A Merced del Pequeño Do Kyung Soo
Capítulo uno
…
Eran alrededor de las cuatro y media de la mañana cuando Kim JongIn se dignó a regresar a su departamento que compartía con su pequeño, lindo, novio y Hyung, Do Kyung Soo. Había salido con sus “amigazos del alma” a parrandear, cosa que no tiene nada de malo solo con la diminuta excepción de que a este morenazo (o negro como le dicen de cariño Chanyeol, Sehun y vaya, todos en general cercanos a él), Se le olvido por completo avisarle a Kyungsoo en donde estaría toda la noche.
Error, un grave, grave error…
Y como JongIn o “Kai” es un chico que sabe aceptar las consecuenciasde sus actos, tuvo que usar su as bajo la manga: “Llegar sumamente tarde para evitar dar alguna explicación estúpida” Táctica pensada y formulada por el mismo Kim Jong In (mentira, esa idea es del Sehun, pero si al póker face le funciona entonces a él también, ¿no?).
Lentamente abrió la puerta principal tratando de no hacer ningún ruido (Cosa que fue imposible ya que la puerta hizo más ruido que la mierda). Aquí, es donde entra la segunda fase del plan (Sí, el puto “plan” tiene una serie de pasos que necesitan seguirse al pie de la letra); Entraría, se acostaría en él no tan cómodo sillón de la sala, dormiría ahí y de paso le daría tiempo en pensar en una buena excusa para justificarse con Kyungsoo.
Sus opciones van desde “Se me olvido” Hasta “El tiempo se me fue y no lo note” Y otras aún más estúpidas que la anterior. Camino casi de puntitas sigilosamente acercándose a su objetivo, oh si, ya faltaba poco, solo tenía que llegar, desparramarse en el sillón y listo.
Estaba a punto de cumplir su misión cuando la luz, más específicamente, la luz proveniente de la lámpara que está a un lado del pequeño sillón individual llegó a sus ojos, haciéndolo parpadear varias veces. Cuando se acostumbró a la luz no le gustó para nada lo que vio.
Sentado, con las piernas cruzadas, se encontraba cierto pelinegro que al juzgar por la seria expresión en su rostro, no se encontraba para nada feliz.
–¿Por qué tan callado, amor? –Habló el pequeño pelinegro que vestía de un camisón blanco (Bueno camisón no, en realidad era una playera de JongIn) y unos pants para dormir negros. Achicando los ojos al decir lo último.
JongIn estaba en problemas, en grandes problemas.
–N-No te quería despertar… –Sonrió nervioso el moreno, apresurándose a contestar– No quería despertar a mi Osito So—
–Ni siquiera me he ido a dormir –Interrumpió con voz cortante– Osito Soo tiene sueño, mucho, mucho sueño, pero no se ha ido a dormir por estar esperando a CIERTA PERSONA.
–Kyu—
–Osito Soo podría estar durmiendo si CIERTA PERSONA hubiera tenido la decencia de llamar para saber en dónde se encontraba… –Colocándose de pie, camino hacia el menor– Pero ni siquiera eso. Nop, ninguna llamada, ningún mensaje… Nada…
–Yo—
–Osito Soo tiene un examen muy importante mañana. Pero no estudió por estar pensando y pensado si a CIERTA PERSONA no le pasó algo grave, pero por lo que veo… –Se puso de puntitas y olfateó el cuello del moreno aspirando el aroma a alcohol– No le paso nada.
–Puedo explicarte.
-¿Enserio? –Preguntó burlonamente, alzando una ceja– Pues no, ¿Sabes qué? Mejor no lo hagas, no quiero que me salgas otra vez con tu “Se me olvido” o “El tiempo se me fue y no lo note” –Dijo enojado.
-¡Diablos mis excusas cool’s! –Pensó JongIn– Bebé, lo siento, en verdad se me olvido…
–Te dije que no quería que me salieras con tu “Se me olvido”
–¡Pero esta vez sí es verdad!
–Ah. ¿O sea que las otras veces que me dijiste eso no lo era?
–¡Kyungsoo! –Chilló el menor.
–¿Kyungsoo? ¿Ya no soy Osito Soo?
–Pero…
–Antes de que digas algo y la cagues más escoge: ¿Un mes sin tocarme o un mes sin comer?
–¡Ya te entendí, Perdón! –Lloriqueó lanzándosele a las piernas y aferrándose a ellas como si su vida dependiera de ello– ¡Perdón, perdón, perdón!
Kyungsoo alzó una ceja -otra vez- al verlo a sus pies tan miserablemente. Suspiró rodando los ojos mientras lo apartaba y lo obligaba a ponerse de pie.
-Está bien –Habló con calma– Pero no creas que con esto te vas a zafar de esto.
Kyungsoo le dio “esto” o sea, un zape en la nuca.
-¡Aúuuch! –JongIn se sobó la zona afectada por el golpe.
–¡¿Se puede saber en dónde estabas?! ¿Ya viste la hora? ¡Ya la viste! –Repito, dándole un puñetazo en el hombro– ¡¿Crees que Kyung pendejo Soo va estar aquí toda la noche esperándote mientras tu andas de puto… con la otra bola de putos?! –Se cruzó de brazo, mirándole como si fuera mierda.
–¡Ya dije que lo siento! –JongIn se sujetaba el hombro adolorido– ¡Te lo dije como seis veces!
–En realidad sólo fueron cuatro veces…
–¡Kyungsoo!
El más bajito suspiró con cansancio mientras se rascaba una de sus mejillas con molestia. Extrañamente, el enojo que hace algunos segundos sentía arder en su ser se esfumo, solo bastó con ver la cara de cachorro regañado de JongIn para lograr calmarlo… Un poco.
–Al menos pudiste avisarme JongIn –Dijo con sutilidad– Creí que te había pasado algo. De hecho, todos pensamos eso, los chicos comenzaron a comunicarse conmigo y a preguntarme, “¿En dónde está Sehun?, ¿En dónde está JongDae?, ¿En dónde está Yi Fan?”, “¡¿Has visto a Chanyeol?! El trae las llaves de la casa y no puedo entrar” Blah, blah, blah. El punto es que yo también me angustie y mucho.
–¡Aww bebé perdón! –El menor abrazó a su pareja sintiéndose de lo peor– JongDae llegó con los chicos de la nada y me preguntaron que si quería salir con ellos. Les dije que sí pero que me iría a las once, para cuando me di cuenta ya eran las cuatro de la mañana. ¡En serio lo siento!
JongIn se movía lentamente de un lado al otro teniendo a Soo en los brazos, meciéndolo, provocándole más sueño del que ya traía encima. Oh, pareciera que lo estuviera arrullando y Kyungsoo no se quejó. El cuerpo de JongIn era tan calmante que…
Un momento, no, ¡Estaba enojado con JongIn!
Tenía que castrarlo, torturarlo, venderlo como esclavo u obligarlo a dormir en la calle de ser posible. Debía pensar en algo malévolo, en algo perverso y no dejarse llevar por el lloriqueo infantil del moreno. Y si en algo es bueno Kyungsoo son en las venganzas. Algo, una idea mejor dicho, cruzó veloz y gaymente sus pensamientos.
Olvidándose de la choco-aventura que JongIn le estaba contando sobre que JongDae que le hizo no sé qué cosa a Chanyeol, Soo le prestó atención a esa pequeña parte de su subcontinente que solo se activaba cuando traía algo entre manos.
Si… Tal vez podría funcionar…
–El caso es que Chanyeol al final se desmayó, pero bueno ese no es el punto. La cosa es que en verdad no note que el tiempo había pasado, en verdad lo siento… ¿Entonces si me perdonas?
El bajito no respondio.
–¿Soo?
-Mmm… Está bien te perdono... –Susurró el mayor, acercándose. De la nada mordió levemente la clavícula del menor, acción que hizo dar a JongIn un brinquito sorprendido.
-¿Kyung que estas—?
-Calla, trato de terminar de pensar…
El pequeño Soo tomó el rostro de un confundido JongIn entre sus manos. Oh vaya, eso sí que era extraño y lo era aún más porque Kyungsoo no le quitaba la mirada de encima, una mirada pensativa, fría, calculadora y eso a JongIn no le gusto para nada. Pasaron alrededor de veinte segundos y el moreno no sabía que hacer o cómo actuar ante tal situación. Por suerte, por así decirlo, Kyungsoo deshizo su penetrante mirada cambiándola a una linda y cálida sonrisa.
-Ya está. -Susurró Soo feliz.
-¿Qué está? -Preguntó confundido JongIn.
Y lo estaría aún más cuando Kyungsoo cortó la distancia entre ellos uniéndolos en un beso. Un fogoso, húmedo, sensual y pervertido beso, JongIn reaccionó segundos después, tomándolo de la cintura instintivamente. Bueno, no tenía ni la más mínima puta idea del porque el cambio radical del mayor, pero ¿Hay que aprovechar, no?, oportunidades así rara vez se dan y más si se trata de Kyungsoo.
Mientras sus lenguas se enredaban en sus bocas provocando sonidos muy obscenos, JongIn subió una de sus manos lentamente por toda la espalda del más pequeño llegando a su nuca, empujandola hacia adelante para profundizar -más- el beso. Kyungsoo no se quedó atrás y enredó los brazos detrás del cuello del moreno pegándose aún más, restregando su cuerpecito contra el de él.
Amada y rica fricción de cuerpos. Deliciosos gemidos se colaban de los acorazonados labios de Kyungsoo calentando a JongIn desmesuradamente ¡Carajo tan rápido y ya estaba caliente! Tal vez se debía al alcohol…
–¡Mmgh! ¡J-JongIn…! ¡Aaahh!
Uy sí, el Alcohol. ¡El puto alcohol no tenía la puta culpa! El culpable era ese pedacito de gente que lograba calentarlo con esos suculentos sonidos que salían de sus bonitos, rojizos y brillosos labios que ahora estaban así por tanto besuqueo.
Su miembro daba saltitos y palpitaba dolorosamente dentro de sus pantalones, escuchar a Soo ponía a su amiguito sumamente feliz, como si su longitud fuera un cachorrito el cual salta de felicidad al oír a su amo darle cariñitos.
Qué era más o menos lo mismo que pasaba aquí.
–¿Te gusta? –Preguntó Soo con voz sensual– ¿T-Te gusta tenerme así verdad? Mmgh…
–Creo que no hay necesidad de contestar bebé, es decir siénteme… -JongIn se restregó descaradamente contra él, sonriendo- M-Mira como me tienes.
Kyungsoo entrecerró los ojos, dejando salir un par de suspiros. Sus mejillas se tiñeron aun más de un hermoso color carmesí al sentir el miembro duro de JongIn en su estómago.
¿Cómo carajos acabaron así? Se supone que Kyungsoo estaba molesto con él, en cambio estaba pasando esto.
Bien… No es como si JongIn se enfureciera por eso. Todo lo contrario, si Kyungsoo se portaría así cada vez que llegara tarde a casa, lo haría siempre de ahora en adelante.
–M-M alegra que lo disfrutes… Porque n-no tendrás esto por un largo tiempo…
¡Aww Kyungsoo tan dulce y sensual a la hora de hablar! es tan… ¡Esperen!... ¡¿Qué?!
JongIn borró esa estúpida y morbosa sonrisa de su cara, miró al mayor desconcertado.
–¿A-A que te refieres con—?
-¿Cómo que a que me refiero? –Interrumpió Kyungsoo a secas, zafándose del abrazo del menor– Estas castigado Kim Jong In –Dijo con simpleza acomodándose la ropa y el cabello– Digamos que esto fue una “despedida”
Oh.
Procesando… Procesando… Procesando…
–… –JongIn no dijo nada, seguía procesando la información, muy lentamente.
–No puedes tocarme, ni siquiera para un abrazo, es más, ni te me acerques. Estas castigado y por cierto ni esperes que te haga de comer… –Soo bostezó con cansancio– Y cariño, será mejor que vayas al baño a hacerte cargo de eso… –Dijo con una sonrisa burlona, señalando los pantalones de JongIn– ¡Bien, buenas noches! ¡Descansa!
Y sin más qué, Osito Soo se marchó a dormir felizmente a pesar de que solo dormiría unas míseras tres horas y seguramente le iría del culo en su examen. Nah qué más da, esto valía mucho la pena. Se acostó con una sonrisa en los labios, quedando dormido casi de inmediato.
JongIn seguía de pie con la boca abierta. Su cabeza era un completo desastre.
Procesando… ¡Listo, Información actualizada! ¡Ahora es momento de actuar como idiota, colocarte en posición fetal y llorar! JongIn obedeció, he hizo lo que su subconsciente ordenó.
¡Maldito seas Kim Jong Dae, porque tuviste que aparecer e invitarlo a salir! ¡Es más, por qué tuviste que nacer para empezar! ¡¿Y por qué sigues existiendo?!
Sí, a JongIn le espera mucho dolor, sufrimiento, hambruna extrema y lo peor de todo.
Un largo y sombrío periodo de abstinencia.