Capítulo 2.- Un corazón para Lucien
Al final del pasillo, justo al lado del cuarto de cuidados intensivos una puerta se abrió.
- Hey – dijo la voz que entro al pequeño cuarto, a la persona debajo de las mantas de la cama- al parecer alguien está siendo un niño malo hoy.
-….- Ninguna respuesta por parte del montículo, en el centro de la cama.
- Buenas noticias – de nuevo la voz, se podía reconocer el tono entusiasta, en la voz cansada.
- …. Ningún sonido aún
- Tenemos un corazón para ti
-Aun sin respuesta –
-El doctor Malfatto se acercó sigilosamente a la cama, levanto las sabanas.
No pudo evitar mirar el hermoso cuerpo que se reveló, era un poco delgado y su piel era algo pálida, demasiado, pero aun así era hermosa, el cuerpo estaba en posición fetal sus manos estaban juntas a la altura de su frente, como si estuviera rezando, pero conocía al chico y sabía que era más probable que un huracán se formara en Italia, antes de verlo rezar o pedir a alguna deidad.
Toco el hombro del chico – Hey dije que tenemos un corazón para ti- acaso nunca escuchas a tus médicos.
-No lo quiero – La voz del chico sonaba algo rasposa, adormilada.
-Lucien- Malfatto susurro, digo por tercera vez que tenemos un corazón para ti- pensé que ibas a estar más alegre.
-ja, - enserio tienen un corazón- su voz sonaba venenosa y enojada.
Y dime, esta vez sí lo dejaran en mi cuerpo, o como todas las veces pasadas, justo una hora antes de la cirugía dirán –Lo siento mucho pero este corazón es para alguien más, y de nuevo me regresaran a este cuarto y de nuevo estaré conectado a una máquina.
Ahora si Lucien sonaba molesto, pero rayos lo estaba, tenía 20 años y su maldito corazón se estaba apagando poco a poco. Y Malfatto sensual y divino, como siempre se veía, le decía tan fresco que de nuevo un corazón esperaba por él.
Corrección, el esperaba por un corazón – No lo quiero sabes, si solo me ilusionaran no lo quiero – Mi corazón no está para eso, no de nuevo.
Lo siento - Armando Malfatto se sentía terrible. –Lucien de verdad lo siento mucho por aquello.
Armando llevaba 1 año en el hospital, y antes de que llegara ahí, detectaron la enfermedad en él corazón del chico, la única manera de salvarlo era un trasplante de corazón y eso era muy difícil de conseguir.
Muchas personas necesitaban uno, y con la política del prestigiado hospital Agustino Gemelli, donde el dinero salvaba tu vida, era imposible conseguir uno para Lucien, que no tenía nada. Después de que llego, se había echo cargo del expediente de Lucien y ahora era su doctor, porque él quería salvarlo.
-Lo siento mucho Lucien- De verdad se sentía asquerosamente mal con el joven.
- Corta eso quieres,- ahora sonaba hastiado – No es tu culpa, sé muy bien cómo funciona esto. Tampoco soy estúpido.
–No tengo dinero por lo tanto no puedo tener toda la atención médica. Lo sé y agradezco mucho lo que haces por mantenerme vivo Armando de verdad- Gracias.
- Lucien estaba enojado con el hospital, la vida, la lluvia, y con muchas cosas más, pero no con el sexy doctor, no, el prácticamente le había salvado la vida más de una vez.
-No es a mi quien debas agradecer, pero aprecio el gesto, pero no estoy aquí por eso- Armando se acercó más.
Escúchame bien Lucien.- Justo ahora tengo un corazón para ti - encaro a Lucien – Esta vez es real, dentro de 1 hora vendrán por ti y te preparan, entraras a cirugía y tendrás un corazón nuevo, si sigues un tratamiento después podrás irte a casa con tu madre, volverás a la escuela y podrás tener una vida normal de nuevo. –Lucien tu vivirás.
Viviré- un pequeño jadeo salió de sus rosados labios. Lucien no podía creerlo, parecía un sueño y temía despertar y que la realidad lo golpeara, como tantas veces.
Yo… yo no sé qué decir a esto- Aun estaba asustado
- De verdad es para mí Armando--ahora Lucien miraba fijamente los ojos azules de armando, eran muy bellos y parecían cansados, tristes - No es sueño verdad, no vas a dejarme subir a una nube y después dejarme caer como anteriormente ha pasado. Aquello no ha sido culpa tuya, tú solo seguías órdenes, de aquellos bastardos que creen que la vida de un rico vale más que la simple vida de una persona pobre como yo.
-Esta vez es real, yo me asegure de que sea para ti, nadie va a quitarte esta oportunidad, así que ponte feliz, hoy tendrás un corazón Lucien, un fuerte y vivo corazón.
- Así que se buen chico y espera tranquilo, estas autorizado para esta operación, solo debes firmar un papel, ya sabes tramites y más tarde vendrán por ti y yo personalmente pondré ese motor en tu cuerpo.
– Asegúrate de estar listo y piensa en todas los cosas que no has podido hacer por culpa de tu enfermedad, porque ahora podrás hacerlas todas y cada una.
Diciendo esto se alejó de Lucien y se dirigió a la puerta, estaba a punto de salir cuando Lucien soltó una inocente pregunta que lo hizo girarse tan rápido que se sintió un pequeño mareado.
De quien es el corazón- Alguien murió ¿no? Es lógico que alguien haya muerto, sino no habría un corazón por ahí, así que ¿De quién es?, tengo derecho a saberlo, así que habla.
-No puedo decirlo, sé que estas en todo tu derecho de saber pero – ahora sudaba, no podía decirle el pacto de caballeros que tuvo hace pocos minutos - Pero no puedo, fue una condición del donante, tu no debías saber nada.
-Nada de nada, es decir él sabe de mí, pero yo no puedo saber el nombre de la persona que murió y de la cual ahora yo por el resto de mi vida tendré en mí su corazón. –Eso sonaba algo loco y sacado de una novela, de esas que le gustaba tanto leer, de eso hacía muchos años- eso es raro, nadie da nada, sin pedir algo a cambio, créeme yo más que nadie sabe de eso. Con dolor recordó todas sus relaciones anteriores, que siempre acaban mal. –Está bien no digas nada si no puedes, solo quería darle las gracias, eso era todo, perdón si te puse un una mala situación.
Y gracias Armando- gracias por todo. Escucho el sonido de la puerta al cerrarse y Lucien se sintió aliviado, pero aún tenía miedo. -¿y que si volvía a suceder lo mismo?
Recordó la primera vez que llego al hospital y le dijeron que su corazón estaba mal y que necesitaba un trasplante, el dolor en el rostro de su madre y la angustian ante el dinero, es decir él no tenía dinero, trabajaba y así ayudaba a su madre, eso significaba que no podía gastar en una operación de ese tipo, sin embrago el hospital tenía un programa de ayuda y gracias a eso podía estar en un prestigioso hospital como este.
La primera vez que le ofrecieron un corazón, estaba muy alegre, podría vivir, incluso se lo dijo a su madre y a todos sus amigos, todos estaban feliz por él, pero el día de la cirugía fue un desastre, incluso lo habían preparado y todo, pero faltando una hora para empezar lo cancelaron, diciendo que había sido un gran error y que lo lamentaban muchísimo, que ese corazón era para otra persona y que aún seguía en la lista de espera.
Lucien lo tomo como lo que era, una gran y algo cruel equivocación del destino, ya que como decía su madre ´´esas cosas pasaban ¿no?´´, pero lo acepto, porque él creía tan ingenuamente que quizá ese corazón no estaba destinado a formar parte de él, pero podría ser de alguien más necesitado, quizá un niño que estaba muriendo o alguien más joven que viviría, porque Lucien no estaba muriendo, bueno no de manera inmediata, el llevaba 1 año en tratamiento y aun latía su enfermo corazón, podría vivir algunos meses más.
Pero se enteró mucho después, que el corazón fue a parar a un joven que ebrio y drogado tuvo un accidente y el corazón le salvo la vida, se alegró porque alguien vivió, pero le enfureció saber que ese joven era hijo de un político y que efectivamente el corazón era para Lucien, pero el político había agitado su chequera al aire y fácil y sencillo compró un corazón para su hijo.
Para que meses después el mismo joven se suicidara, disparándose en el corazón porque su padre resulto ser un político corrupto y su madre una alcohólica, y el sintiera que el mundo era muy injusto con él y que la vida no valía la pena. Rayos su patético mundo sí que era un asco.
Ja – Lucien se reía ante eso, entonces para el señorito que es lo que más valía, drogarse, conducir como un desquiciado y luego matarse.
La segunda vez fue cuando Armando el sexy doctor nuevo tomo su caso y lo ayudo, le aseguro que pronto tendría un motor nuevo.
-El cual le permitiría seguir su vida como si nada hubiera pasado, y su madre y él le creyeron, porque justo 2 meses después un corazón estaba disponible y lo operarían de urgencia, prepararon todo de nuevo y Lucien estaba sedado, cuando de nuevo como por arte de magia el mismísimo dueño del hospital entrara y dijera que de nuevo era un error y ese corazón debería prepararse para viajar a Milán, donde por supuesto una vieja, perdón, una señora ricachona de 60 años recibiera ese corazón que una vez más le arrebataban.
Para que la señora solo viviera unos meses más llevándose el corazón de nuevo al silencio de la muerte. El destino definitivamente odiaba a Lucien.
Recordó el rostro consternado de armando cuando salió de cirugía, su cara decía perdón, sus ojos ni siquiera podían verlo.
Lucien ingenuamente pregunto –Hey doc., así que, tengo un corazón nuevo, verdad -.tocándose el pecho Lucien se dio cuenta que ahí no había nada más que su cansado y enfermo corazón
Para que Armando se pusiera más blanco y con un montón de disculpas le explicara lo que había pasado y justo en ese momento le jurara llorando que él le conseguiría un corazón, aunque fuera lo último que hiciera.
Y cumplió su promesa, un mes después, de nuevo un corazón estaba listo para él, solo debía morir la persona, tenía cirrosis y su corazón seria donado, Armando movió cielo más y tierra por conseguirlo.
Cuando se lo dijo a Lucien, ni se emocionó, muy dentro de él sabía que esta sería la misma historia y no se equivocó, incluso se sintió aliviado cuando paso, porque esta vez sí valió la pena ceder, el corazón fue al cuerpo de una niña que lo necesitaba más que Lucien, una niña que llevaba una semana en el hospital y consiguió un corazón, Lucien llevaba meses y no tenía nada, incluso la niña fue a verlo a su cuarto y le agradeció por el corazón, como si Lucien lo hubiese donado, cuando lo único que hizo fue ceder, fue lo mejor, lo sabía, la niña aún vivía y recuperaría su infancia, y viviría hasta los 60 o más, Lucien solo esperaba vivir ese y los días siguientes.
Mi vida definitivamente estaba maldita –jamás pensé que la vida me odiara tanto, rayos, nunca mate a nadie, bueno al menos no lo recordaba, pero vidas aún más patéticas tenían finales felices.
Y no es que mi mundo sea perfecto, no señores es igual que el de cualquier otro habitante italiano, como dije antes tengo 20 años, justo ahora no trabajo, ni estudio ¿razón? Me estoy muriendo, vale eso sonó a drama telenovelero, pero -- Hey tengo un corazón débil, frágil y enfermo y puedo morir en cualquier instante.
- si lo se soy algo dramático, tengo una madre adorable a la que amo con toda mi alma, un novio, si soy gay, Woaaa que novedad, un gay enfermo, bueno no en el sentido pervertido jajaja, en fin decía, mi novio que hasta donde yo se me quiere, sino, no estaría conmigo desde hace más de 2 años, trabaja en un almacén y se llama Dorian.
El infeliz no ha venido a verme, desde hace una semana, quizá este revolcándose con algún put… con alguien por ahí, porque fiel, fiel no es, pero está conmigo aun sabiendo que puedo morir.
Quizá por eso sigue conmigo, esperando que muera y le deje mi fortuna. - jajaja estoy bromeando les comente que soy pobre ¿no?, bueno pues lo soy y además les dije anteriormente que soy algo dramático ¿No?
Y si sé que me comporté como un idiota con el sexy doctor, cuando me dijo la noticia, pero las razones justificaban mi infantil comportamiento. Aun así quiero contarle a alguien las buenas nuevas, pero no lo sé, no quiero ilusionarme y caer nuevamente, pero tengo un presentimiento, quizá los corazones anteriores no eran para mí, quizá la vida me quiere enseñar algo de esta situación, además de la que ya todos sabemos, que si tienes mucho dinero puedes conseguir un corazón, y bueno yo no lo tengo, no, quizá quiera decirme que aún hay esperanza para mí.
Si su madre se enteraba, dejaría su trabajo y volaría al hospital, no, Lucien quería que esto fuera real, no le diría a nadie, se quedaría muy quietecito y esperaría su sentencia. Si realmente lo llevaban al quirófano y le insertaban, rayos que era ¿un juguete?, le trasplantaban el corazón, entonces sería una sorpresa para su madre y para el infeliz de Dorian, que debería estar en estos momentos sosteniendo su mano, pero no.
En fin, se perdió en sus pensamientos, soñando con las cosas que haría cuando tuviera el corazón, era un soñador y se permitiría alucinar un poco, lo primero que haría sería darle la patada en el culo a Dorian, después se conseguiría un novio nuevo Yeahii, luego regresaría a trabajar y a la escuela y le daría a su madre la vida que se merecía por cuidarlo sola y con mucho esfuerzo, después dejaría que el curso de la vida dirigiera sus pasos, seria al fin feliz y buscaría al amor de su vida.
Porque él de una cosa estaba seguro, Dorian no lo era, y el novio que conseguiría, bueno él lo averiguaría, en una cama, colchón o en el suelo, vale no, otra cosa que haría, es que le conseguiría un novio a Armando, porque le faltaba vida a ese sexy doctor, y ahora que escuchaba sus propios pensamientos, estaba más que seguro que él se permitiría amar por primera vez, amar incondicionalmente, dejaría de meterse con pendejos (Dorian) y buscaría su felicidad, su hombre ideal, su burbujo, y más que nada agradecería a la vida esta segunda oportunidad de vivir. A la vida y a la persona que dio este corazón, esa era una promesa, él debía saber quién era su salvador o salvadora.
El tiempo paso, y la puerta se abrió, una enfermera preparaba a Lucien para su cirugía, está nervioso y se moría de miedo, esto debe salir bien, y si no, también estaba bien, se sentía preparado para otro fracaso, para que alguien más nuevamente se llevara sus sueños, rayos ni siquiera empezaba la operación y él ya tenía pensamientos negativos.
Como deseaba con todas sus fuerzas que alguien lo abofeteara muy fuerte para que dejara de pensar así, ¿dónde se habían ido los sueños y esperanzas que hasta hace poco estaba teniendo?, bueno su mente cobarde y paranoica los había mandado de vacaciones por las próximas 5 hrs, esa es la duración de la cirugía.
Y mientras seguía luchando en su mente, lo trasladaron al quirófano, la enfermera sonreía, quizá veía el miedo en él, si solo no estuviera acostado la abría golpeado, bueno no, el no golpeaba mujeres, pero quizá los nervios se irían lejos muy lejos.
Llego a la mesa en el quirófano 3 y vio a Armando, enfundado en su traje, alguien lo preparaba y le ataba un cubre bocas, aun así se veía muy sexy, jajaja Lucien, este no era el momento de fantasear, a menos que fueran sus últimos momento, entonces todo era válido.
-Estás listo- Armando dijo a través del cubre bocas- estoy cumpliendo mi promesa Lucien- esto lo dijo más bajo- Hoy tendrás un corazón nuevo en ti.
Lucien vio fijamente los ojos de Armando, eran muy hermosos y había determinación en esa mirada, y Lucien se permitió creer, creer, que realmente que después de esto, su vida cambiaria para siempre, de una u otra manera.
-Hey, nací listo sabes- válgame, su lengua estaba suelta hoy, bueno servía, sus nervios se fueron.
Siempre tan sutil Lucien – Mantén esa alegría vale – Ahora cuenta regresivamente del 10 al 1.
- 10… -Lucien se estaba dejando ir a la deriva.
- 9… -Woaaa no sabía que era esto, pero se sentía bien.
- 8… -¿Armando siempre ha brillado? aún es sexy
- 7… -¿Por qué aun no soñaba? Donde estaban sus dulces sueños…
- 6… Y el mundo de Lucien se volvió negro.
Continuará………………………