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Una Melodía por TamashiChiheisen

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Notas del capitulo:

¡Hola Hola!

Bueno, les agradezco a Sora y a DeviKett por motivarme a continuar con esta linda historia♥ Espero que les guste!

Enjoy!

No sabía cuanto tiempo había pasado desde que salió de su casa, pero el sueño ya le comenzaba a cerrar los ojos, y por lo visto Near estaba igual, la canción había bajado de volumen hace varios minutos. Se levantó cuidadosamente y observó al menor.

—Es hora de irme.

—Está bien, yo me iré igual.

—De acuerdo, me voy —Dijo dándose media vuelta.

—Espera... —Mello se dio la vuelta para volver a mirar a Near, quien con la vista apartada comenzó a enredar un dedo en su cabello —. ¿Volverás mañana?

Mello se quedó estático a tal pregunta ¿quería volver a verlo? se dio media vuelta y levantó la mano en señal de despedida.

—Sí —Dijo antes de llegar a la valla y alejarse del campo, aunque la respuesta haya sido baja, el albino pudo escucharlo perfectamente, y sonrió.

Caminó lo más silencioso que pudo, llegó finalmente hacia las enredaderas y subió con cuidado a su habitación. Miró el pequeño reloj de madera, eran las tres ¿se había quedado tres horas completas con ese niño? eso ahora no le importaba, se acercó hacia su puerta y la abrió despacio, se asomó hacia el oscuro pasillo, suspiró, nadie se había despertado por suerte.

Volvió hacia su cama y se tiró sobre el duro colchón y se cubrió con una cobija deshilachada, observando el techo, recordó a Near y la manera en la que tocaba la ocarina, debía dmitir que ese niño tenía mucho talento con ese instrumento extraño, sonrió al saber que lo volvería a ver y a escuchar.

Sin darse cuenta se había dormido. Cuando abrió los ojos la luz del sol entraba por la ventana iluminando el suelo dejando ver varios agujeros y el polvo en el aire, se levantó bruscamente al escuchar un fuerte azotón en la puerta.

—¡¿Ya te despertaste?! —Se escuchó un grito femenino al otro lado de la puerta de pintura caída.

Mello frunció el ceño —¡Ya desperté!

—!Pues apresúrate y comienza a preparar el desayuno!

—¡Ya voy! —Gritó enojándose más.

"Vieja estúpida" Se levantó bruscamente haciendo que el suelo rechinara, se estiró y tendió su cama, aún se sentía cansado, y observar su cama era tentador, pero si se volvía a acostar sería su declaración de muerte, eso pasa por quedarse despierto hasta tarde. Suspiró y salió de su habitación, bajó por las escaleras de madera y entró al baño, se lavó la cara con agua fría para despertarse. Después de lavarse fue hacia la vieja cocina a preparar el desayuno.

—Más vale que esté listo rápido, tu padre está a punto de despertar y ya sabes que le gusta recibir el desayuno a tiempo.

Mello hizo una mueca de desagrado fuera de la vista de la mujer, observó la ventana, los pájaros cantaban alegremente y veía a unos niños jugar con una pelota sucia y casi rota, era un día alegre para ellos, pero para él no, por su cabeza pasó el recuerdo de Near, se estaría preguntando ¿qué estará haciendo en este momento? ¿seguirá dormido o estará desayunando? sacudió la cabeza para volver en sí, ni que fuera de gran importancia saber sobre la vida de ese mocoso.

Preparó cuidadosamente el desayuno, y sirvió café, en una bandeja plateada con unos cuántos rayones de cuchillos sirvió los platos para sus "padres" o mejor dicho, para sus demonios.

—Creí que nunca terminarías —Dijo la mujer de brazos cruzados.

Mello sólo rodó los ojos y colocó la bandeja en la mesa y se fue lo más rápido que pudo de esa habitación, por suerte esa vez la mujer no puso queja. Cuando Mello terminó de desayunar lavó todos los platos y limpió el piso. Después salió de la casa y se encaminó hacia la biblioteca, sus padres no lo dejaban ir a la escuela como los otros niños, pero aún así él iba a leer en la biblioteca para aprender solo, el aprendizaje siempre le llamó la atención.

Antes de que pudiera entrar sintió que algo le jaló del brazo, cuando se dio la vuelta era su madre mirándolo con fuego en sus ojos, lo llevó literalmente arrastrándolo de regreso a su casa, cuando entraron la mujer le dio una bofetada.

—¡¿Quién te dijo que podías salir?!

—Ya terminé mis deberes, creo que es justo que usted me dejara salir aunque sea un rato —Respondió acariciándose la mejilla.

—Eso no es posible, mocoso, vete a tu habitación y no salgas hasta la hora del almuerzo ¿me oíste?

—Sí, si —Dijo Mello con hastío. Corrió hacia su habitación y azotó la puerta.

Se sentó en su cama y observó el suelo, habían unos cuántos ratones rondando por el suelo buscando algo de comer, se sentía mal, ahora ya ni podía salir de su casa sin que su padre o su madre lo golpearan, un deseo se hizo presente en su cabeza, quería que ya fuera medianoche, para poder salir del "infierno" y ser libre por un rato, además de que quería volver a ver a Near y volver a escuchar su canción, esa canción que siempre lo relajaban y le hacían perder la noción del tiempo y estar en paz, era lo que necesitaba.

La tarde pasó volando, al terminar la cena Mello dejó caer sin querer un plato el cual se partió en mil pedazos. La mujer con tremenda ira arremetió contra Mello dándole una fuerte bofetada, lo suficiente como para dejar que derramara un poco de sangre en el suelo.

Mello salió corriendo de la habitación intentando esconder aquellas gotas detrás de sus párpados y soportando el dolor que le había dejado la mujer en su rostro, azotó la puerta de su habitación con fuerza y la cerró con llave. Se tumbó sobre su cama y dejó que las pequeñas gotas saladas se derramaran en las sábanas, su furia no podía crecer más, quería escapar, abandonar esta estúpida familia y ser libre, pero no podía, no tenía a donde ir, no podía hacer nada, solamente sufrir en silencio...

Pasaron alrededor de tres horas en las que se quedó dormido, se levantó y se miró en el espejo roto que colgaba de la pared, un pequeño pero notable moretón quedó marcado en su mejilla, observó su rostro con mucho detalle, se veía un poco hinchado, ladeó la cabeza hacia el reloj, era medianoche, debía salir ya, se asustó un poco ¿qué pensaría Near al verlo así? meneó la cabeza, ni que fuera tan importante saber de lo que hablaría ese niño, lo único que quería era volver a escuchar ese sonido y punto.

"¿Porqué sigo caminando?" Se lo preguntaba una y otra vez, sus piernas inconscientemente avanzaban llevándolo hacia el mismo campo. Quería detenerse, dar media vuelta y volver a su habitación, pero sus piernas no se lo permitían, era como si estuviera caminando sonámbulo.

Mandó al diablo su orgullo y decidió hacerle caso a sus piernas y continuar con su camino. Y ahí estaba, frente a aquella valla semidestruída, observando el campo y mirando las luciérnagas volando entre los dientes de león, saltó la valla y comenzó a caminar hacia el roble, aquella melodía comenzó a hacerse presente, las notas parecían danzar en el aire y jugar con sus cabellos mientras que el sonido lo relajaba poco a poco, olvidando todos sus problemas y siendo hipnotizado para caer en un sueño profundo en lo que le gusta llamar estar en paz...

Cuando lo vio sintió una punzada en su estómago, ahí frente a él esa pequeña figura blanca tocando pasivamente la ocarina, volteó a mirarlo y dibujó una pequeña sonrisa en sus labios al reconocer al rubio. Éste lo miró también con una pequeña sonrisa y se sentó a su lado.

—Haz venido —Susurró el pequeño.

—Por supuesto.

—¿Qué tienes en la mejilla? —Preguntó Near rápidamente.

Mello abrió los ojos desmesuradamente y maldijo internamente, volteó la cabeza fuera de la vista de Near y suspiró algo alarmado.

—Nada.

—Déjame ver.

—No tengo nada, enserio, déjame en paz.

Antes de que Mello se diera cuenta, frente a él estaba Near, sus grandes ojos grises lo miraban con impresión, su mano derecha se acercaba lentamente hacia su mejilla y con las yemas de sus blancos y delgados dedos acariciaron suavemente esa zona lastimada, a pesar de la delicadeza de su tacto, Mello entrecerró sus ojos por el pequeño dolor, sentía sus mejillas un poco calientes y probablemente deberían estar teñidas de un pequeño color rojo, sólo esperaba que Near no notara el rubor.

—E-estoy bien Near, no es nada.

Mello ladeó la cabeza lo más que pudo intentando apartar su vista de la de Near, sus dedos en su mejilla le hacían consquillas y comenzaban a incomodarle, levantó su mano izquierda y con ella apartó la mano de Near.

—Es un moretón, ¿quién te lo hizo?

—N-nadie... sólo me caí, no es nada enserio.

—Mello, no me parece conveniente que mientas, porfavor di la verdad, no pienso reírme o algo por el estilo.

Maldito niño insistente, ¿porqué le importaría que Mello tuviera un moretón? ni que fuera la gran cosa, ¿acaso se preocupaba por él? pero si ni siquiera se conocen, Mello respiró hondo, talvez sería buena ídea contárselo eso ayudaría para comenzar una conversación y quizá conocerse más uno al otro.

—Bien... te lo diré...

 

Notas finales:

Bueno, supongo que hoy no tengo nada qué decir, de nuevo disculpen por la demora, intentaré no tardarme para el siguiente cap, y también intentaré subir mi otra historia.

En fin, espero que les haya gustado, nos leemos algún día! ¡hasta la próxima!

Adiós! ;D


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