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Out Of My League por AnnaShizael

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Capítulo 4. More tan just a dream

-¡Steven!- Una joven con el cabello rojizo recogido en una coleta hacia un ademán que consistía en levantar la mano para llamar la atención del azabache el cual vino a toda velocidad mientras se colocaba un mandil naranja claro.- Llegas tarde flacucho.- Dijo mientras en un vaso desechable vertía un poco de café de una jarra de cristal

-Lo sé Kat, es que estoy acompañando a un chico a casa desde hace una semana.- Tomo una charola de un rincón de la barra en donde se atendía a la gente.- ¿Para qué mesa son?-Preguntó mientras depositaba los vasos en la charola junto con algunos panqueques.

-Son para la mesa B de afuera.-Contesto la pelirroja de ojos avellana mientras se ajustaba la cola de caballo.- ¿A quién, los gemelos, Caleb? O tal vez sea Kristanna.- Esto último lo dijo con un tono picaro.

Steven rodo los ojos y se alejó de la barra en donde Katheryne atendía a la gente el día de hoy. No tardo en regresar con una cara chocada, ahora un chico alto con el cabello rubio corto estaba pidiendo distintos tipos de café a la joven. La sonrisa de Kat era un poco forzada siempre que estaba con aquel joven que recibía el nombre de Jason Malkova, mejor conocido como el jefe del azabache. Al ver llegar a nuevos clientes el rubio se fue para atenderlos. En ese momento Steven aprovecho para hablar con la joven de ojos avellana.

-Te dije que era un chico, y no es Caleb ni los gemelos. Es un chico nuevo.- Aclaro Steven, el cual a falta de trabajo se recargo en la barra sin nada que hacer.- ¿Y qué me cuentas de ti? Desde que empecé a trabajar he visto como Jason te come con la mirada.- Sonreía mientras decía estas palabras pero no de la manera que le sonreía a Andrew. Si no una sonrisa que constaba de picardía y malicia.

-Hace un momento me dijo que podía descansar y eso que apenas llevo trabajando quince minutos.- Dijo mientras tomaba una bolsa de azúcar y la vaciaba en una azucarera.- Aunque no lo creas el pierde su tiempo.-

-¿Por qué lo dices?- Pregunto extrañado el mayor.

-Yo juego para el otro equipo.- Steven se sorprendió tanto que si estuviera tomando algo lo hubiera escupido de manera exagerada.- Además mi partido está por halla.- Ladeo la cabeza hacia un rincón del local donde se encontraba una joven de cabello azabache sentada en un silla de mimbre alta en frente de una laptop

-¿Caroline? ¿Te gusta Caroline?- Las últimas palabras salieron en forma de susurro.

-Si ¿Qué tiene?- Pregunto sin darle importancia al tema.- No tiene nada de malo.- Confeso calmadamente.

-Ahora estoy picado de la curiosidad señorita Eldrich.- En realidad la curiosidad por parte del azabache era mínima, lo único que quería saber era todo lo relacionado con Andrew y sí tu compañera de trabajo se apellida Eldridge, es pelirroja, y nació en los alrededores no habría razones para no curiosear.

-No me digas así.- La chica de veintitrés años revolvió el suave cabello de Steven con mucha confianza.- De dónde vengo el apellido Eldridge es muy prestigiado. Toda la gente te vería feito si te escuchará.- La joven le guiño un ojo tan pronto termino su comentario.

-¿Exactamente de dónde vienes Katheryne?- Steven dio un lengüetazo a su mano y con eso se empezó a acomodar su cabello

-Vengo de Lightless.- Katheryne hizo un gesto de asquerosidad ante el acto de Steven.

Lightless. El mismo lugar de donde venía el pelirrojo que tenía atontado al azabache de pies a cabeza. A pesar de que las pruebas eran obvias, el mayor aun necesitaba esa declaración por parte de la pelirroja.

-Ahí hablan inglés según yo. ¿Hay otro idioma que dominas?-

Eran hermanos. Eso era más claro que el agua y por eso mismo él creía que los dos habían recibido una misma educación la cual consistía en clases particulares de algún idioma, de música y de algún deporte, todo esto lo había sabido desde aquella vez que ocurrió el incidente de las hojas, de alguna manera ese evento había cambiado las cosas entre ellos dos.

-Ruso, Español y nada más.- Contestó la joven que se estaba quitando el delantal naranja característico de la cafetería.

-¿Ya termino tu turno?- Pregunto Steven que no quería dar por acabada la conversación.

-No claro que no, es solo que me agobia estar con esa cosa.- Acto seguido deposito su mandil en un cajón de la misma barra en la que Steven estaba recargado.

-Oye por cierto, he de pensar que tenía familia ahí en Lightless, ¿Cómo se llamaban?- Estaba tan cerca de la declaración por parte de Katheryn, pero ¿Qué iba a cambiar si lo sabía?

-Mi madre se llama Melissa Eldridge y mi padre Ciel Eldridge, mi hermano menor se llama Andrew Eldridge.-Ahí estaba, la verdad. Todo aquello que había sospechado desde que vio al pelirrojo por primera vez se hizo verdad. Solo había algo que no concordaba, el hecho de que Katheryne nunca hubiera mencionado que su hermano menor estaba en la misma ciudad que ella y viceversa con el hermano menor era como si ninguno supiera la existencia del otro en el mismo lugar. - también tengo un perro que se llama Pupis pero ese lo acabo de conseguir hace un mes.- Agrego muy animada la pelirroja.

Quería cambiar de tema. Algo entre estos dos no cuadraba, el hecho de que no supieran que estaban en la misma ciudad al igual que Katheryn constaba de más libertad que Andrew no era normal entre estos dos.

-¿Oye me podrías ayudar a traducir algunas cosas en los idiomas que dominas?- Preguntó cortésmente el azabache que hacía lo posible por alejarse del tema de la familia de Kat.

-Estoy a tu servicio señorito que tiene apellido de marca de lavadora.-Se burló la pelirroja.- Aunque ahora es mi momento de hacer preguntas Estivíiiiii.- Dio un énfasis especial al apodo del mayor.

-¿A qué te refieres?- Pregunto desconcertado el azabache.

-¿Quién te gusta?- Pregunto muy picara, como siempre.-Siempre eres tan reservado, tienes fama de liarte con las personas pero nunca llegas a desarrollar sentimientos por estas. En pocas palabras te consideran un gato.- Declaró la joven sin mostrar ningún remordimiento por ofender al chico.

-Yo nunca pensé que me llegaría a enamorar de alguien.- Contestó el azabache sin mostrar ninguna gota de mentira en sus palabras.- Pero se podría decir que el chico nuevo que acompaño a casa me tiene loco, aunque él está fuera de mi liga debo admitir.- Esto último lo dijo con su típica voz apagada, la cual era peculiar por la muestra de poca fe y esperanza.

Pero así era siempre que se trataba sus sentimientos por Andrew. Sin esperanza y fe.

***

La ondas sonoras que producían sus auriculares callaban todo lo que sucedía a su alrededor a excepción de los gritos de sus pensamientos que lo atormentaban desde que su turno en la cafetería había culminado.

En su mente, una batalla sin igual se desataba en donde él era la víctima de un oponente que poco a poco se hacía con la victoria. Sus sentimientos hacia Andrew.

En su trayecto a casa se sorprendió a sí mismo enumerando todas las cosas que sabía sobre el dichoso pelirrojo el cual no hacía que su mente vagara por el sosiego por un minuto.

Si colocaba las cartas en la mesa era imposible que le gustara una persona que se había presentado hace ya dos semanas. Un período de tiempo muy corto como para desarrollar profundos sentimientos.

Pero ahí estaba,  con los ojos cerrados imaginando la sonrisa de su pelirrojo que no sólo hacía crecer la curiosidad del azabache, si no que el impulso de quedarse junto a él fuera cada vez más fuerte como sus sentimientos por él.

Continuaba pensando en el joven de lentes incluso cuando derrocado había aceptado sus sentimientos porque era verdad: él estaba perdidamente enamorado de Andrew.

Las canciones que reproducían sus audífonos y sus sentimientos era suficiente para desconectarse del mundo y él lo pudo comprobar cuando un auto lo recibió con una embestida que tenía la fuerza necesaria como para tirarlo al suelo.

El dolor se expandía por todo su muslo derecho, era latente y el mínimo movimiento que requería la colaboración de su pierna hacia que un gemido escapara de su boca.

Acostado en el frío asfalto, escuchó como se abrían dos puertas del mismo auto que lo había atropellado.

Una señora no  muy vieja pero tampoco muy joven corrió a toda prisa a ver al joven azabache que yacía tendido en el piso.  Llevaba el cabello castaño rojizo recogido en una coleta perfecta en donde ni un cabello se escapaba de su lugar, el recuerdo de Katheryn aparición vagamente en su mente.

Y como si del destino se tratará, la segunda persona que había cerrado la puerta del auto se trataba del responsable por el golpe que había recibido. Andrew Eldridge.

-Joven, ¡no se le ocurra demandarme!- Steven se sobresaltó al escuchar tales palabras, hubiera esperado un: ¿Estas bien? O algo por el estilo.

-Tía….- El pelirrojo observaba a su tía con una vergüenza presente que hacía que las pecas de sus mejillas desaparecían por lo colorado que estaba.

-Joven lo puedo acompañar al hospital si quiere, incluso puedo pagar por el tratamiento pero no se le ocurra por favor demandarme.- Ahora lo entendía; La tía del menor había dado por hecho que Steven era mayor de edad y estaba desesperada.

-Señora yo me encuentro bien, gracias por su consideración.- Acto seguido Steven se incorporó con una sola pierna –la que no había recibido el golpe- pero al momento de apoyar un poco de peso en su otra pierna el esfuerzo lo venció y hubiera caído en el duro y frío asfalto si no fuera por su enamorado que había evitado aquella caída tomándolo de ambos brazos.

Kamila perdió el aliento ante la acción de su sobrino. El chico de diez años que había remplazado el cariño por pánico cuando se trataba de contacto físico había desaparecido y se encontraba ayudando a un desconocido, aunque la terrible verdad es que fuera conocido, desconocido o familiar había rechazado el contacto.

-Tía Kamila.- El azabache avergonzado rápidamente se retiró de los brazos del pelirrojo ¿La razón? Era la primera que Andrew había tomado la iniciativa de tocarlo.- Él no es ningún mayor de edad, es sólo un amigo de la escuela.-

La realidad se presentó como si le estuvieran vertiendo un balde de agua congelada en la cabeza. Estaba tan ilusionado con el simple hecho de que lo amaba tanto que nunca se le paso las probabilidades que tenía para ser su pareja.

-Al que acabo de atropellar; eso no tiene nada que ver Andrew.- Reclamó la señora castaña sin hacer caso a las palabras del pelirrojo.

-Señora estoy bien.- Steven se alejó del agarre de Andrew para recobrar el equilibrio con una sola pierna mientras la otra rozaba el piso con sumo cuidado.

-¿Qué te parece si vas a cenar con nosotros?- Kamila hacia caso omiso a los dos jóvenes.

A Steven se le acelero el corazón por la invitación. Eso implicaba conocer el entorno en el que vivía su pelirrojo, de cierta manera lo emocionaba.

-Tía…-Insistió Andrew para sí mismo tan bajo pero no lo suficiente como para que el azabache no lo escuchará.

Como era de esperarse, el mayor puso a Andrew encima de sus propios deseos.

-Señora no creo que sea buena idea, por el dolor del golpe he de pensar que llevaban prisa.- Bromeó Steven esperando alguna risa pero el silenció se apodero de todo y corroboró su argumento.- Es mejor que vayan a su asunto y yo me vaya a mi casa.- Concluyó Steven

-Ni hablar. Tú vienes con nosotros.- Hablo con autoridad, como se esperaba de alguien que formará parte de la familia Eldridge.- Andrew ayuda a tu amigo a sentarse en el auto.- Ordeno.

-Tía, no es que me esté oponiendo ante ti.- Steven soltó una risilla para sus adentros.- Pero no se puede, tengo clases de ruso; De hecho a eso íbamos.-

-Es fácil la solución, que Steven te acompañe a clases mientras yo tengo que hacer cosas del trabajo.- Dijo la castaña rojiza con un tono de voz que ignoraba algún problema.

Andrew se mostró estupefacto, al contrario de este, Steven radiaba de felicidad por tal noticia.

***

-En el ruso se emplea varios conceptos gramaticales que no se utilizan en el español o inglés….- El profesor apago el tono de su voz al ver como Andrew alzaba la mano tímidamente. Steven no paraba de reír en silencio, y la razón de esta acción era porque estaba tan orgulloso de decir que él conocía bien a Andrew además de que el bien sabía que su pelirrojo no era el que alzaba la mano para interrumpir. Él interrumpía por que sí.

-Sé francés, ¿Eso sirve?- Pregunto Andrew en un tono muy bajo.

-No lo sé, tendrás que averiguarlo por ti mismo.- Sonrió burlonamente el adulto.

El profesor de ruso resultó ser un lingüista que tenía el cabello rubio; con una barbilla un poco circular y con una barba no muy poblada; Era alto, más alto que Steven; Y era una muy buena persona a ojos del azabache, pero a Andrew le fatigaba cada vez que contestaba con otra pregunta o con bromas.

Steven se encontraba haciendo un mohín con su boca en un intento de tocar su nariz con sus labios, en el proceso fruncía el ceño y entrecerraba los ojos, lo cual Andrew consideraba ridículo y a veces, sólo a veces, lo consideraba tierno y adorable.

 Este gesto lo solía hacer en el trascurso de la clase y en esas dos semanas que lo había conocido supo identificar que la fuente de esa mueca era la aburrición del azabache en clase.

Los dos jóvenes se encontraban sentados alrededor de la mesa circular del desayunador que era iluminado por un solo foco que se encontraba justamente encima del centro de la dicha mesa.

El joven basquetbolista había hecho la promesa de no interrumpir las clases del pelirrojo bajo ninguna circunstancia y para evitar este problema el profesor que recibía el nombre de Guillermo le había entregado un libro sobre la gramática inglesa que Steven muy entusiasta había aceptado.

Y esa fue la primera vez que Andrew vio a él azabache feliz de recibir un libro lo cual le hizo pensar que tal vez Steven era autodidacta, sintió una oleada de verdadera envidia ante ese hecho.

-Como decía, el ruso utiliza otras reglas gramaticales. Aparte de eso tú solo te has familiarizado con idiomas en donde se utiliza un mismo lenguaje –estamos hablando de la manera en la que se escriben-  pero conforme vayas aprendiendo vas a ver que es muy fácil.- El azabache había dejado de prestar atención a su libro para concentrarse en las palabras del maestro.- Además a lo que sé, sabes tres idiomas y dos de ellos los dominas; Se dice que  si ya tienes experiencia con otros idiomas para tu cerebro será más fácil aprender otros idiomas. Además creo que ya sabes todo sobre la gramática.- Concluyó el rubio.

-¿Con todo se refiere a cosas cómo antepasado, gerundio y cosas como esas? – Preguntó el joven de lentes inseguro de sí mismo.

-Exactamente, pero para mis clases olvidaras todos esos conceptos. Iniciaremos con cosas básicas; saludos, presentación entre otras cosas para ir con el lenguaje que lo veremos la próxima semana.- Hacia ademanes mientras hablaba para dar una mejor presentación.

-Me parece bien.- Contesto el joven de lentes gentilmente.

-Iré por el pizarrón que tengo en el segundo piso, vuelvo en un minuto.-  Se levantó de la silla de caoba que poco antes había utilizado y tomo camino hacia unas escaleras que estaban al costado de una pared.

Hubo un silencio en donde el azabache regresó a su lectura hasta que percató del temblor de las manos de su amigo que era provocado por el coraje que acumulaba.

-Puedes soltarlo si quieres.- Dijo Steven sin quitarle el ojo a su lectura, y sin mostrar ningún interés.

Y como si las palabras fueran ordenes, Andrew pronunció un largo suspiro continuo de una larga lista de quejas de la inmadurez de su profesor.

-¿¡Sabes qué!?- Pregunto exasperado y retóricamente.- Interrumpe todo lo que quieras Steven, tal vez así el viejo ese deje de parlotear tanto.- Y cruzó sus brazos.

-¿Dónde quedo el niño obsesionado que quiere que todos lo amen?-Preguntó sarcásticamente el azabache

-Ese niño sigue aquí pero ¡Dios!- Exclamó.- Ese viejo colma más mi paciencia que todos los profesores de Lermand juntos.- 

El crujido que provocaba la madera al soportar semejante peso del profesor hizo que Andrew se comportara y tomara una buena postura, para que su superior no se diera una idea equivocada.

Cargaba un pizarrón de no más de un metro por cuarenta centímetros, para plumones. Guillermo non hacia ningún gesto por la fuerza que utilizaba al cargarlo. Llego y coloco el pizarrón en un espacio de la pared que a excepción de algunos cuadros estaba vació. El pizarrón ya tenía algunas cosas escritas en ruso que a ojos de Andrew

 -Esto que ves con cara de: ¡Omaidgad quejeso! Son saludos en ruso que veremos en breve.- Steve no pudo reprimir la risilla que se escapó de sus labios al oír las palabras del profesor quien apuntaba el pizarrón y dirigía su mirada hacia el pelirrojo.- Escríbelos es tu libreta y te diré la traducción a continuación.

El mayor se sintió desgraciado cuando trato de memorizar cada trazo y punto en aquella escritura mientras Andrew estaba obligado a copiarlo en contra de sus propias intenciones. Las clases eran del menor, no de él.

-Andrew, Andy, Drudrududu, ya lo copiaste todos ¿no?- Preguntó el adulto a lo que Andrew asintió.-Bueno el primero que ves en la lista dice así: ¡Hola! ¿Qué tal? ; Se pronuncia pri-vyet. kak dye-La? Quiero que repitas conmigo Privyet- Apago el sonido de su voz al ver como tímido su estudiante alzaba la mano por segunda vez, el impulso de reír por cada vez que hacia eso el pelirrojo era grande y difícil de contener.

-De ahí  sigue decir mi nombre y todo eso ¿Hay alguna traducción para mi nombre?

Antes de que el profesor pudiera decir algo, Steven estaba contestando.

-………………….- Tanto el profesor como el pelirrojo estaban desconcertados por las palabras del azabache. Aunque más que nada el profesor.

-¿Qué significa…?- Preguntó cotilloso el joven inglés dejando la pregunta en el aire

-Mi amigo Eldridge.- Interrumpió velozmente el profesor antes de que el azabache pudiera articular alguna palabra.

Antes de que Andrew pudiera decir algo el sonido de un violín interrumpió la atmosfera incomoda de hace un momento. El melancólico sonido del instrumento de cuerdas provenía del celular del pelirrojo que al segundo contesto y se dirigió a la parte de arriba de la casa en donde un momento atrás el profesor había salido.

El adulto y el joven azabache quedaron en un silencio que el mayor de los dos no dudo en romper.

-¿Mi amado Eldridge?- Preguntó curioso el profesor alzando una ceja

-Usted podía haberle dicho eso. No era necesario que hubiera cambiado el dialogo.- Contesto fríamente el azabache.

-Conozco a la familia Eldridge, sería un problema si se llegan a enterar de que su hijo tuvo que lidiar con un…- El profesor se rehusaba a terminar la frase, debido a que el hecho de haber conocido a Steven por primera vez no le daba el derecho de llamarlo gay.- con alguien como tú.-

-¿Y usted como sabe?-  El tono de voz del joven con la oreja agujerada era extrañado.

-Le di clases a su hermana de ruso, y en su momento le di clases de español a Andrew por cuatro años en Lightless.- Comento con una sonrisa que reflejaba su cariño y nostalgia.- Cuando tenía 34 años y Andrew 10, algo sucedió, ese algo hizo que su hermana dejara Lightless y que Andrew sufriera un pánico cuando se trata de intimidad, toque entre otras cosas fue ese motivo por el que el dejo de ir a mis clases.

Steven escuchaba atentamente cada una de las palabras que el profesor Guillermo nombraba, el menor de estos dos nunca pensó que el adulto sería una mina de información sobre su pelirrojo. Cada palabra que mencionaba era muy valiosa para Steven.

-Nunca volví a saber de ellos hasta que la tía de Andy me llamo. No sé qué fue lo que paso en ese entonces pero estoy seguro de que fue la razón por la que enviaron a Andrew a Ravenbull.- Concluyó el adulto.

-¿Por qué me cuenta todo esto?-Confundido, el azabache no sabía la razón del por qué el adulto que sólo había conocido en menos de una hora, había manifestado una confianza más grande que la de sus profesores.

-Tú amas al pequeño Andy ¿No es correcto?-

-Está en lo cierto pero- El pequeño Steven no pudo terminar sus palabras por que las palabras del adulto lo hicieron callar.

-Y estoy seguro de que hay muchas cosas que no entiendes respecto a Andrew y  también estoy seguro de que quieres saber que paso cuando Andrew tenía 10 años y su her- Era el momento de Steven para interrumpir.

-Mi mamá me ha enseñado a que la curiosidad es un defecto del ser humano y me niego a colaborar con usted.- El azabache rechazaba firmemente la idea de abusar su amistad con el joven de lentes pero aquellas intenciones lo estaban seduciendo, el saber más sobre su enamorado era una idea tan atractiva.

-Pero aun así quisiste saber por qué conocía a la familia Eldridge ¿No es así?- Sonrió el profesor triunfante mirando a Steven.

-Nunca dije que no me daba curiosidad, dije que no quería colaborar con usted.- Se defendió el azabache

- Ese Andy se está tardando.- El profesor miraba fijamente el pasamanos de las escaleras que al igual que la mesa estaba hecho de caoba.- En todo caso Steven –Ese es tu nombre ¿no?- creo que te estás teniendo una mala impresión de mí. Lo único que quiero saber qué fue lo que le paso a mi alumno estrella de la misma manera que tú quieres saber que le paso a tu casi novio.- Esto último lo dijo mientras hacia un ademán de comillas.

-Él no es mi novio.- El ceño fruncido del basquetbolista no podía ocultar el pequeño rubor que se había formado. Al ver esto el profesor no pudo evitar soltar una carcajada.

Las pisadas de Andrew eran más ligeras que las del profesor, cuando el azabache se dio cuenta de estas no dudo en lanzarle una última mirada asesina a su mayor y fijar nuevamente sus ojos en aquel grueso libro de Inglés.

-Perdone haber contestado la llamada.- Se disculpó el menor de los tres mientras se sentaba en la silla de madera.- Era de alguien importante.- Steven fingía no haber es escuchado las últimas palabras que había dicho el pelirrojo.

-No importa Dudi, hay que seguir en donde nos quedamos.-

***

El claxon de un auto que sonó continuamente tres veces era para Andrew un sonido armónico por que indicaba el término de las clases que él mismo consideraba una tortura incluso con Steven haciendo miles de gestos cómicos.

Se despidió del profesor mientras recogía el material de estudio que había utilizado en esas dos horas, tras decirle a Steven que se quedara esperando en el desayunador de la casa del profesor corrió a toda prisa para hablar con su tía de la llamada que había recibido en clases. ¿Qué hacía tan importante esa llamada? Era de su madre, esa era la razón.

***

Le desagradaba el hecho de haber sido botado con el vejestorio de adulto con el que se encontraba a solas en ese preciso momento. Sabía que iba a sacar el tema que había dejado a medias pero no fue así.

-Steven, ¿Cuál es tu nombre completo?- Preguntó el profesor mientras guardaba los libros que había utilizado en su clase

- Matthew Steven Witherspool. No Whirlpool como la marca de lavadoras y refrigeradores. Witherspool.- Recalcó a lo que el adulto rio ante su comentario.

-Matthew tiene aptitudes para los idiomas ¿Te gustaría- Antes de que pudiera terminar su pregunta el azabache había interrumpido sus palabras.

-Me gustaría, pero mis padres no tiene dinero para una clases particulares.- Contestó a la pregunte que nunca acabo el adulto.

-Los padres pagan por que sus hijos aprendan conmigo pero tú eres autodidacto, tú no necesitas que te enseñe.- Tal vez Steven si había tenido una mala impresión sobre el adulto.- Aunque sería un placer que me visitarás las veces que quieras para no sé leer los libros de idiomas que tengo o.- No logro terminar la frase.

-¿Usted me está invitando a su casa?- Preguntó Steven desconcertado

-Efectivamente.- El profesor sonreía al ver como el adolescente consideraba su propuesta.

Antes de recibir respuesta alguna el pelirrojo que ahora era su estudiante había entrado una vez más sólo para ayudar a su amigo el azabache a caminar el cual rechazó la invitación cortésmente. El profesor veía sonriente la escena entre el pelirrojo que alguna vez fue su mejor estudiante y el azabache que tal vez sería su mejor estudiante ahora y en el futuro.

Antes de que Steven cerrará la puerta y se despidiera el adulto articulo unas últimas palabras que Steven no saco de su cabeza en todo el viaje hasta la casa de Andy.

-Steven, ¡considera lo que te dije!-

Notas finales:

POR FAVOR DEN UN REVIEW O ALGO. SE LOS AGRADECERÍA MUCHÍSIMO


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