Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The living and the dead. por EddieFuckingLife1

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

The legend of life and death.

“La gran tragedia de la vida no es la muerte. La gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos.”

—Anónimo.

 

La muerte…

La vida…

 

En el mundo existen dos fuerzas. Dos entes. Dos almas. Dos amores.

El primero es la vida. Lleno de alegría.

El segundo es la muerte. Lleno de agonía.

Normalmente pensaríamos que ambas cosas no pueden ir juntas, que son lo contrario, que son la debilidad del otro. Su vida o su muerte. Pero la verdad es que ellos esconden algo que nosotros no conocemos, algo que nos ocultan, algo que no vemos. Un secreto.

>< 

Hace muchos años, resulta, la Luna se sentía enferma, no podía respirar, el Sol, como buen amante le dijo que le ayudaría. Pero ya no había cura. Ella moriría.

La Luna tenía que aceptar su destino, el Sol no podía.

El Dios del universo, dijo entonces, que tenían que separarse. Esa era la única cura. El Sol tendría que vivir iluminando y la Luna trayendo oscuridad. Pero ellos se amaban, se deseaban, se querían, se recordarían.

El Sol prometió amar a la Luna, ella ignoró la promesa y siguió su camino, lejos,  distante.

Algunos meses después, la Luna encontró consuelo en la oscuridad. Él jamás la dejaría, él la protegería.

El Sol descubrió esto, el lloró, él sufrió pero sobre todo él odió.

El Sol lo único que quería era venganza, sufrimiento, dolor. Un día, normal, el Sol viajó lejos, él voló por el aire hasta que al final lo encontró, un niño perdido y sin corazón. Un alma buena llena de manchas y sin ilusión. El Sol lo llevó con él y le dio un poder, el poder de la venganza, del odio, de la maldad, del final. Ese pequeño niño sería la muerte.

La Luna devastada por la noticia que corría en el mundo, viajó, buscando entre todos algo mejor, pasó días hasta que al fin lo encontró, era un niño lleno de inocencia y basto de amor. Un alma blanca y con corazón. Ella lo llevó lejos de todo, lejos de la maldad, lejos del Sol,  lo encerró en un lugar donde sólo ella sabría, un lugar con color.

Ella tenía que protegerlo ya que ese niño sería la vida que el Sol se llevaría.

KyungSoo sería la muerte y JongIn la vida.

Y así comienza esta historia.

 

۞

 

JongIn sabe cada vez que KyungSoo se llevará a alguien, es fácil de saberlo porque el aire se siente espeso y apesta a muerte. Justo como ahora.

5 de Agosto de 1914. Francia.

El ruido de las bombas, los misiles, las metralletas, todo es devastador, JongIn se mantiene arriba observando como las personas son atacadas por los soldados, viendo como mueren lentamente, escuchando sus alaridos de dolor y el crujir de los huesos, su mirada muestra dolor, tristeza y melancolía.

—Veo que te gusta mi espectáculo, JongIn.

JongIn quiere vomitar.

KyungSoo está justo alado de él, con sus ropas negras y su pestilente olor a dolor, pesar y amargura. JongIn sabe que los labios del otro están formando una sonrisa mientras admira la escena que ocurre abajo, quiere golpearlo, quiere pedirle que pare, que deje de hacer sufrir a la gente y pare con la muerte y venganza pero no lo hace porque sabe que Kyungsoo jamás se detendrá. Jamás.

—Eres repugnante, KyungSoo.

Él ríe, suelta su típica sonrisa de desprecio y diversión. Kyungsoo siempre se ríe de JongIn. JongIn continua observando, necesita saber a cuantas personas podrá dar vida de nuevo, necesita ayudar a los que lo merecen, no a los que han sido envenenados por las palabras de KyungSoo.

—Podrías salvar a los niños, tal vez a los ancianos y a algunas mujeres, fíjate que ellas no tengan una marca en el alma porque podrían hacerle daño a los demás.

KyungSoo aún tiene esa sonrisa en sus labios, JongIn le mira sorprendido, KyungSoo enciende un cigarrillo que ha sacado de su bolsa, da una fuerte calada y ríe observando el humo salir de su boca, JongIn aun lo mira con ojos sorprendidos.

—De no ser porque sé que me odias diría que me amas —dice KyungSoo desviando su mirada hacia JongIn, le sonríe y deja salir una bocanada de aire que impacta en el rostro de JongIn, Humo blanco con olor a menta— Pero hombre, di algo, es la primera vez que me miras así.

— ¿Por qué estás tratando de ser bueno?

— ¿Bueno? —KyungSoo se carcajea—.  Poco o nada me importa que logres salvar a unas cuantas almas. Solo quería ayudarte un poco. Digo, de no ser porque tú les das vida yo no podría traerles la muerte.

—Imbécil.

—Uy… que boquita te cargas, JongIn. Yo me largo, necesitó encontrar más personas que matar.

 KyungSoo se da media vuelta después de arrojar su cigarrillo al aire, JongIn está a punto de tomarle por el brazo para impedir que se vaya pero KyungSoo le arroja una ventisca de aire antes que lo haga y le enfría las manos hasta dejarlas inmóviles.

— ¿Qué estabas tratando de hacer, Idiota? —exclama KyungSoo con el rostro lleno de ira. JongIn le mira con los ojos entrecerrados, él  puede soportar cualquier dolor pero el provocado por la muerte siempre le deja un gran rastro de  pesar que en ocasiones no puede soportar y esta es la primera vez que le sale sangre mientras esta con KyungSoo, JongIn descubre que KyungSoo no está sonriendo y esto es algo malo—. Es que acaso no sabes que si me tocas sangrarás, un idiota como tú no puede soportar mis poderes ni siquiera si se trata de una simple ventisca.

—No entiendo, se supone que soy vida.

— ¡Y yo muerte estúpido! ¡No puedes solo querer tocarme!

—Lo siento.

Murmura JongIn tratando de hacer que su hemorragia pare, KyungSoo resopla y saca un cigarrillo de su bolsa de saco izquierdo, lo enciende y da una calada después se lo extiende a JongIn. Él solo lo mira sin comprender por qué exactamente está siendo ofrecido a él

—Solo tómalo, te ayudará a parar la hemorragia.

—No creo.

—Tómalo idiota, es de menta te ayudará a enfriar tus vasos sanguíneos hasta coagular la sangre y esto dejará que pare de salir.

JongIn lo toma aun no sintiéndose muy confiado, KyungSoo casi lo arroja a las manos de JongIn, este frunce el ceño sintiendo que le da asco al ser mortífero. KyungSoo sonríe una última vez antes de retomar su camino y perderse entre el humo y ceniza de las muertes abajo.

Menta.

 

۞

 

KyungSoo es consciente de lo que su cuerpo está sintiendo. Es un indicio que JongIn está cerca, lo cual es obvio porque justo bajo sus pies se encuentra  un genocidio. El ser mortífero sonríe con malicia al pensar que dentro de poco se reunirá de nuevo con su enemigo mortal.

Washington. 2001.

En la vista periférica de KyungSoo se alcanza a distinguir la silueta flotante de JongIn, él se lame los labios con ansia y justo su ceño se frunce, ¿Ansia?, ansia es lo que ha estado sintiendo desde el último ataque mortal que lanzo al mundo, es lo que siente desde que vio por última vez a JongIn, ansia y más ansia de que ocurrirá en su próximo encuentro que precisamente será hoy.

JongIn llega finalmente hasta donde está él, Kyungsoo está sonriendo como siempre pero JongIn no lo hace, KyungSoo decide hacer uno de sus tantos comentarios sarcásticos y plagados de veneno.

—Veo que has venido.

Murmura KyungSoo, JongIn le ignora y se dedica a ver hacia abajo, hacia el desastre. KyungSoo no dice nada después de reír sarcástico. JongIn solo se mantiene mirando hacia abajo  cosa que está comenzando a molestar a Kyungsoo. El más bajo prueba suerte y murmura unas cuantas palabras en latín, pronto la situación abajo empeora, los disparos son cada vez más y los gritos de histeria aumentan en volumen. JongIn mira la escena con dolor.

—Por qué lo haces…

—Qué cosa, ¿matar? —JongIn no se inmuta—. Es divertido, no lo crees, ver morir gente, escucharlos sufrir, saber que puedes hacer algo pero sin embargo no lo haces, mi mejor parte siempre es el genocidio final, cuando puedo recorrer las calles llenas de cuerpos mutilados y sangre.

—Eres tan despreciable KyungSoo —Dice JongIn, KyungSoo sonríe, ha logrado su propósito, hacer enfadar a JongIn, el moreno alza la vista, sus ojos están lleno de tristeza y enojo, una mezcla explosiva frente a KyungSoo—. Ella tenía razón, jamás vas a cambiar. Eres despreciable y siempre lo serás, te odio, odio verte, odio que asesines personas, odio que lo hagas porque yo siempre tendré que venir y ver tu cara repugnante.

Las últimas palabras sorprenden a KyungSoo, lo toman con la guardia baja y su sonrisa decae, en lugar de una sonrisa hay finos labios rectos y un ligero toque de vapor helado.

—Deberías decirme cosas que no sepa, JongIn —frío—. O acaso pensabas que no sé qué tan repugnante y desastroso soy, —KyungSoo sonríe— pues te equivocaste, todo el mundo me dice día a día lo detestable que soy, las personas me temen sin conocerme pero oye, quien quiere conocer al que tarde o temprano lo llevara a su jodido final.

—Podrías cambiar.

— ¿Cambiar?, JongIn no entiendes donde estas parado ¿cierto? —Pregunta KyungSoo con una sonrisa llena de malicia en los labios—. No puedo cambiar lo que soy y soy la muerte.

—Podrías tratar.

—Acaso piensas que solo se trata de un título que a cualquiera se le puede dar, algo así como ir a la jodida tienda y pedir que me regresen el dinero porque simple y sencillamente ya no quiero jugar a matar gente. No JongIn, desgraciadamente fui elegido por el Sol para matar. Y a ti te eligió la bondadosa Luna, y te dio el poder de dar vida a los que ya están muertos, en pocas palabras un estorbo para mi trabajo.

— ¡No entiendo! ¡Porque no solo dejamos de hacer esto!

—Acaso tu hermosa Luna no te explicó las reglas del juego. No podemos dejarlo, en principio fue sólo algo del Sol y la Luna, ahora se trata del equilibrio, si yo dejo de matar y tú dejas de dar vida el equilibrio se perderá, la gente dejará de apreciar lo que tiene ya que jamás verán su final, comenzarán a creer que merecen ser reyes del universo y será un mundo de porquería donde nadie muere pero todos pelean.

KyungSoo saca un cigarrillo de su bolsa y lo enciende, sus labios se abren para dar paso al tabaco, JongIn no sabe que decir, qué debería decir de todas formas, algo como “Lo siento, no sabía que en realidad he sido engañado por tanto tiempo.”, no, KyungSoo estaba más informado que JongIn y eso le fastidiaba, le fastidiaba no saber que decir frente al otro, y qué, porque desde hace años ha querido quedar bien frente a él.

—Lo siento.

—Porqué.

—Por ser idiota y decir todo eso de ti.

—Descuida —murmura KyungSoo después de sacarse el tabaco de la boca y formar con sus labios lo que parece ser una calavera de humo, la admira en el aire y sonríe—, la gente suele hacerme saber que soy despreciable. Justo aquí abajo muchos me están maldiciendo entre dientes.

—Sí pero yo no pienso eso de ti.

KyungSoo voltea a mirar a JongIn, sus labios rojos forman una sonrisa cínica y arroja la colilla del cigarrillo al aire.

—De no ser porque nos hemos odiado durante todos estos siglos creería tu mentira. Los niños lindos también dicen mentiras, eh.

—Yo no miento KyungSoo. Nunca te he odiado, ni he pensado que eres asqueroso.

—Vale, sabes que no puedo matarte porque eres vida así que no es necesario que insistas en hacerme creer tu mentira.

— ¿Por qué no quieres creerme?

—Simple —Dice KyungSoo parándose frente a JongIn, sus labios están húmedos mientras sus ojos se conectan con los del moreno—. Toda esta mierda empezó con odio y terminará con él. Así que si no me odias deberías pensar en hacerlo pronto.

JongIn siente una corriente recorrerle el cuerpo cuando Kyungsoo le sonríe malicioso y se aleja.

—No podría…

—Vamos. Tú das lo que yo quito, es fácil odiar a quien arruina tu trabajo.

—Entonces ¿tú me odias KyungSoo?

Pregunta JongIn antes de morderse el labio inferior con ansia, esperando en su corazón algo diferente a un “Si, te odio JongIn.”, eso es mucho cierto. KyungSoo deja salir una gran carcajada de sus labios justo cuando JongIn comenzaba a pensar que él es bueno y diferente, o que más bien el sentimiento es el diferente.

—Pero por supuesto que te odio JongIn. Recuerdas lo que paso en Argentina hace algunos años, bueno, llegaste tú y salvaste a tanta gente que debía morir. En esos momentos quería destruirte a pedazos.

— ¿Por qué no lo haces ahora?

Reta JongIn.  KyungSoo deja de sonreír, sus ojos se vuelven oscuros, llenos de color negro e ira, JongIn retrocede cuando KyungSoo comienza a acercarse a él.

—Deberías medir tus palabras, JongIn. Hay cosas que aún no conoces sobre nosotros dos y lo que podemos llegar a hacer.

۞

 

— ¿Por qué no me explicas?, ah, yo solo quiero saber si está bien sentir esto por él. Tú dices que es malo y que va contra la naturaleza de las cosas pero… pero si lo vieras cambiarías de opinión. A veces me ayuda, a veces solo está tratando de molestarme como si fuese un niño pequeño y me confunde. Debería solo hacer lo que él dice… ¿odiarlo es la mejor opción?

JongIn agacha la cabeza al no recibir respuesta alguna, la Luna se extiende con grandeza frente a él, con una grandeza inimaginable pero también con tristeza, JongIn no sabe qué hacer, debería solo aceptar su destino cruel y comenzar a odiar a KyungSoo o debería buscar una respuesta clara a lo que está comenzando a sentir por él. La Luna no le responde desde hace días, sólo se queda allí con su brillo bajo y el silencio sepulcral.

—Sea lo que sea que le hayas preguntado la respuesta es sí.

JongIn gira rápidamente hacia atrás, Kyungsoo está parado a tan solo algunos metros de él, en su mano derecha sostiene un cigarrillo y una enorme sonrisa adorna sus labios. JongIn sonríe por inercia al verlo allí.

— ¿Qué haces aquí?, no se supone existen los límites de territorio —pregunta JongIn, Kyungsoo se encoje de hombros.

—“Se supone” pero estás aquí, en mi territorio.

JongIn está a punto de protestar sobre eso pero en efecto, está en territorio de Kyungsoo. Su rostro entero muestra confusión, se supone que estaba hablando con la Luna y ahora está allí en territorio que no es el de él. KyungSoo arroja el cigarrillo al suelo y escupe.

—Te transportaste aquí. No armes tanto jaleo por algo tan simple.

JongIn parpadea.

—Qué… espera, ¿cómo?

—Fácil. Querías verme, por eso.

JongIn resopla.

—No creo que quisiera verte, KyungSoo. De verdad.

—Cuando yo quiero verte me transportó a donde estás y listo. Te veo —KyungSoo se sienta en el suelo y recarga la cabeza contra el tronco de un árbol, bosteza y cierra los ojos—. Hace mucho tiempo que no descansaba aquí.

JongIn le mira estupefacto sin poder procesar esa información. KyungSoo abre los ojos y le mira, sonríe y palmea un lugar junto a él en el suelo.

—Siéntate, ya que has venido puedes descansar un rato. Supongo que te debes sentir cansado. Pero  no me toques, mantente lo más lejos posible de mi cuerpo.

JongIn está escéptico pero a pesar de eso se sienta junto a KyungSoo procurando no tocarlo. El mortífero sonríe mientras busca entre sus bolsas del pantalón algún cigarrillo, al no encontrarlo maldice entre dientes y suspira. JongIn cree que debería decir algo, no sé, tal vez preguntar todo lo que le viene dando vueltas desde hace algún tiempo y justo cuando está a punto de preguntar la risa de KyungSoo lo detiene.

—Así que uhg, querías verme a mí, JongIn-ah. No me lo creo, lo juro.

JongIn frunce el entrecejo.

—Ya te dije que no quería verte.

—Pero oye, te transportaste hasta aquí.

—Estaba hablando con ella y de pronto estaba aquí, no me lo explicó.

—Así está la cosa, no conformes con hacernos vivir una vida de mierda también nos dan poderes como transportarnos hasta donde está el otro con sólo desearlo. Ellos deberían buscar ayuda con sus jodidos problemas sexuales.

Dice KyungSoo en tono serio, JongIn comienza a reír, y no porque le de gracia el comentario más bien porque se imagina el rostro de Kyungsoo que no puede ver en estos momentos, en su imaginación Kyungsoo tiene los ojos entrecerrados y el ceño fruncido mientras que sus labios están formando un mohín demostrando según él su total enojo.

—De qué te ríes, idiota.

—De nada en absoluto…

—Sinceramente no te creo una mierda pero tampoco me importa tanto averiguar tu motivo de gracia.

—Porqué nunca crees lo que digo.

—No es obvio.

—Para mí no.

—Somos enemigos, igual que él y ella. Es bastante normal no creer lo que nos diga el otro.

—Yo siempre creo todo lo que tú me dices —admite JongIn en voz y recibe una gran carcajada como respuesta.

—Entonces estás jodido, amigo. Mira que fiarte de tu enemigo, vaya porquería.

—No somos amigos —murmura JongIn.

—Claro que no.

Responde KyungSoo y el silencio se instala. JongIn piensa en decir algo que amenice el ambiente pero que no es bastante obvio que todo lo que KyungSoo dice es cierto. Puede que él no crea nada de lo que JongIn dice pero por alguna extraña razón JongIn piensa que todo lo que sale de los labios de KyungSoo es nada más que verdad.

—Pero quería verte… —al fin murmura JongIn y comprende que en efecto así fue, mientras charlaba con la Luna pensaba en ver a KyungSoo, pensaba que tal vez verlo le ayudaría a aclarar su mente, pensaba que su cinismo y esos ojos llenos de dolor y odio le ayudarían a entender, pensaba que solo KyungSoo tiene la respuesta para él. Para sorpresa de JongIn el mortífero no se ríe, ni siquiera parece que este allí, sólo hay silencio—. ¿KyungSoo?

—Tu cuerpo es 50% carne humana, 50% debilidad, 50% ser humano. El otro 50% es sólo poder, es sólo la magia que nos ayuda a realizar nuestras tareas. Por eso sangraste aquella vez que te lance la ventisca.

— ¿Qué?

—Lo único que odio de esto, y joder que lo odio, es que nuestros corazones mantienen la estúpida esencia de nuestro lado humano, mantienen esa percepción de las cosas y nos guían. A ti a dar vida a los que crees la merecen y a mí a quitarla a pesar de que esas personas sean buenas. Es una mierda de cualidad, no crees.

— ¿Por  qué me dices esto?

KyungSoo se ríe.

—Eso que estás sintiendo en tu corazón se llama amor. Escuche toda tu mierda de confesión mientras pensabas que hablabas con ella. Y sinceramente no sé si sentir lastima o asco.

JongIn comienza a llorar y mierda que se lamenta por ser tan jodidamente débil. Las palabras de KyungSoo revolotean en su mente, son como buitres atacando a su presa.

—Por qué haces esto.

— ¿Qué porqué lo hago?, JongIn, tu creciste una vida feliz, la Luna te encontró y entonces te dio de su carne para que pudieras dar vida a otros… sabes por lo que yo pase, no creo que lo sepas, sufrí demasiado y entonces recibí el don de matar a aquellos que me habían lastimado. No es obvio que lo único que quiero sea hacerte sufrir aunque sea un poco.

El milagro de la vida y la desgracia de la muerte.

—Eso es cruel.

—No menos que vivir una vida llena de halagos mientras que otros sufren la desgracia de ser odiados.

JongIn se levanta del suelo, la oscuridad se está disipando lo que indica que está a punto de amanecer. Sus mejillas están húmedas y le sorprende no haberse dado cuenta antes de las intenciones de KyungSoo, siendo bueno sólo para hacerlo sufrir después. Vaya mierda. Sin decir ni una sola palabra más se aleja hasta perderse entre los árboles.

KyungSoo sonríe mientras algunas lágrimas resbalan de sus ojos, tiene la cabeza recargada en el tronco del árbol, el Sol comienza a mostrar los primeros rayos de luz que impactan de lleno en el rostro lloroso del chico. KyungSoo ríe sin reír exactamente.

—Estarás contento, debe ser muy gracioso ver que las creaciones de ambos están sufriendo. Por qué no me diste también el poder  de matar a la muerte así podría acabar con mi agonía… o por qué rayos no solo me quitaste este corazón de mierda.

 

۞

 

Sí sólo quieres verme sufrir, vamos hazlo, yo también quiero verme.

Si sólo quieres hacerme llorar, vamos hazlo, yo también quiero hacerlo.

Si sólo pudieras amarme, vamos inténtalo, muero por ello.

 

۞

 

La próxima vez que se ven es en una mañana de niebla, KyungSoo tiene el gesto ensombrecido y los ojos oscurecidos. JongIn no tiene un aspecto mejor. Cuando KyungSoo lo ve tiene el impulso de reír y lo hace, JongIn no se inmuta y al otro no le sorprende.

Abajo ocurre un caos, KyungSoo ha hecho estallar una bomba en un centro comercial, ya hay algunos muertos en la bolsa del saco de KyungSoo y en el de JongIn están los rescatados.

—Te gustaría hacer una apuesta —sugiere KyungSoo sonriente.

—No puedo jugar con la vida de otros

—Vamos, ¿no seguirás enojado por lo del otro día o sí?

—No, claro que no, me hiciste entenderlo todo.

—Bueno, entonces hagamos una apuesta.

JongIn sonríe.

—Sí hiciera una apuesta contigo sería como jugar con un amigo y como tú y yo no somos más que enemigos odiados, no puedo.

La sangre de KyungSoo se congela y deja de sonreír, enemigos odiados, bueno él fue el que dijo eso pero escucharlo salir de la boca de JongIn duele y aún más si a él no parece importarle como de frío haya sonado.

—Hasta que de esa boca tuya sale algo razonable.

—Honores a tu favor.

—Ay, me agradezco tanto.

— ¡Genial! —añade JongIn con un tono falso de felicidad. KyungSoo pierde la paciencia y lo empuja con una ventisca brutal, JongIn retrocede varios metros y le mira enfurecido—. ¿Qué te pasa imbécil?

— ¿Qué te pasa a ti?, está actuando como un jodido idiota.

— ¡La culpa es tuya! ¡Ahora no me vengas a decir que pare!

KyungSoo se contiene de gritarle alguna obscenidad y se muerde el labio inferior con fuerza hasta que comienza a salir sangre, sus ojos están llorando y maldición se siente tan mal. JongIn admira la sangre correr y se asusta, su mirada se suaviza y comienza a acercarse a KyungSoo.

— ¡Aléjate!

JongIn no se detiene hasta que está frente a él, KyungSoo no puede parar de llorar.

—No me importa una mierda si me desangro.

—Qué…

Murmura KyungSoo y las palabras se quedan atascadas en su garganta, JongIn lo está abrazando. Su cuerpo se siente relajar, JongIn es cálido, es frío, es como una brisa de mar. KyungSoo se asusta cuando su cuerpo se llena de humedad, un líquido caliente le cubre, KyungSoo utiliza toda su fuerza y empuja a JongIn, el moreno tiene el cuerpo lleno de sangre mezclado con sal.

— ¡Idiota!

— ¿Por qué no puedo abrazarte? —Pregunta JongIn con la voz quebrada, su cuerpo frágil tiembla, sus labios están morados, KyungSoo sólo desvía la mirada, no puede verle a la cara.

—Todo lo que tocó… naturalmente muere —murmura él con un sabor amargo en la boca, con la garganta seca y lágrimas escurriendo por sus mejillas frías, con su corazón roto, hecho una vil mierda.

 

Notas finales:

Hola.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).