un enorme desprecio como si fuera un gran artista...
—¿Has traído lo otra cosa que te pedí?
El medico tomo una pequeña bolsa de la mesa y la coloco en frente de Gakupo.
—Esta es.
Gakupo tomó la pequeña bolsa. Tenia en su interior unas especias que parecían raíces diminutas.
—¿Como podría hacer que esto funcione, Hiyama?
—Fácil, invitale a tomar el té — Dijo el medico, tomando una pequeña taza de te.
—¿A tomar el te?
—Si, eso que tienes es mulungu. Me ha costado la vida conseguirla, se prepara en forma de te, funciona como un sedante. —Dijo el medico sonriendo.
Gakupo sonrió de agrado.
—Siempre haces las cosas tan fáciles, Hiyama... Gracias...
—No tienes que agradecérmelo, amigo mio...
El aristocrático y el medico se dieron un gran abrazo antes de despedirse. Gracias a Hiyama, Gakupo podía ejecutar su plan a la perfección.
Unos días después de encontrarse con Hiyama. Gakupo fue a ver a el hombre que mas odiaba en este mundo; El anfitrión del Dark Wood Circus. Fue vestido de una manera no tan fina como la que el acostumbraba por consejo de Kiyoteru. Fue una experiencia horrible, hablar con aquel hombre fue algo sencillamente, espeluznante para Gakupo.
—¡Buenos días señor! — Dijo Gakupo al ver al anfitrión con una falsa sonrisa.
—Buenos días... — Incluso la voz del hombre era aterradora.
—Quería decirle que la funcion del día de hoy fue fascinante... Los actos, las acrobacias, las habilidades de sus empleados... Fue simplemente sublime... —Dijo el aristocrático fingiendo asombro.
El cirquero sonrió del agrado.
—Es agradable conocer personas que comprenden este bello arte...
"Este hombre no deja de dar miedo ni siquiera sonriendo..." Pensó Gakupo, aquella sonrisa solo le daban un aspecto aun mas terrorífico...
—Usted es uno de los mejores artistas que he visto... ¿Que le parece si hablamos otro día en un lugar mas tranquilo? vera... Soy un reportero y me encantaría hacerle unas preguntas, pero otro día que este libre. Imagino que un gran artista como usted debe de tener mucho trabajo...
La sonrisa del anfitrión se ensancho.
—¿Que le parece este fin de semana?... No tendría ningún problema para aceptar su entrevista...
Por primera vez, Gakupo sonrió de verdad frente a aquel hombre.
—¡Estupendo! ¡Lo veré el próximo fin de semana! —El aristócrata se fue fingiendo una gran emoción.
Por un lado realmente lo estaba, su plan estaba marchando a la perfección.
Pasaron los días y finalmente llego el día de la ''Entrevista''. Gakupo armo toda una fachada para que el cirquero cayera en su trampa, pidió ayuda de sus amigas Gumi y Luka. Pidiéndoles que le prestaran su hogar, una casa mediana y bonita que se encontraba cerca del horroroso circo, de una familia trabajadora ya que su mansión no seria un buen lugar para ejecutar el plan.
El anfitrión llego a la casa por la tarde, Gakupo lo esperaba con una enorme sonrisa, tan falsa que parecía real. El hombre tomo asiento enfrente del aristocrático, este ultimo disimulaba de una manera increíble su rabia.
—Buenas tardes, señor. —Lo saludo el cirquero con una sonrisa.
A Gakupo le costo devolver el saludo, esa repulsiva sonrisa solo incrementaba su rabia.
—Buenas Tardes ¿Gustaría de un poco de te, señor? —Dijo Gakupo con mucho esfuerzo.
—Con gusto. —Contesto el cirquero con una sonrisa aun mas grande.
Gakupo le sirvió te que en realidad era un sedante. El anfitrión bebió la taza con avidez.
—Dígame señor... ¿Como es que usted ha creado tales obras de artes?...
El hombre dejo la taza y miro a Gakupo fijamente.
—Por que es algo hermoso...
—Oh... y dígame qu...
—Pero mas hermoso es crearlas —Interrumpió el anfitrión al aristocrático — Una señorita... con la cara destrozada y sin brazos, y un vestido carmesí... ¡Es algo hermoso!
Gakupo perdió el color.
—¡ES LA MEJOR PARTE! ¡DESTROZAR ROSTROS Y PARTES DEL CUERPO CON ÁCIDO! ¡CERCENAR PIERNAS Y BRAZOS! ¡¡¡ES HERMOSO!!! ¡¡¡¡¡¡¡HERMOSO!!!!!!
El hombre comenzó a reír como maniático, se abrazaba a si mismo y temblaba. Pero no por miedo o por frió, era por excitación.
—¡ES UN ARTE! ¡ARTE! ¡EL ARTE MAS HERMOSO SOBRE TODA LA TIERRA! ¡EL ARTE DEL CIRCO!.
A Gakupo se le revolvió el estomago, tenia deseos de apuñalar y hacerle todo lo que les hizo a aquellos niños que estaban en el circo.
—Hay algo que no puedo ocultar... Cuando los veo tan deformes... Tan perfectos... Yo simplemente... No puedo contener mis deseos...
En ese momento, Gakupo se levanto y de un puñetazo desmayo al enfermo que tenia en frente suyo.
"Lo siento, Hiyama... Aprecio el esfuerzo que hiciste buscando estas hiervas, pero no puede evitarlo..'' Pensaba Gakupo, mientras corría hacía el circo, sin ese lunático. El podía sacar a su hermana de ahí, nada podría detenerlo.
Gakupo pensaba principalmente en su hermana, pero algo en su interior le decía a gritos que debía sacar a todos de ese infierno. Sobre todo tenia una sensación extraña en... ¿Su pecho?. No sabia de donde provenía pero era fuerte y estaba en el desde la vez que vio a aquel chico de cabellos azules que despendía horror para todos pero tristeza para el y algo mas... Sobre toda esa capa de melancolía, el chico despendía otra cosa que solo el parecía ver y que hacia agitar su corazón ... Acaso era... ¿Belleza?
"Voy a sacarlos a todos de ese maldito infierno" Se decía Gakupo internamente, pero sabía que tenia un extraño interés por el chico que era llamado ''La gran bestia azul"
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