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Jonghyun caminaba lentamente por aquel parque que tantos recuerdos le traía a su mente. Levanto su vista y a lo lejos logro divisar aquella silueta que su mente conocía tan bien. Sonrió por que a veces el destino era tan extraño y ameno al mismo tiempo. Se sacó su abrigo y empezó a caminar directo hacia KiBum, el cual se encontraba a tan solo un paso más adelante que él. Al llegar pudo sentir el perfume que tanto le gustaba. Y sonrió porque aun lo usaba…
—Hace frio cúbrete. — sonrió mientras le ponía el saco sobre los hombros de KiBum.
—Hola.
—Hola KiBum ¿Cómo has estado tú y nuestro campeón? — Jonghyun llevo sus manos hasta el vientre ya abultado de KiBum.
—Bien, aunque ahora que puede dar pataditas, no deja de dármelas.
—Es que así te demuestra cuanto te quiere.
—Si claro no dejándome dormir. Sabe que necesito mi sueño reparador. — sonrió el pelirrojo mientras suspiraba.
— ¿Puedo caminar contigo? Claro está si tú quieres. —pregunto con recelo a que no se lo permitiera KiBum
—Si — era lo que más deseaba KiBum.
Los dos chicos empezaron a caminar por el parque en mitad de la noche. Aun no entendían muy bien como su relación acabo si cada uno tenía sentimientos muy fuertes por el otro, además de tener un hermoso hijo en camino. Tal vez fue el miedo de las nuevas experiencias o la presión de sus familias. Pero ahora lo único que tenía en mente Jonghyun era tener a KiBum de nuevo a su lado. Ya no quería solo verlo cada vez que tenía un control o cuando por casualidad se encontraban en la universidad mientras tomaban sus recesos. Quería tener de nuevo a su diva a lado suyo, haciéndole berrinches, apoyándolo, compartiendo sonrisas secretas y miradas fugaces. Quería la relación que tanto trabajo les costó crear, pero que era lo mejor que les había pasado en la vida.
Caminaron hasta que llegaron a un pequeño puente en mitad del enorme parque. Los dos jóvenes ya no podían estar separados, no podían seguir con esta farsa de no necesitarse. KiBum tomo la iniciativa y dejo que su cabeza descansara en el hombro de su Puppy, del padre de su hijo, de su primer amor.
Jonghyun llevo su brazo cubriendo el cuerpo de su diva, de su amante de su compañero, de su pareja. Un silencio los inundo hasta que después de unos largos minutos se pudo escuchar una carcajada de parte de Jonghyun.
— ¿Que estamos haciendo KiBum?
—No lo sé. — sonrió el pelirrojo ya que era verdad.
—Te extraño. Te extraño tanto…Extraño despertar a tu lado. Extraño tus dietas y tus ejercicios, hasta extraño esa mala manía de morderte las uñas. Los extraño…
—Yo también te extraño Puppy. Extraño tus abrazos, tus palabras de aliento, tus malas ideas para nuevos diseños. Tú forma de ser…
—Y si nos extrañamos ¿Porque nos separamos?
—Por qué teníamos miedo...
— ¿Me amas KiBum? — Jonghyun tomo las manos de su KiBum mientras él le sonreía.
—Claro que sí y ¿tu?
—Nunca deje de amarte.
—Entonces...quieres regresar a nuestra casa. Está muy sola si tus no estas.
—Infiernos sí. Nunca quise salir de ahí.
—Pero algo promete… prométeme que nunca más vas a permitir que nos alejemos de ti.
—Antes te amarro a la cama.
—Tonto.
—Te amo.
—Yo también te amo, mi diva.
Jonghyun después de meses de no sentir tan cerca de KiBum, lo abrazo. Lo abrazo como si no hubiera un mañana, eran solo ellos, juntos comenzado de nuevo algo que nunca debió terminar. Pudo sentir como KiBum se aferraba a su cuerpo y el correspondió el acto abrazándolo fuerte pero teniendo en cuanta su vientre, ya que ahí estaba el fruto de su amor.
Se separaron y observaron por unos momentos antes de darse un casto beso en el cual se demostraron todo lo que se amaban y extrañaban. Sus corazones se sincronizaron de nuevo y ya no eran dos órganos separados era uno solo latiendo por los tres. Cuando se separaron pudieron ver el brillo en sus ojos que parecía desaparecido, pero que de nuevo llego.
Se tomaron las manos y empezaron a caminar simplemente juntos…solo juntos como siempre debió ser....