Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A TU LADO por run4fun

[Reviews - 105]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Aquí les traigo este nuevo cap.

Espero lo disfruten y me sigan.

Posdata:

Perdón por el retraso./

DERROTA

 

Los guardias que custodiaban la entrada al gran salón, lo miraban con expresión de completo pavor y terror, eso,  extraño a Aioria.  Quien solo se limitó a pasar en silencio hacia el salón. Al ingresar, quedo pasmado ante lo  que veía,  el salón, se encontraba completamente destrozado. Camino a pasos lentos ingresando, sin dejar de mirar anonadado el panorama ante sus ojos. Los espejos rotos y las enormes grietas  que había en las paredes; prácticamente todo era un desastre.

 Aioria  se detuvo al ver  el casco del patriarca, tirado en el suelo. Lo tomo entre sus manos, notando las manchas de sangre que había en este y también en el suelo.

-patriarca. – lo llamo algo preocupado, sin recibir respuesta de ningún tipo.

Lentamente se dirigió hacia la recamara, donde ambos se la pasaban juntos, Aioria suponía que podría estar ahí.

-hay alguien ahí? – pregunto, escuchando el eco de su voz en la oscura y aparentemente solitaria, habitación.

Dos ojos lo observaban penetrantes, en la oscuridad.

-creo que hora, yo, voy a divertirme contigo.- pensó ares maligno, sonriendo.

-pasa. –

Aioria escucho esa voz, que provenía de adentro del cuarto. Débiles, rayos de luz provenientes de la luna se distinguían en la recamara, y eso, le permitió visualizar una figura parada y recostada en una de las paredes, ese era el patriarca, tenía que ser él.

Camino con precaución, para no tropezar con ningún objeto en la habitación, aunque, ya estaba acostumbrado a andar a oscuras por ese cuarto, hasta podría decirse que sabía la ubicación específica de cada objeto  en ese lugar.

Aioria se posó justo en frente de quien creía, era el patriarca. Lo miro algo intrigado por su actuar, no sabía si preguntarle qué fue lo que paso con el salón, así que tan solo se quedó callado observando su figura.

Ares, al tenerlo cerca, amplio su sonrisa maligna. Rápidamente extendió su mano derecha y sujeto a Aioria  de los cabellos con fuerza, acercando el rostro de Aioria  hacia el suyo, para luego besar sus labios con fiereza, Aioria se sorprendió ante tal acto de violencia.

El beso era muy demandante y asfixiante, sentía la presión en su boca y esa lengua danzaba con la suya metiéndose hasta su garganta. Aioria se sentía extrañado, algo había cambiado, si, eran los mismos labios, pero le sabían muy diferentes, casi, ajenos.

-creíste que soy un ingenuo.-   se apartó del rostro de Aioria para hablarle.  - me crees tan imbécil, ¡como tú! – grito, mientras le jalaba el cabello y lo aprisionaba entre sus brazos.

-no sé de qué hablas –dijo Aioria muy confundido y algo asustado.

-vamos” AMOR”, tu sabes de que hablo.-tomo su rostro entre sus manos.

-no…yo no…-

-cállate! – le grito, e hiso que  la espalda de Aioria  chocara contra la pared. Agrietándola por la desmedida fuerza ejercida.

-  tu tan solo pretendías engañarme para jugar  conmigo y lastimarme, Verdad?  – Aioria abrió los ojos, anonadado, como es que  sabía eso, sin poder evitarlo un ligero temblor se apodero de él.

-no…yo…-

-¡no me mientas! – Le propino un fuerte puñete al rostro haciendo que Aioria cayera al suelo.- yo lo sé todo. -

Ares, quería jugar y eso haría, se divertiría con Aioria. Sonriente, sostuvo Aioria del cuello para arrinconarlo nuevamente a la pared.  Acerco sus labios a, el cuello de Aioria, para besarlos y morderlos dejándole unas marcas muy profundas. En esos momentos, Aioria, se sentía atemorizado su cuerpo no paraba de  temblar y su nerviosismo hacia que la respiración se le dificultara, eso parecía una pesadilla.

Ares, acercó sus labios al  oído de Aioria para susurrarle de manera cruel y burlona – pero sabes algo,  te salió el tiro por la culata, pues aquí el único lastimado, con la dignidad y el orgullo mancillados, eres tú, - lamio su lóbulo, Aioria, enarco una ceja, confundido. -  Sabías que yo, en complicidad con el caballero del cuarto templo, planee antes tu perdición. -

-qué? –Aioria lo miro desconcertado. Sentía los latidos de su corazón retumbarle los oídos.

-que, yo fui el único que se burló y jugo contigo, el único que te uso.-le susurro. Aioria negaba con la cabeza incrédulo y sorprendido.  - Tú nunca lograste despertar nada en mí, tan solo quería  saber cuán imbécil y estúpido resultabas ser, y mira que eres más estúpido de lo que creía. - sonrió. -Creer que yo sentía amor por ti, jajaja– se burló de él riendo abiertamente.

-no…-hablo bajo Aioria,  mirándolo  anonadado, no podía creer lo   le dijo.

- así es, te lo creíste todo. Lo creíste y caíste redondito, como un imbécil. –dijo vilmente.

Aioria se sentía estúpido y miserable al darse cuenta de la realidad de las cosas. Todo eso era un juego, todo, había sido un vil y malvado plan para hacerle más daño. Le dolía, le dolía demasiado no haberse dado cuenta de ello antes, de haber caído en su trampa; pero sobre todo, de haberse enamorado como un idiota de eso hombre. Cerró los ojos y dejo caer unas amargas lágrimas.

– Eres tan patético, -dijo mientras acercaba su rostro al de Aioria para lamer gustoso las lágrimas que drenaban por sus parpados. –  no cabe duda de que  eres igual que tu hermano jajaja. -  Aioria al oír esas palabras abrió los ojos furioso, apretó los puños y arrugo el entre cejo. Molesto, intento  soltarse de ese hombre.

-pero sabes algo.- hundió sus uñas en la nuca de Aioria aprisionándolo más. -  Ya me arte de este estúpido jueguito de los enamorados. –  le sonrió con malicie.

-quiero oírte gritar de dolor nuevamente, sí, quiero que grites como la perra que eres.-

-¡No!- grito Aioria, tratando desesperadamente de soltarse, pero Ares afianzo su agarre. Restringiendo hábilmente sus movimientos.

-quédate quieto. – le dio un fuerte golpe en el estómago, haciendo que Aioria cayera de rodillas al suelo hincándose de dolor. – todavía crees que puedes rehusarte a mi voluntad, dime, crees poder conmigo jajaja. – Ares le miro altivo, mientras Aioria derramaba lágrimas de dolor, no físico, sino un dolor que lo estaba consumiendo y que lo llenaba de tristeza infinita.

De manera violenta y descuidada, Ares,  lo arrojo a la cama lastimándolo en el proceso. Aioria no podía moverse, sentía la misma sensación de impotencia que sintió  hace tiempo, esa sensación que le recordaba lo malo que era ese hombre, lo maligno y desgraciado que siempre fue. Ante esto, no pudo evitar el sentir un temblor mayor recorrerle el cuerpo y su respiración más agitada, mientras, Ares se despojaba de la ropa que portaba de manera rápida e impaciente.

Agarro a Aioria de una de sus piernas y lo acerco a si, posicionándose sobre él. Comenzó a tocarlo por entre la ropa, para luego  despojarlo de esta esta salvajemente. Sí, tenía muchas ganas de sentir  ese cuerpo, de probarlo. Ya que antes, solo saga se saciaba y disfrutaba, mientras él, se conformaba con observar y desear, pero ahora, podría desahogar tanto tiempo de abstinencia, y lo haría, lo disfrutaría.

Aioria se veía desesperado por soltarse, pero al parecer Ares no se lo permitiría.

-¡suéltame! – grito Aioria aun con lágrimas en sus ojos, lo empujo, para tratar de alejarlo, pero no lo consiguió.

- vamos  cariñito, no te comportes  como si no lo hubiéramos hecho antes. – le sonrió. -  como si no lo disfrutaras. –ante tales palabras Aioria no pudo evitar sentirse indignado y dolido.  Quiso refutar y gritarle, pero Ares se lo impidió, al apoderarse de sus labios, besándolos desenfrenadamente,  mordía y degustaba cada parte de esa dulce y deliciosa cavidad. La sangre siempre le daba ese toque embriagante que deseaba.

Ese hombre disfrutaba de su dolor, de manera demencial, si, ahora se daba cuenta de que  no había cambiado, de que  solo  quería hacerle más daño, burlándose de él y humillándolo de la peor manera.

Ares, ansioso,   sostuvo sus piernas y las abrió lo más que pudo. – no tienes idea de cuarto voy a disfrutar esto. – hablo cruelmente,  Aioria negaba con la cabeza repetidas veces.

 Cuando lo sintió dentro, ahogo el grito de dolor, no le daría el gusto de oírle gritar de dolor.

-déjalo salir, agh- hablo entre jadeos sonoros -  vamos, GRITA! – lo embistió de manera brutal, entrando a lo más profundo de sus entrañas, hundiendo sus uñas en su cadera sujetándolo con fuerza,  atrayéndolo más así.

Aioria, sin poder evitarlo, dejo salir aquello que deseaba reprimir, para no darle ese gusto a ese ser podrido y vil, pero que debido al intenso dolor que le producía no pudo contener mas .-HAAAAA!-

-grita, grita más fuerte. – le rasgo lo muslos hundiendo sus uñas hasta donde  le fue posible.

-HAAAAAAAAAAAA! – el grito desgarrador que emitió Aioria, lleno el cuarto,  satisfaciendo así  a Ares, ya que, sus gritos de dolor parecían ser un estimulante, algo que lo llenaba de placer.

Aioria ya no podía más, sentía su alma destrozada, su corazón roto. Le dolía más el saberse un completo idiota, había caído en el sucio plan de Death sin saber que estaba planeando su propia perdición. Como no lo vio antes, como no se dio cuenta de lo que realmente pretendía Death, fue un ingenuo y un estúpido al confiar en él y creer ciegamente en sus palabras, pero lastimosamente, ya era tarde para lamentos, estaba arruinado, total y completamente destrozado y hundido.

-haaaaaaaaa no más…detente!- le grito al sentirse débil y con el cuerpo completamente adolorido.

-no, aun quiero más de ti, necesito más. – dijo vilmente arremetiendo contra el de manera brutal.

Lo estaba matando por dentro y  por fuera eso lo sabía  y lo excitaba, era un sádico por completo y disfrutaría de Aioria hasta saciar su retorcido e insaciable libido. Hasta que quedara completamente satisfecho.

-agh! – ares no dejaba de jadear sonoramente al sentir tal placer. Mórbido, se abalanzo sobre la yugular de Aioria bebiendo su sangre, insaciablemente.

Aioria ya no podía resistirse más, había sido humillado, había sido engañado y para su parecer se lo merecía, por estúpido, por crédulo, por no haber matado a Death cuando le ofreció su ayuda. Por no haber intuido nada de eso,  por haberse enamorado de un infame morboso, que solo lo uso y se burló de él.

Por eso, se dejó vencer, dejo de luchar, dejo que ese hombre lo hiciera suyo y se saciara con su cuerpo.

- así me gusta. – dijo besando sus labios. – que mi puta se quede quietecita y sea mansita. –

 Aioria sentí a ese hombre tocarlo, besarlo desmedidamente,  rasgando su piel de manera salvaje y penetrándolo violentamente, con ímpetu, desahogándose  como un animal en celo. Aioria,  nuevamente se sentía: sucio, usado, dolido y lastimado. Ese hombre le hacía lo mismo de nuevo, lo destrozaba y mataba por dentro.  Lo único que podía hacer en esos momentos era llorar, de rabia, de dolor, de decepción.

Finalmente,  sintió a Ares tensar su cuerpo  y sujetando firmemente sus piernas, entro en él una vez más descargando toda su esencia, en su interior, manchándolo y marcándolo como de su propiedad.

-Tenía razón, eres muy delicioso. – le susurró a Aioria al oído, pero este solo lo ignoro. Se hallaba ido, no tenía la noción del tiempo ni de lo que pasaba a su alrededor. Tan solo cerró los ojos tratando de huir de su realidad, de lo que le pasaba en esos momentos.

- Bueno, Luego de este desahogo, yo creo que me haría bien un buen baño, sí. – Ares sentía todo  su cuerpo bañado en sangre,  sangre, que le pertenecía a Aioria.  

– eso fue por tratar de burlarte de mí, por creer que hay algo que puedes cambiar, por ser quien eres. –  le hablo vilmente, mientras se alejaba, rumbo a la salida de la recamara.

Aioria tras sentir la presencia de ese hombre lejos, abrió los ojos e  intento moverse, pero eso le resultaba prácticamente imposible debido al intenso dolor que sentía, volteo su cuerpo cayendo al suelo, se puso en cuclillas,  y con dificultad, se puso en pie.

-no…no puedo creer que lo haya hecho de nuevo. – había caído nuevamente, había sido derrotado, había vuelto a ser sometido y humillado; por el mismo hombre. – soy un imbécil….UN IDIOTA! -   cubrió su rostro con ambas manos.

Se tocó el corazón, era eso lo que más  dolía, si,  la decepción era enorme  y  sabía que el sentimiento de tristeza no lo abandonaría nunca.

Respiro hondo, abrió los ojos, se limpió las lágrimas que brotaban por sus mejillas.  

Con dificultad, hallo su ropa en el suelo, la vistió,  dejando solo su torso desnudo, ya que  el resto de su ropa había sido desgarrada y había quedado inservible.

Al salir del salón vio a los guardias, quienes le  miraban entre sorprendidos y aterrados.

 

<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>> 

 

Tras salir del templo principal,  miro hacia el cielo, ya debían de dar las 9 pm. Sonrió con amargura, de seguro  todos los caballeros estarían en sus templos   y se encontraría con ellos al bajar, lo verían en ese estado, pero eso no le importaba, lo único que quería era alejarse de ese lugar lo más pronto posible,  así que comenzó el descenso hacia su templo.

Al pasar por piscis, afrodita le miro sonriente, sabía lo que había pasado ya que al ser su templo el más cercano al templo principal, sabia, la mayor parte de las cosas que ocurrían entre esas paredes, además, Death lo tenía al tanto de lo que pasaba. Y no le extraño el verlo en eso estado.

- jamás pensé que el patriarca se la pasara tan bien. -  dijo relamiéndose los labios mientras lo observaba de arriba abajo, Aioria se detuvo y le miro de reojo.

- no sé de qué te sorprendes.- hablo serio. - ese hombre siempre ha sabido que hacer para divertirse, solo…solo disfruta del dolor de los demás. – dijo con algo de pesar.

- sí, el patriarca  disfruta del dolor ajeno, en especial del tuyo. -  Aioria apretó los puños molesto,  sin decir más, se dirigió hacia la salida del templo, no sin antes mirar de reojo a afrodita, lanzándole una mirada de desprecio profundo. Afrodita, solo le sonrió. indiferente.

- pobre infeliz. – cerro los ojos y se limitó a aspirar el dulce olor de una de sus rosas carmesí.

Acuario seguía vacío, así que le resulto fácil pasar.

 La siguiente casa era la de capricornio.

-Aioria! – grito Shura sorprendido, al verle en ese estado. – que…que fue lo que te paso?

- en verdad te interesa? – pregunto, fingiendo sorpresa, Shura solo asintió levemente. Aioria bufo incrédulo mientras volteaba a verle a los ojos. -   si en verdad te interesa, solo te diré que: tu adorado patriarca, termino por destruir la poca fuerza voluntad que quedaba en mí, que una vez más gano,  yo…yo ya no seré más una molestia para él, es más, seré como uno más de ustedes, una maquina sin alma que obedece hasta la más mínima de sus órdenes, alguien que no tiene escrúpulos a la hora de hacer lo suyo, una pieza más  de su ajedrez.  - Shura lo miraba incrédulo. - quédate tranquilo, compañero. – dijo en tono de burla,  retomando su camino.

- Aioria, espera! – Shura intento acercase a él, pero Aioria se alejó de él. Lo miro con odio, odio, eso era lo único que sentía, odio y desprecio por todos.

- no Shura, ya no es necesario que acabes con mi vida, pues la vida que llevo es peor castigo que la muerte. – Shura le vio salir de su templo a paso lento, no sabía qué hacer, que decir, ni mucho menos como sentirse.

Confundido, se apoyó en una de las columnas que sostenían su templo. - Aioria…- hecho un suspiro.

Shura, era consciente de la relación “amorosa” que Aioria mantenía con el patriarca, y que gracias a ello, Aioria había cambiado drásticamente su comportamiento. Por un momento pensó en interferir, hablar con Aioria y preguntarle muchas cosas, aclarar sus dudas, pero sabía que si decía algo, Aioria, no le diría nada, pues el resentimiento que sentía hacia el aún estaba presente.

Aunque últimamente el patriarca  era más amable con él, incluso, bajo órdenes suyas, Aioria era considerado como uno más de los caballeros de Athena un digno y valeroso caballero como el resto de ellos, eso le hacía creer que estaba haciendo algo bien, que Aioria se había ganado su afecto. Pero ahora, al mirar a  Aioria no veía nada, parecía no tener nada en sus ojos, se veía destrozado y con la moral en el suelo. No lo entendía, no comprendía nada de lo que pasaba.

Volteo su mirada hacia el templo principal. Apretó los puños furioso, ese hombre lo hiso de nuevo, lastimo a Aioria.

Tubo ganas de ir  ante ese hombre y exigirle una explicación, no era posible ni justo que tratara a un caballero dorado de esa manera, no merecía ser castigado de esa así, pero como lo sucedido con  Aioros, se ahorró las preguntas y se resignó a creer que eso era lo adecuado, lo correcto.

Al pasar por sagitario, sintió su corazón más oprimido.

-Si tú no hubieras actuado mal, si tú no me hubieras dejado…si tú estuvieras aquí…- Aioria se arrodillo, respiro hondo, negó con la cabeza, no podía pensar así. No, ese hombre no haría que el odiara a su hermano, no, no  le quitaría lo único que tenía, lo único que le quedaba; el amor hacia su hermano.

Se puso en pie y se dirigió hacia la salida.

….

Entro a escorpio,  deseando no encontrarse con el caballero que custodiaba ese templo, pero mi bien dejo sentir su presencia milo fue a su encuentro. Con intenciones de molestarlo.

-Aioria…- milo se veía  sorprendido al ver a Aioria en ese estado tan lastimero.

Aioria se detuvo al escuchar su voz, mas no lo miro a la cara.

- ya estarás satisfecho, milo…- su voz era apenas audible. – Mírame, – volteo a verle.- estoy destrozado, no soy nada y tú…- sonrió amargamente. -  tu, tienes la satisfacción de verme derrotado,-milo Retrocedió unos pasos,  no podía creer que Aioria le dijera eso, si, desde hace mucho el deseaba verle destruido y derrotado, así como lo tenía ahora ante sus ojos, pero no sentía la satisfacción que pensaba sentiría al verle así, no, sentía todo lo contrario.

- Ya puedes considerarte vengado y darte por satisfecho, amigo.-  hablo con tal dejo de tristeza y franqueza que milo por primera vez en mucho tiempo se sintió miserable y confundido,  su corazón se estrujo al escuchar la palabra, amigo. Lo sabía, Aioria había perdido su esencia. Ese espíritu alegre y arrebatador que poseía, ahora parecía un ser sin alma ni emociones.

Aioria giro su vista, y lentamente se dirigió hacia la salida.

Milo intento de tenerlo, pero no lo hiso, tan solo se quedó quieto mirando la figura de Aioria desaparecer Cerró los ojos y negó con la cabeza.

Que era eso que sentía ahora, por que la culpa, la amargura y la tristeza.

Cada vez se sentía más debilitado, pero aún se mantendría en pie y con la poca fuerza que le quedaba entro en virgo, sabiendo que Shaka estaría ahí. De haber podido lo habría evitado, pero su templo estaba pasando el suyo, así que respiro hondo ingresando.

-AIORIA! Shaka al verlo se puso en pie y se acercó a él.

Aioria la escucharlo detuvo su andar,

-Pe…pero que fue lo que te paso?- Shaka se veía muy sorprendido y a la vez aterrado.

Sin poder contener más su llanto, dejo correr libremente esas lagrimas por sus mejillas.  - Dime que hay de malo conmigo, Shaka. –volteo a verle con los ojos entre cerrados. -acaso no merezco que alguien me tome enserio, acaso no merezco que alguien me ame, dime, soy tan poca cosa como para que me usen y me lastimen de esta manera,  no…no lo entiendo. – trago pesado. - yo…yo no logro comprenderlo. –Cerró los ojos agachando la mirada. Parecía que las lágrimas  no dejarían de caer por sus ojos.- siento que no tengo fuerzas ni ganas para nada me… me siento derrotado yo…yo ya no puedo más….no… -

Shaka vio atónito,  como Aioria caía al suelo pesadamente ya  sin fuerzas.

-AIORIA!- le grito desesperado y asustado. – AIORIA, DESPIERTA! - con una mano rodeo la cabeza de Aioria por detrás, levantando su cabeza.

-no…que fue lo que te paso, Aioria…- Shaka rápidamente lo levanto del suelo cargándolo y llevándolo  hasta su habitación.

Limpio sus heridas con cuidado y trato de curarlas. Aioria tenía marcar y heridas profundas en la mayor parte de su cuerpo, prefirió mantener los ojos cerrados y rodearlo con su cosmos para sanar sus heridas, como aquella vez, la primera vez que lo vio.

-Aioria…- hablo triste e impotente al no poder hacer algo para cambiar su estado.- por que tiene que ser así, por que…por que a ti-  Un par de lágrimas descendieron por sus ojos,  para él era doloroso verlo en ese lamentable estado.

Se atrevió a abrir sus ojos, para contemplarlo.- Aioria…- aparto con cuidado esos mechones de pelo, que cubrían sus ojos.

Sus lágrimas aumentaron al ver de nuevo  el rostro de Aioria con moretones, mordidas, rasguños. Lo habían golpeado de una manera brutal,  y lo peor de todo, lo habían lastimado no solo físicamente si no psicológicamente, ya lo había visto así antes, pero esta vez sentía que el aura de Aioria no volvería a recuperar esa calidez que solía poseer. Y eso era lo que más le dolía.

Se quedó a su lado, esperando poder verle despertar.

Deseaba tanto volver a ver los ojos de Aioria llenos de bondad, valor, audacia y  fortaleza, pero sabía que eso no pasaría, Aioria ya no sería el mismo, nunca más.

 

<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>> 

 

-Salió mejor de lo esperado, no te parece? – dijo Death feliz, sabiendo de ante mano la respuesta por parte del otro.

- sí, -Ares amplio su sonrisa - felicitaciones. - le  aplaudió. - tengo que admitir que lo hiciste muy bien. –

-que te puedo decir. –hablo, acomodándose en el sillón que ocupaba. – solo hago lo que me gusta jajaja. – gustoso, bebió el resto del líquido embriagador que había en su copa.

- pues muy bien hecho. – Ares también se degusto con el líquido. – matamos a dos pajaritos de un tiro jajaja.  -

- sí,  y además  me divertí muchísimo. – se relamió los labios. –el  verles sufrir, fue como un efecto placebo a mis ansias de diversión. –

- no lo dudo, yo también me divertí. – hablo sereno. -  y ellos solos terminaros por auto destruirse. –

- sí, no cabe duda que son un par de idiotas, todos lo son jjajajjaja – Death reía abiertamente, Ares se quedó pensativo.

- y…que piensas hacer de ahora que saga ya no te estorba. – pregunto en tono indiferente, para romper el silencio.

- ya lo veras.  – le   respondió, sonriente.

- me lo imagino. – Death también le sonrió, el tan solo pensar en las cosas que cambiarían, ahora que ese hombre estaba sentado en el trono,  con libertad absoluta de hacer lo que le plazca.- creo que este lugar se va a poner muy interesante. –

Ambos se miraron y se sonrieron nuevamente, eran cómplices en todo. Ambos, por conveniencia.

 

continuara......

 

Notas finales:

gracias por leer mi fic, lo continuare lo mas rapido que pueda siii,


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).