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Out Of My League por AnnaShizael

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Notas del capitulo:

Esperó que lo disfruten!!

Capítulo 2. Waiting for the nightfall

 

En el cielo, el ocaso era tan imponente con sus colores oscuros que contrastaban perfectamente con el naranja que se despedía poco a poco en el horizonte.

En la calle tan empinada que Steven había llamado Mellbrun el aroma del mar estaba más denso de lo normal en el aire; Haciendo que el sudor se escurriera por toda la nuca de Andrew, lo cual no lo estaba molestando comparado con la vista que tenía del ojiazul.

Con la mirada en alto y sus pasos; el azabache soltaba un aire de confianza hacían que el pelirrojo se mostrara fatigado. Maldecía el hecho de no tener un mapa e irse por su cuenta de la escuela, pero en un lugar de su mente el ambiente era tan melancólico y relajante.

Aliviado. Era así como se sentía el pelirrojo en este preciso momento, había esperado que Steven se alejara en algún momento o que lo juzgara, pero no lo hizo. El azabache emanaba un ambiente en el que todo estaba bien, que no había de que temer ni de qué preocuparte. Puede que lo odiara pero tal vez sería la única persona en el mundo que no esperará nada de él.

-Ya llegamos, lavagirl. Calle Mellbrun entre calle central y Winterfall. Señaló los dos costados de la calle

En frente del par se encontraba una casa de dos pisos que contenía un hermoso jardín que constaba con una fuente y a un lado había un portón levadizo de color blanco que hacía juego con la fuente y la casa.

En un rincón de la mente de Andrew se encontraba el pensamiento de que Steven sería una muy buena persona pero todos estos pensamientos eran reprimidos debido a su actitud tan confiada y burlona.

-No me digas lavagirl, Matthew.

-No señor, se equivoca yo soy Esteban Pedrito Flores.- Se puso un dedo arriba de los labios y frunció el ceño tan sólo paso un segundo cuando rio energéticamente mientras negaba con la cabeza.-  No es cierto. Dime Steven.

Y mostro su sonrisa torcida.

Atontado por aquella sonrisa no mostro ninguna sorpresa cuando los labios de Steven acariciaron tiernamente su mejilla repleta de pecas y su nariz roso el armazón de sus lentes.

Su mente se vació, su corazón se aceleró y un hormigueo formo parte de su mejilla en tan sólo un instante. En el instante en el que lo beso.

-Te veo luego, Andrew.-

Ahí estaba su sonrisa torcida otra vez.

***

Se enderezó lo más que pudo de su cama; Su respiración se volvió entre cortada, el sudor bajaba desesperadamente por sus sienes, frío y escurridizo.  Y el hormigueo es su mejilla seguía ahí, como si hubiera sido real.

Se acarició la mejilla. Había sido tan irreal el sueño pero se sintió decepcionado cuando se despertó por alguna razón.  Todo era tan confuso, el odiaba cualquier tipo de contacto físico, y más el que implicaba algún beso, pero ahora se encontraba SOÑANDO con que un CHICO lo besara. Era estúpido.

Se limpió las gotas de transpiración con su camiseta negra que utilizaba para dormir recurrentemente y tomo los lentes del buro blanco de dos cajones que se encontraba a la derecha.

Se los colocó y la luz que traspasaban las cortinas se volvió menos agresiva que hace uno momento. Acto seguido se levantó y miro la hora en el reloj digital. 5:27 am.

Tan temprano pero el tiempo era el indicado para realizar cada una de las acciones que él quería. Se levantó de la cama con movimientos lentos y perezosos, tendió su cama y acto seguido se vistió con unos pantalones vaqueros y una camisa de botones blancos y encima de ella un chaleco de rombos azul.

Era momento de iniciar el día fingiendo ser alguien más, pero no importaba mientras ganara la aprobación de los demás.

***

Aquella mañana la joven que hacia las tareas domésticas había preparado un exquisito desayuno que consistía en jugo de naranja y un sándwich que parecía haber salido de un comercial de televisión. 

Sentado en la mesa de cristal comía en silencio con la intención de no ser una molestia para la joven de la cual aún no sabía su nombre.

La falta de sonido en el comedor era incomoda. Odiaba todo aquello que implicara contacto pero echaba de menos el ambiente ameno que se disfrutaba cuando comía con su familia, con su madre y su padre y alguna vez había anhelado que su hermana estuviese ahí. El desayuno era la única vez en la que conversaban cariñosamente asimismo era la única ocasión en la que estaban los tres en un mismo lugar.

El sonido de los tacones contra el piso de madera provenía del pasillo y no tardó en aparecer la tía del pelirrojo. Se encontraba discutiendo por teléfono en otro idioma, el idioma con el cual Andrew había crecido. Inglés.

Andrew se concentró en escuchar lo que decía su tía por teléfono mientras tomaba un trago del jugo de naranja.

Kamila. Ese era el nombre de su tía la cual alzaba cada vez más la voz. Llevaba su cabello castaño rojizo en una coleta, lo cual hacia que ningún cabello estará fuera de lugar, además de vestir una falda negra y una blusa blanca de botones.

El ánimo del pelirrojo se cayó al piso cuando escucho las palabras “music class”. No hubo ninguna duda de que estaba hablando con su madre y que lo iban a someter a su rutina de Lightless, en la cual respirar era agotador.

Kamila dejo el teléfono para sentarse justo en frente de Andrew y con una sonrisa hipócrita – diría el ojo pardo – hizo un ademán a la sirvienta que indicaba que quería comer.

-Muy buenos días, sobrino mío. Hace poco estaba discutiendo con tu madre – Sabrina ¿¡Por qué tardas tanto!? ¡Tráeme el desayuno rápido! – Y me dijo que estudiabas el violín en Lightless, además de que entrenabas atletismo y estabas aprendiendo una cuartalengua.-

En ese momento una furia contra su madre creció en su pecho, que con cada latido se hacía más fuerte. Él pensó que cuando había dejado Lightless se habría liberado de todo ese estrés por que el propósito de que se mudara era ese; “Desaparecer el estrés”.  Y lo peor es que no podía demostrar su disgusto ante aquel acto de su madre. Se tragó el fastidio que sentía y asintió la cabeza con una sonrisa en dirección a su tía

-Impresionante para un muchachito de tu edad.- Comento con una sonrisa.-  Es por eso que hoy llegaré tarde del trabajo. Conozco profesores de música pero ninguno que se especialice en el chelo…

-Violín.- Susurró el joven de lentes de manera cortante y apretando los dientes para contener su enojo.

-Perdón ¿decías algo cariño?-

-No para nada, tía.- Y sonrió hipócritamente. Como siempre.

***

Tan pronto subió los primeros escalones del autobús, el motor rugió causando un gran escándalo que hizo que Andrew tomara el manubrio instintivamente.

Alzo la mirada para encontrarse con todos los asientos del autobús llenos. No mostro disgusto alguno pero la desesperación se lo comía por dentro. Después de todo no había remedio, ante este tipo de situaciones. Siempre ponía la impresión que iba a tener en frente de los demás por sus actos que su propia opinión.

Esclavo de sus pensamientos pudo liberarse de ellos con el sonido de ciertos golpes que provenían de afuera del autobús.

Tuvo que estirar sus pies para observar por la ventana la fuente de tal acto de agresividad. Se sintió irritado con lo que vio.

La imagen de un joven azabache corriendo frenéticamente y golpeando el autobús los fatigaba pero asimismo causaba cierta gracias al pelirrojo

No pasaron unos segundos hasta que el sordo conductor reacciono y freno el autobús, el cual iba a suficiente velocidad para que causara que la mayoría de los estudiantes se llevaran un golpe por el repentino cambio de velocidad.

Con una sonrisa propia de Steven el mayor subió con la actitud que de un corredor que hubiera ganado un maratón.

Tan pronto el azabache lo visualizo se dirigió a paso rápido para llegar a él.

Atestado de gente, Steven se vio forzado a apoyarse en el mismo manubrio en el que se ubicaba a centímetros de la mano de Andrew el cual trato de ocultar su nerviosismo ante la cercanía de Steven, el cual estaba en perfecta posición para apoyar todo su cuerpo en su espalda.

-Muy buenos días, lavagirl.

El aliento de las palabras de Steven lo pudo sentir en la oreja causando escalofríos por toda su espalda.

“Lavagirl” la sola mención del apodo lo hizo recordar el sueño de aquella mañana y la vergüenza lo sofoco, haciendo teñir sus mejillas de un rojo vivo a un punto en donde sus pecas doradas ya no se notaban.

-¿Qué te pasa niño chipocludo?- El apodo hizo reaccionar a Andrew, pero el tono rojo de sus mejillas aun no se marchabba

-¡No me llames chipocludo!- Rechisto el menor en silencio.-Ni siquiera sé lo que significa.- Comento un poco más fuerte

-Yo tampoco.- Y mostró su sonrisa característica.

-¡Entonces deja de ponerme apodos que ni siquiera tu sabes que significan!

Otro freno por parte del conductor el cual causo que el azabache se apoyara completamente en el pelirrojo y que los lentes de este fueran a dar en el piso. Su cabeza dio un fuerte golpe contra el cráneo de Andrew, el cual dio un fuerte quejido ante el golpe. El ojiazul sacó provecho de la situación y coloco su boca en el hueco entre el cuello y el hombro del pelirrojo. Su boca a unos centímetros de la oreja de Andrew.

-Te digo de apodos porque me gusta como reaccionas.- Y le dio un lengüetazo a su oreja.

***

Con un chirrido la campana marcaba el cambio de clases en Lermand. Cada alumno recolectaba sus pertenencias y se dirigía al próximo salón con tranquilidad.

Andrew no tenía ninguna prisa ya que tenía dos horas de Lengua Extranjera. Para su alivio, al inicio de la hora Steven había dicho que iba al baño pero llevaba cincuenta minutos y no regresaba, en cierto momento el pensamiento de que Steven se pudo haber resbalado y luego muerto llego a la mente de Andrew acompañado por una risa.

Lengua Extranjera. Sí Andrew tuviera la voz de participar en las opiniones de sus padres habría rogado por no llevar lengua extranjera, debido a que el aprendizaje de una nueva lengua se le había implementado desde que el aprendió a escribir. A sus quince años, ya dominaba tres idiomas los cuales eran, ingleses (su lengua madre) español y francés e iba por una cuarta la cual era la rusa. Todo esto era órdenes de sus padres.

Sumido en los pensamientos de la esclavitud a la que se oponía los tomo desprevenido el llamado del profesor.

-Andrew hijo. El profesor hacía un ademán enfrente de Andrew el cual pudo notar segundos después

-¿Qué se le ofrece profesor?- “Se una buena persona” se repetía Andrew en la cabeza cuando trataba a una persona nueva

-En el receso tengo que tutoría con unos alumnos y tengo trabajo me preguntaba si ser-Las palabras del profesor fueron cortadas por Andrew

-¿Qué si lo ayudaba en la tutoría en los alumnos?- El pelirrojo se sintió alagado ante la supuesta petición del profesor

-¿Te ofreces a eso?- Pregunto el profesor incrédulo

-Claro que sí, usted sabe que tengo una facilidad para los idiomas.

-De hecho no lo sabía, pero yo me refería a que me ayudaras con unas listas de asistencia, es sólo sacar promedios, y una que otra regla de tres.- Comento el profesor.

-Ouh.- El pelirrojo se enderezó los lentes que gradualmente se deslizaban por su nariz.- Claro que sí, no hay problema.

Si Andrew fuera honesto y despreocupado hubiera insistido en ayudarle con la tutoría. Pero desgraciadamente él no lo era.

-Te veo en el receso aquí en el salón para entregarte las listas, gracias hijo.- Y se retiro

“Maldita morsa con sobre peso.” Pensó Andrew mientras sonreía.

A tan sólo unos pasos un peculiar par se encontraba sentado en una banca jugando un viejo y usado gameboy.

-Hey Dom, ¿escuchaste al bigotitos y a flamita hablar?-Salta carajo salta Dominic-

-Estoy saltando estúpido ¿¡qué no ves!?- aja sí los escuche.- El mayor de los gemelos asintió

-Hay que contarle al jefe sobre flamita.-Acto seguido le retiró el gameboy de las manos a su gemelo.

-Como quieras, total él es el que quiso que le informáramos todo sobre flamita. 

Notas finales:

No olviden comentar, me harían un gran favor ^^ 


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