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Lamentos de un ángel por demix

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Notas del capitulo:

hola!!!

pues no tenia nada que hacer y se me dió por subir el de Kid, casi lo olvido, pues...creo que pedir 15 reviews fue mucho con 7 me contento, y pues solo me llegaron dos, y como no tenia nada que hacer pues dije: -nyaaa haré el de Kid-

y pues aqui está, espero les guste y... los anonimos tambien cuentan no se preocupen, ahora pasen y lean...

Aprendí  a hacer esto cuando le escribías cartas a ese señor que… si no me equivoco, se llamaba Corazón.

Ahora…. Ni idea de cómo empezar… bueno… sé que no debería hacer esto pero, a la mierda las reglas, ya no soy un ángel, te preguntaras ¿qué fue lo que paso?, pues bien, empezó cuando… naciste… el ángel que te habían asignado cometió una gravísima falta antes de que fueras concebido, él se enamoró de una humana, tuvo sexo y lo echaron a los infiernos.

Me da flojera escribir así que lo haré todo rápidamente.

Pues bien, entonces, me mandaron a mí, un niño que murió siendo un feto. Te bautizaron a tu primer año de nacido y yo era otro mocoso de 2 años en el tiempo de la tierra que lo único que entendía hasta el momento era el deber de protegerte.

Cumpliste 3 años, 3 años en los que vi que no eras feliz en esa familia, ese ser tan horrible que tú tenías como padre, un ser tan despreciable, que golpeaba y violaba a su esposa cuando se le venía en gana, además de torturar a su niño, como metiéndote al agua fría, quemarte la piel, golpearte y todo porque era un mariconaso, es la única razón que puedo hallarle. Y para mi desgracia yo no podía hacer nada aun, era demasiado incapaz por ahora.

La primera vez que nos vimos estabas tan asustado por los gritos de dolor de esa mujer, no sabía que hacer, daba vueltas por la habitación, trataba de tapar tus oídos, llamar tu atención con muecas o algo, pero nada servía, no me veías, así que todo era inútil. Te ocultaste bajo tu cama, hasta que los gritos y llantos, cesaron, y luego, un largo silencio, tenía la leve certeza de que algo malo había pasado con tu madre. Tus lloriqueos rompían esa gruesa pared de silencio que ocupaba el ambiente, entonces, se me ocurrió una gran idea, con todas mis fuerzas moví un oso blanco que tenías en tu estante haciendo que cayera justo frente a ti, dejaste de llorar y lentamente saliste de tu escondite para levantar el muñeco, lo examinabas de todos los ángulos posibles con curiosidad, quizás tratabas de saber porque había caído, sonreí satisfecho por mi logro de sacarte un momento de todo el caos que te rodeaba. Involuntariamente dije en voz baja “todo estará bien”, rápidamente volteaste tu vista al techo, ¿acaso me habías escuchado?, tus ojitos grises se abrieron como platos con un gran asombro, me veías, ¡me estabas viendo!, pero… no sabía si eso era bueno o malo, así que quedé en estado de shock, no sabía qué hacer ni que decir, me quedé inmóvil aun pegado en una esquina del techo. Para mi corta edad de 5 ya sabía volar muy bien a diferencia de otros.

Entonces, la puerta se abrió de golpe, rompiendo totalmente la paz que había logrado alcanzar en ti en ese instante, era esa bestia, sentía ganas de matarlo en ese instante por la ira que le tenía, y hacerle lo mismo que hacia contigo y tu madre, y aun cosas peores, pero  entonces recordé que la ira, es un pecado, me asuste de mí mismo pensando en: ¿qué pasaría si cometía un pecado?, ¿me desterrarían del cielo como a ese otro ángel? Esa fue la primera vez que pensé algo así.

Un grito tuyo preguntando por tu madre me sacó de mis pensamientos, el desgraciado te gritó para que te callaras, y tu obedeciste por el miedo que sé que tenías, te sacó a empujones de la casa, tuve que seguirte pero, debo admitir que no vi a tu madre por ningún lado cuando salimos. Te subió al auto y empezó a acelerar, yo me encontraba en el techo del móvil aun pensando en que haría ahora este maldito y que haría yo si te hacia algo malo. La velocidad aumentaba cada vez más, y más, empecé a entrar en pánico, ¿ahora qué haría? Si ocurría algún accidente, ¡qué haría un ángel de apenas 5 años! Te miré por la ventana para ver como estabas, y ahí te vi llorando, abrazando a ese oso blanco que según recordaba te lo había regalado tu madre, el día de tu bautizo. El desgraciado lanzó una maldición, algo estaba pasando, me paré sobre el auto para ver que ocurría, pero un montón de luces rojas y azules me deslumbraba la vista, y nos venían siguiendo con un ruido insoportable.

Mire de nuevo para adelante…

Una curva…

El auto no giraba ni frenaba…

Silencio…

De repente todo fue silencio un instante antes del impacto…

Un instante en el que vi como unos demonios se pegaban a la ventana del coche…Un instante en el que reaccioné para ir contigo y ponerme sobre ti…

…y todo fue gritos, sirenas, y destrozos

No pude protegerte de heridas, pero si logré que vivieras, aunque me queme las alas para que los demonios no te tocaran, se curarían, lo sabía. Ahora lo importante era que esas personas te ayudaran. Te acompañe todo el trayecto al hospital, no despertabas y aun sostenías el oso, teniendo un montón de tubos en la cara, uno de esos señores, que luego me entere que se llaman paramédicos te quitó el peluche y para mi suerte lo puso justo donde estaba sentado yo, encima de una gran caja de medicamentos. Llegamos al hospital, te bajaron en una camilla y yo, de nuevo con todas mis fuerzas tiré al oso bajo detrás de un gran tubo de aire, ahí nadie lo vería, el problema fue que haciendo esto te perdí de vista.

Ingresé a ese enorme lugar, nadie podía verme así que no tuve dificultad en ir por donde quería, pero no te encontraba, ya me estaba desesperando, cuando llamaron al doctor Rocinante a la sala de emergencias, -recordé el nombre de Corazón- esa voz femenina se escuchaba por todo el lugar llamando ya tres veces a ese doctor, entonces vi salir a un hombre rubio de una puerta algo alejada de las demás, parecía que acababa de despertar, un enfermera se le acercó muy exaltada, diciéndole que un niño lo necesitaba en la sala de emergencias, supuse que eras tú, así que los seguí.

Luego de un largo recorrido de puertas y más puertas, te encontré, me sentí muy aliviado por verte en una camilla durmiendo tranquilo, en verdad que estaba demasiado tenso al no tenerte cerca, ese doctor te revisó y te inyectó algo, te puso venditas, limpio tus heridas, y te puso un yeso en el brazo derecho, luego conectó otro tubo de tu brazo hasta una botellita colgando de cabeza con un líquido transparente que solo goteaba y se fue, me quedé contigo observándote un largo rato, estaba muy cansado, hice demasiado esfuerzo ese día, mover objetos no es algo que un ser invisible pueda hacer con tanta facilidad, y menos que mi cuerpo haya recibido un impacto con demonios, mi espalda dolía, vi mis alas y estas estaban quemadas de la raíz, creí que no volvería a volar otra vez. Lancé un bostezo, mis ojos se sentían pesados, y caí dormido a tu lado.

Despertaste a media noche para ir al baño, me asusté y rápidamente me metí bajo la cama, por alguna razón no quería que me vieras, luego de un rato volviste y subiste de nuevo a la cama, pensé que habías vuelto a dormirte, así que salí despacio de mi escondite, y para mi gran susto te encontrabas sentadito, todo lucido ahí mirándome, de nuevo me quedé en shock hecho piedra, solo vi como estiraste tu manito para tocarme la mejilla, estabas frio, me preguntaste quien era. Entre ángeles hablamos solo psíquicamente, hablar en voz alta era nuevo para mí, pero lo intenté y lo hice, tartamudeando pero lo hice, me presenté, yo soy KId, tu ángel de la guarda, te reíste, ¡te reíste maldito mocoso!, no me creías, pero verte reír fue bonito, así que me guarde la rabia, pero insistí en que lo era y que solo tú podías verme, de nuevo te negaste a creerme, y para probarlo, llamaste a la enfermera con un teléfono especial que tenías, con la excusa de que querías un poco de agua, cuan ella llegó actuó como si solo estuvieras tú, aun cuando yo me burlaba de ella en su cara, mientras te aguantabas la risa, te revisó y luego se fue, así te convenciste de que decía la verdad, desde entonces nos llevamos muy bien, una semana en el hospital hasta que sanaran tus heridas.

Conociste a Corazón, el doctor que te atendía, te encariñaste mucho con él durante la semana que nos quedamos en el hospital, y como tu maldito padre había muerto, ese señor se entusiasmó por adoptarte.

El día que te dieron de alta te dije que fuéramos a la parte trasera del hospital donde estaban las ambulancias, mientras que Cora-san firmaba unos papeles. Me seguiste hasta la ambulancia en donde te trajeron aquí, y te señalé un espacio entre los tubos de aire que ahí estaban, me obedeciste y, encontramos al oso blanco, el único recuerdo que te quedaba de tu madre, lloraste al verlo, pero justo el señor Corazón te llamó para irnos, te preguntó por el oso y luego de contarle tu historia, te permitió conservarlo. Nos fuimos en un auto azul que le pertenecía, fuimos de compras a todas las tiendas posibles para comprarte ropa, juguetes, dulces y todo lo que querías para divertirte, incluso compró un trajecito naranja para el oso al que le pusiste el nombre de Bepo.

Luego de comprar varias cosas más llegamos a su casa, era una casa enorme, tuviste la suerte de que un hombre adinerado te adoptara. Otro hombre rubio salió a recibirnos, el hermano de Cora-san, Donquixote Doflamingo, también se alegró por verte, aunque nunca me dio buena espina ese tipo. Luego de dar todo un paseo por la casa, te mostraron tu habitación, era hermosa, llena de todo lo que un niño podría desear, aunque con lo que más te entretenías eran libros, y yo si disfrutaba de las comodidades.

Pasó un año, tiempo para ir al preescolar, un lugar muy bonito para niños, ahí conociste a Sanji, un pequeño rubio que jugaba a la cocinita, yo me burlaba constantemente de él, pero tú me reprendías por eso. Pasó otro año, y Cora-san –que así lo llamabas tu- se ganó un puesto en un importante hospital en EE.UU. y tuvo que irse, entonces su hermano nos cuidaba y tú le mandabas cartas constantemente, así aprendí a escribir, luego de que me enseñaras a hablar.

Pasaron los años, más escuela más amigos, y para mi mala suerte Sanji iba a la misma escuela que tú, digo mala suerte porque cuando estabas con él te olvidabas de mí, pero esta vez no vino solo, sino que con su ángel que resultó ser mi amigo Zoro, bien, así que cuando te olvidabas de mi existencia me distraía con él, una vez me contó que el cejitas no lo veía, me maté de risa lo admito, y le presumí que tu si me veías, fue muy gracioso, pero más gracioso fue ver que Sanji quería verlo pero no podía. Y luego conocimos a Luffy y a su hermano Ace, Luffy tenía a su ángel, se llamaba Sabo, yo no lo conocía pero Zoro si, entonces a partir de ahí fuimos amigos. Ace no tenía ángel porque además de ser adoptado, no era bautizado, ¿daba pena? Sí, pero aun así era feliz.

Un dia vino Zoro muy feliz porque Sanji lo había visto, Sabo y yo nos alegramos mucho, pero no podíamos decirles a nuestros niños que sus amigos tenían también sus ángeles y que ellos también eran amigos.

Pasó el tiempo, mucho tiempo, la adolescencia, solo me veías cuando estabas triste. Te emocionaste tanto con la carta que envió Corazón diciendo que volvería, pero tus ilusiones se derrumbaron cuando escuchamos en las noticias que por culpa de la maldita tormenta y un rayo que había caído sobre un avión, el ser que tu  más habías estimado en tu vida, había muerto. Me enojé y le reproché al rey celestial del porqué había hecho algo así, Rocinante no era el único que había muerto, sino otras 25 personas más, ¿porque el padre hace cosas así? Jamás lo entendí, y no entenderlo creo que fue una señal de que quizá yo no merecía ser un ángel, y me sentí peor por no poder alejarte del mundo del alcohol y las drogas, si bien la muerte de Rocinante no te hizo bien, la muerte de Doflamingo por culpa de un amor no correspondido que lo incitó al suicidio te mortificó por completo, aparte de que nunca pudiste decirle lo que sientes a Sanji y verlo siempre con una chica diferente, hizo pedazos tu corazón y alma. Y para el colmo de los colmos, ya no me veías, no ibas al colegio y no volví a saber nada de mis amigos, tenía aún algo de contacto telepático con Zoro, pero un día se perdió por completo.

No me gustaba verte así, y empecé a sentir rabia de mí mismo. Aquella noche, esa maldita noche, en que siguiéndote por los callejones de los lugares más recónditos de la ciudad nos topamos con unos tipos a los cuales les debías dinero, eran varios y tú estabas en tu estado beodo con el que apenas y te mantenías en pie, no pude hacer nada, si te llegaba la hora sabía que no debía hacer nada, pero no quería, no quería que mueras maldición, aun tenías 17, eras demasiado joven, no quería, pero no hice nada. Te dejaron agonizando en el suelo y comenzaste a llorar, esos demonios comenzaron a salir de la tierra, ¿demonios? ¿Pero qué clase de falta cometiste para que vinieran los demonios? Yo esperaba a las luces celestiales pero vinieron estas bestias, no quería que mueras, pero no me haría problema si te llevaban al cielo, no quería que mueras y no permitiría que te llevaran al infierno, entonces uno por uno fui destruyéndolos así me quemara entero. Estaba agotado, entonces te escuché decir mi nombre, volteé y me estabas viendo, con tus ojos llorosos, pero me estabas viendo, me alegré mucho, ya me acercaba a ti cuando…un montón de sombras empezaron a reunirse detrás de ti, formando una bestia gigante de aspecto deforme dispuesto a llevarte con él, corrí y me interpuse entre él y tú, no permitiría que te llevara, sentí como que un montón de cuchillas caían sobre mí y cuando se alejó mis alas quedaron hechas cenizas, y tu quedaste inconsciente. Ese monstruo se soltó una risotada y luego me habló en un idioma que entendí muy bien aunque sabía que un ángel no debería entenderlo, me dijo que eras un alma perdida y que las luces jamás vendrían por ti, pero si tanto quería que vivieras, mataría a 20 niños y se los ofrecería al rey de los infiernos en 1 hora, sino te llevaría con él, luego de terminar de hablar dibujó una estrella con sus garras con 10 puntas a tu rededor y desapareció.

No pensé ni en Dios en ese instante, no tenía alas, traté de levantarte pero estabas incrustado en esa  estrella, no lo pensé más y salí corriendo a buscar a esos 20 niños, debiste escuchar en las noticias la masacre de en un orfanato ¿no?, pues bien ya sabes quién fue el causante, los metí a todos en una camioneta que robé y los llevé al callejón, me quedaban 10 minutos, puse a dos niños en cada esquina de la estrella que empezó a brillar y aparecieron unos perros negros que se comieron a los niños salvajemente y luego se fueron por donde vinieron, la estrella desapareció, me acerqué a ti para ver si había funcionado, tu corazón palpitaba, me alegré, pude levantarte y te llevé a casa, no despertabas y me quedé contigo, pero en un simple parpadeo aparecí frente al rey de reyes y a los arcángeles que me apuntaban con sus lanzas, el señor se puso de pie de su trono y me dijo que ya no era hijo suyo, para luego irse y dejar que los arcángeles me expulsaran amenazantes del cielo y lanzarme a hoyo negro que iba al infierno.

Al llegar al final me recibió un demonio rubio de melena larga, una máscara, y llevaba dos cuchillos en cada mano, se llamaba Killer, el me guió, hasta llegar al trono del inframundo, ese hombre gigante se carcajeó me miró de arriba abajo y me dijo que sería un gran demonio, tenía una gran fuerza y resistencia, levantó una clase de fuego violeta y me la lanzó, provocando que esa llama me envolviera, me quemaba y me dolía y todos ahí presentes no hacían más que mirar. El fuego se extinguió, respiraba cortadamente y de golpe sentí un dolor intenso en la frente y en mi espalda, empezaron a crecerme cuernos con un dolor que quemaba al igual que en la espalda empezaron a salir unas escamas que iban creciendo hasta ser unas alas enorme de color rojo y negro en las puntas, los cuerno crecían hasta formarse sólidamente de color negro y rojo brillante, acabada mi transformación escuché una última risotada y caí inconsciente.

Desperté en una sala inmensa llena de artefactos de tortura, cuadro demoniacos y un espejo, a mi lado me encontré con Killer que luego de saludarme y darme algo de comer, me dio ropa negra para vestirme, hablamos un rato, resulta que él era un chico que asesinó a su madre y luego se suicidó, y por eso estaba allí, no era tan malo el lugar, era mórbido, siempre está nublado y no es todo lleno de fuego como algunos creen, es como una ciudad fría de casas de uno a dos pisos pero cada casa es un hogar de tortura, en cada una vive un demonio y hay de 20 a 50 almas para torturar. Adivina que…jajajaja… tu padre está aquí, en mi casa, y lo torturo a mi gusto, no es tan malo estar aquí, después de todo, el espejo me sirve para ver a quien yo quiera, eres un gran doctor Trafalgar, estoy orgulloso de ti. Un día pregunté el porque te querían traer aquí, y me respondieron que era pecado amar a alguien del mismo sexo, era Sanji al que amabas, que pena, porque me di cuenta de lo mucho que te amé los años que estuve contigo, ahora sabes todo lo que hice por ti, eres doctor y vi que salvaste muchas vidas, me haces muy feliz, aquí no nos prohíben amar, cada uno hace lo se le dé en gana, lo que es obligatorio es obedecer al rey, torturar a las almas condenadas y por supuesto, tentar a la humanidad a ser parte de nosotros, el rey tiene un plan para vengarse, pero mientras tanto solo obedecemos.

Cuídate Law, no sé si me recuerdas pero, ahora sabes lo mucho que te amé y te amo, para ser la primera vez que escribo creo que lo hice bien, pero bien, yo fui tu ángel y ahora soy tu demonio y te estoy protegiendo desde aquí aunque no lo creas. Un dia no volveremos a ver Trafalgar a menos que tu pecado haya sido perdonado en ese caso te robaré. Te pusiste muy guapo, y mucho más con esos tatuajes, pero recuerda que eres mío y condenaré a todo aquel que se te acerque, ya nos veremos Trafalgar.

PD: Te Amé y te Amaré hasta que mueras y más

Atte. Kid.

Notas finales:

Gracias por leer, se que tardé mucho, pero es que estas historias me vienen de repente y luego se van, jajajaja espero poder escribir mas seguido, no vemos en otra historia

chauu chauuu   (^w^)/


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